Fotos de Familia

Tractor que en la década del ’20 se empleaba para la construcción de caminos. Jorge M. Peluffo.

Escuela N° 1 Pascuala Mugaburu. Jorge M Peluffo

El Solarium, con los niños internados tomando sol en reposeras. Jorge M. Peluffo

Puente del arroyo Las Chacras sobre la calle Falucho. Aporte: Jorge M. Peluffo

Mi papá Angel Mario Danesi y mis abuelos Angel Félix Danesi y Celia Ledesma en 1945.
Aporte Gabriela Danesi

Mis abuelos Angel Félix Danesi y Celia Ledesma de DanesI y mi papá Angel Mario Danesi en la Rambla. Año 1940. Aporte Gabriela Danesi

Mis abuelos Angel Félix Danesi y Celia Ledesma de DanesI en 1956. Mi abuelo se retiró de la música en 1950, luego de esto compró varias propiedades en Mar del Plata y las alquilaba en temporada. Eligió seguir trabajando allá porque amaba la ciudad. Si bien residían en Capital, a pocas cuadras del Obelisco, mis abuelos se iban a Mar del Plata en diciembre y volvían luego de Semana Santa, regresaban en julio para las vacaciones de invierno y en octubre a poner en condiciones los departamentos para el verano. Su residencia en Mar del Plata desde 1950 fue en Italia 557, una casa con 3 deptos al costado que alquilaban en temporada. La casa se vendió en el 2000. Antes, cuando trabajaba con su orquesta en el Golf alquilaban cerca de ahí, siempre la misma casa a un señor francés. Cuando andábamos cerca con el auto mi papá siempre pasaba y me la mostraba. Aporte de Gabriela Danesi

Lo que pasó en la ciudad. Inauguración del colegio Nacional 27 de Abril de 1919. “El sentimiento de Argentinidad en la Educación Nacional”. Discurso pronunciado por el Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Doctor José S. Salinas. Aporte: Cristina Corsini

Lo que pasó en la ciudad. Inauguración del colegio Nacional 27 de Abril de 1919. El ministro de instrucción pública, doctor Salinas, y otras personas, dirigiéndose al local del colegio nacional momentos antes de la inauguración. Aporte Cristina Corsini

Rostros de nuestra historia. La historia de la ciudad está llena de “nombres”, sabemos y leémos sobre ellos pero muchas veces sin conocer su “rostro”. Aquí vemos a Ramón Escasany, uno de los dueños junto a su hermano Manuel, de la tan nombrada joyería Casa Escasany, junto con Justo S. Lopez de Gomara que fue fundador del diario “El Bañista”.
El 8 de diciembre de 1887 es fecha trascendental para el periodismo marplatense. Un genial periodista hispano-argentino, don Justo S. López de Gomara, guiado por nobles afanes, inició la publicación de un semanario que marcó rumbos precisos a la prensa marplatense: “Será “El Bañista” -sostuvo- la crónica de cuanto suceda en Mar del Plata, los sucesos del pueblo, la indicación de sus necesidades, las noticias de interés, el detalle de las fiestas… sin inmiscuirse en política y apartádose de toda cuestión personal, porque suele ser la falsa vía que aparta de su misión, muchas veces, a los diarios de campaña…”
López de Gomara cumplió ese amplio y noble programa de labor y dejó a los periodistas de esta ciudad un legado honorable.
El Bañista fue un semanario de dos páginas con amplia información y con enfoques criterioso de los problemas de la ciudad, apareciendo todos los domingos durante la estación balnearia, y como escribió el propio López de Gomara en la parte superior del primer número de esta monografía: ” Este fue el primer periódico que se publicó en Mar del Plata. Lo hice yo para engendrar el progreso de la naciente estación Balnearia” Roberto T. Barili

“Hace veinte y cinco años que dos jóvenes y vigorosos españoles, oriundos de Cataluña, vale decir, enérgicos, emprendedores y tesoneros, establecían un modesto taller de relojería, con un anexo de venta de alhajas de poco precio, en la calle San Martín número 177. Estos dos jóvenes hermanos se llamaban Ramón y Manuel Escasany, que, tomando como base de negocios la baratura en los precios, no tardaron en conquistar el favor del público, que no les ha abandonado ni un solo momento, durante su cuarto de siglo de vida comercial.
Pictóricos de actividad y de iniciativas individuales, los hermanos se separaron amistosamente para explotar, cada uno por su cuenta, el ramo de joyería y relojería que conocían a perfección y entonces pudo aprovechar el país las ventajas de una competencia honrada y caballeresca, que se hacían los dos hermanos. Pero pudo más en ellos los lazos de la sangre que el amor propio peligroso, y después de la voluntaria separación comercial, que duró 6 años, vueltas las aguas a su nivel, se unieron con la extraordinaria coincidencia de que los capitales de ambos casi eran iguales, lo que significaba equivalencia de empuje, de arrestos y de preparación. Reunidos nuevamente, siguieron dando impulso a la labor meritoria, y lo que en su origen fue un taller de composturas y una casa de venta de joyas de ínfima categoría, es hoy, sin disputa, la Casa más importante del mundo, en su clase, la «Casa Escasany», desde el año 1909, se ha transformado en Sociedad Anónima, siendo sus accionistas los empleados, que al invertir sus ahorros en la compra de acciones, consignen dos cosas muy importantes: su vinculación con el establecimiento, al cual aportan mayor suma de actividad y de inteligencia, puesto que defienden lo suyo, y la participación de sus beneficios.
Toca la casa toda clase de artículos de joyería y relojería, pudiendo ofrecer a su clientela, desde el objeto de plata o metal, por valor de centavos, hasta la joya lujosa de varios miles de pesos. En relojes, la Casa Escasany está muy por arriba de toda competencia. Vende las más acreditadas marcas del mundo, siendo representante del U. Nardin, que no tiene rival por lo perfecto de su fabricación y por lo seguro y regular de su marcha. Lo son, además, de los tan celebrados Houndly, Moeris, Cronómetro Escasany, Escasany Watch, Tavannes Watch y Cynia. La sucursal de Mar del Plata, que funciona activamente durante los meses de la temporada veraniega, hállase instalada lujosamente en la mejor esquina de la Rambla del Bristol. Caras y Caretas 1917. Aporte Cristina Corsini