“Bebe y niños haciende ejercicio fisico en la playa centrica en los 50, revista Life fue la encargada de publicar la fotografia a color de Dimitri Kesell.” Ariel Zonshain
La Revista Life ha abierto al público, en colaboración con el buscador google , un impresionante archivo fotográfico . Unas interesantes imágenes que detallan nuestro mundo y los grandes acontecimientos de nuestra historia reciente y en su mayoría inéditas , ciencia, tecnología, historia, naturaleza, política . Un gran archivo de 10 millones de fotografías .
Washington, D.C.— En abril de 2000, nadie sorprendió a Richard Stolley cuando le informaron que la revista Life desaparecería con su edición de mayo. La publicación, que desde 1936 había sido una de las más influyentes del mundo, se tambaleaba hace décadas. Problemas financieros y de competencia en el mercado orillaron a sus editores a convertir el semanario en una revista mensual a principios de los 70. Ahora resultaba casi natural el cierre definitivo de su redacción.
Lo que Stolley no pudo evitar, sin embargo, fue ver pasar en su memoria más de 20 años de vida periodística entregados a un sólo proyecto: dar vida a Life.
“Entiendo la decisión de cerrarla pero me sentí terrible. Es algo horrible ver morir a una revista dos veces en tu carrera”, dice Stolley en entrevista con el semanario mexicano Proceso.
Ahora, la revista vuelve a resucitar. Es la séptima ocasión en que Life reaparece, luego de su primer cierre, en 1972; primero lo hizo como una publicación mensual, luego como crónica grafica de la primera guerra del Golfo en 1990 y más tarde como un monográfico especial.
A partir de este mes, la revista retoma su periodicidad original como semanario, aunque no se venderá en los quiscos, sino como encarte dentro de los grandes periódicos del grupo Tribune, el aliado de Time Incorporated, desde Los Ángeles Times y el Chicago Tribune hasta el Miami Herald. Convertido en suplemento, circulará los viernes en 12 millones de diarios, por los cuales Tribune cobrará una tarifa especial a Time.
De hecho, Time Inc. invertirá 20 millones de dólares en la nueva edición de Life. Solamente el papel en que se imprimirá costará ocho millones de dólares anuales más que otros papeles para suplementos similares. Una página de publicidad costará 35 mil dólares, mientras otros encartes cobran más del doble. El nuevo director, Bill Shapiro, apuesta a recuperar la calidad fotográfica de los viejos tiempos. La división de comunicación del corporativo Time Warner no tiene periódicos propios, aunque edita las revistas Sports Illustrated y People.
Esta es la historia de la larga agonía de Life, como su propia vida.
El 23 de noviembre de 1936, la revista —un poco más grande que el tamaño oficio— apareció con una portada que sorprendió a los lectores: un médico sostenía a un recién nacido bautizado posteriormente como George. Las 250 mil copias disponibles se vendieron en cuestión de horas.
Meses después, el semanario vendía ya alrededor de un millón de copias por el precio de 10 centavos de dólar cada una. Al cabo de un año, la circulación era de un millón y medio.
Un alud de imágenes comenzaba. La segunda guerra mundial y el conflicto de Vietnam hicieron más profundo el cuadro rojo de su nombre. Los detalles de las obras de Picasso mostraron lo mejor del arte a quienes no podían viajar para verlo en un museo. Los ensayos fotográficos de personajes como Winston Churchill explicaron la naturaleza de los líderes mundiales. Los actores Grace Kelly y Lawrence Olivier, el astronauta John Glenn y el dictador italiano Benito Mussolini compartieron espacios en Life.
Pero el nacimiento de la televisión a mediados de los 40 fue la explosión que abrió la herida fatal en Life. La circulación se había incrementado a 8.5 millones, pero a costa de vender suscripciones a 15 centavos, menos de la mitad de los gastos de producción.
La gerencia de Time Inc. —la compañía dueña de esta y otras revistas, incluida Time— decidió primero recortar su frecuencia semanal en 1972 luego de 40 millones de dólares perdidos en los cuatro últimos anos. Este año, finalmente, será aniquilada por completo.
El fin de una época
El 17 de marzo de 2000, circuló desde Nueva York un comunicado de prensa de tres párrafos. “Time Inc. anunció hoy que Life, la primer y más famosa revista de fotografía de Estados Unidos, no será publicada ya mensualmente después de su edición de mayo”.
Emitido por el vocero Peter Costiglio, el comunicado explica que la firma Life continuará apareciendo en ediciones especiales que conmemorarán hechos importantes. Además, Life seguirá produciendo libros y tendrá un sitio de Internet. La gerencia de la revista pasará en su totalidad a la dirección de los ejecutivos de Time Magazine Group., “en donde la reputación de Life como una de las más respetadas fuentes de fotoperiodismo motivador, puede ser mantenida”.
Hasta su desaparición, Life tuvo un precio de tres dólares y 99 centavos y una circulación de 1.5 millones, cuya lista de lectores será transferida a otras revistas dentro de Time Inc..
El comunicado cierra con las palabras de Don Logan, presidente de Time Inc.: “Life, que ha sido el cronista de grandes momentos del mundo con su firma fotográfica, es una valiosa y honrosa franquicia cuyo nombre merece ser preservado. Sin embargo, a pesar de esfuerzos excepcionales de varios de directivos y editores, la fórmula para una revista mensual de interés general no era sostenible. Después de mucho pensar y discutir, se decidió que esta nueva estrategia sería la mejor manera de mantener la marca de Life”.
En su ultima edición, como en la primera, aparece la foto de un bebé nacido prematuramente y su batalla por sobrevivir.
Con su último numero, la revista no perdió el impacto de su fotografía aunque sí el tamaño de su edición impresa, ahora reducido al formato carta de la mayoría de las revistas.
Dentro, un mensaje de los directivos Isolde Motley y Donald B. Fries, explica a los lectores las razones de la desaparición de Life. Agradecen las interminables cartas y llamadas telefónicas lamentando el final de la revista. “Ustedes han hecho un momento muy difícil un poco más soportable”, escribieron en la nota.
Irónicamente, George, el bebé que apareció en la primera portada, falleció el 4 de abril de 2000, a unos días de haberse anunciado el cierre de Life.
La vida sin Life
Stolley, de 71 años de edad, ha sido testigo de las transformaciones de la revista. Comenzó como reportero en 1953 y después se convirtió en subdirector y, tras un retiro temporal, regresó como director en su versión mensual.
Tras su jubilación, Stolley mira atrás y recuerda a la institución que, afirma, cambió para siempre al periodismo mundial. “Life enseñó al mundo cómo usar la fotografía. El legado prevalecera”, dice con una mezcla de orgullo y melancolía.
Y agrega: “Imagino que estoy más preparado para afrontarlo porque ahora ya no estoy en la revista. Pero me sentiré mal cuando Life ya no esté allí. En cierta forma, toda una época ha muerto”, dice.
Stolley dejó en la revista toda una vida de aventuras periodísticas. Escribió sobre la lucha por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos. Fue el reportero que encontró el famoso vídeo casero que grabó para siempre el asesinato del presidente Kennedy en la memoria de los estadunidenses.
Stolley asegura que los años de revelación y avance no terminan con el cierre de Life. “La vida de la revista, impresa en su propio nombre, no acaba con una decisión empresarial”, sostiene
Piensa que la misión fundamental de Life se realizó y se mantuvo desde su inicio en 1936 y hasta su última edición como semanario en diciembre de 1972. “Queríamos llevar el mundo a los estadunidenses. Creo que lo logramos en cada una de las ediciones”, dice.
Tras su primera salida de Life, Stolley pensó en retirarse del periodismo. “Consideré la idea de volver a mi estado de Illinois y postularme como candidato para el Congreso”, recuerda con algo de risa. “Pero soy demócrata y ningún demócrata ha ganado jamás ese distrito”. Afortunadamente, fue invitado a fundar la revista People, que actualmente se mantiene como uno de los productos más lucrativos de Time Inc.. Allí, la intención de mostrar a fondo a los protagonistas de cualquier evento noticioso lo motivó a permanecer dentro del periodismo.
Stolley encabezó People hasta 1982, año en que regresó a Life mensual como director. “Fue un poco frustrante por no poder cubrir todo lo que se podía hacer como semanario”, dice.
En 1986, Stolley decidió dejar definitivamente la dirección de la revista y pasó a ser director editorial de Time Inc.. En 1993 se jubiló y actualmente funge como consejero editorial de la empresa.
“Era una rutina para la revista Life tener la mejor foto. Ahora fíjate en Time y en Newsweek, por ejemplo, y verás que imprimen más fotografías que notas”, dice.
Para Stolley “el lugar de Life no será llenado jamás por ningún otro medio. La herencia es tan grande que permanecerá reflejada en muchas revistas del mundo”.
“Aquellos días”
Bárbara Baker Burrows se considera una de las mujeres más afortunadas del mundo. Estuvo presente en los acontecimientos en torno a la muerte de la princesa Diana. Recuerda de cerca el asesinato del presidente John F. Kennedy. Pero entre sus memorias predomina su propia imagen, a los 23 años de edad, cuando sintió el temblor de la tierra al despegar la nave espacial Apolo 10 a finales de los 60.
“Fue tan emocionante que comencé a llorar. Un fotógrafo de la revista me tomó una foto de espaldas”, recuerda Baker, ahora de 56 años, en entrevista con Proceso. “Me daba pena que la gente me viera llorar, pero cuando vi a los demás a mi alrededor, me di cuenta que casi todos también estaban llorando”.
“Fui realmente afortunada al recibir un sueldo por hacer un hobby”, dice Baker, última editora de fotografía de Life. “Cada mañana, durante estos 35 años de trabajo, despierto y me pregunto cómo fue que tuve tanta suerte de trabajar para esta revista”.
Sus primeros pasos en el fotoperiodismo los dio como ayudante en el departamento de fotografía. “En aquellos días pasabas al menos un par de años entrenando para ser investigador de noticias. Después te dejaban reportear, pero el entrenamiento era muy pesado”, dice.
La dejaron reportear y así creció al mismo tiempo como fotógrafa. Años después fue transferida al buró de Londres, en donde conoció a Russell Burrows, quien se convertiría en su esposo. Su suegro, el legendario fotógrafo Larry Burrows, murió cubriendo la guerra de Vietnam en un accidente aéreo en 1971.
En la portada del 8 de noviembre de 1968 aparece Nguyen Thi Tron, una niña de 12 años que había perdido una pierna durante un ataque aéreo por soldados estadunidenses en la aldea Andien en medio de la guerra de Vietnam. Su suegro, Larry Burrows, documentó la historia con fotografías para Life antes de morir. Sarah Baker y su esposo Russell Burrows decidieron seguir la nota.
“Mi hija Sarah acaba de regresar de Vietnam. Fue con su papá a buscar a la niña que había sido parte del reportaje de su abuelo Larry Burrows”, explica Baker. “Les llevó trabajo encontrarla, pero tomó fotografías fascinantes para este nuevo artículo”.
El ciclo de esta familia en la revista se cerró con la última edición de mayo: aparecieron las fotografías de Burrows y Baker juntas en las paginas 34 y 35.
Cuando Tron apareció por primera vez en Life, cientos de personas enviaron dinero para ayudarla a comprar una prótesis para su pierna. Burrows le regaló una maquina para coser y se mantuvo en contacto con ella hasta su muerte.
A principios de 2000, consignó la revista, Tron pudo acariciar el cabello de la nieta de quien le devolvió parte de su vida perdida. Sarah prometió regresar a Vietnam.
Pero este no es el único seguimiento informativo de la última edición de Life. Al cambiar de página los lectores encontraron retratos de la vida de Flavio Da Silva, un brasileño huérfano que apareció en la revista por primera vez a los 12 años, en 1961, cuando moría de asma en Río de Janerio. Las fotografías de Gordon Parks provocaron donaciones de estadunidenses que lo llevaron en pocos meses a un hospital de Denver, en donde se recupero por completo. Volvió a aparecer de nuevo, ahora con 51 años y 15 miembros de familia, al pie de una casa que aún pagan lectores de Life.
“Nos involucramos demasiado en lo que hacíamos porque creíamos que lográbamos un cambio con cada fotografía. A veces nuestro trabajo se convertía casi en un servicio social”, dice Baker. “Por eso te digo: las cosas que vi, las personas que conocí, son recuerdos que me confirman lo privilegiada que fui al trabajar en esta revista”.
Baker y Stolley coinciden: después de la última edición de mayo de 2000, aún habrá vida para Life. “Dejamos un legado de fotoperiodismo que transformó para siempre al siglo XX. Nadie, menos nosotros, podremos olvidarlo”, dice Baker.
Y tenían razón. Life regresa, una vez más, como una marca que se niega a morir definitivamente… hasta que los gerentes vuelvan a decir otra cosa.
ARCHIVO FOTOGRÁFICO REVISTA “LIFE”.
La Revista Life ha abierto al público, en colaboración con el buscador google , un impresionante archivo fotográfico . Unas interesantes imágenes que detallan nuestro mundo y los grandes acontecimientos de nuestra historia reciente y en su mayoría inéditas , ciencia, tecnología, historia, naturaleza, política . Un gran archivo de 10 millones de fotografías .
ENLACE : http://images.google.com/hosted/life
FUENTE : todointeresante.com
Prof. Julián Mendozzi.
“LIFE” , LA REVISTA QUE SE NIEGA A MORIR.
Washington, D.C.— En abril de 2000, nadie sorprendió a Richard Stolley cuando le informaron que la revista Life desaparecería con su edición de mayo. La publicación, que desde 1936 había sido una de las más influyentes del mundo, se tambaleaba hace décadas. Problemas financieros y de competencia en el mercado orillaron a sus editores a convertir el semanario en una revista mensual a principios de los 70. Ahora resultaba casi natural el cierre definitivo de su redacción.
Lo que Stolley no pudo evitar, sin embargo, fue ver pasar en su memoria más de 20 años de vida periodística entregados a un sólo proyecto: dar vida a Life.
“Entiendo la decisión de cerrarla pero me sentí terrible. Es algo horrible ver morir a una revista dos veces en tu carrera”, dice Stolley en entrevista con el semanario mexicano Proceso.
Ahora, la revista vuelve a resucitar. Es la séptima ocasión en que Life reaparece, luego de su primer cierre, en 1972; primero lo hizo como una publicación mensual, luego como crónica grafica de la primera guerra del Golfo en 1990 y más tarde como un monográfico especial.
A partir de este mes, la revista retoma su periodicidad original como semanario, aunque no se venderá en los quiscos, sino como encarte dentro de los grandes periódicos del grupo Tribune, el aliado de Time Incorporated, desde Los Ángeles Times y el Chicago Tribune hasta el Miami Herald. Convertido en suplemento, circulará los viernes en 12 millones de diarios, por los cuales Tribune cobrará una tarifa especial a Time.
De hecho, Time Inc. invertirá 20 millones de dólares en la nueva edición de Life. Solamente el papel en que se imprimirá costará ocho millones de dólares anuales más que otros papeles para suplementos similares. Una página de publicidad costará 35 mil dólares, mientras otros encartes cobran más del doble. El nuevo director, Bill Shapiro, apuesta a recuperar la calidad fotográfica de los viejos tiempos. La división de comunicación del corporativo Time Warner no tiene periódicos propios, aunque edita las revistas Sports Illustrated y People.
Esta es la historia de la larga agonía de Life, como su propia vida.
El 23 de noviembre de 1936, la revista —un poco más grande que el tamaño oficio— apareció con una portada que sorprendió a los lectores: un médico sostenía a un recién nacido bautizado posteriormente como George. Las 250 mil copias disponibles se vendieron en cuestión de horas.
Meses después, el semanario vendía ya alrededor de un millón de copias por el precio de 10 centavos de dólar cada una. Al cabo de un año, la circulación era de un millón y medio.
Un alud de imágenes comenzaba. La segunda guerra mundial y el conflicto de Vietnam hicieron más profundo el cuadro rojo de su nombre. Los detalles de las obras de Picasso mostraron lo mejor del arte a quienes no podían viajar para verlo en un museo. Los ensayos fotográficos de personajes como Winston Churchill explicaron la naturaleza de los líderes mundiales. Los actores Grace Kelly y Lawrence Olivier, el astronauta John Glenn y el dictador italiano Benito Mussolini compartieron espacios en Life.
Pero el nacimiento de la televisión a mediados de los 40 fue la explosión que abrió la herida fatal en Life. La circulación se había incrementado a 8.5 millones, pero a costa de vender suscripciones a 15 centavos, menos de la mitad de los gastos de producción.
La gerencia de Time Inc. —la compañía dueña de esta y otras revistas, incluida Time— decidió primero recortar su frecuencia semanal en 1972 luego de 40 millones de dólares perdidos en los cuatro últimos anos. Este año, finalmente, será aniquilada por completo.
El fin de una época
El 17 de marzo de 2000, circuló desde Nueva York un comunicado de prensa de tres párrafos. “Time Inc. anunció hoy que Life, la primer y más famosa revista de fotografía de Estados Unidos, no será publicada ya mensualmente después de su edición de mayo”.
Emitido por el vocero Peter Costiglio, el comunicado explica que la firma Life continuará apareciendo en ediciones especiales que conmemorarán hechos importantes. Además, Life seguirá produciendo libros y tendrá un sitio de Internet. La gerencia de la revista pasará en su totalidad a la dirección de los ejecutivos de Time Magazine Group., “en donde la reputación de Life como una de las más respetadas fuentes de fotoperiodismo motivador, puede ser mantenida”.
Hasta su desaparición, Life tuvo un precio de tres dólares y 99 centavos y una circulación de 1.5 millones, cuya lista de lectores será transferida a otras revistas dentro de Time Inc..
El comunicado cierra con las palabras de Don Logan, presidente de Time Inc.: “Life, que ha sido el cronista de grandes momentos del mundo con su firma fotográfica, es una valiosa y honrosa franquicia cuyo nombre merece ser preservado. Sin embargo, a pesar de esfuerzos excepcionales de varios de directivos y editores, la fórmula para una revista mensual de interés general no era sostenible. Después de mucho pensar y discutir, se decidió que esta nueva estrategia sería la mejor manera de mantener la marca de Life”.
En su ultima edición, como en la primera, aparece la foto de un bebé nacido prematuramente y su batalla por sobrevivir.
Con su último numero, la revista no perdió el impacto de su fotografía aunque sí el tamaño de su edición impresa, ahora reducido al formato carta de la mayoría de las revistas.
Dentro, un mensaje de los directivos Isolde Motley y Donald B. Fries, explica a los lectores las razones de la desaparición de Life. Agradecen las interminables cartas y llamadas telefónicas lamentando el final de la revista. “Ustedes han hecho un momento muy difícil un poco más soportable”, escribieron en la nota.
Irónicamente, George, el bebé que apareció en la primera portada, falleció el 4 de abril de 2000, a unos días de haberse anunciado el cierre de Life.
La vida sin Life
Stolley, de 71 años de edad, ha sido testigo de las transformaciones de la revista. Comenzó como reportero en 1953 y después se convirtió en subdirector y, tras un retiro temporal, regresó como director en su versión mensual.
Tras su jubilación, Stolley mira atrás y recuerda a la institución que, afirma, cambió para siempre al periodismo mundial. “Life enseñó al mundo cómo usar la fotografía. El legado prevalecera”, dice con una mezcla de orgullo y melancolía.
Y agrega: “Imagino que estoy más preparado para afrontarlo porque ahora ya no estoy en la revista. Pero me sentiré mal cuando Life ya no esté allí. En cierta forma, toda una época ha muerto”, dice.
Stolley dejó en la revista toda una vida de aventuras periodísticas. Escribió sobre la lucha por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos. Fue el reportero que encontró el famoso vídeo casero que grabó para siempre el asesinato del presidente Kennedy en la memoria de los estadunidenses.
Stolley asegura que los años de revelación y avance no terminan con el cierre de Life. “La vida de la revista, impresa en su propio nombre, no acaba con una decisión empresarial”, sostiene
Piensa que la misión fundamental de Life se realizó y se mantuvo desde su inicio en 1936 y hasta su última edición como semanario en diciembre de 1972. “Queríamos llevar el mundo a los estadunidenses. Creo que lo logramos en cada una de las ediciones”, dice.
Tras su primera salida de Life, Stolley pensó en retirarse del periodismo. “Consideré la idea de volver a mi estado de Illinois y postularme como candidato para el Congreso”, recuerda con algo de risa. “Pero soy demócrata y ningún demócrata ha ganado jamás ese distrito”. Afortunadamente, fue invitado a fundar la revista People, que actualmente se mantiene como uno de los productos más lucrativos de Time Inc.. Allí, la intención de mostrar a fondo a los protagonistas de cualquier evento noticioso lo motivó a permanecer dentro del periodismo.
Stolley encabezó People hasta 1982, año en que regresó a Life mensual como director. “Fue un poco frustrante por no poder cubrir todo lo que se podía hacer como semanario”, dice.
En 1986, Stolley decidió dejar definitivamente la dirección de la revista y pasó a ser director editorial de Time Inc.. En 1993 se jubiló y actualmente funge como consejero editorial de la empresa.
“Era una rutina para la revista Life tener la mejor foto. Ahora fíjate en Time y en Newsweek, por ejemplo, y verás que imprimen más fotografías que notas”, dice.
Para Stolley “el lugar de Life no será llenado jamás por ningún otro medio. La herencia es tan grande que permanecerá reflejada en muchas revistas del mundo”.
“Aquellos días”
Bárbara Baker Burrows se considera una de las mujeres más afortunadas del mundo. Estuvo presente en los acontecimientos en torno a la muerte de la princesa Diana. Recuerda de cerca el asesinato del presidente John F. Kennedy. Pero entre sus memorias predomina su propia imagen, a los 23 años de edad, cuando sintió el temblor de la tierra al despegar la nave espacial Apolo 10 a finales de los 60.
“Fue tan emocionante que comencé a llorar. Un fotógrafo de la revista me tomó una foto de espaldas”, recuerda Baker, ahora de 56 años, en entrevista con Proceso. “Me daba pena que la gente me viera llorar, pero cuando vi a los demás a mi alrededor, me di cuenta que casi todos también estaban llorando”.
“Fui realmente afortunada al recibir un sueldo por hacer un hobby”, dice Baker, última editora de fotografía de Life. “Cada mañana, durante estos 35 años de trabajo, despierto y me pregunto cómo fue que tuve tanta suerte de trabajar para esta revista”.
Sus primeros pasos en el fotoperiodismo los dio como ayudante en el departamento de fotografía. “En aquellos días pasabas al menos un par de años entrenando para ser investigador de noticias. Después te dejaban reportear, pero el entrenamiento era muy pesado”, dice.
La dejaron reportear y así creció al mismo tiempo como fotógrafa. Años después fue transferida al buró de Londres, en donde conoció a Russell Burrows, quien se convertiría en su esposo. Su suegro, el legendario fotógrafo Larry Burrows, murió cubriendo la guerra de Vietnam en un accidente aéreo en 1971.
En la portada del 8 de noviembre de 1968 aparece Nguyen Thi Tron, una niña de 12 años que había perdido una pierna durante un ataque aéreo por soldados estadunidenses en la aldea Andien en medio de la guerra de Vietnam. Su suegro, Larry Burrows, documentó la historia con fotografías para Life antes de morir. Sarah Baker y su esposo Russell Burrows decidieron seguir la nota.
“Mi hija Sarah acaba de regresar de Vietnam. Fue con su papá a buscar a la niña que había sido parte del reportaje de su abuelo Larry Burrows”, explica Baker. “Les llevó trabajo encontrarla, pero tomó fotografías fascinantes para este nuevo artículo”.
El ciclo de esta familia en la revista se cerró con la última edición de mayo: aparecieron las fotografías de Burrows y Baker juntas en las paginas 34 y 35.
Cuando Tron apareció por primera vez en Life, cientos de personas enviaron dinero para ayudarla a comprar una prótesis para su pierna. Burrows le regaló una maquina para coser y se mantuvo en contacto con ella hasta su muerte.
A principios de 2000, consignó la revista, Tron pudo acariciar el cabello de la nieta de quien le devolvió parte de su vida perdida. Sarah prometió regresar a Vietnam.
Pero este no es el único seguimiento informativo de la última edición de Life. Al cambiar de página los lectores encontraron retratos de la vida de Flavio Da Silva, un brasileño huérfano que apareció en la revista por primera vez a los 12 años, en 1961, cuando moría de asma en Río de Janerio. Las fotografías de Gordon Parks provocaron donaciones de estadunidenses que lo llevaron en pocos meses a un hospital de Denver, en donde se recupero por completo. Volvió a aparecer de nuevo, ahora con 51 años y 15 miembros de familia, al pie de una casa que aún pagan lectores de Life.
“Nos involucramos demasiado en lo que hacíamos porque creíamos que lográbamos un cambio con cada fotografía. A veces nuestro trabajo se convertía casi en un servicio social”, dice Baker. “Por eso te digo: las cosas que vi, las personas que conocí, son recuerdos que me confirman lo privilegiada que fui al trabajar en esta revista”.
Baker y Stolley coinciden: después de la última edición de mayo de 2000, aún habrá vida para Life. “Dejamos un legado de fotoperiodismo que transformó para siempre al siglo XX. Nadie, menos nosotros, podremos olvidarlo”, dice Baker.
Y tenían razón. Life regresa, una vez más, como una marca que se niega a morir definitivamente… hasta que los gerentes vuelvan a decir otra cosa.
AUTOR : Zabala , Oswaldo.
Prof. Julián Mendozzi.
Algunas imágenes de Mar del Plata tomadas por el fotógrafo Hart Preston de la Revista “Life”.
“Young Women Learning Pigeon Shooting Techniques at the Resort Mar Del Plata”.
http://imgc.allpostersimages.com/images/P-473-488-90/48/4882/DPO8G00Z/posters/hart-preston-young-women-learning-pigeon-shooting-techniques-at-the-resort-mar-del-plata.jpg
“Mar del Plata – Mar. 1941”
http://lh3.ggpht.com/6ACxGlqZU7tznTJwkgh_EOQo4LBTIsE4DpuaGGYLOIQbHI37l67r6Lh1DXk=s400
“Mar del Plata – Mar. 1941” (2).
http://lh3.ggpht.com/oS5wYXPSd04S7JGTd34PbJJh03z5feMbpJSosEMuTaYWk_O9lQ4iQ2qZ6gk=s400
Prof. Julián Mendozzi.
Podemos tambièn ver los relojes en la dècada del 50,en la foto 3205,enviada por el Sr. Josè Alberto Lago.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/3205
La foto fue tomada por el fotógrafo ucraniano Dmitri Kessel en el verano de 1959 para la revista Life.