Detalle de la foto anterior. Personajes de la época, entre ellos un empleado ferroviario uniformado y un policía. En la pared, dos publicidades de productos para cuidar la sarna. Archivo general de la Nación, Ignacio Iriarte
EL DETERIORO DE LA ESTACIÓN “NORTE” . TESTIMONIOS DE VECINOS HISTÓRICOS DE LA ZONA Y DE PROFESIONALES DE LA MATERIA.
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Estación Norte, barrio fundacional de Mar del Plata.
Nació con la llegada del tren, a fines del siglo XIX. Si bien forma parte del patrimonio, distintas entidades advierten sobre el descuido del sector.
“La extensión del ferrocarril a Mar del Plata y la construcción de la Estación Norte, en 1886, permitió que el incipiente pueblo se convirtiera en una villa balnearia por excelencia y, como ocurrió en cada localidad a la que llegó el tren, favoreció la instalación permanente de habitantes -en general, trabajadores ferroviarios- en torno a la terminal. Así es como surge el barrio que lleva el mismo nombre, a la vera de la avenida Luro, eje fundacional de la ciudad.
Hasta allí viajaban las familias aristocráticas de la época y enseguida se trasladaban en carruajes hacia el Bristol Hotel y sus alrededores, en donde poco a poco comenzaron a aparecer importantes residencias. Pero las distancias se acortaron con el origen de la Estación Sud, en las manzanas comprendidas por las calles Alberti, Alvarado, Sarmiento y Las Heras, en donde hace apenas unos años todavía operaba la terminal de ómnibus.
Si bien el denominado conjunto de la Estación Norte aún sigue en pie, la construcción de la nueva estación ferroautomora, en 2009, provocó daños en gran parte de su estructura declarada patrimonio histórico, y hasta la pérdida de equipamientos que daban testimonio de cómo había sido la colonización inglesa en el país y el mundo.
La puesta en marcha de la flamante terminal también impactó en las edificaciones del paseo de la calle 9 de Julio, entre San Juan y Jara, en el que un puñado de casas de puertas y postigos altos resiste el paso del tiempo y el negocio inmobiliario.
Osvaldo Balbi tiene 98 años, es alto y usa anteojos de carey oscuros. Llegó al lugar cuando Luro era apenas una calle de tierra y más allá de Marconi sólo había campo. Desde entonces vive en una casa construida en 1910 sobre la mano impar de la calle 9 de Julio, frente al predio del ferrocarril.
Este hombre, que tiene casi la edad del barrio, tenía pocas pulgas en sus años mozos. “Íbamos con los muchachos a la municipalidad y le exigíamos al intendente o comisionado de turno que nos hiciera, por ejemplo, la obra de gas. Y lo hacía, porque sino se le armaba un lío bárbaro”, recuerda.
La primera sede de la sociedad de fomento de Estación Norte funcionó justo al lado de la casa de Osvaldo, un punto de encuentro de vecinos que después de salir del trabajo, entre juegos de cartas y mate, debatían sobre cómo avanzar con el siguiente reclamo ante las autoridades municipales.
Después de varias mudanzas, la entidad barrial quedó prácticamente inactiva durante algunas décadas. Ahora opera en un inmueble prestado por la familia Barragán y es epicentro de múltiples actividades que volvieron a poner en movimiento a uno de los sectores más tranquilos de la ciudad. Hay un taller de costura, clases de dibujo, apoyo escolar. Hay gente que entra y sale constantemente.
Silvia Sica, vive ahí desde hace más de 40 años y es la secretaria de la asociación vecinal. A ella le gusta hablar del abuelo Balbi o de los hermanos Trotta, los primeros pobladores del barrio. Cada tanto, busca la agenda, agarra el teléfono y los llama. Les pregunta si recuerdan qué había en tal o cual esquina. O qué funcionaba en alguna dirección que ahora se convirtió en un galpón de reparación o playa de estacionamiento de los micros de larga que andan por las calles angostas del barrio, sobre una capa de diez centímetros de asfalto que tapó para siempre los adoquines que antes habían tapado la tierra. “Hay que cuidar a los viejitos, ellos tienen la historia de nuestro barrio, nuestra historia”, dice.
El progresivo deterioro y abandono del equipamiento histórico de la Estación Norte fue advertido en reiteradas oportunidades por Héctor De Schant, responsable de la entidad “Mar del Plata mosaico de identidades”. Este arquitecto y docente universitario impulsa desde hace tiempo un proyecto para convertir el espacio de Luro, entre Jara y San Juan, en un parque lineal con características similares a la Plaza del Agua. Inclusive, propuso utilizar el abandonado galpón de máquinas de 1885 para crear un “Depositario de la Memoria Barriales”. Es resumen: transformar el área en un polo cívico y cultural, que además promovería una nueva etapa de desarrollo.
“En ese lugar están los orígenes de la ciudad. El galpón y las casas patronales, entre otros elementos de Estación Norte, son importantísimos por lo que representan para nuestra historia, el medio ambiente y hasta para la creación de una nueva razón turística. No jerarquizarlo es un error brutal”, repitió ante todo aquel que quiso escucharlo.
Pese a insistir y aún con el respaldo de instituciones, familias y comerciantes tradicionales del barrio, De Schant jamás logró que su iniciativa fuera tenida en cuenta por la Secretaría de Cultura de la municipalidad.
Para Cristian Andreoli, arquitecto y presidente de MdP a + u, la falta de interés en preservar ese conjunto patrimonial fue letal, sobre todo, a partir de la construcción de la ferroautomora. “Se produjeron daños en el edificio principal con una construcción que perfora el andén original con grandes columnas, y las cabinas de señales fueron arrasadas. Esto daña no sólo la materialidad del edificio histórico, sino también la imagen de la estación. De una forma más brutal no se pudo haber hecho”, enumera. Sin embargo, aclara que los daños no son irreversibles y que apenas hace falta un poco de buena voluntad.
– Entonces, ¿pueden convivir edificaciones tan antiguas con el funcionamiento de la nueva estación?
– Por supuesto. Conservar el patrimonio no es tenerlo como una pieza de museo, sin uso y sin posibilidad de que se le integre nueva arquitectura. Pero eso tiene que ser en el marco de un proyecto que lo respete, que no lo anule ni lo invada, como sucede ahora. Lo mejor que le puede pasar al patrimonio es mantenerse con uso”.
La Sarna del Carnero:
Veamos en que consiste la sarna y cuales son sus medios curativos,
para que la conozcan y sepan á que atenerse nuestros agricultores.
entre los animales que viven en rebaños,piaras,manadas,etc.,es
suficiente que uno de ellos esté atacado de la sarna para transmitirla á
gran número por simple contacto.Las considerables pérdidas que la
sarna ocasiona,la hacen un azote para la economía rural.Los cálculos
estadísticos de los Sres. Delafond y Bourguignon suponen que en Fran-
cia sarna ataca anualmente á un millón de carneros;aprecian en cinco francos por cabeza la depreciación en su carne,lana y grasa,cálculando que hace ascender á cinco millones el total de las pérdidas.Conviene
recordar que en Francia predomina el cultivo de los rebaños de
lana fina,y por consiguiente no se podrá tachar de exagerado el cálculo llevamos citado.En la especie ovina no se la conoce más que una forma psórica,que es un acarus llamado dermatodecto.Las reses atacadas principian por frotarse,el vellón se pone coposo,se rascan,se muerden y se arrancan la lana;fenómenos que se exajeran después de los movimientos que han acalorado el rebaño.Si se pasa la palma de la mano sobre los sitios donde la lana está erizada ó esclarecida,se provoca viva sensación de prurito,que la res atestigua por un temblor de los labios.En tiempos lluviosos la lana de estas está manchada de barro,Al examinar la piel se perciben elevaciones papulosas del diámetro de una lenteja ó más;su aspecto es blanquizco ó amarillento y contrasta con el tinte ligeramente rosado del tegumento.Cuando las picaduras del dermatodecto se multiplican,las eflorescencias se aproximan para confluirse y dar origen á hinchazones poco extensas.Aparecen vesiculitas ó pustulitas que sobrepasan las pápulas discretas ó confluentes,cubriéndose de una capa escamosa amarillenta y suave al tacto,que sirve de cubierta ó abrigo al parásito.Si se puncionan con repetida frecuencia dichas vesiculitas se entretiene la hiperemia del dermis,y marcha á la par con una abundante exudación,la que facilita los materiales aglutinativos de las escamas, que se transforman bien pronto en costras.La capa costrosa va espesándose,levanta los pelos lanosos débilmente implantados,á los que arranca,acción mecánica favoiecida por roces,frotamientos, etc.,que acelera la depilación.La costra unida débilmente á la capa sub-yacente cae con la lana,la exudación se continúa en la superficie del dermis denudado,espesado y arrugado,y suministra los materiales de nuevas costras compactas y adherentes.Cuando la colonia acariana abandona cl abrigo protector que le ofrecen las costras,estas caen y en su caida arrastran una abundante descamación del epidermis regenerado;la irritación cesa,y la piel,a pesar del acto mórbido continuo de que ha sido objeto,vuelve á recuperar su estado normal.La contusión,la inflamación,las grietas,la ulceración y la necrosis superficial del tegumento,se consideran accidentes consecutivos á los medios mecánicos por los cuales todas las reses sarnosas,tratan de calmar el intenso prurito que las exaspera.El dermatodecto elige con más preferencia las regiones bien previstas de lana para establecer en ellas una colonia; el punto de partida de la erupción psórica suele ser ordinariamente la cola,el dorso,el cuello y las espaldas;mansiones que le son siempre gratas y favoritas,todo lo contrario de las regiones sub-abdominal y esternal,que muy raras veces ocupa.Juramentados en sus hábitos sociales,se aglomera los parásitos en superficie limitadísima,en la que su primer trabajo consiste en procurarse abrigo protector,que alcanzan provocando la formación de una capa escamosa,de cuyo centro se irradian los trabajo para conseguir el dominio en la periferia donde asentar sus colonias.El eflorescencia psórica no siempre se manifiesta con idéntica regularidad en las todas las regiones;muchas veces los centros eruptivos se multiplican y acaban por confluir.Los parásitos repugnan localizarse en sitios cuyo dermis está inundado ó cubierto de compactas costras.En efecto,si se levantan éstas se observará que la colonia ha emigrado y que tan sólo algún rezagado ó tardío permanece en aquella zona.Prefieren vivir en la piel tierna y delicada de los corderos,invadiendo bien pronto la joven generación del rebaño;los vellones tupidos y apretados son también preferidos como confortables moradas para el desenvolvimiento de sus labores;por lo regular el dermatodecto desierta en colectividad después de efectuado el esquileo,para refugiarse sobre las reses que no han sido sujetas todavía á aquella operación.Los medios en que viven y las estaciones,son circunstancias que influyen poderosamente en el curso de la sarna;los inviernos y otoños lluviosos y húmedos,y las parideras en exceso calientes,en donde se dejan almacenados los estiércoles, mprimen un curso rápido á la enfermedad;en cambio los setos secos,el esquileo y el apacentamiento influyen sobremanera en su detención y hasta en su retroceso.La terminación de la sarna abandonada á su marcha natural,es funesta;sobreviene el marasmo y la caquexia,estados que son precurso
res de una muerte segura.Los alimentos abundantes y nutritivos ó
substanciales prolongan la vida;si á este régimen se le acompaña un
tratamiento tópico incompleto,la enfermedad,escasamente paliada,se
prolonga unos dos años y hasta se estaciona en una región ó pastoría.
Contagio:
Hemos dicho al principio que el único acarus que vive y se reproduce en el carnero es el dermatodecto;sin embargo alguna vez se ha
encontrado el coriopto ó sea el psora de la cabra.El acárido del carnero
no se ha encontrado en el hombre ni sobre las especies domésticas, inclusive la cabra.En el hombre se limita su acción á producir un punto hiperemiado que no produce ni siquiera eflorescencia papulosa.
La rapidez con que la sarna se propaga de uno á otro rebaño,depende del número de acáridos que han emigrado sobre el primer carnero atacado;si el número es reducido no se propaga tan prontamente de una á otra res,lo que es debido al instinto de conservarse,empegando
por fabricar un abrigo;todo vellón tupido es abonado para su
multiplicación.Cumplida esta necesidad,comienza la emigración directa
aumentando en el rebaño las reses sarnosas.El dermatodecto posee una gran resistencia vital;no deben considerarse,pues,desinfectadas las pastorías,caminos recorridos y prados ó pastos,hasta después de transcurridas cuatro semanas de la curación completa.
Para Combatir la Sarna del Carnero:
Se han propuesto multitud de remedios,todos preconizados como enérgicos parasiticidas.Lo que conviene,y recomendamos muy eficazmente,es que las substancias medicamentosas que se empleen para alcanzar la curación sean de aquellas que no comprometan la vida de los animales,pues muchas de ellas son activos venenos,y también no debe olvidarse que alteran la piel ó sus apéndices;hay otras que ejercen sobre el vellón una acción tintorial y hasta destructiva,y por lo mismo la economía rural las rechaza por la gran depreciación que pudiera experimentar la lana.Las soluciones alcalinas cáusticas,por ejemplo,saponifican el ubre y corroen el pelo lanoso,que se vuelve seco y pierde en resistencia;el cloruro de cal blanquea la lana y la hace menos tenaz;el sulfuro de potasio imprime á la hebra una coloración indeleble;la solución ferro-arsenical pone amarilla la lana por el óxido de hierro que en ella se deposita,etc.Uno de los remedios que se han usado,y que todavía en algunas pastorías se emplea,es el que á continuación citamos,más bien por curiosidad que por su dudosa eficacia.
Receta para la sarna del ganado lanar:
Una libra de flor de azufre;Media libra de trementina de Venecia;un cuarto de litro de aceite de trementina;una libra de mercurio;cuatro tercias de manteca de cerdo,
Se agita á fuego lento la manteca hasta que se ponga semiclara,se
añade el azufre y todas las demás substancias,y se mezcla cuidadosamente
hasta que no quede azufre visible.Antes de emplearse se agitará
tres ó cuatro veces.Con este ungüento y por medio de una escobilla
se untará todo el dorso y las espaldas de la res,en forma de cruz, sometiéndola después á la acción de los rayos solares.Hoy existen multitud de medicamentos más cómodos en su manejo,más económicos y de más enérgica acción: el lisol al 3 %,y el zotal al 3 %;medicamentos que se han de usaren forma de baños y que han conseguido aventajar al tan celebrado baño de Tessier.También está preconicado el extracto de tabaco Souhidown Sheep Wash,LA PASTA DE HAYWARD,y otros productos que son del dominio mercantil.( Fuente: Antonio Bosch/Marzo de 1902/Revista Ciencias mèdicas de España,enviada a Buenos Aires en la època para su difusiòn/colecciòn de la Prof.Graciela Otero).
EL DETERIORO DE LA ESTACIÓN “NORTE” . TESTIMONIOS DE VECINOS HISTÓRICOS DE LA ZONA Y DE PROFESIONALES DE LA MATERIA.
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Estación Norte, barrio fundacional de Mar del Plata.
Nació con la llegada del tren, a fines del siglo XIX. Si bien forma parte del patrimonio, distintas entidades advierten sobre el descuido del sector.
“La extensión del ferrocarril a Mar del Plata y la construcción de la Estación Norte, en 1886, permitió que el incipiente pueblo se convirtiera en una villa balnearia por excelencia y, como ocurrió en cada localidad a la que llegó el tren, favoreció la instalación permanente de habitantes -en general, trabajadores ferroviarios- en torno a la terminal. Así es como surge el barrio que lleva el mismo nombre, a la vera de la avenida Luro, eje fundacional de la ciudad.
Hasta allí viajaban las familias aristocráticas de la época y enseguida se trasladaban en carruajes hacia el Bristol Hotel y sus alrededores, en donde poco a poco comenzaron a aparecer importantes residencias. Pero las distancias se acortaron con el origen de la Estación Sud, en las manzanas comprendidas por las calles Alberti, Alvarado, Sarmiento y Las Heras, en donde hace apenas unos años todavía operaba la terminal de ómnibus.
Si bien el denominado conjunto de la Estación Norte aún sigue en pie, la construcción de la nueva estación ferroautomora, en 2009, provocó daños en gran parte de su estructura declarada patrimonio histórico, y hasta la pérdida de equipamientos que daban testimonio de cómo había sido la colonización inglesa en el país y el mundo.
La puesta en marcha de la flamante terminal también impactó en las edificaciones del paseo de la calle 9 de Julio, entre San Juan y Jara, en el que un puñado de casas de puertas y postigos altos resiste el paso del tiempo y el negocio inmobiliario.
Osvaldo Balbi tiene 98 años, es alto y usa anteojos de carey oscuros. Llegó al lugar cuando Luro era apenas una calle de tierra y más allá de Marconi sólo había campo. Desde entonces vive en una casa construida en 1910 sobre la mano impar de la calle 9 de Julio, frente al predio del ferrocarril.
Este hombre, que tiene casi la edad del barrio, tenía pocas pulgas en sus años mozos. “Íbamos con los muchachos a la municipalidad y le exigíamos al intendente o comisionado de turno que nos hiciera, por ejemplo, la obra de gas. Y lo hacía, porque sino se le armaba un lío bárbaro”, recuerda.
La primera sede de la sociedad de fomento de Estación Norte funcionó justo al lado de la casa de Osvaldo, un punto de encuentro de vecinos que después de salir del trabajo, entre juegos de cartas y mate, debatían sobre cómo avanzar con el siguiente reclamo ante las autoridades municipales.
Después de varias mudanzas, la entidad barrial quedó prácticamente inactiva durante algunas décadas. Ahora opera en un inmueble prestado por la familia Barragán y es epicentro de múltiples actividades que volvieron a poner en movimiento a uno de los sectores más tranquilos de la ciudad. Hay un taller de costura, clases de dibujo, apoyo escolar. Hay gente que entra y sale constantemente.
Silvia Sica, vive ahí desde hace más de 40 años y es la secretaria de la asociación vecinal. A ella le gusta hablar del abuelo Balbi o de los hermanos Trotta, los primeros pobladores del barrio. Cada tanto, busca la agenda, agarra el teléfono y los llama. Les pregunta si recuerdan qué había en tal o cual esquina. O qué funcionaba en alguna dirección que ahora se convirtió en un galpón de reparación o playa de estacionamiento de los micros de larga que andan por las calles angostas del barrio, sobre una capa de diez centímetros de asfalto que tapó para siempre los adoquines que antes habían tapado la tierra. “Hay que cuidar a los viejitos, ellos tienen la historia de nuestro barrio, nuestra historia”, dice.
El progresivo deterioro y abandono del equipamiento histórico de la Estación Norte fue advertido en reiteradas oportunidades por Héctor De Schant, responsable de la entidad “Mar del Plata mosaico de identidades”. Este arquitecto y docente universitario impulsa desde hace tiempo un proyecto para convertir el espacio de Luro, entre Jara y San Juan, en un parque lineal con características similares a la Plaza del Agua. Inclusive, propuso utilizar el abandonado galpón de máquinas de 1885 para crear un “Depositario de la Memoria Barriales”. Es resumen: transformar el área en un polo cívico y cultural, que además promovería una nueva etapa de desarrollo.
“En ese lugar están los orígenes de la ciudad. El galpón y las casas patronales, entre otros elementos de Estación Norte, son importantísimos por lo que representan para nuestra historia, el medio ambiente y hasta para la creación de una nueva razón turística. No jerarquizarlo es un error brutal”, repitió ante todo aquel que quiso escucharlo.
Pese a insistir y aún con el respaldo de instituciones, familias y comerciantes tradicionales del barrio, De Schant jamás logró que su iniciativa fuera tenida en cuenta por la Secretaría de Cultura de la municipalidad.
Para Cristian Andreoli, arquitecto y presidente de MdP a + u, la falta de interés en preservar ese conjunto patrimonial fue letal, sobre todo, a partir de la construcción de la ferroautomora. “Se produjeron daños en el edificio principal con una construcción que perfora el andén original con grandes columnas, y las cabinas de señales fueron arrasadas. Esto daña no sólo la materialidad del edificio histórico, sino también la imagen de la estación. De una forma más brutal no se pudo haber hecho”, enumera. Sin embargo, aclara que los daños no son irreversibles y que apenas hace falta un poco de buena voluntad.
– Entonces, ¿pueden convivir edificaciones tan antiguas con el funcionamiento de la nueva estación?
– Por supuesto. Conservar el patrimonio no es tenerlo como una pieza de museo, sin uso y sin posibilidad de que se le integre nueva arquitectura. Pero eso tiene que ser en el marco de un proyecto que lo respete, que no lo anule ni lo invada, como sucede ahora. Lo mejor que le puede pasar al patrimonio es mantenerse con uso”.
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POR : Acosta , Luciana .
EN : 0223.com.ar
Prof. Julián Mendozzi.
La Sarna del Carnero:
Veamos en que consiste la sarna y cuales son sus medios curativos,
para que la conozcan y sepan á que atenerse nuestros agricultores.
entre los animales que viven en rebaños,piaras,manadas,etc.,es
suficiente que uno de ellos esté atacado de la sarna para transmitirla á
gran número por simple contacto.Las considerables pérdidas que la
sarna ocasiona,la hacen un azote para la economía rural.Los cálculos
estadísticos de los Sres. Delafond y Bourguignon suponen que en Fran-
cia sarna ataca anualmente á un millón de carneros;aprecian en cinco francos por cabeza la depreciación en su carne,lana y grasa,cálculando que hace ascender á cinco millones el total de las pérdidas.Conviene
recordar que en Francia predomina el cultivo de los rebaños de
lana fina,y por consiguiente no se podrá tachar de exagerado el cálculo llevamos citado.En la especie ovina no se la conoce más que una forma psórica,que es un acarus llamado dermatodecto.Las reses atacadas principian por frotarse,el vellón se pone coposo,se rascan,se muerden y se arrancan la lana;fenómenos que se exajeran después de los movimientos que han acalorado el rebaño.Si se pasa la palma de la mano sobre los sitios donde la lana está erizada ó esclarecida,se provoca viva sensación de prurito,que la res atestigua por un temblor de los labios.En tiempos lluviosos la lana de estas está manchada de barro,Al examinar la piel se perciben elevaciones papulosas del diámetro de una lenteja ó más;su aspecto es blanquizco ó amarillento y contrasta con el tinte ligeramente rosado del tegumento.Cuando las picaduras del dermatodecto se multiplican,las eflorescencias se aproximan para confluirse y dar origen á hinchazones poco extensas.Aparecen vesiculitas ó pustulitas que sobrepasan las pápulas discretas ó confluentes,cubriéndose de una capa escamosa amarillenta y suave al tacto,que sirve de cubierta ó abrigo al parásito.Si se puncionan con repetida frecuencia dichas vesiculitas se entretiene la hiperemia del dermis,y marcha á la par con una abundante exudación,la que facilita los materiales aglutinativos de las escamas, que se transforman bien pronto en costras.La capa costrosa va espesándose,levanta los pelos lanosos débilmente implantados,á los que arranca,acción mecánica favoiecida por roces,frotamientos, etc.,que acelera la depilación.La costra unida débilmente á la capa sub-yacente cae con la lana,la exudación se continúa en la superficie del dermis denudado,espesado y arrugado,y suministra los materiales de nuevas costras compactas y adherentes.Cuando la colonia acariana abandona cl abrigo protector que le ofrecen las costras,estas caen y en su caida arrastran una abundante descamación del epidermis regenerado;la irritación cesa,y la piel,a pesar del acto mórbido continuo de que ha sido objeto,vuelve á recuperar su estado normal.La contusión,la inflamación,las grietas,la ulceración y la necrosis superficial del tegumento,se consideran accidentes consecutivos á los medios mecánicos por los cuales todas las reses sarnosas,tratan de calmar el intenso prurito que las exaspera.El dermatodecto elige con más preferencia las regiones bien previstas de lana para establecer en ellas una colonia; el punto de partida de la erupción psórica suele ser ordinariamente la cola,el dorso,el cuello y las espaldas;mansiones que le son siempre gratas y favoritas,todo lo contrario de las regiones sub-abdominal y esternal,que muy raras veces ocupa.Juramentados en sus hábitos sociales,se aglomera los parásitos en superficie limitadísima,en la que su primer trabajo consiste en procurarse abrigo protector,que alcanzan provocando la formación de una capa escamosa,de cuyo centro se irradian los trabajo para conseguir el dominio en la periferia donde asentar sus colonias.El eflorescencia psórica no siempre se manifiesta con idéntica regularidad en las todas las regiones;muchas veces los centros eruptivos se multiplican y acaban por confluir.Los parásitos repugnan localizarse en sitios cuyo dermis está inundado ó cubierto de compactas costras.En efecto,si se levantan éstas se observará que la colonia ha emigrado y que tan sólo algún rezagado ó tardío permanece en aquella zona.Prefieren vivir en la piel tierna y delicada de los corderos,invadiendo bien pronto la joven generación del rebaño;los vellones tupidos y apretados son también preferidos como confortables moradas para el desenvolvimiento de sus labores;por lo regular el dermatodecto desierta en colectividad después de efectuado el esquileo,para refugiarse sobre las reses que no han sido sujetas todavía á aquella operación.Los medios en que viven y las estaciones,son circunstancias que influyen poderosamente en el curso de la sarna;los inviernos y otoños lluviosos y húmedos,y las parideras en exceso calientes,en donde se dejan almacenados los estiércoles, mprimen un curso rápido á la enfermedad;en cambio los setos secos,el esquileo y el apacentamiento influyen sobremanera en su detención y hasta en su retroceso.La terminación de la sarna abandonada á su marcha natural,es funesta;sobreviene el marasmo y la caquexia,estados que son precurso
res de una muerte segura.Los alimentos abundantes y nutritivos ó
substanciales prolongan la vida;si á este régimen se le acompaña un
tratamiento tópico incompleto,la enfermedad,escasamente paliada,se
prolonga unos dos años y hasta se estaciona en una región ó pastoría.
Contagio:
Hemos dicho al principio que el único acarus que vive y se reproduce en el carnero es el dermatodecto;sin embargo alguna vez se ha
encontrado el coriopto ó sea el psora de la cabra.El acárido del carnero
no se ha encontrado en el hombre ni sobre las especies domésticas, inclusive la cabra.En el hombre se limita su acción á producir un punto hiperemiado que no produce ni siquiera eflorescencia papulosa.
La rapidez con que la sarna se propaga de uno á otro rebaño,depende del número de acáridos que han emigrado sobre el primer carnero atacado;si el número es reducido no se propaga tan prontamente de una á otra res,lo que es debido al instinto de conservarse,empegando
por fabricar un abrigo;todo vellón tupido es abonado para su
multiplicación.Cumplida esta necesidad,comienza la emigración directa
aumentando en el rebaño las reses sarnosas.El dermatodecto posee una gran resistencia vital;no deben considerarse,pues,desinfectadas las pastorías,caminos recorridos y prados ó pastos,hasta después de transcurridas cuatro semanas de la curación completa.
Para Combatir la Sarna del Carnero:
Se han propuesto multitud de remedios,todos preconizados como enérgicos parasiticidas.Lo que conviene,y recomendamos muy eficazmente,es que las substancias medicamentosas que se empleen para alcanzar la curación sean de aquellas que no comprometan la vida de los animales,pues muchas de ellas son activos venenos,y también no debe olvidarse que alteran la piel ó sus apéndices;hay otras que ejercen sobre el vellón una acción tintorial y hasta destructiva,y por lo mismo la economía rural las rechaza por la gran depreciación que pudiera experimentar la lana.Las soluciones alcalinas cáusticas,por ejemplo,saponifican el ubre y corroen el pelo lanoso,que se vuelve seco y pierde en resistencia;el cloruro de cal blanquea la lana y la hace menos tenaz;el sulfuro de potasio imprime á la hebra una coloración indeleble;la solución ferro-arsenical pone amarilla la lana por el óxido de hierro que en ella se deposita,etc.Uno de los remedios que se han usado,y que todavía en algunas pastorías se emplea,es el que á continuación citamos,más bien por curiosidad que por su dudosa eficacia.
Receta para la sarna del ganado lanar:
Una libra de flor de azufre;Media libra de trementina de Venecia;un cuarto de litro de aceite de trementina;una libra de mercurio;cuatro tercias de manteca de cerdo,
Se agita á fuego lento la manteca hasta que se ponga semiclara,se
añade el azufre y todas las demás substancias,y se mezcla cuidadosamente
hasta que no quede azufre visible.Antes de emplearse se agitará
tres ó cuatro veces.Con este ungüento y por medio de una escobilla
se untará todo el dorso y las espaldas de la res,en forma de cruz, sometiéndola después á la acción de los rayos solares.Hoy existen multitud de medicamentos más cómodos en su manejo,más económicos y de más enérgica acción: el lisol al 3 %,y el zotal al 3 %;medicamentos que se han de usaren forma de baños y que han conseguido aventajar al tan celebrado baño de Tessier.También está preconicado el extracto de tabaco Souhidown Sheep Wash,LA PASTA DE HAYWARD,y otros productos que son del dominio mercantil.( Fuente: Antonio Bosch/Marzo de 1902/Revista Ciencias mèdicas de España,enviada a Buenos Aires en la època para su difusiòn/colecciòn de la Prof.Graciela Otero).