Veraneantes en la Rambla alrededor de 1930. Foto Freitas. Obtengo esta fotografía de un hermoso catálogo impreso en 2009 por Fundación Osde para una exposición de Fotografías del Estudio Freitas e hijo en Mar del Plata. Francisco Bians
Agradeciendo al Sr. Bians por el envío de ésta imagen , aprovecho para transcribir un interesante artículo publicado por el Diario “La Capital” en el año 2009 a propósito de aquella exposición mencionada en el epígrafe.
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INAUGURARON UNA MUESTRA CON FOTOS DE LA VIEJA RAMBLA MARPLATENSE.
Quedó inaugurada en Villa Victoria una muestra de fotografías tomadas en la Rambla. La historia a través de la lente de un reconocido fotógrafo argentino, José Virginio Freitas Henriques.
En el Centro Cultural Victoria Ocampo -Villa Victoria-, Matheu 1851, se inauguró la muestra “Fotos de la vieja Rambla. Fotografías del Estudio Freitas e Hijo. Mar del Plata 1917 1932”, organizada por la Fundación Osde con el auspicio de la secretaría de Cultura de la municipalidad.
La exposición cuenta con la curaduría de Abel Alexander, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Fotografía Histórica, quien el día de la inauguración brindó una charla dando marco histórico a la muestra.
Destacó Alexander el fenómeno inédito que se dio en Mar del Plata a comienzos del siglo XX, cuando las más importantes casas fotográficas de Buenos Aires se trasladaron a nuestra ciudad “siguiendo a sus clientes, los miembros de las más encumbradas familias del país que venían a veranear a estas playas durante tres meses”.
Entre estos profesionales, auténticos artistas de la cámara, se destacaba José Virginio Freitas Henriques, hijo de Christiano Junior, uno de los pioneros de la fotografía argentina.
Freitas Henriques instaló en Mar del Plata dos estudios, uno sobre la calle San Martín casi esquina Santa Fe y otro en la Rambla Bristol.
En la muestra se exhiben cincuenta fotos tomadas en la rambla, representativas de los turistas que entre los años 1917 y 1932 veraneaban en la ciudad.
“La Argentina recibía todos los adelantos técnicos ni bien aparecían en Europa o Estados Unidos”, dijo Alexander, “lo que nos ponía a la avanzada tecnológica. De esta manera, los fotógrafos pudieron romper el cerco de las paredes del estudio fotográfico y salir con sus cámaras a la rambla y a la playa, logrando estas fotos que hoy tienen tanto valor. A veces las fotografías eran solicitadas o bien aceptadas por los turistas; sin embargo, muchas se tomaban como verdaderas instantáneas y por sorpresa a damas y caballeros elegantes que caminaban por la famosa rambla, donde el rito tácito era pasear entre aquellas columnatas para mirar y también ser visto. La Bristol era definitivamente el punto de reunión obligado de aquel mundo chic, donde se lucían los últimos modelos de París, se saludaba con el sombrero en la mano, se paseaba a los niños con sus niñeras de riguroso uniforme; durante las tardes de los domingos se podía disfrutar valses y operetas ejecutados por la Banda Municipal y hasta funcionaban dos modernos cinematógrafos para admirar las películas mudas. Aquella era una verdadera pasarela de ostentación dedicada a la exposición social y el estatus”.
En otro momento de su charla destacó el aporte de las mujeres en el desarrollo de la fotografía argentina: “Muchas veces, ante la muerte de los titulares de los estudios fotográficos, eran las viudas las que continuaban con la tarea, además de ser quienes coloreaban, a mano, las fotos y acompañaban a las modelos en su preparación para posar”.
Las fotografías provienen de diferentes colecciones privadas y fueron cuidadosamente seleccionadas por el curador para transmitir el espíritu de la época.
Abel Alexander dedicó una importante parte de su charla a destacar el valor documental de las viejas fotografías y la desaprensión de mucha gente ante ellas. “Podemos afirmar sin temor a equivocarnos”, manifestó, “que hoy día los cartoneros son los verdaderos preservadores de nuestra memoria fotográfica, pues muchas de las fotos que llegan a las manos de los coleccionistas e investigadores han sido rescatadas literalmente de la basura.”
Entre el numeroso público que asistió a la apertura de la exposición se contó con la presencia de las autoridades de la secretaría de Cultura local, personal directivo de OSDE Filial Mar del Plata, artistas e historiadores y de José Eduardo Freitas, descendiente del fotógrafo homenajeado.
El sábado 20 de junio a las 16, se realizará una visita guiada a la muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 12 de julio.
ESTUDIO “FREITAS E HIJO”.
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La familia Freitas Henriques es oriunda del Archipiélago de las Azores, Reino de Portugal. Emigra en 1862 a Brasil donde el padre de familia inicia su ascendente carrera fotográfica. José Virginio acompaña a su progenitor en todas las tareas del oficio y lo secunda en los distintos establecimientos que este regentea. A partir de 1867 la familia abre primero en Buenos Aires y luego en otras provincias argentinas diferentes estudios fotográficos. En el concepto del Periódico El Mosquito “el Estudio Freitas e Hijo es uno de los establecimientos de confianza que merecen… el nombre de establecimientos artísticos”. Este estudio tiene como clientela a las principales familias de la Capital.
Mar del Plata, incipiente población a mediados del siglo XIX avanzará notablemente con el arribo en 1877 de Pedro Luro; queda definitivamente conectada a Buenos Aires con la inauguración del Hotel Bristol en 1888 marcando el inicio del turismo mayoritariamente porteño. En 1913 se inaugura la elegante Rambla Bristol donde se paseaban las familias aristocráticas de la capital.
José Virginio Freitas Henriques se instala comercialmente en Mar del Plata en el año 1917, funcionando su Estudio en dos sedes, la ubicada en la calle San Martín que se dedica a la toma de sus afamados retratos de estudio, muchos coloreados a mano y la de la Rambla Bristol que funciona interrumpidamente entre 1917 y 1933; esta última tiene como modus operandis recorrer cámara en mano todos los escenarios marplatenses en busca de clientes: en las playas, sobre la orilla del mar, los acantilados, la costanera, diversas confiterías y obviamente el infaltable paseo de la Rambla Bristol.
Una Publicidad de mediados de la década del 20 decía:
Casarse y Retratarse en la FOTOGRAFIA FREITAS,es el Ideal de los Novios.
San Martín 2385-Unión Tel. 378
Recordando mis comentarios anteriores en la foto 4845,enviada por el Sr. Daniel Milusi.
José Virginio Freitas Enriques era hijo de José Christiano de Freitas Henriques Junior y de Maria Jacinta Fraga,ambos de las Islas Azores, Reino de Portugal,José Virginio había nacido en 1851 y su hermano Federico Augusto en 1853.
Según el historiador Abel Alexander,su padre firmaba las fotos como Christiano Junior,pero muchos cronistas lo escribieron como Christian Junior,confundido por Christian,que con su hermano Guillermo,que eran estadounidenses,y tenían una escuela en el mismo edificio,calle Artes 118,actual Carlos Pellegrini de la Ciudad de Buenos Aires,también, observa Alexander que Henríques,va con acento en la i,y que muchos omiten Junior,cuando en Portugal es imprescindible usarlo en los documentos,para defirenciar el padre del hijo,agrega que debemos diferencia Christiano Junior de Freitas que es su hijo,que además trabajaban juntos.Pese que no existe muchos datos biograficos,se sabe que,que había nacido èl,y su hermano en Portugal.La familia se trasladò a Brasil en 1862,en Maceió,actual Alagoas,luego pasan a Río de Janeiro donde se asocia con otros y se expande hacia Mercedes (Uruguay) y posteriormente a Buenos Aires,posiblemente en 1868 aunque el diario la Tribuna lo menciona un año antes,figura en la calle Florida 159 y mas tarde enfrente en el número 160-64. En en primer censo (1869) se encuentran anotados,como que viven en el mismo lugar,Crhistiano Junior, y sus hijos Jose Virgino y Federico Augusto y una persona llamada José Antonio Silva.
José Virginio Freitas se hizo al lado de su padre,y se supone que lo acompañó en su trabajo y en sus viajes a Córdoba y Mendoza entre otros -Un aviso del Diario El Progreso de 1867 dice:
“Christiano Junior Fotografía y Pintura calle Florida 159,Hallándose mi Oficina Lista a Funcionar,Estará Abierta al Público Desde Hoy 1º de Diciembre”.
-Aviso del Diario El Constitucional,de Córdoba,del 24 de Abril de 1880 dice:
”Christiano Junior-Fotógrafo-Establecido en Buenos Aires desde 1867-Premiado con 9 Medallas en 5 Exposiciones Nacionales y Extranjeras- Atiende hoy en Esta Ciudad Mendoza” (es textual), suponemos que fue un gran error de imprenta.El lunes 8 de Marzo de 1875,por un voraz incendio,se destruye el estudio de fotografía,que se dedicaba a la infancia.
-El sábado 20,sale un aviso en el Diario La Prensa que dice:
“Retratos de Criaturas-Fotógrafo de la Infancia.Habiéndose Incendiado Este Establecimiento,Situado en la calle Artes 118,se Avisa a las Personas que Tengan Criaturas Para Retratar,que lo Podemos Hacer en la Calle Florida Num. 160 de las 8 a las 12 del Día Mientras no se Instale otro Taller Destinado a las Criaturas” -Christiano Junior-
-El 4 de Febrero de 1875,en el Diario La Prensa,leemos:
”Premiado en la Exposición Nacional de Córdoba,con la 1ª Medalla de Oro y 150 pesos fuertes -calle De La Florida 160,para adultos.
Artes 118-Fotografía de la Infancia
Especialidad en retratos de Criaturas
Casa en Río de Janeiro:
Rua de Quintanda num. 45
Retratos de cualquier tamaño en fotografía simple o colorida al óleo,pastel,acuarela,etc.
Copias de cualquier retrato aumentadas hasta el natural
Retratos al óleo sobre lienzos
Retratos sobre porcelana y esmalte,trabajo que actualmente en Buenos Aires y Montevideo se hacen unicamente en nuestros establecimientos
Vistas de Buenos Aires y sus contornos,para cuadros,albums y sus stereoscopos.
Gran colección de retratos de los hombres célebres de esta República en dos tamaños
No hay en Buenos Aires establecimiento de este género que ocupe edificios tan vastos como los nuestros,ofreciendo al público, confort,comodidad y distración en sus salones y jardines
En el establecimiento de la calle Artes tenemos máquinas instatáneas que permiten sacar retratos de las criaturas mas inquietas y traviesas
Recibimos encargos de la campaña y de la provincia,para copiar retratos aumentados en fotografía o al óleo,recibiendo con el original,las indicaciones precisas como edad,color de pelos,cara,ojos,barba etc.y mas designándonos la persona que nos debe abonar el importe al recibir el retrato etc.
-De José Virginio Freitas,mencionado por los historiadores solo con su apellido,vemos que se lo nombra como socio de su padre Christiano Junior,¡y que trabajaron juntos,en Buenos Aires,¡y en las giras por el norte argentino,¡como por ejemplo Tucumán,donde instalan un negocio en la calle Laprida al 100 de la capial de esa provincia y además compran la quinta de Arzumendi,en Arroyo Hondo (Monteros).José Virginio figura como que se casó en Catamarca con Emilia María Xavier,en 1879,y permaneció hasta 1885 con negocios en esa provincia y la de Santiago del Estero,con distintas razones sociales:
.Christiano Junior Hijo
.Christiano Junior Hijo y Cía.
.Fotografía Junior y Freitas Henriques
.José V. Freitas.
Hay Fotos del Carromato tirado por un caballo,en el cual se trasladaban,y era usado también como vivienda y laboratorio movil.
En algunos periódicos de época figura que Christiano Junior,tenía además casas de Baños en la calle Artes y en Florida 193.
Y José Virginio Freitas estaba cargo del estudio de la calle Artes 118 y Victoria (actual H. Irigoyen) 296.
En 1878 el inglés Alejandro Witcomb y Roberto Mackern,compran el atelier de la calle Florida y sus archivos fotográficos,aquellos famosos negativos artesanales que eran de Coloidón húmedo.Que por suerte en 1960 13 grandes álbumes son comprados por el Gobierno de la Nación y están en el Archivo General;como acotación,no se pudo saber que fué de la madre de Freitas,María Jacinta Fraga,ya que en el censo del 69,no aparece,y los historiadores de fotógrafos no la mencionan más,puede ser por una separación matrimonial o por fallecimiento.
-Luego del incendio del estudio,en 1875,en la calle Artes 118 (actual Carlos Pellegrini)el mismo fue reabierto tiempo después,pero en Victoria 296 (actual H. Yrigoyen) junto a su hijo mayor José Virginio Freitas,que había sido siempre su colaborador.
-En 1878 el 15 de Mayo,en el Diario La Prensa,leemos un aviso que dice:
“Habiendo vendido mi padre su casa de fotografía,Florida 208,cuya dirección he tenido en los últimos 6 años,me he puesto al frente de la que está situada en la calle Victoria,de mi exclusiva pertenencia,y en la que acabo de hacer grandes reformas.
Firmado: José V. Freitas”.
El link de la foto 4845,enviada por el Sr. Daniel Milusi,mencionado en mi comentario anterior,cuyo epìgrafe dice:
“El famoso fotógrafo José Virginio Freitas Enriques en la Rambla Brìstol”.
Desde principios del siglo XX hasta la década de 1960,la mayoría de
los viajeros que regresaban de sus vacaciones en Mar del Plata solían
agregar unos pocos gramos al ya voluminoso equipaje del retorno.Y
pensar que en tan poco peso se podía atesorar tal multitud de recuer
dos felices…Obviamente nos estamos refiriendo a las queridas postales fotográficas sobre nuestros veraneos marplatenses del ayer;de hecho, estas delgadas cartulinas representan una larga historia visual sobre el ocio y descanso.Esta posibilidad,en aquella luminosa ciudad atlántica,osciló entre ser 1º el privilegio de unos pocos y luego la conquista social del derecho a las vacaciones por parte de la mayoría de los argentinos.Es interesante señalar que,siendo una de las más jóvenes ciudades argentinas,produjo –sin embargo y durante esas seis décadas– un enorme caudal fotográfico de característica social sin parangón en el país.La consagración de Mar del Plata como destino turístico a partir de la 1ª década del siglo XX primero en forma exclusiva para las clases más adineradas y luego de manera masiva para descanso de la clase trabajadora,coincidió en el tiempo con la consagración internacional del práctico formato conocido como
post card.El nacimiento de las postales fotográficas se debió a la confluencia de varios factores: la aparición de nuevas y prácticas cámaras de mano especialmente norteamericanas y alemanas–,la fabricación de negativos en forma industrial y,también,el surgimiento de papeles fotográficos a la gelatina de plata que adoptaron el formato universal –9 x 14 cm– de las ya popularísimas tarjetas postales.
Grandes fabricantes mundiales de papel fotográfico,como Kodak de Estados Unidos –con sus marcas “Azo”,“Artura” o “K” –,Gevaert de
Bélgica,Agfa de Alemania o Ilford de Inglaterra,se sumaron a la nueva
moda e inundaron todas las plazas del mundo con sus novedosas
post card,o sea,papeles sensibles sobre el frente y los dorsos impresos que respetaban las características dictadas por la Union Postale
Universelle para el envío de estas cartas mínimas con franqueo reducido y exentas de utilizar sobres.
Por supuesto,esta nueva moda fue adoptada en forma fulminante por
los fotógrafos playeros de Mar del Plata y tuvo una enorme aceptación
por parte de todos los veraneantes. Normalmente el modus operandi
consistía en recorrer,cámara en mano,todos los escenarios marplatenses, o sea: las playas,la orilla del mar,los acantilados,la costanera,
diversas confiterías,los famosos lobos marinos del escultor Fioravanti –a veces con lobos auténticos– y,por supuesto,los monumentales
conjuntos arquitectónicos del Casino Central o el Hotel Provincial.
A veces las fotografías eran solicitadas –o bien aceptadas– por los
turistas,sin embargo,muchas se tomaban como verdaderas instantáneas y por sorpresa a las damas y caballeros elegantes que caminaban
por la Rambla Brìstol,donde el rito era pasear para mirar y ser visto.
La Brìstol era el punto de reunión obligado,allí se lucían los últimos
modelos de París se saludaba con el sombrero en la mano,se paseaba a los niños con sus nurses de riguroso uniforme;durante las tardes
de los domingos se podían disfrutar valses y operetas ejecutados por
la Banda Municipal y hasta funcionaba un moderno cinematógrafo
para admirar las “vistas” silentes.Es oportuno señalar que el nuevo fenómeno turístico de Mar del Plata produjo cierto impacto en los principales estudios fotográficos de Buenos Aires.Grandes firmas como Witcomb,Bixio,Freitas,Mazer y otras vieron con preocupación la emigración de su mejor clientela durante los meses de verano;en consecuencia,todas ellas decidieron abrir sucursales en el nuevo balneario y,por supuesto,eligieron para sus locales la elegante Rambla Brìstol –construida hacia 1913– convertida en poco tiempo en una verdadera pasarela para la exposición social y el
estatus.Generalmente,luego de la “captura” de la imagen,se trabajaba de prisa en los laboratorios,así el interesado –o el curioso
–,a veces en el mismo día,podía observarse expuesto en la vidriera o sobre laspizarras del interior de la casa fotográfica.
Desde muy temprano las tarjetas postales fotográficas llevaron la publicidad impresa al pie de las mismas,con el nombre de la firma,la dirección e –inclusive– el año de la temporada.Pero si de fotografía marplatense estamos hablando,primero debemos remontarnos hasta los precursores de este nuevo arte.En 1878 se establece en la costa el italiano Carlos Magnoni y dos años después lo hace su connacional Ulderico Carnaghi,fotógrafo y pintor de larga actuación local.Desde 1882 ya se registra también la presencia de Mateo Bonnín,quien en 1908 “capturó” con su cámara a Julio Argentino Roca paseando junto a su fiel edecán Artemio Gramajo–a cuya inventiva culinaria se debe el conocido revuelto que lleva su nombre–,hacia esa fecha operaba en la calle San Luis 111.Paralelamente Bonnín fue corresponsal fotográfico de Caras y Caretas;en 1924 se encontraba establecido en la rambla,local Nº 125,y
ostentaba la distinción de “Fotógrafo oficial del Mar del Plata Golf
Club”,ese año además incluía en sus tarjetas postales la referencia
histórica al cincuentenario de la ciudad.Uno de los más prestigiosos fotógrafos establecidos en Mar del Plata hacia 1917,y proveniente de Buenos Aires,fue el portugués José Virginio Freitas Henriques (1851-1928) –hijo mayor del célebre Christiano Junior–,más conocido por su nombre artístico de Freitas y cuya firma ocupaba toda la vidriera del local sobre la Rambla Bristol.Como todos sus colegas,Freitas grababa en las fotografías el número de negativo correspondiente para realizar eventuales copias.A partir de esta información calculamos que Freitas e Hijo realizaron decenas de miles de retratos por temporada.
Otra de las firmas emblemáticas de principios del siglo XX fue Florencio Bixio y Cía.,preferida por los exigentes veraneantes debido a la fama de sus retratos.Su concurrido local sobre la Rambla Brìstol se
llenó de curiosos cuando,en Enero de 1930,exhibió en las vidrieras
del local impactantes fotos sobre el naufragio del crucero alemán
“Monte Cervantes”,hundido frente a Ushuaia con 1200 pasajeros
y 300 tripulantes.Estas imágenes de tipo periodísticas le fueron remitidas especialmente por la revista Caras y Caretas,de la cual era
corresponsal.También se debe tener en cuenta,por la calidad y originalidad de sus trabajos,a Bixio y Merlino,quienes además se paseaban entre los bañistas de elite de Playa Chica o Playa Grande hacia
la década de 1920 Es decir,la alta clase social y prestigiosas casas
fotográficas porteñas caminaban de la mano entre las décadas de
1900 y 1930.De este mismo período no debemos dejar de señalar algunas casas de fotografías exclusivamente marplatenses,como Mateo Bonnín,
Aviador Cattàneo,Casus,Mandri,Masis o Pagnotta.
Las imágenes de estos fotógrafos despliegan en una extensa y feliz
iconografía una de las grandes pasiones de la aristocracia porteña
de principios de siglo: nada menos que veranear en aquella flamante
Mar del Plata,convertida por entonces en la Biarritz sudamericana.
Era la época de una Argentina opulenta,que construía a ritmo febril
y sin reparar en gastos magníficas mansiones.Así surgieron las de
Ortiz Basualdo,los Unzué,los Leloir o los Blaquier,cuyas grandes
familias se trasladaban a la costa con todo el personal de servicio
incluido,para disfrutar durante el largo veraneo de los novedosos
“baños de mar”.
Hacia la década de 1940 se produjeron grandes cambios sociales,los
cuales se acentuaron con la llegada al poder de Juan Domingo Perón.
En el caso de Mar del Plata,el resultado fue la apertura de grandes
hoteles vinculados a los principales sindicatos: se había iniciado, para
quedarse,el turismo masivo.Esta nueva y multitudinaria etapa fue cubierta por centenares de fotógrafos de playa,ahora se los podía ver por doquier.Bronceados y con sus cámaras siempre listas recorrían, incansables,hasta las playas más alejadas pregonando a viva voz la captura de aquel instante evocador.En este período se destacan los retratos en la arena y las fotografías de la gente en el agua.Entre los profesionales y casas de fotografías del período 1930-1960,
se encuentran Arias,Aris, Atenas,Brìstol,Carboni,Carbonieri,Chiclana, Damiano,Ermis,Fotito,Guden,Hivio,Johnson,Jorge,Mickey,Ocean,París, Real,Rotondo y Ufa.Queremos resaltar que la fotografía de playa,por su enorme volumen,generó –junto a hoteles,restaurantes y medios de transporte una actividad económica importante en la historia marplatense.No sólo fue beneficiosa para las grandes firmas fotográficas,también fue vital para cantidad de pequeños cuentapropistas.A partir de la década de 1960,con la popularización de prácticas y sencillas cámaras para aficionados,la actividad de aquellos fotógrafos playeros inició su decadencia.Las postales de Mar del Plata se pueden considerar actualmente como las primeras fotografías de tipo turístico en nuestro país,han sido vehículo de correspondencia nacional e internacional,recuerdo imborrable de vacaciones familiares,testigo de romances,de salidas con amigos,de nuestros hijos con el balde y la palita.Hoy,guardadasnen pequeñas cajas de millones de hogares, representan el testimonio de nuestros mejores momentos,de una época irrepetible,son simple y sencillamente eso: ¡Fotografías de la Felicidad!
(Fuente: fotografías de la felicidad/Abel Alexander)
En una foto similar,enviada por el Sr. Enrique M. Palacio,que lleva el nº 4750,y publicada el 9 de Abril de 2011,en el 1er.comentario escribì:
“Las dos personas del centro de la foto,llevan,la de la izquierda,un traje cruzado,con camisa blanca con corbata,y como detalle se observa un pañuelo en el bolsillo superior izquierdo del saco,además a la usanza de época,tiene bastón y sombrero,en este caso en su mano,calza zapatos clásicos acordonados;el Sr. de la derecha viste un pantalón abuchonado,sujeto por un grueso cinturón,hasta debajo de las rodillas,con medias largas y dibujos fantasía,usa camisa de mangas largas con corbata,y chaleco cerrado,con formas cuadriculada en su tejido,lleva boina tipo gorra con visera y calza zapatos denominados informales o deportivos.El caballero que viene detrás a la derecha de la imagen,luce un elegante traje cruzado,camisa corbata,sombrero en mano,calzado clásico y su cabello está peinado con fijador,denominado comunmente,a la gomina.Detalló la moda,mi esposa Lina”.
Agradeciendo al Sr. Bians por el envío de ésta imagen , aprovecho para transcribir un interesante artículo publicado por el Diario “La Capital” en el año 2009 a propósito de aquella exposición mencionada en el epígrafe.
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INAUGURARON UNA MUESTRA CON FOTOS DE LA VIEJA RAMBLA MARPLATENSE.
Quedó inaugurada en Villa Victoria una muestra de fotografías tomadas en la Rambla. La historia a través de la lente de un reconocido fotógrafo argentino, José Virginio Freitas Henriques.
En el Centro Cultural Victoria Ocampo -Villa Victoria-, Matheu 1851, se inauguró la muestra “Fotos de la vieja Rambla. Fotografías del Estudio Freitas e Hijo. Mar del Plata 1917 1932”, organizada por la Fundación Osde con el auspicio de la secretaría de Cultura de la municipalidad.
La exposición cuenta con la curaduría de Abel Alexander, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Fotografía Histórica, quien el día de la inauguración brindó una charla dando marco histórico a la muestra.
Destacó Alexander el fenómeno inédito que se dio en Mar del Plata a comienzos del siglo XX, cuando las más importantes casas fotográficas de Buenos Aires se trasladaron a nuestra ciudad “siguiendo a sus clientes, los miembros de las más encumbradas familias del país que venían a veranear a estas playas durante tres meses”.
Entre estos profesionales, auténticos artistas de la cámara, se destacaba José Virginio Freitas Henriques, hijo de Christiano Junior, uno de los pioneros de la fotografía argentina.
Freitas Henriques instaló en Mar del Plata dos estudios, uno sobre la calle San Martín casi esquina Santa Fe y otro en la Rambla Bristol.
En la muestra se exhiben cincuenta fotos tomadas en la rambla, representativas de los turistas que entre los años 1917 y 1932 veraneaban en la ciudad.
“La Argentina recibía todos los adelantos técnicos ni bien aparecían en Europa o Estados Unidos”, dijo Alexander, “lo que nos ponía a la avanzada tecnológica. De esta manera, los fotógrafos pudieron romper el cerco de las paredes del estudio fotográfico y salir con sus cámaras a la rambla y a la playa, logrando estas fotos que hoy tienen tanto valor. A veces las fotografías eran solicitadas o bien aceptadas por los turistas; sin embargo, muchas se tomaban como verdaderas instantáneas y por sorpresa a damas y caballeros elegantes que caminaban por la famosa rambla, donde el rito tácito era pasear entre aquellas columnatas para mirar y también ser visto. La Bristol era definitivamente el punto de reunión obligado de aquel mundo chic, donde se lucían los últimos modelos de París, se saludaba con el sombrero en la mano, se paseaba a los niños con sus niñeras de riguroso uniforme; durante las tardes de los domingos se podía disfrutar valses y operetas ejecutados por la Banda Municipal y hasta funcionaban dos modernos cinematógrafos para admirar las películas mudas. Aquella era una verdadera pasarela de ostentación dedicada a la exposición social y el estatus”.
En otro momento de su charla destacó el aporte de las mujeres en el desarrollo de la fotografía argentina: “Muchas veces, ante la muerte de los titulares de los estudios fotográficos, eran las viudas las que continuaban con la tarea, además de ser quienes coloreaban, a mano, las fotos y acompañaban a las modelos en su preparación para posar”.
Las fotografías provienen de diferentes colecciones privadas y fueron cuidadosamente seleccionadas por el curador para transmitir el espíritu de la época.
Abel Alexander dedicó una importante parte de su charla a destacar el valor documental de las viejas fotografías y la desaprensión de mucha gente ante ellas. “Podemos afirmar sin temor a equivocarnos”, manifestó, “que hoy día los cartoneros son los verdaderos preservadores de nuestra memoria fotográfica, pues muchas de las fotos que llegan a las manos de los coleccionistas e investigadores han sido rescatadas literalmente de la basura.”
Entre el numeroso público que asistió a la apertura de la exposición se contó con la presencia de las autoridades de la secretaría de Cultura local, personal directivo de OSDE Filial Mar del Plata, artistas e historiadores y de José Eduardo Freitas, descendiente del fotógrafo homenajeado.
El sábado 20 de junio a las 16, se realizará una visita guiada a la muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 12 de julio.
FUENTE : Diario “La Capital” del día 17-06-2009.
Prof. Julián Mendozzi.
ESTUDIO “FREITAS E HIJO”.
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La familia Freitas Henriques es oriunda del Archipiélago de las Azores, Reino de Portugal. Emigra en 1862 a Brasil donde el padre de familia inicia su ascendente carrera fotográfica. José Virginio acompaña a su progenitor en todas las tareas del oficio y lo secunda en los distintos establecimientos que este regentea. A partir de 1867 la familia abre primero en Buenos Aires y luego en otras provincias argentinas diferentes estudios fotográficos. En el concepto del Periódico El Mosquito “el Estudio Freitas e Hijo es uno de los establecimientos de confianza que merecen… el nombre de establecimientos artísticos”. Este estudio tiene como clientela a las principales familias de la Capital.
Mar del Plata, incipiente población a mediados del siglo XIX avanzará notablemente con el arribo en 1877 de Pedro Luro; queda definitivamente conectada a Buenos Aires con la inauguración del Hotel Bristol en 1888 marcando el inicio del turismo mayoritariamente porteño. En 1913 se inaugura la elegante Rambla Bristol donde se paseaban las familias aristocráticas de la capital.
José Virginio Freitas Henriques se instala comercialmente en Mar del Plata en el año 1917, funcionando su Estudio en dos sedes, la ubicada en la calle San Martín que se dedica a la toma de sus afamados retratos de estudio, muchos coloreados a mano y la de la Rambla Bristol que funciona interrumpidamente entre 1917 y 1933; esta última tiene como modus operandis recorrer cámara en mano todos los escenarios marplatenses en busca de clientes: en las playas, sobre la orilla del mar, los acantilados, la costanera, diversas confiterías y obviamente el infaltable paseo de la Rambla Bristol.
FUENTE : construyendoidentidad-equipo.blogspot.com.ar ; 02-07-2011.
Prof. Julián Mendozzi.
Una Publicidad de mediados de la década del 20 decía:
Casarse y Retratarse en la FOTOGRAFIA FREITAS,es el Ideal de los Novios.
San Martín 2385-Unión Tel. 378
Recordando mis comentarios anteriores en la foto 4845,enviada por el Sr. Daniel Milusi.
José Virginio Freitas Enriques era hijo de José Christiano de Freitas Henriques Junior y de Maria Jacinta Fraga,ambos de las Islas Azores, Reino de Portugal,José Virginio había nacido en 1851 y su hermano Federico Augusto en 1853.
Según el historiador Abel Alexander,su padre firmaba las fotos como Christiano Junior,pero muchos cronistas lo escribieron como Christian Junior,confundido por Christian,que con su hermano Guillermo,que eran estadounidenses,y tenían una escuela en el mismo edificio,calle Artes 118,actual Carlos Pellegrini de la Ciudad de Buenos Aires,también, observa Alexander que Henríques,va con acento en la i,y que muchos omiten Junior,cuando en Portugal es imprescindible usarlo en los documentos,para defirenciar el padre del hijo,agrega que debemos diferencia Christiano Junior de Freitas que es su hijo,que además trabajaban juntos.Pese que no existe muchos datos biograficos,se sabe que,que había nacido èl,y su hermano en Portugal.La familia se trasladò a Brasil en 1862,en Maceió,actual Alagoas,luego pasan a Río de Janeiro donde se asocia con otros y se expande hacia Mercedes (Uruguay) y posteriormente a Buenos Aires,posiblemente en 1868 aunque el diario la Tribuna lo menciona un año antes,figura en la calle Florida 159 y mas tarde enfrente en el número 160-64. En en primer censo (1869) se encuentran anotados,como que viven en el mismo lugar,Crhistiano Junior, y sus hijos Jose Virgino y Federico Augusto y una persona llamada José Antonio Silva.
José Virginio Freitas se hizo al lado de su padre,y se supone que lo acompañó en su trabajo y en sus viajes a Córdoba y Mendoza entre otros -Un aviso del Diario El Progreso de 1867 dice:
“Christiano Junior Fotografía y Pintura calle Florida 159,Hallándose mi Oficina Lista a Funcionar,Estará Abierta al Público Desde Hoy 1º de Diciembre”.
-Aviso del Diario El Constitucional,de Córdoba,del 24 de Abril de 1880 dice:
”Christiano Junior-Fotógrafo-Establecido en Buenos Aires desde 1867-Premiado con 9 Medallas en 5 Exposiciones Nacionales y Extranjeras- Atiende hoy en Esta Ciudad Mendoza” (es textual), suponemos que fue un gran error de imprenta.El lunes 8 de Marzo de 1875,por un voraz incendio,se destruye el estudio de fotografía,que se dedicaba a la infancia.
-El sábado 20,sale un aviso en el Diario La Prensa que dice:
“Retratos de Criaturas-Fotógrafo de la Infancia.Habiéndose Incendiado Este Establecimiento,Situado en la calle Artes 118,se Avisa a las Personas que Tengan Criaturas Para Retratar,que lo Podemos Hacer en la Calle Florida Num. 160 de las 8 a las 12 del Día Mientras no se Instale otro Taller Destinado a las Criaturas” -Christiano Junior-
-El 4 de Febrero de 1875,en el Diario La Prensa,leemos:
”Premiado en la Exposición Nacional de Córdoba,con la 1ª Medalla de Oro y 150 pesos fuertes -calle De La Florida 160,para adultos.
Artes 118-Fotografía de la Infancia
Especialidad en retratos de Criaturas
Casa en Río de Janeiro:
Rua de Quintanda num. 45
Retratos de cualquier tamaño en fotografía simple o colorida al óleo,pastel,acuarela,etc.
Copias de cualquier retrato aumentadas hasta el natural
Retratos al óleo sobre lienzos
Retratos sobre porcelana y esmalte,trabajo que actualmente en Buenos Aires y Montevideo se hacen unicamente en nuestros establecimientos
Vistas de Buenos Aires y sus contornos,para cuadros,albums y sus stereoscopos.
Gran colección de retratos de los hombres célebres de esta República en dos tamaños
No hay en Buenos Aires establecimiento de este género que ocupe edificios tan vastos como los nuestros,ofreciendo al público, confort,comodidad y distración en sus salones y jardines
En el establecimiento de la calle Artes tenemos máquinas instatáneas que permiten sacar retratos de las criaturas mas inquietas y traviesas
Recibimos encargos de la campaña y de la provincia,para copiar retratos aumentados en fotografía o al óleo,recibiendo con el original,las indicaciones precisas como edad,color de pelos,cara,ojos,barba etc.y mas designándonos la persona que nos debe abonar el importe al recibir el retrato etc.
-De José Virginio Freitas,mencionado por los historiadores solo con su apellido,vemos que se lo nombra como socio de su padre Christiano Junior,¡y que trabajaron juntos,en Buenos Aires,¡y en las giras por el norte argentino,¡como por ejemplo Tucumán,donde instalan un negocio en la calle Laprida al 100 de la capial de esa provincia y además compran la quinta de Arzumendi,en Arroyo Hondo (Monteros).José Virginio figura como que se casó en Catamarca con Emilia María Xavier,en 1879,y permaneció hasta 1885 con negocios en esa provincia y la de Santiago del Estero,con distintas razones sociales:
.Christiano Junior Hijo
.Christiano Junior Hijo y Cía.
.Fotografía Junior y Freitas Henriques
.José V. Freitas.
Hay Fotos del Carromato tirado por un caballo,en el cual se trasladaban,y era usado también como vivienda y laboratorio movil.
En algunos periódicos de época figura que Christiano Junior,tenía además casas de Baños en la calle Artes y en Florida 193.
Y José Virginio Freitas estaba cargo del estudio de la calle Artes 118 y Victoria (actual H. Irigoyen) 296.
En 1878 el inglés Alejandro Witcomb y Roberto Mackern,compran el atelier de la calle Florida y sus archivos fotográficos,aquellos famosos negativos artesanales que eran de Coloidón húmedo.Que por suerte en 1960 13 grandes álbumes son comprados por el Gobierno de la Nación y están en el Archivo General;como acotación,no se pudo saber que fué de la madre de Freitas,María Jacinta Fraga,ya que en el censo del 69,no aparece,y los historiadores de fotógrafos no la mencionan más,puede ser por una separación matrimonial o por fallecimiento.
-Luego del incendio del estudio,en 1875,en la calle Artes 118 (actual Carlos Pellegrini)el mismo fue reabierto tiempo después,pero en Victoria 296 (actual H. Yrigoyen) junto a su hijo mayor José Virginio Freitas,que había sido siempre su colaborador.
-En 1878 el 15 de Mayo,en el Diario La Prensa,leemos un aviso que dice:
“Habiendo vendido mi padre su casa de fotografía,Florida 208,cuya dirección he tenido en los últimos 6 años,me he puesto al frente de la que está situada en la calle Victoria,de mi exclusiva pertenencia,y en la que acabo de hacer grandes reformas.
Firmado: José V. Freitas”.
El link de la foto 4845,enviada por el Sr. Daniel Milusi,mencionado en mi comentario anterior,cuyo epìgrafe dice:
“El famoso fotógrafo José Virginio Freitas Enriques en la Rambla Brìstol”.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4845
Desde principios del siglo XX hasta la década de 1960,la mayoría de
los viajeros que regresaban de sus vacaciones en Mar del Plata solían
agregar unos pocos gramos al ya voluminoso equipaje del retorno.Y
pensar que en tan poco peso se podía atesorar tal multitud de recuer
dos felices…Obviamente nos estamos refiriendo a las queridas postales fotográficas sobre nuestros veraneos marplatenses del ayer;de hecho, estas delgadas cartulinas representan una larga historia visual sobre el ocio y descanso.Esta posibilidad,en aquella luminosa ciudad atlántica,osciló entre ser 1º el privilegio de unos pocos y luego la conquista social del derecho a las vacaciones por parte de la mayoría de los argentinos.Es interesante señalar que,siendo una de las más jóvenes ciudades argentinas,produjo –sin embargo y durante esas seis décadas– un enorme caudal fotográfico de característica social sin parangón en el país.La consagración de Mar del Plata como destino turístico a partir de la 1ª década del siglo XX primero en forma exclusiva para las clases más adineradas y luego de manera masiva para descanso de la clase trabajadora,coincidió en el tiempo con la consagración internacional del práctico formato conocido como
post card.El nacimiento de las postales fotográficas se debió a la confluencia de varios factores: la aparición de nuevas y prácticas cámaras de mano especialmente norteamericanas y alemanas–,la fabricación de negativos en forma industrial y,también,el surgimiento de papeles fotográficos a la gelatina de plata que adoptaron el formato universal –9 x 14 cm– de las ya popularísimas tarjetas postales.
Grandes fabricantes mundiales de papel fotográfico,como Kodak de Estados Unidos –con sus marcas “Azo”,“Artura” o “K” –,Gevaert de
Bélgica,Agfa de Alemania o Ilford de Inglaterra,se sumaron a la nueva
moda e inundaron todas las plazas del mundo con sus novedosas
post card,o sea,papeles sensibles sobre el frente y los dorsos impresos que respetaban las características dictadas por la Union Postale
Universelle para el envío de estas cartas mínimas con franqueo reducido y exentas de utilizar sobres.
Por supuesto,esta nueva moda fue adoptada en forma fulminante por
los fotógrafos playeros de Mar del Plata y tuvo una enorme aceptación
por parte de todos los veraneantes. Normalmente el modus operandi
consistía en recorrer,cámara en mano,todos los escenarios marplatenses, o sea: las playas,la orilla del mar,los acantilados,la costanera,
diversas confiterías,los famosos lobos marinos del escultor Fioravanti –a veces con lobos auténticos– y,por supuesto,los monumentales
conjuntos arquitectónicos del Casino Central o el Hotel Provincial.
A veces las fotografías eran solicitadas –o bien aceptadas– por los
turistas,sin embargo,muchas se tomaban como verdaderas instantáneas y por sorpresa a las damas y caballeros elegantes que caminaban
por la Rambla Brìstol,donde el rito era pasear para mirar y ser visto.
La Brìstol era el punto de reunión obligado,allí se lucían los últimos
modelos de París se saludaba con el sombrero en la mano,se paseaba a los niños con sus nurses de riguroso uniforme;durante las tardes
de los domingos se podían disfrutar valses y operetas ejecutados por
la Banda Municipal y hasta funcionaba un moderno cinematógrafo
para admirar las “vistas” silentes.Es oportuno señalar que el nuevo fenómeno turístico de Mar del Plata produjo cierto impacto en los principales estudios fotográficos de Buenos Aires.Grandes firmas como Witcomb,Bixio,Freitas,Mazer y otras vieron con preocupación la emigración de su mejor clientela durante los meses de verano;en consecuencia,todas ellas decidieron abrir sucursales en el nuevo balneario y,por supuesto,eligieron para sus locales la elegante Rambla Brìstol –construida hacia 1913– convertida en poco tiempo en una verdadera pasarela para la exposición social y el
estatus.Generalmente,luego de la “captura” de la imagen,se trabajaba de prisa en los laboratorios,así el interesado –o el curioso
–,a veces en el mismo día,podía observarse expuesto en la vidriera o sobre laspizarras del interior de la casa fotográfica.
Desde muy temprano las tarjetas postales fotográficas llevaron la publicidad impresa al pie de las mismas,con el nombre de la firma,la dirección e –inclusive– el año de la temporada.Pero si de fotografía marplatense estamos hablando,primero debemos remontarnos hasta los precursores de este nuevo arte.En 1878 se establece en la costa el italiano Carlos Magnoni y dos años después lo hace su connacional Ulderico Carnaghi,fotógrafo y pintor de larga actuación local.Desde 1882 ya se registra también la presencia de Mateo Bonnín,quien en 1908 “capturó” con su cámara a Julio Argentino Roca paseando junto a su fiel edecán Artemio Gramajo–a cuya inventiva culinaria se debe el conocido revuelto que lleva su nombre–,hacia esa fecha operaba en la calle San Luis 111.Paralelamente Bonnín fue corresponsal fotográfico de Caras y Caretas;en 1924 se encontraba establecido en la rambla,local Nº 125,y
ostentaba la distinción de “Fotógrafo oficial del Mar del Plata Golf
Club”,ese año además incluía en sus tarjetas postales la referencia
histórica al cincuentenario de la ciudad.Uno de los más prestigiosos fotógrafos establecidos en Mar del Plata hacia 1917,y proveniente de Buenos Aires,fue el portugués José Virginio Freitas Henriques (1851-1928) –hijo mayor del célebre Christiano Junior–,más conocido por su nombre artístico de Freitas y cuya firma ocupaba toda la vidriera del local sobre la Rambla Bristol.Como todos sus colegas,Freitas grababa en las fotografías el número de negativo correspondiente para realizar eventuales copias.A partir de esta información calculamos que Freitas e Hijo realizaron decenas de miles de retratos por temporada.
Otra de las firmas emblemáticas de principios del siglo XX fue Florencio Bixio y Cía.,preferida por los exigentes veraneantes debido a la fama de sus retratos.Su concurrido local sobre la Rambla Brìstol se
llenó de curiosos cuando,en Enero de 1930,exhibió en las vidrieras
del local impactantes fotos sobre el naufragio del crucero alemán
“Monte Cervantes”,hundido frente a Ushuaia con 1200 pasajeros
y 300 tripulantes.Estas imágenes de tipo periodísticas le fueron remitidas especialmente por la revista Caras y Caretas,de la cual era
corresponsal.También se debe tener en cuenta,por la calidad y originalidad de sus trabajos,a Bixio y Merlino,quienes además se paseaban entre los bañistas de elite de Playa Chica o Playa Grande hacia
la década de 1920 Es decir,la alta clase social y prestigiosas casas
fotográficas porteñas caminaban de la mano entre las décadas de
1900 y 1930.De este mismo período no debemos dejar de señalar algunas casas de fotografías exclusivamente marplatenses,como Mateo Bonnín,
Aviador Cattàneo,Casus,Mandri,Masis o Pagnotta.
Las imágenes de estos fotógrafos despliegan en una extensa y feliz
iconografía una de las grandes pasiones de la aristocracia porteña
de principios de siglo: nada menos que veranear en aquella flamante
Mar del Plata,convertida por entonces en la Biarritz sudamericana.
Era la época de una Argentina opulenta,que construía a ritmo febril
y sin reparar en gastos magníficas mansiones.Así surgieron las de
Ortiz Basualdo,los Unzué,los Leloir o los Blaquier,cuyas grandes
familias se trasladaban a la costa con todo el personal de servicio
incluido,para disfrutar durante el largo veraneo de los novedosos
“baños de mar”.
Hacia la década de 1940 se produjeron grandes cambios sociales,los
cuales se acentuaron con la llegada al poder de Juan Domingo Perón.
En el caso de Mar del Plata,el resultado fue la apertura de grandes
hoteles vinculados a los principales sindicatos: se había iniciado, para
quedarse,el turismo masivo.Esta nueva y multitudinaria etapa fue cubierta por centenares de fotógrafos de playa,ahora se los podía ver por doquier.Bronceados y con sus cámaras siempre listas recorrían, incansables,hasta las playas más alejadas pregonando a viva voz la captura de aquel instante evocador.En este período se destacan los retratos en la arena y las fotografías de la gente en el agua.Entre los profesionales y casas de fotografías del período 1930-1960,
se encuentran Arias,Aris, Atenas,Brìstol,Carboni,Carbonieri,Chiclana, Damiano,Ermis,Fotito,Guden,Hivio,Johnson,Jorge,Mickey,Ocean,París, Real,Rotondo y Ufa.Queremos resaltar que la fotografía de playa,por su enorme volumen,generó –junto a hoteles,restaurantes y medios de transporte una actividad económica importante en la historia marplatense.No sólo fue beneficiosa para las grandes firmas fotográficas,también fue vital para cantidad de pequeños cuentapropistas.A partir de la década de 1960,con la popularización de prácticas y sencillas cámaras para aficionados,la actividad de aquellos fotógrafos playeros inició su decadencia.Las postales de Mar del Plata se pueden considerar actualmente como las primeras fotografías de tipo turístico en nuestro país,han sido vehículo de correspondencia nacional e internacional,recuerdo imborrable de vacaciones familiares,testigo de romances,de salidas con amigos,de nuestros hijos con el balde y la palita.Hoy,guardadasnen pequeñas cajas de millones de hogares, representan el testimonio de nuestros mejores momentos,de una época irrepetible,son simple y sencillamente eso: ¡Fotografías de la Felicidad!
(Fuente: fotografías de la felicidad/Abel Alexander)
Podemos agregar algunos comentarios en la foto 4750
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4750
Atte.: Enrique Mario Palacio
En una foto similar,enviada por el Sr. Enrique M. Palacio,que lleva el nº 4750,y publicada el 9 de Abril de 2011,en el 1er.comentario escribì:
“Las dos personas del centro de la foto,llevan,la de la izquierda,un traje cruzado,con camisa blanca con corbata,y como detalle se observa un pañuelo en el bolsillo superior izquierdo del saco,además a la usanza de época,tiene bastón y sombrero,en este caso en su mano,calza zapatos clásicos acordonados;el Sr. de la derecha viste un pantalón abuchonado,sujeto por un grueso cinturón,hasta debajo de las rodillas,con medias largas y dibujos fantasía,usa camisa de mangas largas con corbata,y chaleco cerrado,con formas cuadriculada en su tejido,lleva boina tipo gorra con visera y calza zapatos denominados informales o deportivos.El caballero que viene detrás a la derecha de la imagen,luce un elegante traje cruzado,camisa corbata,sombrero en mano,calzado clásico y su cabello está peinado con fijador,denominado comunmente,a la gomina.Detalló la moda,mi esposa Lina”.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4750