Fotos de Familia

“Un “aerodinámico” micro de la empresa “Micromar”, que realizaba el trayecto Mar del Plata Buenos Aires. Mi padre, Alejandro Horacio, es el niño de la foto ( tenía 7 años) y mi abuelo Alejandro Mario, es el anteúltimo de la derecha. Junto a ellos un grupo de choferes amigos”. Ariel Cappelletti desde Remedios de Escalada.

“Esta imagen corresponde a la familia Cappelletti ( Alejandro Mario y Delia Pérez), en compañia de una pareja amiga, paseando por la zona de la playa Las Toscas, en 1951”. Ariel Cappelletti, desde Remedios de Escalada.

“En la primera foto aparecen mis abuelos Alejandro Mario Cappelletti y Delia Pérez, a solo dos días de haberse radicado en Mar Del Plata, recién llegados de Remedios de Escalada. La imagen es del 15 de abril de 1950”. Ariel Cappelletti, desde Remedios de Escalada.

“En esta foto nos encontramos siendo novios Susana y yo, Jorge Chopourian, paseando por la Rambla en el año 1964. Continuamos juntos siempre felices y recordamos que nos conocimos en la hermosa Mar del Plata” Jorge y Susana Chopourian

Un futuro cineasta de fama internacional durante una “rateada en la playa”. Se trata de Héctor Babenco, quien aparece parado en tercer lugar contando desde la izquierda, junto a sus compañeros del Colegio Nacional Mariano Moreno, en noviembre de 1957. El doctor Rodolfo Urbina envía esta foto y comenta: “Babenco es el gordito que está- al lado de Vázquez- que es el segundo de la izquierda y hoy es abogado. A la izquierda de Babenco está Barbieri, hoy odontólogo, junto a Luis Pereyra. Le sigue Carlos Márquez hoy abogado y Dondero que era dueño de la confiteria de calle San Martín entre Independencia y la Rioja donde hacian el famoso postre Balcarce. En la parte inferior de la foto esta Espindola, a su lado un chico que cantaba por radio que le decian el mejicano. Yo soy el último de abajo a la derecha”

“En esa foto está el Sr. Juan Antonio Battilana, fallecido hace 23 años, inaugurando el primer mirador que hubo en la Playa Bristol en el verano de 1948. Todo un orgullo poder contarles un poquito de todo lo que hizo mi esposo. Agradecemos al diario esta creativa iniciativa

En nombre de mis hijos y nietos y mío reciban Uds. un saludo” .Rosa Piñera de Battilana

La Rambla Bristol vista desde el Paseo General Paz (actual Boulevard Marítimo). Postal enviada por Carmen Capetolo.

Uniforme enfermera del desaparecido solarium Pertenciente al Ine. Foto enviada por Carmen Capetolo. Amplia información en el epìgrafe de la foto 1722.

Procesión de la Virgen del Huerto desde el Hogar Unzué hasta el “solarium” en el año 1929. Carmen Capetolo envió esta imagen y, a requerimiento de Fotos de Familia, suministró la siguiente información:

“En esa época le decían solarium a una dependencia del Sanatorio Marítimo (hoy INE) que quedaba en las calles López de Gomara, Mármol, Florisbelo Acosta y la costa. Estaba justo frente al mar. En el Sanatorio Marítimo se trataba e internaba a los enfermos de tuberculosis. En el solarium se trataba a los enfermos de tuberculosis de huesos o mal de Pott. Creo que se inauguró en el año 1921 y era dirigido por las Monjitas del Huerto”.

“Tenía mucho personal (médicos, enfermeras, mucamas, costureras, sereno, quintero, personal de maestranza, etc).

Era una pequeña ciudad ya que todo se hacía allí. Incluso había una quinta cuyas verduras se consumían en el solarium”.

“Allí se internaba a niños y adolescentes de distintas partes del país y venían bastante desnutridos. Había dos salas: una masculina y otra femenina. Eran amplias y había camas de ambos lados. También había una capilla que actualmente está en el INE”.

“Existía un lugar que se llamaba “el palomar” donde dormían las empleadas que habían llegado de otro lugar o vivían lejos y se quedaban a dormir ahí. Luego estaba “la resolana”, que era una especie de patio que tenía una parte cubierta, porque los médicos de la época consideraban que el sol era bueno para los huesos. Por eso, en verano los pacientes tenían un tiempo de exposición al sol y luego los llevaban a la sombra hasta la hora de la merienda. Fuera de la época estival, los llevaban a un jardín de invierno para que tomaran sol a través de los vidrios. Estaban postrados y enyesados y las camas tenían rueditas que permitía movilizarlos”.

Carmen señaló que en el establecimiento, que primero quedó inactivo y luego fue demolido, también “había caños subterráneos que llegaban al mar y de ahí traían agua. La calentaban en la caldera y llenaban enormes bañeras donde introducían a los chicos, tratamiento que era recomendado por los médicos del lugar. Cuando tenían que hacerle radiografías, los llevaban en ambulancia al Sanatorio Marítimo”.

“Como anécdota le comentó que ahí trabajaba Guillermo Brizuela Méndez. Era mensajero. Siempre esparciendo alegría. Me olvidaba de comentar: se rezaba misa todos los domingos y le daban chocolate a los asistentes. Me parece que los sacerdotes pertenecían al Esquiú”.

“A veces los pacientes pasaban años en el lugar. Quiero recalcar que era un sitio de gran humanidad. Los enfermos eran muy bien cuidados y alimentados, con una gran higiene. Fue de gran ayuda para inmigrantes, ya que además de marplatenses trabajaban allí muchas españolas entre las que se encontraban mi abuela y mi tía abuela. Con los años ingresó una marplatense muy importante para mí: mi madre”.

Postal de Villa Presidente Quintana enviada por Carmen Capetolo. La residencia fue construída en 1917 y se hallaba en Avenida Colón entre Viamonte y Mendoza.