Señor Lago: adhiero totalmente a su comentario. Y es irrepetible porque en la provincia Buenos Aires son muy escasos los accidentes geográficos como los pocos que se dan en MdP. La imagen enviada por el señor Vita podría titularse como paisaje de muchísimos lugares de las costas atlánticas en Europa y en Nueva Inglaterra, donde abundan paisajes similares. La postal irradia tranquilidad y una presencia humana que no abruma en la escena, como ocurre hoy en ese mismo lugar. Saludos, Lafra.
Cuan triste y solitario paisaje nos presenta esta imagen ; felizmente tan distante a lo hermoso y lleno de color y vida del actual ; sin mencionar lo gratificante que resulta (al menos para mi) saber que la sociedad toda cuenta con semejante belleza de espacio disponible para ser disfrutado año a año durante las merecidas vacaciones…Y esa maravilla de la arquitectura que vemos en el fondo…tan hermosa e imponente como inútil y elitista…Lamento tanto que no se haya preservado para poder ser disfutada por los turistas…
Señor Mendozzi: no es la excepción sino la regla. Concluye usted, con sólo mirar cuatro fotos, que “indudablemente” las gentes de aquellos años fueron incapaces de disfrutar, distenderse, gozar de las familias, y que su único propósito era mostrarse, florearse con su poder y hacer culto de la superficialidad que los caracterizaba. ¿Cómo se llega a
producir una descalificación así? Todo prueba que iban a MdP a disfrutar tal como la gente de hoy. En las fotos de Bertyl cualquiera que hubiera llegado hasta allí podía elegir un lugar para tenderse en la playa. Con el avance eso desapareció: para estar en la playa hay que pagar 2.000 dólares por un toldo, ya que están parceladas, loteadas y explotadas para uso de unos pocos afortunados. Si no arrienda, la pleamar no le permitirá estar en la playa, no hay espacio para cientos de miles de personas. Algo similar puede decirse de la hermosa franja costera de edificios (que usted menciona en la Foto 8502). Los precios de esos apartamentos me eximen de comentarios, ya que no son para que lo aproveche precisamente el turismo popular. O sea que, fijándose bien, sigue existiendo elitismo como lo hubo, lo habrá, y lo hay en todo el mundo. Como también frivolidad y vanalidad. Yo respeto a quienes fundaron y dieron impulso a MdP. Sólo se puede agradecer lo que hicieron sin tratar de adivinar que sus intenciones eran de “tejer relaciones comerciales y matrimonios de intraclase”(sic). Le hago notar que valoro muchísimo su aporte en este foro, señor Mendozzi; sólo disiento con algunas de sus opiniones, las cuales tiene todo el derecho de creer y verter. Por otra parte, me gustaría estar en condiciones de llevar adelante una iniciativa: playas absolutamente libres de carpas y parcelamientos, en las que todo el pueblo turista pueda entrar libremente y plantar su sombrilla donde guste, ya que pertenecen a toda la comunidad. Lo saludo con el respeto de siempre. Lafra.
Hay tantas bahías solitarias y felices esperándonos, (como ésta de la foto que tanto disfrutó la bella Beryl), como opiniones existen.
Todos los seres humanos somos diferentes, la mitad encuentra gozo y felicidad en el hacinamiento, los empujones, la mugre, el ruido, la violencia y las luces artificiales; mientras tanto la otra mitad (en la cual me incluyo) ama el silencio, la paz, el orden, la naturaleza, en resumen, el respeto por el otro.
La Mar del Plata conocida, la de las fotos que vemos, ya no es lo que era.
Sr. Anselmo. Espectacular su postal muestra como la naturaleza nos había brindado un lugar muy bello e irrepetible. Atte. José Alberto Lago.
Señor Lago: adhiero totalmente a su comentario. Y es irrepetible porque en la provincia Buenos Aires son muy escasos los accidentes geográficos como los pocos que se dan en MdP. La imagen enviada por el señor Vita podría titularse como paisaje de muchísimos lugares de las costas atlánticas en Europa y en Nueva Inglaterra, donde abundan paisajes similares. La postal irradia tranquilidad y una presencia humana que no abruma en la escena, como ocurre hoy en ese mismo lugar. Saludos, Lafra.
Cuan triste y solitario paisaje nos presenta esta imagen ; felizmente tan distante a lo hermoso y lleno de color y vida del actual ; sin mencionar lo gratificante que resulta (al menos para mi) saber que la sociedad toda cuenta con semejante belleza de espacio disponible para ser disfrutado año a año durante las merecidas vacaciones…Y esa maravilla de la arquitectura que vemos en el fondo…tan hermosa e imponente como inútil y elitista…Lamento tanto que no se haya preservado para poder ser disfutada por los turistas…
Comparto una hermosa vista de este sector :
http://silviaavigo.files.wordpress.com/2013/08/img_4783.jpg
Prof. Julián Mendozzi.
Señor Mendozzi: no es la excepción sino la regla. Concluye usted, con sólo mirar cuatro fotos, que “indudablemente” las gentes de aquellos años fueron incapaces de disfrutar, distenderse, gozar de las familias, y que su único propósito era mostrarse, florearse con su poder y hacer culto de la superficialidad que los caracterizaba. ¿Cómo se llega a
producir una descalificación así? Todo prueba que iban a MdP a disfrutar tal como la gente de hoy. En las fotos de Bertyl cualquiera que hubiera llegado hasta allí podía elegir un lugar para tenderse en la playa. Con el avance eso desapareció: para estar en la playa hay que pagar 2.000 dólares por un toldo, ya que están parceladas, loteadas y explotadas para uso de unos pocos afortunados. Si no arrienda, la pleamar no le permitirá estar en la playa, no hay espacio para cientos de miles de personas. Algo similar puede decirse de la hermosa franja costera de edificios (que usted menciona en la Foto 8502). Los precios de esos apartamentos me eximen de comentarios, ya que no son para que lo aproveche precisamente el turismo popular. O sea que, fijándose bien, sigue existiendo elitismo como lo hubo, lo habrá, y lo hay en todo el mundo. Como también frivolidad y vanalidad. Yo respeto a quienes fundaron y dieron impulso a MdP. Sólo se puede agradecer lo que hicieron sin tratar de adivinar que sus intenciones eran de “tejer relaciones comerciales y matrimonios de intraclase”(sic). Le hago notar que valoro muchísimo su aporte en este foro, señor Mendozzi; sólo disiento con algunas de sus opiniones, las cuales tiene todo el derecho de creer y verter. Por otra parte, me gustaría estar en condiciones de llevar adelante una iniciativa: playas absolutamente libres de carpas y parcelamientos, en las que todo el pueblo turista pueda entrar libremente y plantar su sombrilla donde guste, ya que pertenecen a toda la comunidad. Lo saludo con el respeto de siempre. Lafra.
Sr.Lafra , he respondido a su comentario precedente en la imagen 8509 , lugar donde creo que corresponde.
Lo saludo.
Prof. Julián Mendozzi.
Hay tantas bahías solitarias y felices esperándonos, (como ésta de la foto que tanto disfrutó la bella Beryl), como opiniones existen.
Todos los seres humanos somos diferentes, la mitad encuentra gozo y felicidad en el hacinamiento, los empujones, la mugre, el ruido, la violencia y las luces artificiales; mientras tanto la otra mitad (en la cual me incluyo) ama el silencio, la paz, el orden, la naturaleza, en resumen, el respeto por el otro.
La Mar del Plata conocida, la de las fotos que vemos, ya no es lo que era.