Artículo de Caras y Caretas publicado en marzo de 1924. Se refiere al veraneo de Alfonsina Storni en Mar del Plata. Para editar los correspondientes epígrafes seleccionaron versos de la poetisa. Material enviado por Ignacio Iriarte.
Reitero algunos de mis comentarios sobre Alfonsina,de la foto n° 6435.
En Sala Capriasca,un pequeño pueblo de montaña ubicado en el cantón Ticino de Suiza,nace,a las siete de la mañana de un 29 de mayo, una niña de ojos claros a quien llaman como al padre, Alfonsina. Años después Alfonsina escribirá sobre la tierra que la vió nacer:
“Nací al lado de la piedra junto a la montaña,en una madrugada de primavera, cuando la tierra, después de su largo sueño, se corona nuevamente de flores. Las primeras prendas que al nacer me pusieron las hizo mi madre cantando baladas antiguas, mientras el pan casero expandía en la antigua casa su familiar perfume y mis hermanos jugaban alegremente. Me llamaron Alfonsina, nombre árabe que quiere decir dispuesta a todo”. (Fuente: Carlos Alberto Andreola), en realidad su nombre deriva del germánico Adelfus,o sea adal,que significa estirpe noble y funs listo, preparado; de ahí que,al referirse a su propio nombre, Alfonsina dijera que significaba dispuesta a todo.
El matrimonio compuesto por Alfonso Storni y Paulina Martignoni se había trasladado con sus padres y sus dos hermanos mayores, María y Romero, a la casa de unos familiares en el cantón Ticino, procedentes de Argentina, el año anterior del nacimiento de Alfonsina.
Alfonso Storni, originario de Luggagia,había emigrado a este país americano en 1883 para establecer, junto a tres hermanos, un negocio familiar en la ciudad de San Juan. En pocos años se habían convertido en prósperos pioneros, primero dedicándose al negocio de la construcción y luego consolidando su posición económica gracias a la instalación de la primera fábrica de soda de la provincia, la misma que más adelante también elaborará hielo y cerveza. En 1885, Alfonso Storni, de veintiocho años, había viajado a su tierra natal con el propósito de contraer matrimonio, y el 16 de octubre del año siguiente se casó, en el pueblo de Origlio, con Pasqualina (Paulina) Martignoni, de veinte años. Alfonso era un hombre bien parecido y rodeado de cierto prestigio a raíz de su éxito en América. Por su parte, Paulina, originaria de Lugano, era una hermosa joven perteneciente a una familia burguesa e ilustrada y a quien sus padres le habían brindado una esmerada educación: pintaba al óleo y a la acuarela, tenía un título de maestra, era una buena lectora y manejaba a la perfección el francés y el italiano. También había recibido clases de música y canto y poseía una agradable voz de soprano. Al poco tiempo de casarse, la pareja se había embarcado hacia América para establecerse en San Juan. Allí, Paulina se había convertido en el centro de atención de la sociedad sanjuanina gracias a las tertulias que el matrimonio acostumbraba a celebrar y a la que asistían los personajes más conocidos de la ciudad, entre ellos artistas y políticos. Durante las reuniones, Paulina solía entonar arias y cavatinas acompañada de un piano de cola que su marido le había obsequiado. Cuenta la leyenda que entre sus amigos llegó a ser conocida como «la pequeña Patti», en honor a la célebre soprano de la segunda mitad del siglo XIX, Adelina Patti. Además, Paulina escribía —en francés e italiano— crónicas sociales para periódicos y revistas locales. En 1887, había nacido María y, al año siguiente, Romeo. Sin embargo, estos años venturosos —en los que Paulina era feliz dedicándose a su familia, a organizar las animadas tertulias y a renovar su vestuario—, pronto terminaron. Hacia 1890, Alfonso había empezado a padecer de una honda melancolía y poco a poco fue descuidando su trabajo en la fábrica. Sombrío y huraño, empezó a beber con mayor frecuencia. En esos años se ausentaba durante días enteros del hogar y se internaba en la selva con la excusa de ir a cazar o de buscar unas minas de plata. Años después, Alfonsina, que aún no había nacido, evocará este episodio familiar después de haberlo escuchado relatar por sus hermanos o su madre: «De mi padre se cuenta que de caza partía. Paulina, preocupada por el estado anímico de su marido, había consultado con el médico, quien le recomendó un viaje con la familia a la tierra natal; opinaba que el clima de San Juan, que cambia de un momento a otro a temperaturas extremas, había afectado la salud de Alfonso. De esta forma, en 1890, los Storni se habían embarcado para regresar a Suiza, donde permanecerían seis años. Es entonces cuando Alfonsina llega al mundo, ya con un ambiente familiar poco brillante.
1896
Los Storni deciden regresar a San Juan y en agosto zarpan de Génova rumbo a Argentina. Alfonsina tiene cuatro años, la edad suficiente para que el italiano se haya arraigado como su lengua materna. Al llegar a San Juan, sus padres se enteran que el estado de las finanzas de la fábrica se acerca a la bancarrota.
1897
En febrero, Alfonsina ingresa como alumna en el jardín de infantes de la Escuela Normal de San Juan, al que asistirá durante tres años. Allí participa en las fiestas infantiles durante las cuales declama, canta, baila y representa comedias junto a sus compañeras. Sus familiares la recuerdan como una niña vivaz y despierta, con una rica imaginación, tal y como lo demuestran algunos recuerdos de la propia autora: «Estoy en San Juan; tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causa en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta. A los seis años robo con premeditación y alevosía el texto de lectura en que aprendí a leer. Mi madre está muy enferma en cama; mi padre, perdido en sus vapores. Pido un peso nacional para comprar el libro. Nadie me hace caso. Reprimendas de la maestra. Mis compañeras van a la carrera en su aprendizaje. Me decido. A una cuadra de la escuela normal a la que concurro, hay una librería; entro y pido: El nene. El dependiente me lo entrega; entonces solicito otro libro, cuyo nombre invento. Sorpresa. Le indico al vendedor que lo he visto en la trastienda. Entra a buscarlo y le grito: “Allí le dejo el peso”, y salgo volando hacia la escuela. A la media hora las sombras negras, en el corredor, de la directora y de aquél, encogen mi corazoncillo. Niego, lloro, digo que dejé el peso en el mostrador; recalco que había otros niños en el negocio. En mi casa nadie atiende reclamos y me quedo con lo pirateado.
1898
El 28 de agosto,nace Hildo Alberto,último hijo del matrimonio Storni. Alfonsina, quien le lleva seis años, se encariña maternalmente de su hermano pequeño: le cambia los pañales, le enseña pacientemente a caminar. Hildo se convertirá en su primer confidente literario.
1900
Las finanzas de Alfonso y Paulina llegan al tope de la ruina por lo que en agosto de 1900 deciden mudarse al puerto de Rosario (Santa Fe), en busca de nuevas oportunidades. Allí alquilan una modesta casa, oscura y con paredes enmohecidas.
1901
Alfonso abre, cerca de la estación de Sunchales, un café que, sin embargo, para marzo del 1901, debe subastar por falta de recursos. La situación económica de Alfonso es tan desesperada e inestable que Alfonsina debe abandonar sus estudios en abril de ese mismo año. Para mantener a la familia, Paulina abre una escuela particular en la casa donde habitan y logra reunir a cincuenta alumnos.
1902
En julio, Alfonso, quien todavía sufre ataques depresivos, intenta una vez más llevar a cabo otra aventura comercial. Abre un negocio en la calle Mendoza al que llamará Café Suizo, pero este proyecto tan sólo durará tres meses. Deprimido y vencido, Alfonso se encierra por completo en sí mismo y se deja arrastrar por una profunda melancolía. La familia se muda a una casa aún más pequeña y oscura.
En ese ambiente de inestabilidad familiar, Alfonsina recurre a una táctica infantil para suplir las carencias afectivas y evadir la triste realidad: perfecciona el arte de mentir: A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente: crímenes, incendios, robos, que no aparecen jamás en las noticias policiales. Soy una bomba cargada de noticias espeluznantes; vivo corrida por mis propios embustes, alquitranada en ellos; meto a mi familia en líos… Trabo y destrabo; el aire se hace irrespirable; la propia exuberancia de mis mentiras me salva. En la raya de los catorce años abandono.
1903
A partir de este año, Paulina se vió obligada a tomar las riendas de la familia; primero se empleó en una fábrica de cigarrillos y, más adelante, como dependienta en varias tiendas. Finalmente decide realizar labores de costura por encargo, una de las actividades a las que las mujeres de la época solían recurrir para ganarse la vida de forma honrada. María y Alfonsina ayudan a su madre en esta tarea que les proporciona dinero solo para sobrevivir; suelen trabajar más de doce horas y a menudo cosen hasta entrada la madrugada. Cuando en 1905 María se case con un comerciante, Alfonsina deberá esforzarse el doble para ayudar a Paulina a cumplir con todos los encargos. Más adelante Alfonsina describirá esos años de arduo trabajo: Te enrojeció los ojos la costura,…Corva la espalda, firme la paciencia, El pan escaso en mala pieza oscura .
En este entorno de pobreza, Alfonsina escribe su primer poema:
A los doce años escribo mi primer verso, Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso; a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan.
1906
En el mes de agosto, muere Alfonso Storni. Alfonsina tiene catorce años y decide que quiere trabajar fuera de casa: se emplea como aprendiz en una fábrica de gorras. Pronto se convierte en una de las empleadas más populares gracias a su humor chispeante. Allí se solidariza con la situación de la clase obrera y empieza a participar en movimientos que reclaman transformaciones laborales y sociales.
1907
Por una casualidad, obtiene el papel de San Juan Evangelista en una obra de teatro presentada por la compañía de Manuel Cordero durante la Semana Santa. Paulina también participa en la misma obra con el papel de María Magdalena. A partir de entonces, madre e hija actúan de manera esporádica en varias representaciones modestas de pequeñas compañías teatrales.
1908
En marzo, Alfonsina, quien esta a punto de cumplir dieciséis años, es seleccionada como actriz por la compañía del actor español José Tallaví. Así, participa en una gira que la lleva durante cinco meses por varios puntos del país donde representan obras como Espectros, de Henrik Ibsen; La loca de la casa, de Benito Pérez Galdós; Los muertos, de Florencio Sánchez y El místico, de Santiago Rusiñol. Sin embargo, Alfonsina pronto comenzó a sentirse incómoda y nerviosa: .. casi una niña y pareciendo ya una mujer, la vida se me hizo insoportable. Aquel ambiente me ahogaba. Torcí rumbos. Se dice que cuando la compañía actuaba en Mendoza, en la sede de la Sociedad Italiana, el representante de esta asociación comenzó a acecharla obsesivamente. Cuando Talleví se enteró de la situación salió en la defensa de la muchacha e incluso se dio la intervención del juez de menores. Así, aunque la situación cesó, Alfonsina ya no se sentía dueña de su intimidad y tuvo que cambiar el compañerismo por la soledad de una habitación de hotel.
Estas y otras razones —se había aburrido de la vida en caravana—, pesaron lo suficiente para que Alfonsina dejara el teatro. Sin embargo, allí aprendió muchos de los secretos de la actuación que años después ella pondrá en práctica cuando le otorguen una cátedra en el Teatro Infantil Labardén.
En agosto, Alfonsina regresa a la casa de su madre, que en ese momento reside en el pequeño pueblo santafecino de Bustinza, junto a su segundo esposo, Juan Perelli.
1909
Alfonsina se marcha a Coronda para estudiar en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales. Allí alquila una habitación —que comparte con otras dos muchachas— en la casa de la señora Mercedes Gervasoni de Venturini, esposa del comisario del pueblo y hermana de la directora de la escuela. Para pagar sus estudios y los gastos cotidianos, Alfonsina trabaja como celadora en la misma escuela recibiendo una paga de cuarenta pesos mensuales. Pero el dinero apenas le alcanza: el hospedaje completo le cuesta treinta pesos y debe estirar los diez pesos restantes a lo largo del mes. Son muchas las proezas que realiza para arreglárselas: es durante estos años cuando empieza a robar formularios de telegramas para escribir sus poemas.
Durante el primer año, Alfonsina destaca como magnífica alumna. Sus maestros pronto descubren en ella cualidades de escritora. Pero también sobresale en otros aspectos; por ejemplo, en la fiesta de fin de curso del primer año escolar, Alfonsina actúa como protagonista en la pieza de teatro Conspiradores incautos, del doctor Zenón Rodríguez. Más adelante, cuando se realicen diversas actividades en Coronda con motivo de la celebración del Centenario (1910), el boletín escolar publicará una crónica informando que la alumna maestra Alfonsina Storni, cantó una romanza «con voz dulce y sentimental».
1910
En el segundo año escolar, Alfonsina se las ingenia para solucionar su falta de recursos: los fines de semana viaja a Rosario para cantar en un tabladillo dedicado al género cabaretero. Cuando en Coronda se enteran que actúa como corista, sufre una humillación pública durante un acto escolar. Este incidente puso a prueba por primera vez su capacidad de soportar los juicios adversos de los demás. Al llegar a casa de la señora Mercedes, Alfonsina se encierra en su habitación y no se la escucha salir durante varias horas. A la hora de la cena, cuando Mercedes llama varias veces a la puerta para que baje a comer, Alfonsina no responde. Decide entrar a su habitación pero se encuentra con su cama vacía y una nota que dice: «Después de lo ocurrido, no tengo ánimo para seguir viviendo. Alfonsina». Todos se alarman y salen a buscarla a las barracas del río Paraná. Allí la encuentran, gritan su nombre y corren a hacia ella. Pero Alfonsina, con voz serena y un rostro entero y digno, les dice: «No pasar más cuidado. Continuaré viviendo. Reaccioné».
A finales de ese año recibe su diploma de maestra rural.
1911
A mediados de febrero se instala en el puerto de Rosario y trabaja como maestra en la Escuela Elemental n.º 65. Publica sus primeros poemas en las revistas locales Mundo rosarino y Monos y monadas. Allí establece una relación estrecha con el padre de su hijo, Carlos Arguimbau, un hombre casado, de apellido conocido en el medio social rosarino, mucho mayor que ella (veinticuatro años) y seguramente de personalidad interesante ya que sus biógrafos insinúan que era culto y que tenía «cierta importancia» política: llegó a ejercer el cargo de diputado provincial; también escribía artículos periodísticos y guardaba un gusto especial por la literatura. Al parecer, se habían conocido años atrás: cuando Alfonsina residía en Rosario, con su madre, una de las obras de teatro que representó la compañía de José Tallaví había sido una pieza escrita por Arguimbau, El primer idilio; y el impulsor de la creación de la escuela en la que estudió Alfonsina en Coronda, fue precisamente el diputado Arguimbau.
En Rosario, Alfonsina se involucra en diversas actividades y comienza a frecuentar los nacientes círculos intelectuales de la ciudad, donde se reúnen escritores y políticos. A estas reuniones asiste junto a Arguimbau. Allí también conoce al poeta y abogado santafecino Juan Julián Lastra, que más adelante la pondrá en contacto con escritores de Buenos Aires y se convertirá en su primera amistad literaria.
A finales de ese año, cuando descubre que está embarazada, decide marchase a Buenos Aires y asumir su condición de madre soltera.
1912
En enero se traslada a Buenos Aires, embarazada, sola, con poco dinero y una maleta que contiene sus versos y algunos ejemplares de Rubén Darío. Se hospeda en una humilde pensión hasta que el 21 de abril nace su hijo, Alejandro Alfonso Storni. Más tarde, madre e hijo se mudan a una vivienda que comparten con un matrimonio. Para subsistir y mantener a su hijo trabaja como cajera en una farmacia y luego en la tienda A la ciudad de México. En algunas ocasiones, también realiza labores de modista. Ese año se publica su primera colaboración en Fray Mocho: De la vida; también comienza a colaborar en la revista Caras y Caretas.
1913
Es contratada como -corresponsal psicológico- en la firma Freixas Hermanos, una empresa importadora de aceite de oliva. Allí trabaja en las oficinas de la planta alta del edificio, ubicadas en la calle Bartolomé Mitre 1411. Las funciones que desempeñaba son las que hoy en día llamaríamos de publicidad y marketing. No sólo debía redactar propagandas -cartas psicológicas- dirigidas a los comerciantes minoristas, sino que también determinar los tipos de mercados consumidores que existían en el país para elaborar estrategias de publicidad. Sin embargo, no le resultaba un empleo agradable, incluso le disgustaba. Pero Alfonsina trabajaba con esfuerzo y cumplía estrictamente con sus responsabilidades. Más adelante, ella describirá este ambiente de trabajo, donde se gestará precisamente su primer libro: … estoy encerrada en una oficina; me acuna una canción de teclas; las mamparas de madera se levantan como diques más allá de mi cabeza; barras de hielo refrigeran el aire a mis espaldas; el sol pasa por el techo pero no puedo verlo; bocanadas de asfalto caliente entran por los vanos y la campanilla del tranvía llama distante. Clavada en mi sillón, al lado de un horrible aparato para imprimir discos, dictando órdenes y correspondencia a la mecanógrafa, escribo mi primer libro de versos, un pésimo libro de versos. ¡Dios te libre, amigo mío, de La inquietud del rosal! Pero lo escribí para no morir.
Ese año establece amistad con Carolina Muzzilli, dirigente socialista y una de las mujeres más apreciadas en el mundo intelectual bonaerense de la época; sus inteligentes estudios sobre la situación de las mujeres y los niños obreros y su comprometida lucha social, lograron ganarse el respeto de muchos intelectuales. No es de extrañar que Alfonsina y Carolina establecieran una estrecha amistad: compartían una profunda conciencia de la situación de su clase social y se sentían identificadas. De hecho, el 4 de octubre de 1914, bajo los auspicios del periódico dirigido por Carolina, Tribuna femenina, Alfonsina recitó por primera vez sus versos en el cine-teatro Radium n.º 6, en la calle Rivadavia, durante un festival. A finales de 1916, Carolina morirá de tuberculosis.
La noche del 1 de noviembre de 1913, Alfonsina visitó por primera vez la casa del escritor socialista Manuel Ugarte, ubicada en la calle Pozos 47. Ugarte la había invitado a su residencia por medio de una carta enviada el día anterior. Eran tiempos difíciles para Ugarte pues sufría el rechazo de sus compañeros del Partido Socialista. Cuando la joven Alfonsina, de tan sólo veintiún años, lo visita esa noche, puede intuir que algo malo sucede. Al parecer, por esos días Ugarte había discutido fuertemente con el presidente del Partido Socialista, Juan B. Justo. Ugarte ya sabía, de una forma u otra, lo que en efecto sucedió: días después, el 10 de noviembre, Ugarte fue expulsado del partido y salió de su sede diciendo: «Nunca nadie podrá expulsar el socialismo de mi corazón». Alfonsina, como muchos jóvenes, era una fiel admiradora de la labor de Ugarte —quien en ese momento tiene treinta y ocho años—, y tuvo, esa noche, la sensibilidad de entrever la situación en que este se encontraba. Al día siguiente, Alfonsina le escribe una carta solidaria en la que, además, se adivina su propia madurez:
Ayer salí de su casa con una impresión de tristeza. La injusticia de su caso, la serenidad suya y la leve ironía que pude observar en Ud. han contribuido a ello… Por desgracia mía, no sé, ni quiero nunca dominar mis impulsos y por eso quiero decirle hoy, más sinceramente que ayer, que vibro con Ud. Perdóneme, ayer no lo conocía más que a través de sus libros. Yo sé que mis frases le merecerán una sonrisa protectora, pero no me importa. Su talento tiene el derecho de sonreír. Lo que puedo asegurarle es que no hay en mí ni sentimiento de ocasión ni lirismo de mujer.
Mi alma en estos momentos no tiene sexo.Lo saluda atentamente.
Alfonsina Storni.-
Desde entonces, iniciaron una estrecha amistad y los unirá la noble confianza y fresca camaradería de dos buenos colegas.
Continuando con mi comentario anterior
1916
En marzo se publica su primer libro de poesía, La inquietud del rosal, con prólogo de Juan Julián Lastra. La recepción del libro por parte de la crítica no tuvo gran repercusión pero en algunos críticos causó indignación: en esos años no era nada común que una mujer se atreviera a expresar sus deseos, menos aún abierta y públicamente; eso era algo que se debía silenciar, ocu1916
Eltar, reprimir. Tampoco fue bien visto que exhibiera su condición de madre soltera sin complejos, como lo hace en su poema La loba. La misma Alfonsina, en un testimonio publicado alrededor de septiembre en la revista El Hogar, hace referencia a la represión social que recibía la mujer cuando expresaba sus inquietudes y cómo esta era instada a serenarse cuando se pasaba de los límites. Un comentario más positivo apareció en el número 83 de la revista Nosotros. La reseña era de media página y estaba firmada por Nicolás Coronado, quién juzgaba al libro como una promesa y como el resultado de un alma sensible y emotiva. Aunque señaló sus fallas, también las disculpó al referirse a la inexperiencia de su autora: «En definitiva… es el libro de un poeta joven y que no ha logrado todavía la integridad de sus cualidades, pero que en lo futuro ha de darnos más de una valiosa producción literaria.
Alfonsina también sufrió su primera decepción literaria: Leopoldo Lugones, «el poeta nacional», no le contestó ni una de las cartas que ella le envió, ni accedió a dedicarle un comentario. A partir de entonces, la relación entre ambos fue complicada y muchos aseguran que se debió, en parte, a que el poeta era receloso de posibles rivales, mucho más si se trataba de una mujer.
El 9 de mayo de 1916, asiste a su primera comida de escritores, en compañía de su amiga Carolina Muzzilli. Esta comida estuvo organizada por la revista Nosotros con motivo de la publicación del libro de Manuel Gálvez, El mal metafísico. La comida se celebró en el restaurante Génova, ubicado en la calle Corrientes esquina con Montevideo, y entre los asistentes estaban: Alberto Gerchunoff, autor de Los gauchos judíos (1909); José Ingenieros, psiquiatra socialista y de profundas ideas filosóficas, quien llegará a convertirse en uno de los mejores amigos de Alfonsina; Roberto F. Giusti y Alfredo A. Bianchi, fundadores de Nosotros; y el librero Balder Moen. Por medio del grupo en torno a la revista Nosotros, Alfonsina conocerá también a Horacio Quiroga, con quien no sólo compartirá una cercana amistad sino también una relación sentimental. A partir de esta primera comida, Alfonsina se convertirá en la primera mujer miembro de los cenáculos literarios de Buenos Aires.
A mediados de ese año, pierde su empleo en Freixas Hermanos; sin embargo, empieza a colaborar con varias revistas: El Hogar, Mundo Argentino y Atlántida.
Por esta época, su extenso poema Canto a los niños —dividido en En la cuna, La risa de los niños, Los niños rubios, Los niños pálidos, Los niños muertos y Exhortación— fue seleccionado como ganador del concurso literario convocado por el Consejo Nacional de Mujeres. Alfonsina había participado con el seudónimo de Piéridas, es decir, «las musas. Durante la 9na. Fiesta del Libro, organizada por la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres y celebrada el 30 de noviembre de 1916 en el Teatro Coliseo, se le otorgó el primer premio: 655, 55 pesos, donados por el Jockey Club. Puesto que en ese momento Alfonsina carecía de un empleo estable, este premio parecía caerle del cielo. Canto a los niños fue publicado en La Nota en diciembre de 1916.
Otro de los poemas de esta época es Por los niños que han muerto, un verdadero anatema a las atrocidades de la Primera Guerra Mundial. Las noticias de horror y barbarie que llegaron a Argentina desde Europa, conmovieron profundamente a Alfonsina: ¡Jesús, Jesús, Jesús, desciende del madero / Y ven hasta la tierra, esclavo del martirio / Que en los campos se cuaja la sangre y el delirio / De matar, acicate al infeliz obrero! … ¿En dónde estas Jesús? Levántate, ilumina: Hecho Dios, hecho hombre, o leyenda divina. / Que no muera tu soplo; poco importa que sea / Una vana mentira el mártir de Judea. / Sólo importa el ideal, ¡que no muera el ideal! / Matemos a la espada con su fuerza inmortal. / ¡Arriba! ¡Con la insignia del Cristo maculado! / Por los niños a quienes el cañón ha matado.El poema apareció por única vez en el periódico La Acción,perteneciente al Partido Socialista,el 6-5-916.
1917
El 12 de junio, el periódico La Idea organiza, en el teatro Minerva del barrio de Flores, el primer homenaje público a Alfonsina. Ese mismo mes vuelve a la docencia como maestra del colegio Marcos Paz, fundado por la Asociación Protectora de Hijos de Policías y Bomberos.
1918
En abril aparece su segundo libro, El dulce daño. Alfonsina todavía se ajusta al poema de amor que en esos años prevalece en la escritura femenina, pero también inventa una temática que arrastra una ironía mordaz. Precisamente una de las innovaciones de este libro consiste en que su autora juega con lugares comunes y tópicos femeninos. En varios poemas, Alfonsina expresa sus frustraciones con estos estereotipos.Tú me quieres blanca fue uno de los poemas de El dulce daño que más acogida tuvo entre las jóvenes y pronto se convirtió en el favorito de las recitadoras. Incluso, hasta el día de hoy, es uno de sus poemas más citados.
También continúa escribiendo prosa; en la revista Hebe publica Cinco cartas.
1919
Entre enero y febrero de 1919, sale a luz su tercer poemario, Irremediablemente, y se hace cargo de la sección Feminidades (después Vida femenina) en La Nota. Publica en Hebe una novela corta de tintes melodramáticos titulada Una golondrina, que forma parte de la serie Cinco cartas.A partir de 1919, se vuelven más frecuentes las invitaciones para recitar sus poemas y disertar sobre diversos temas literarios; suele hacerlo en locales socialistas, modestas salas de teatro y bibliotecas de barrio. Eran muchas las mujeres que acudían a escucharla, la mayoría de extracción popular o de clase media; se sentían identificadas con estos poemas escritos en un lenguaje casi cotidiano, aunque de temas viscerales y fuertes, que se les quedaban grabados fácilmente en la memoria.
En enero viaja a Montevideo a dictar una conferencia en la universidad sobre Delmira Agustini y a leer poemas de Delfina Bunge de Gálvez, que Alfonsina había traducido del francés al castellano. En noviembre se publica Languidez, que recibe el Primer Premio Municipal y el Segundo Premio Nacional de Literatura. Asimismo, comienza a escribir una columna en La Nación bajo el seudónimo de Tao Lao donde, con ironía, esboza una tipología de las actitudes nocivas que adoptaban las mujeres de la época. Desde este espacio, las instó a que demostraran sus aptitudes como seres pensantes y a que rompieran los tópicos que durante siglos han recaído sobre ellas. En varios artículos de estos años Alfonsina se refiere con preocupación a la situación de la mujer y enuncia sus creencias feministas.
Ese año recibe una buena noticia: el 9 de noviembre finalmente se le concede la ciudadanía argentina; en el acto de concesión actúan de testigos sus amigos Emilio Centurión y Julio Noé. Hay que recordar que, en el caso de las mujeres, la tarjeta de ciudadanía representaba solo un documento simbólico: todavía carecían de derechos civiles y políticos.
Alfonso Depascale traduce al italiano una selección de su poesía y la reúne en un libro titulado Poesie scelte di Alfonsina Storni. Primi saggi de traduzione della grande poetessa argentina.
1921
En abril empieza a trabajar en la Escuela de Niños Débiles del Parque Chacabuco. Por entonces también participa con intensidad en las reuniones literarias del grupo Anaconda, celebradas en el estudio del acuarelista Emilio Centurión. Con tantas actividades, Alfonsina comienza a sentirse cansada, deprimida y nerviosa; así, se inician sus reposos anuales en Los Cocos (Córdoba) y MAR DEL PLATA.
En diciembre de 1921, en la revista Cosmópolis de Madrid, Jorge Luis Borges publica un artículo titulado La lírica argentina contemporánea, en el que se refiere con desdén a la poesía de Alfonsina. Borges, quien por entonces abraza con fervor la nueva estética vanguardista, no tiene afinidad con el estilo de Alfonsina, quien en ese momento todavía imita formalmente el modernismo con retoques del tardorromanticismo. Esta aversión por parte de la generación de escritores jóvenes, afectará a Alfonsina.
1922
Comienza a impartir clases en el Teatro Infantil Labardén.
1923
Se crea para ella una cátedra de declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Para entonces Alfonsina es una escritora popular, reconocida y leída por un público cada vez más numeroso.
1924
Su éxito literario se concreta cuando es publicada en España en 1924; la editorial Cervantes de Barcelona, dentro de su colección Las mejores poesías de los mejores poetas, edita una antología que recibe una amplia difusión y es comentada por la crítica hispánica muy favorablemente. Asimismo, el filólogo jesuita, Julio Cejador y Franca, la incluye en el tomo XIII de su Historia de la Lengua y Literatura Castellana, publicada en Madrid, en la que no solo comenta las obras de los autores seleccionados sino que también agrega textos autobiográficos. También es ampliamente conocida en Chile, Uruguay, México y otros países hispanoamericanos.
1925
El 29 de enero se celebra, gracias a su iniciativa, la primera Fiesta de la Poesía en MAR DEL PLATA. En mayo publica uno de sus libros más elogiados, Ocre, donde el tono modernista empieza sutilmente a ser sustituido por uno más original. En este poemario, sus autorretratos destacan por ser menos sentimentales y más cerebrales e irónicos.
1926
Comienza a dar clases de arte escénico en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación y por las noches imparte clases de castellano y aritmética en la Escuela de Adultos Bolívar. Se une al grupo de La Peña —liderado por el pintor Benito Quinquela Martín— que celebra sus eventos artísticos en el mítico café Tortoni, donde suelen reunirse reconocidos intelectuales, escritores y artistas. Por esta época establece una estrecha amistad con la poeta chilena Gabriela Mistral.
En septiembre, publica Poemas de amor, su primer libro de prosa poética y que ha sido prácticamente marginado por la crítica y el público. Los temas de este eran los mismos que había venido tratando en sus anteriores poemarios —enamoramiento, decepción— aunque carecen de la fuerza del verso. El libro relata las etapas de un romance, desde que se inicia hasta que se acaba y tiene, por lo tanto, dos protagonistas: la narradora y el hombre amado. Este libro breve e íntimo fue reeditado en tres ocasiones y fue traducido al francés por Max Daireaux. Antes de este libro, Alfonsina ya había publicado en La Nota, en 1919, otros poemas en prosa: «Poemas breves» y «Poemas». El estilo de algunos de estos, recuerdan a relatos folclóricos y tradicionales ya que adquieren un tono de leyenda. Sin embargo, en abril, había aparecido en La Nación su relato: Cuca en seis episodios, donde ya se advierten sus búsquedas estilísticas y sus coqueteos con la vanguardia.
1927
El 10 de marzo se estrena en el teatro Cervantes su primera obra de teatro, El amo del mundo, que solo se mantiene en cartel tres días; la crítica despedazó la técnica de esta pieza teatral y no comprendió su temática feminista, algo que la afectó personalmente. Por ese tiempo, escribe su segunda obra dramática, La debilidad de mister Dougall, pieza que nunca se representará y se mantendrá inédita hasta el año 2002.
1928
El 8 de noviembre de 1928 la Sociedad se inaugura oficialmente con la primera asamblea ordinaria, en la que se dan a conocer los miembros de la junta directiva: Leopoldo Lugones, presidente; Horacio Quiroga, vice-presidente; Samuel Glusberg, secretario; Manuel Gálvez, tesorero; y entre los vocales: Jorge Luis Borges, Enrique Banchs, Roberto Giusti, Carlos Alberto Leumann, etc. No obstante, en una carta sin fecha y con membrete de la Sociedad Argentina de Escritores, Alfonsina le informa a Roberto Giusti que la próxima reunión se realizará en su casa (al pie de la carta indica su dirección: Córdoba 807). Lo cierto es que desde octubre de 1925 Alfonsina había sido la primera impulsora de la Asociación. Así lo demuestra un comentario publicado en la revista Nosotros: El animoso entusiasmo de una mujer, la ilustre poetisa Alfonsina Storni, ha logrado convertir en realidad, a través de mil dificultades, la vieja aspiración de agrupar los escritores argentinos en una sociedad que los ampare y defienda». El primer acercamiento se había llevado a cabo el 13 de octubre de ese año, en el estudio del doctor Carlos Ibarguren, al que fueron convocados Quiroga, Bianchi, Fernández Moreno, entre otros, para constituir una comisión provisoria encargada de redactar los estatutos. Alfonsina había sido elegida secretaria de dicha comisión provisoria. En los primeros meses de 1927, la Sociedad Argentina de Escritores instaló su sede de la calle Florida 259, aunque muchas veces también se reunieron en la casa de Alfonsina. A pesar de la participación activa de Alfonsina, son poco claras las razones por las que fue apartada de cargos directivos.
1930
A principios de año, junto a su amiga Blanca de la Vega, viaja a Europa: España, Francia y Suiza. Allí conoce de cerca la literatura de vanguardia de la Generación del 27 (Alberti, Lorca, Guillén…). Publica sus impresiones de viaje en La Nación: Diario de navegación (16 de febrero).
Ese año escribe una serie de instantáneas que titula Kodak, donde es aún más evidente su acercamiento a la vanguardia. Por ejemplo, en Auto hace alusión a un símbolo de la modernidad —el auto— para expresar un estado anímico. No obstante, en su caso no se tratará de una renovación formal externa, sino de un camino personal, una vanguardia particular a partir de sus propias experiencias y no de escuelas o idearios estéticos. Para entonces, el movimiento vanguardista inaugurado por Jorge Luis Borges en Buenos Aires a principios de los años veinte, ya se encontraba en declive.
1932
Alfonsina publica Dos farsas pirotécnicas, que incluyen Cimbellina en 1900 y pico… y Polixena y la cocinerita. En estas dos farsas toma prestados temas de Shakespeare y de Eurípides pero los recrea y adapta a su tiempo; es decir, se sirve de lo clásico para trazar cuadros satíricos de las costumbres de la época. Polixena y la cocinerita fue puesta en escena de la mano de la actriz y recitadora Berta Singerman, actuación que fue elogiada por la crítica y muy bien recibida por el público. Pero Cimbellina en 1900 y pico… nunca fue representada —no encontró un elenco o un director dispuesto a hacerlo—, aunque la pieza escrita si tuvo buena recepción de la crítica. En general, ambas piezas fueron consideradas valiosas y en abril del mismo año se elige Dos farsas pirotécnicas como el mejor libro del mes.
Alfonsina también escribió piezas de teatro infantil, un total de seis. Entre ellas, la más famosa es Blanco… negro… blanco… inspirada en El pierrot negro de Leopoldo Lugones, incluido en el Lunario sentimental. La verdad es que está construida casi enteramente sobre el esquema de la versión de Lugones, aunque en forma de verso, con la gracia de las piezas infantiles, y acompañada de pasajes musicales. Ella se defenderá diciendo que los motivos clásicos de la literatura no le pertenecen a nadie y agregará: «No le he pedido permiso a Lugones porque ignoro si él le pidió antes permiso a otro… Esta obra en verso es para teatro de niños y la destino a mis alumnos del teatro infantil que son los únicos que creen en mí como autor teatral. Ellos son los únicos, repito, que se adelantan a pedirme que les lea el acto que no he terminado y que, al salir del recreo, se van repitiendo en voz alta la estrofa que se les ha quedado bailando en el oído.
Las otras piezas para niños son Pedro y Pedrito; Jorge y su conciencia, Un sueño en el camino (mimodrama), Los degolladores de estatuas y El Dios de los pájaros. En El Dios de los pájaros se trata el tema de la libertad a través de la historia de unos niños que enjaulan a pájaros. En Jorge y su conciencia, un niño que va tarde a la escuela debe pegar por sí mismo un botón de su camisa; una pieza en la que claramente Alfonsina intenta liberar a sus alumnos de los prejuicios culturales sobre las labores domésticas. Alfonsina también dirigió la puesta en escena de algunas de estas piezas infantiles, las cuales eran interpretadas por sus alumnos del Teatro Infantil Labardén en plazas, parques, asilos.
A principios de 1932, realiza su segundo viaje a Europa junto a su hijo Alejandro. Por esta época comienza a frecuentar las reuniones del grupo Signo en el Hotel Castelar; allí conoce a Federico García Lorca (1933).
1934
En noviembre publica Mundo de siete pozos, libro que marca su liberación del llamado poema de amor. En este, adopta una forma más experimental y menos anecdótica; el verso es irregular, suelto, caprichoso, sin rima, pero desde adentro responde a un ritmo personal. En definitiva, un libro más «objetivo» y menos autobiográfico donde Alfonsina simboliza, cincela emociones, estiliza su universo sensorial. A partir de aquí, su escritura poética se encaminará hacia rumbos cada vez más vanguardistas.
1935
El 20 de mayo es operada de un tumor maligno y pierde su seno derecho; se apodera de ella una terrible desazón que se evidencia en episodios biográficos: deja de frecuentar a sus amigos, se encierra en sí misma.
1936
En febrero publica en Crítica «Film marplatense», una mezcla de crónica y prosa poética: No he venido a descubrir Mar del Plata. El ambiente no da para más; la multitud, ya en la playa, ya en la ruleta, ya en la rambla, escamotea continuamente sus perfiles; el mar cambia a cada momento de pellejo y posturas; la ola traga a su víctima y huye a digerirla en sus húmedos subterráneos, sin que nadie la vea. Así, de rápido, el ojo del cronista.
1937
En enero, realiza un viaje al sur de Argentina y Chile que la distrae de sus preocupaciones: sabe que el cáncer que padece avanza. Publica en La Nación, con el título de «Carné de ventanilla, sus impresiones de viaje. Al regresar, en febrero, sufre el golpe del suicidio de Horacio Quiroga.
1938
El 27 de enero pronuncia en Montevideo su conferencia Entre un par de maletas a medio abrir y la manecilla del reloj, en un encuentro público en el que también participan Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. La afectan los suicidios de Eglé Quiroga (hija de Horacio) y de su enemigo literario, Leopoldo Lugones. En agosto publica su Antología poética (Espasa-Calpe) y en septiembre aparece su último libro Mascarilla y trébol, de claros rasgos vanguardistas y de tono testamentario.
Para principios de octubre, el dolor era tal que dependía de la morfina para apaciguarlo. Los médicos le habían dado seis meses de vida. De esta forma, decide adelantarse a su destino. El 18 de octubre viaja a MAR DEL PLATA y desde allí envía a La Nación su poema de despedida, Voy a dormir. La madrugada del 25 de octubre se arroja al mar desde el espigón de la playa de La Perla. Su cadáver es rescatado horas más tarde y enviado a Buenos Aires para ser velado en el Club Argentino de Mujeres. En el entierro, su amigo Manuel Ugarte le dedica conmovedoras palabras. Sus restos son depositados en la bóveda de la familia de su amiga Salvadora Onrubia de Botana, en la Recoleta, donde permanecerán hasta el 22 de septiembre de 1963, fecha en que serán trasladados al cementerio de La Chacarita y guardados en el recinto reservado para tumbas de personalidades, en un mausoleo esculpido por el artista Julio César Vergotini.
Poco antes de morir, Alfonsina se había animado a representar Cimbellina en 1900 y pico… para ser interpretada por sus alumnos de arte escénico del Conservatorio de Música y Declamación. Pero justo cuando estaba en los ensayos, tuvo que dejarlo; empezaba a sentirse muy mal. Blanca de la Vega, su amiga, la reemplazará como directora y finalmente la pondrán a escena en diciembre de ese año, dos meses después de su muerte. Los intérpretes,todos alumnos de ella, la homenajearon de esa forma.(fuente:Instituto Cervantes de España)
Alfonsina fué retratada en La Rambla de MdP, en traje de baño, con mechones rizados color plata asomando por debajo del gorro metido hasta tapar las orejas o con salida de baño blanca, tacos altos y reloj pulsera, en ls piedras de Cabo Corrientes la melena al viento. (Caras y Caretas, Alfonsina frente al mar, mayo de 1925).
También aparece en la citada revista fotografiada en MdP junto a Margarita Abella Caprile, Beatríz Eguía Muñoz y Mary Rega Molina, el texto de las fotos es extraño,pero hace juego con una Alfonsina que aparece con su casquito de paja oscuro hasta las orejas y un pañuelo de seda que la ahorca casi.Las otras se ven mas sencillas, y en tods ellas el texto destaca lo femenino, de Alfonsina dice, en cambio: “A su lado Alfonsina ofrece un contraste extraño…La gran poetisa, no por menos idealista, deja de ser genial”. De la Abella Caprile dice: “frágil,suavemente hermosa…”¡La bisnieta del gran Mitre hace honor a su origen! ” Y termina con Alfonsina: “¡Tal vez en ella vibra mas la carne que el alma, pero es, sin embargo una vibración magnífica, varonil a veces, pero siempre inspirada, siempre hermosa !”.
Llama la atención la palabra “varonil” en el epígrafe de una foto de playa.
Esta nota preparaba la Fiesta de la Poesía.Por iniciativa de Alfonsina, que desde hacía varios veranos pasaba por lo menos un mes junto al mar, Josué Quesada,”bastonero mayor de la vida social marplatense”, se puso a organizar este acto poco acostumbrado.
Consiguió el Salón de Actos del CLUB MAR DEL PLATA, y entre su dorado estilo Luis XV preparó la escena. Una orquesta de cámara, la berceuse de Jocelyn, el mar, detrás de las ventanas.
El presentador oficial fue Pedro Miguel Obligado.Las participantes, esas 4 poetisas, conocidas por figurar con frecuencia en revistas y suplementos literarios.
Los diarios locales anunciaron con todo detalle el acontecimiento, y con sorpresa,también ante esta exaltación pública de la poesía.
“Hoy la multituud elegante de la Rambla, de los palacetes, de los hoteles y de los clubs ha de escuchar 4 dulces voces femeninas recitando versos… Alfonsina Storni, la de la lira apasionada y sonora,alzará el acento de sus poemas en presencia de la multitud aristocrática y expectante”…
“Por una horas las almas de una muchedumbre compuesta por millonarios, hacendados, comerciantes, jueces, militares, políticos, bellas damas y gentiles niñas se llenarán de versos, de música, de rimas y de espíritus”….
“Y las poetisas que son en estos días, que alguien acusa de utilitarios y materialistas, las figuras mas románticas, más admirdas, y acaso mas envidiadas del mundo social, sentirán hoy,en los grandes salones,el aplauso de todos, el homenaje del gran mundo, hacia los altos espíritus femeninos que pasan cantando”…
Llegada la hora, el inmenso salón rebosaba de público.Por los altos ventanales se oía el rumor de las olas.Vestida de negro, con escote hacia los hombres y sin mangas,” la presencia de Alfonsina electrizó de inmediatos al público”, cuenta Fermín Estrella Gutiérrez.
“Nunca había oído yo, ni oí después, a un autor decir sus versos como Alfonsina, aquella tarde.Allá lejos, en el pequeño escenario, la grácil y delicada figura de la poetisa adquirió de pronnto un vigor y una vibración extraordinaria.”
Dijo 2 o 3 poemas de Ocre, entre ellos, otra vez, el Romance de la Venganza”, como lo había hecho anteriormente en Quilmes, seguramente por tratarse de un poema de ritmo fácil y contenido sencillo, sentí, continúa Estrella Gutiérrez,que la poesía no era una postura literaria de Alfonsina, sino que poesía y autora eran una misma cosa.
Cuando terminó el recitado, se ubicó un pequeño kiosco en el hall de entrada, donde las escritoras firmaron sus libros.Alfonsina dedicó mas de 200 elemplares.
¡No puedo más! ¡Estoy manca!, dijo por fin, y el escritor árabe Habib Estefano la alzó casi en brazos salvándola de la multitud.Después de ese verdadero acontecimiento, ya nadie deja de reconocerla mientras pasea por la Rambla.Sobre todo las chicas jóvenes, que le llevan su álbum para que les ponga algo.
En una carta su amiga María Luisa Albornoz le cuenta lo ocurrido.”Ud. habrá visto por los diarios, le dice, que hicimos aquí una fiesta de la poesía, que me tuvo ocupada estos últimos días: hemos tenido un gran éxito.Con decirle que dejamos vacía la Rambla y el garito esa tarde le digo todo.Mil setecientas personas de público y qué público,en fin, estoy contenta y se lo cuento porque sé que mi alegría la alegra”.
A su amiga en otras cartas le comenta ” pequeños chismes del balneario”, referidos a lo que por ejemplo ella llama ” la imposición clásica de la clásica hoja de parra” que no es tal hoja sino la obligación de circular con salida de baño. Esta prenda afeó a los hombres durante varias décadas y Alfonsina cuenta como ” se tienden al sol, como momias, envueltos en la funda felpuda y ariba el buen sol que quería morderlos, quemarlos, señalarlos, se muere de rabia”.Finalmente se lamenta de que entre los hombres ” la varita del vigilante tenga más poder que el deseo del astro generoso pero pasivo”.
Ya no juega en el casino, seguramente como consecuencia de la experiencia que tuvo LA PRIMERA VEZ QUE FUE A MAR DEL PLATA,ERA TODAVÍA EL AÑO 1921,y Alfonsina se encontró la noche de su llegada con su querido amigo José Ingenieros. Este insistió en llevarla a la ruleta, alegando que el iniciador solí tener suerte, puesto que el diablo le pagaría por el alma entregada.Alfonsina ganó mucho dinero, pero no siguió el consejo de su amigo, que le pidió que se tetirara.Volvió a la otra noche y perdió todo y en noches siguientes el resto, lo que llevaba para las vacacionesm y hasta lo que le prestaron sus amigos. Tuvo que volverse, derrotada, y cuando en el tren otro amigo, Leonardo Glusberg, la vió intentando cábalas con una ruleta de juguete, no reconoció en ella a la económica y medida Alfonsina. (Fuente Josefina Delgado,escritora, Fundadora de la Biblioteca Alfonsina Storni,Directora Gral. de Bibliotecas Públicas de Bs.As.Subdirectora Biblioteca Nacional, docente universitaria, egresada de Filosofía y Letras de la UBA,etc.)
Esto escribió Alfonsina el 23 de octubre y se publicó en La Nación un día después de su muerte:
“Dientes de flores ,cofia de rocío,
manos de hierbas,tu, nodriza fina,
tenme puestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía,acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pié celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides, Gracias… Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
Las notas que dejó en el hotel son:
Una con tinta roja y letra temblorosa decía:
“Me arrojo al mar”
y la otra era a Manuel Galvez
Sr. Galvez:
Estoy muy mal. Por favor, mi hijo tiene un puesto municipal, yo otro. Ruéguele al intendente en mi nombre que lo ascienda acumulándole mi sueldo. Gracias. Adiós. No me olviden.No puedo escribir más.
Alfonsina pudo planear los detalle de su muerte, el lugar,momento,la manera, enviar un poema manuscrito un día antes de morir para que su aparición concidiera con la noticia de su muerte.Pero no pudo en cambio, disponer de los detalles de cortejo fúnebre, ni de la pena que dejó en los corazones: de su hijo, que la recuerda, feliz de no haberla visto deteriorada, por que sabe que a ella no le hubiera gustado; de sus amigas algunas de las cuales todavía repiten, con el dolor de la pérdida temprana e injusta , “era encantadora”. Las razones del suicidio quedan claras, si se ls encuadra dentro de la solución a una enfermedad incurable,que en aquella época significaba un final de sufrimientos atroces o de mutilación despiadada. Horacio Quiroga, Florencio Parravicini son suicidas que por aquella época dicen que no más al sufrimiento. Lugones, en cambio,es un suicida que elije ese camino por sus problemas interiores, por la falta de respuesta a una problemática vital muy particular, en la que entra lo ideológico, pero también amor adúltero.Entre los mitos se dice que Lugones y Alfonsina planeaban suicidarse juntos en el Tigre, pero ella desistió.Lo cierto que la hipotesis de la enfermedad lucha contra otra, su neurosis.
Quizás su melancolía hizo de su recaída posible una realidad, cuando todavía no había certeza alguna.Quizás la enfermedad agudizó la melancolía, casi depresión, y esto impidió tener mas fortalezas. Sobre Alfonsina se siguen siguen diciendo cosas, como que muchos de sus amigos guardaron secretos, que nunca develarán.Nos queda una duda,siempre llamó la atención su último poema cuando dice: “Si el llama nuevamente por teléfono, le dices que no insista, que he salido”; un misterio poético más, al que ninguna biografía pudo llegar hasta ahora.Fuente:(Josefina Delgado.)
En la foto (4002) la Sra. Estefania Millán, envia una foto de Alfonsina, que recuerda pero no puede asegurar que sea en Mar del Plata. gracias a esta foto (6831), que se publico en Caras y Caretas podemos saber que efectivamente es Mar del Plata ya que es la que figura el centro derecha (invertida horizontalmente).
El artículo tiene algo tristemente premonitorio al mostrarnos en algunas fotografías a Alfonsina en el mismo sitio donde se quitó la vida. Además, se considera que eligió un sitio que además de ser cercano al lugar donde se estaba hospedando le resultaba conocida. De hecho concurría a los balnearios de La Perla.
VARIAS VECES EN EL BLOG SE HABLÓ DEL CIRCUITO QUE SIGUEN LAS FOTOGRAFÍAS, ES DECIR, DE COMO UNA MISMA FOTO CORRE DISTINTOS DESTINOS. MUCHAS DE LAS FOTOS DE ESTE ARTÍCULO SON CONOCIDAS INDEPENDIENTEMENTE PERO JAMÁS LAS HABÍA VISTO EN ESTE CONJUNTO NI SUPE QUE HABÍAN SIDO PUBLICADAS POR CARAS Y CARETAS. ESO NOS LLEVA A PENSAR QUE QUIZÁS LA MAYORÍA DE LAS FOTOS QUE CONOCEMOS DE ALFONSINA EN MAR DEL PLATA HAYAN PERTENECIDO A ESTE MEDIO Y LUEGO DE SU MUERTE FUERON EMPLEADAS EN FORMA INDIVIDUAL, MUY BUEN DOCUMENTO SR. IRIARTE.
Lic. Somma: le agradezco todo lo que hemos aprendido sobre Alfonsina, por lo menos yo habia datos de su vida que ignoraba.Aprovecho de su bondad pues me gustaría saber sobre la vida del hijo y si dejo descendencia.Lo saludo muy atte a ud y a su esposa que tanto nos ilustra sobre moda.Nilda
Sr. ignacio Iriarte. Gracias por esta foto, que nos recuerda a la querida Alfonsina, ademas vemos un trabajo desinteresado de los que ilustran el Blog, rescatando vivencias que uno ignoraba, les dire que me siento orgulloso de que el Lic. Somma me considere su amigo.
Alfonsina partio el dia de su muerte de una pension que estaba en la calle Tres de febrero entre Mitre e Hipolito Irigoyen y el cuerpo fue rescatado por el suegro de mi amigo Rojas y me comento, no la reconocieron pero dedujeron por su vestimenta que era una persona de buena presencia y culta. Atte. saluda Jose Alberto Lago.
La letra de la última carta de Alfonsina,habla de la imposibilidad física y también de la terrible lucha consigo misma.
Hacia la una de la madrugada del martes 25 de octubre,deja su habitación y sale.
Su hijo Alejandro,esa noche no podía conciliar su sueño,a la mañana lo llamó la Sra. de Pizzigatti,que se había comunicado con MdP, para decirle que su madre estaba bien,aunque un poco cansada.
Esa mañana Celinda había golpeado en vano la puerta del dormitorio de Alfonsina, para llevarle el desayuno,pero decide dejarla descansar.
Cuando llama la Dra.de Pizzigatti es informada de que Alfonsina duerme y es lo que le trasmite a Alejandro.
Pero al mediodía la notiicia se conoce;su hijo lo escucha por radio,y poco después llama por teléfono a José Porto,que le confirma lo que ya sabía.Esa tarde los diarios titulan sus ediciones con la noticia: “Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni,gran poetisa de América”-
La noticia sorprende a todos, y se empeñan en recomnstruir los acontecimientos.
Los hechos fueron aproximadamente de la siguiente manera:
A las 8 de la mañana dos jóvenes,Atilio Pierini y Oscar Parisi,obreros de la Dirección de Hidráulica que trabajan en la construcción de los espigones de la playa La Perla,notaron que a unos 200 metros de la playa flotaba algo que podía ser una persona.
Pierini se arrojó al agua,mientras que Parisi dió aviso a personal de la Comisaría 1ra. y de la Subprefectura; 2 cabos, Atonio Santana y Dámaso Castri,ayudaron a Pierini a acercar el cadáver hasta la orilla…Allí descubren que se trata de una mujer que vestía ropas de buena calidad y cuyo cuerpo había estado pocas horas en el agua.De inmediato la llevan en ambulancia hasta la morgue del Hospital MDP.
Allí con la cara tapada la encuentra el Dr. Silvio Bellati,al destapar el rostro, reconoce a Alfonsina.
La noticia causó estupor.Luego se reconstruyó la muerte:
Alfonsina debió lanzarse al mar desde la escollera del Club Argentino de Mujeres,el lugar donde tantas veces leyera sus poemas, a unos 200 mts.de la costa fué hallado uno de sus zapatos,que seguramente se enganchó con los hierros al arrojarse.
Estas pruebas significan que Alfonsina,no entró caminado por la arena como dice la canción,ni tampoco se suicidó donde está el monumento en la actualidad,que además no se parece en nada a ella, y el lugar es aproximademente a la altura de la calle Catamarca,donde había años a,una placa,que como es costumbre, fue saqueda por tribus bárbaras.
A las 3 de la tarde el cuerpo fue retirado de la morgue y se inició el homenaje en el Colegio Nacional,(yo lo he comentado anteriormente en el blog)donde desfilaron autoridades,alumnos de los colegios,periodistas etc.A las 20.30 Hs.trasladaron el ataud,a la Estación Norte del F.C. Sud; la gente le llevaba flores,allí fué embarcado rumbo a Bs. As. donde llegó a la Estación Plaza Constiución a las 7.30 de la mañana.
La llegada fué absolutamente conmovedora,al llegar y retirarse el ataud 2 filas de niños, alumnos del Instituto Lavardén, formaron para dejarle paso.Lo tomaron para conducirlo:
Alejandro Storni,Arturo Capdevila,Enrique Banch,Fermín Estrella Gutierrez y su amigo de toda la vida Manuel Ugarte.
Fué trasladado al Club Argentino de Mujeres,calle Maipu al 900, y allí se inició un interminable desfile de los amigos.Las rosas blancas que Alfonsina tenía en sus manos fué el homenaje de su amigo Ugarte.
A las 4 y media,se inició el cortejo hacia la Recoleta.
Dijo el diario Crítica:
“Con un acompañamiento que crecía en el desfile tomó el cortejo por la Plaza San Martín,para seguir por Arenales y Libertad hasta la Av. Quintana.El público no cesaba de sumarse y en los balcones,puertas y ventanas del itinerario aparecían espectadores emocionados.
El cortejo tardó una hora en llegar a la Recoleta, donde aguardaban las autoridades nacionales.El Dr. Sagarna,Juez de la Suprema Corte,que tanto había admirado a Alfonsina; autoridades de educación y todos los escritores y artistas,representasen o no institución alguna,atraídos por el cariño o por la admiración.
Enrique Larreta;Ricardo Rojas;Enrique Banch;Arturo Capdevila;Manuel Gálvez;Baldomero Fernandez Moreno;Oliverio Girondo;Eduardo Mallea; Alejandro Sirio;Augusto Riganelli;Carlos Obligado;Atilio Chiappori;Horacio Rega Molina;Pedro M.Obligado;Amado Villar;Leopoldo Marechal;Centurión Pascual de Rogatis; Lopez Buchardo.”
Sra.Nilda Lago,trataré de encontrar mas información sobre lo que Ud.Pregunta,por el momento,sintéticamente,le comunico que Alfonsina guardó durante toda su vida el secreto de quien era el padre de su hijo Alejandro Alfonso,recién en 1976 se da a conocer por sus biógrafos su nombre: Carlos Tercero Arguimbau,legislador de la Provincia de Santa Fé un hombre casado y mayor que ella cuando presuntamente tuvieron el idilio.Alejandro Alfonso Storni,falleció en 2009,en reportajes dado por él en 2002,decía tener 2 hijos,4 nietos y 2 bisnietos,que suponemos que a la actualidad,quizás haya nacido alguno mas.
Uno de los nietos de Alfonsina de nombre Guillermo,fue gerente de la firma Arcor desde 1992 al 2011,según consta en informes comerciales.
En 2005 su bisnieta María Storni,da un reportaje a la revista Para Ti,diciendo que tiene 20 años y que debutó como actriz y que su hermano de 25 años es diseñador gráfico.
Recomiendo para ampliar conocimientos respecto de Alfonsina el excelente texto de la Profesora Josefina Delgado:”Alfonsina Storni. Una biografía esencial”. Buenos Aires, Ed. Debolsillo, 2011.
Con respecto al último comentario,Josefina Delgado,escribió Alfonsina Storni una biografía Escencial,editada por Planeta en 2001,con 272 páginas,además tiene mucho material,sobre Alfonsina,fundó la “Biblioteca de Mujeres Alfonsina Storni” en 1986,fué Directora de General de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires,además de trabajar en Editorial Larousse,Directora de colecciones del Centro Editor de America Latina,donde tuve el gusto de conocerla.Docente universitaria,en el país y en el exterior,es egresada de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de a UBA,publicó trabajos sobre literatura española,iberoamericana y argentina,también reportajes y notas sobre las obras de distintos escritores,dirigió las colecciones de libros HIstoria Popular (vida y Milagros de Nuestro Pueblo).Fué Subdirectora de la Biblioteca Nacional y tuvo diversos cargos como en el centro Regional de Promoción de la Lectura para América Latina etc.
Aunque a mi entender es una de las mas grandes biógrafas de Alfonsina,hay muchos otros autores sobre el tema,y además se puede encontrar en notas de diversas publicaciones,algunas épocas de su vida, por ejemplo,sobre quien fue el padre de Alejandro,las amistades que tuvo en su vida privada o con otros poetas,yo poseo documentos y fotos como por ejemplo cuando ella trabajó como docente en el Parque Chacabuco de la Ciudad de Buenos Aires,hay muchísimo material y varias biografías.
El monumento,nada tiene que ver con la figura real de Alfonsina,además de haber sido colocado en lugar que no corresponde, porque no fué allí donde se suicidó etc.,yo lo escribí en distintos comentarios del blog,creo que todavía hay mucho para saber,e investigar,el propio hijo,en charlas que dió en diversos lugares, mencionaba que mucha gente se lleva por la canción de Ariel Ramirez y Felix Luna, y no como se suicidó,arrojándose al mar.
hola buenas tardes tengo una foto de familia hecha do dk estudio Cháryn’s AMERICAN ART PHOTOGRAPHI 6831Rivadavia B.AIRES me gustari saber quienes son y si sus hijos o nietos viven.yo soy española de la zona del Bierzo cerca de Galicia,si todavía existe este estudio fotográfico y alguien me puedo decir algo saludos y muchas gracias
Soy investigadora de Teatro y con un grupo que pertenece a FILO (UBA)estamos haciendo una Historia del Teatro para Niños en Buenos Aires. Es muy poco el material que encontramos sobre el Teatro Infantil Labardén. En la biblioteca actual del IVA no se registra nada anterior al momento en que se reformula el plan de estudio y se transforma en IVA. De un sótano del edificio de Avda. Garay rescatamos algunas actas y programas. Con mucho esfuerzo estamos tratando de cubrir veinte años. ¡Tiene usted conocimiento de los años en que Alejandro Storni dirigió dicho Instituto?
Excelente la foto. Gracias
En respuesta a la pregunta de Ana, quien preguntaba por el estudio Cháryn’s, la dirección que das ( Av Rivadavia 6831, barrio de flores ) es actualmente la esquina de la escuela Escuela Florencio Varela N° 02 de 12, junto a una galería comercial .
Hola, me veo mencionada en este artículo. Me gustaría agradecerle a su autor, el licenciado Angel Somma. ¿Podrían facilitarme algún contacto?
Gracias!
Josefina Delgado
Reitero algunos de mis comentarios sobre Alfonsina,de la foto n° 6435.
En Sala Capriasca,un pequeño pueblo de montaña ubicado en el cantón Ticino de Suiza,nace,a las siete de la mañana de un 29 de mayo, una niña de ojos claros a quien llaman como al padre, Alfonsina. Años después Alfonsina escribirá sobre la tierra que la vió nacer:
“Nací al lado de la piedra junto a la montaña,en una madrugada de primavera, cuando la tierra, después de su largo sueño, se corona nuevamente de flores. Las primeras prendas que al nacer me pusieron las hizo mi madre cantando baladas antiguas, mientras el pan casero expandía en la antigua casa su familiar perfume y mis hermanos jugaban alegremente. Me llamaron Alfonsina, nombre árabe que quiere decir dispuesta a todo”. (Fuente: Carlos Alberto Andreola), en realidad su nombre deriva del germánico Adelfus,o sea adal,que significa estirpe noble y funs listo, preparado; de ahí que,al referirse a su propio nombre, Alfonsina dijera que significaba dispuesta a todo.
El matrimonio compuesto por Alfonso Storni y Paulina Martignoni se había trasladado con sus padres y sus dos hermanos mayores, María y Romero, a la casa de unos familiares en el cantón Ticino, procedentes de Argentina, el año anterior del nacimiento de Alfonsina.
Alfonso Storni, originario de Luggagia,había emigrado a este país americano en 1883 para establecer, junto a tres hermanos, un negocio familiar en la ciudad de San Juan. En pocos años se habían convertido en prósperos pioneros, primero dedicándose al negocio de la construcción y luego consolidando su posición económica gracias a la instalación de la primera fábrica de soda de la provincia, la misma que más adelante también elaborará hielo y cerveza. En 1885, Alfonso Storni, de veintiocho años, había viajado a su tierra natal con el propósito de contraer matrimonio, y el 16 de octubre del año siguiente se casó, en el pueblo de Origlio, con Pasqualina (Paulina) Martignoni, de veinte años. Alfonso era un hombre bien parecido y rodeado de cierto prestigio a raíz de su éxito en América. Por su parte, Paulina, originaria de Lugano, era una hermosa joven perteneciente a una familia burguesa e ilustrada y a quien sus padres le habían brindado una esmerada educación: pintaba al óleo y a la acuarela, tenía un título de maestra, era una buena lectora y manejaba a la perfección el francés y el italiano. También había recibido clases de música y canto y poseía una agradable voz de soprano. Al poco tiempo de casarse, la pareja se había embarcado hacia América para establecerse en San Juan. Allí, Paulina se había convertido en el centro de atención de la sociedad sanjuanina gracias a las tertulias que el matrimonio acostumbraba a celebrar y a la que asistían los personajes más conocidos de la ciudad, entre ellos artistas y políticos. Durante las reuniones, Paulina solía entonar arias y cavatinas acompañada de un piano de cola que su marido le había obsequiado. Cuenta la leyenda que entre sus amigos llegó a ser conocida como «la pequeña Patti», en honor a la célebre soprano de la segunda mitad del siglo XIX, Adelina Patti. Además, Paulina escribía —en francés e italiano— crónicas sociales para periódicos y revistas locales. En 1887, había nacido María y, al año siguiente, Romeo. Sin embargo, estos años venturosos —en los que Paulina era feliz dedicándose a su familia, a organizar las animadas tertulias y a renovar su vestuario—, pronto terminaron. Hacia 1890, Alfonso había empezado a padecer de una honda melancolía y poco a poco fue descuidando su trabajo en la fábrica. Sombrío y huraño, empezó a beber con mayor frecuencia. En esos años se ausentaba durante días enteros del hogar y se internaba en la selva con la excusa de ir a cazar o de buscar unas minas de plata. Años después, Alfonsina, que aún no había nacido, evocará este episodio familiar después de haberlo escuchado relatar por sus hermanos o su madre: «De mi padre se cuenta que de caza partía. Paulina, preocupada por el estado anímico de su marido, había consultado con el médico, quien le recomendó un viaje con la familia a la tierra natal; opinaba que el clima de San Juan, que cambia de un momento a otro a temperaturas extremas, había afectado la salud de Alfonso. De esta forma, en 1890, los Storni se habían embarcado para regresar a Suiza, donde permanecerían seis años. Es entonces cuando Alfonsina llega al mundo, ya con un ambiente familiar poco brillante.
1896
Los Storni deciden regresar a San Juan y en agosto zarpan de Génova rumbo a Argentina. Alfonsina tiene cuatro años, la edad suficiente para que el italiano se haya arraigado como su lengua materna. Al llegar a San Juan, sus padres se enteran que el estado de las finanzas de la fábrica se acerca a la bancarrota.
1897
En febrero, Alfonsina ingresa como alumna en el jardín de infantes de la Escuela Normal de San Juan, al que asistirá durante tres años. Allí participa en las fiestas infantiles durante las cuales declama, canta, baila y representa comedias junto a sus compañeras. Sus familiares la recuerdan como una niña vivaz y despierta, con una rica imaginación, tal y como lo demuestran algunos recuerdos de la propia autora: «Estoy en San Juan; tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causa en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta. A los seis años robo con premeditación y alevosía el texto de lectura en que aprendí a leer. Mi madre está muy enferma en cama; mi padre, perdido en sus vapores. Pido un peso nacional para comprar el libro. Nadie me hace caso. Reprimendas de la maestra. Mis compañeras van a la carrera en su aprendizaje. Me decido. A una cuadra de la escuela normal a la que concurro, hay una librería; entro y pido: El nene. El dependiente me lo entrega; entonces solicito otro libro, cuyo nombre invento. Sorpresa. Le indico al vendedor que lo he visto en la trastienda. Entra a buscarlo y le grito: “Allí le dejo el peso”, y salgo volando hacia la escuela. A la media hora las sombras negras, en el corredor, de la directora y de aquél, encogen mi corazoncillo. Niego, lloro, digo que dejé el peso en el mostrador; recalco que había otros niños en el negocio. En mi casa nadie atiende reclamos y me quedo con lo pirateado.
1898
El 28 de agosto,nace Hildo Alberto,último hijo del matrimonio Storni. Alfonsina, quien le lleva seis años, se encariña maternalmente de su hermano pequeño: le cambia los pañales, le enseña pacientemente a caminar. Hildo se convertirá en su primer confidente literario.
1900
Las finanzas de Alfonso y Paulina llegan al tope de la ruina por lo que en agosto de 1900 deciden mudarse al puerto de Rosario (Santa Fe), en busca de nuevas oportunidades. Allí alquilan una modesta casa, oscura y con paredes enmohecidas.
1901
Alfonso abre, cerca de la estación de Sunchales, un café que, sin embargo, para marzo del 1901, debe subastar por falta de recursos. La situación económica de Alfonso es tan desesperada e inestable que Alfonsina debe abandonar sus estudios en abril de ese mismo año. Para mantener a la familia, Paulina abre una escuela particular en la casa donde habitan y logra reunir a cincuenta alumnos.
1902
En julio, Alfonso, quien todavía sufre ataques depresivos, intenta una vez más llevar a cabo otra aventura comercial. Abre un negocio en la calle Mendoza al que llamará Café Suizo, pero este proyecto tan sólo durará tres meses. Deprimido y vencido, Alfonso se encierra por completo en sí mismo y se deja arrastrar por una profunda melancolía. La familia se muda a una casa aún más pequeña y oscura.
En ese ambiente de inestabilidad familiar, Alfonsina recurre a una táctica infantil para suplir las carencias afectivas y evadir la triste realidad: perfecciona el arte de mentir: A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente: crímenes, incendios, robos, que no aparecen jamás en las noticias policiales. Soy una bomba cargada de noticias espeluznantes; vivo corrida por mis propios embustes, alquitranada en ellos; meto a mi familia en líos… Trabo y destrabo; el aire se hace irrespirable; la propia exuberancia de mis mentiras me salva. En la raya de los catorce años abandono.
1903
A partir de este año, Paulina se vió obligada a tomar las riendas de la familia; primero se empleó en una fábrica de cigarrillos y, más adelante, como dependienta en varias tiendas. Finalmente decide realizar labores de costura por encargo, una de las actividades a las que las mujeres de la época solían recurrir para ganarse la vida de forma honrada. María y Alfonsina ayudan a su madre en esta tarea que les proporciona dinero solo para sobrevivir; suelen trabajar más de doce horas y a menudo cosen hasta entrada la madrugada. Cuando en 1905 María se case con un comerciante, Alfonsina deberá esforzarse el doble para ayudar a Paulina a cumplir con todos los encargos. Más adelante Alfonsina describirá esos años de arduo trabajo: Te enrojeció los ojos la costura,…Corva la espalda, firme la paciencia, El pan escaso en mala pieza oscura .
En este entorno de pobreza, Alfonsina escribe su primer poema:
A los doce años escribo mi primer verso, Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso; a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan.
1906
En el mes de agosto, muere Alfonso Storni. Alfonsina tiene catorce años y decide que quiere trabajar fuera de casa: se emplea como aprendiz en una fábrica de gorras. Pronto se convierte en una de las empleadas más populares gracias a su humor chispeante. Allí se solidariza con la situación de la clase obrera y empieza a participar en movimientos que reclaman transformaciones laborales y sociales.
1907
Por una casualidad, obtiene el papel de San Juan Evangelista en una obra de teatro presentada por la compañía de Manuel Cordero durante la Semana Santa. Paulina también participa en la misma obra con el papel de María Magdalena. A partir de entonces, madre e hija actúan de manera esporádica en varias representaciones modestas de pequeñas compañías teatrales.
1908
En marzo, Alfonsina, quien esta a punto de cumplir dieciséis años, es seleccionada como actriz por la compañía del actor español José Tallaví. Así, participa en una gira que la lleva durante cinco meses por varios puntos del país donde representan obras como Espectros, de Henrik Ibsen; La loca de la casa, de Benito Pérez Galdós; Los muertos, de Florencio Sánchez y El místico, de Santiago Rusiñol. Sin embargo, Alfonsina pronto comenzó a sentirse incómoda y nerviosa: .. casi una niña y pareciendo ya una mujer, la vida se me hizo insoportable. Aquel ambiente me ahogaba. Torcí rumbos. Se dice que cuando la compañía actuaba en Mendoza, en la sede de la Sociedad Italiana, el representante de esta asociación comenzó a acecharla obsesivamente. Cuando Talleví se enteró de la situación salió en la defensa de la muchacha e incluso se dio la intervención del juez de menores. Así, aunque la situación cesó, Alfonsina ya no se sentía dueña de su intimidad y tuvo que cambiar el compañerismo por la soledad de una habitación de hotel.
Estas y otras razones —se había aburrido de la vida en caravana—, pesaron lo suficiente para que Alfonsina dejara el teatro. Sin embargo, allí aprendió muchos de los secretos de la actuación que años después ella pondrá en práctica cuando le otorguen una cátedra en el Teatro Infantil Labardén.
En agosto, Alfonsina regresa a la casa de su madre, que en ese momento reside en el pequeño pueblo santafecino de Bustinza, junto a su segundo esposo, Juan Perelli.
1909
Alfonsina se marcha a Coronda para estudiar en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales. Allí alquila una habitación —que comparte con otras dos muchachas— en la casa de la señora Mercedes Gervasoni de Venturini, esposa del comisario del pueblo y hermana de la directora de la escuela. Para pagar sus estudios y los gastos cotidianos, Alfonsina trabaja como celadora en la misma escuela recibiendo una paga de cuarenta pesos mensuales. Pero el dinero apenas le alcanza: el hospedaje completo le cuesta treinta pesos y debe estirar los diez pesos restantes a lo largo del mes. Son muchas las proezas que realiza para arreglárselas: es durante estos años cuando empieza a robar formularios de telegramas para escribir sus poemas.
Durante el primer año, Alfonsina destaca como magnífica alumna. Sus maestros pronto descubren en ella cualidades de escritora. Pero también sobresale en otros aspectos; por ejemplo, en la fiesta de fin de curso del primer año escolar, Alfonsina actúa como protagonista en la pieza de teatro Conspiradores incautos, del doctor Zenón Rodríguez. Más adelante, cuando se realicen diversas actividades en Coronda con motivo de la celebración del Centenario (1910), el boletín escolar publicará una crónica informando que la alumna maestra Alfonsina Storni, cantó una romanza «con voz dulce y sentimental».
1910
En el segundo año escolar, Alfonsina se las ingenia para solucionar su falta de recursos: los fines de semana viaja a Rosario para cantar en un tabladillo dedicado al género cabaretero. Cuando en Coronda se enteran que actúa como corista, sufre una humillación pública durante un acto escolar. Este incidente puso a prueba por primera vez su capacidad de soportar los juicios adversos de los demás. Al llegar a casa de la señora Mercedes, Alfonsina se encierra en su habitación y no se la escucha salir durante varias horas. A la hora de la cena, cuando Mercedes llama varias veces a la puerta para que baje a comer, Alfonsina no responde. Decide entrar a su habitación pero se encuentra con su cama vacía y una nota que dice: «Después de lo ocurrido, no tengo ánimo para seguir viviendo. Alfonsina». Todos se alarman y salen a buscarla a las barracas del río Paraná. Allí la encuentran, gritan su nombre y corren a hacia ella. Pero Alfonsina, con voz serena y un rostro entero y digno, les dice: «No pasar más cuidado. Continuaré viviendo. Reaccioné».
A finales de ese año recibe su diploma de maestra rural.
1911
A mediados de febrero se instala en el puerto de Rosario y trabaja como maestra en la Escuela Elemental n.º 65. Publica sus primeros poemas en las revistas locales Mundo rosarino y Monos y monadas. Allí establece una relación estrecha con el padre de su hijo, Carlos Arguimbau, un hombre casado, de apellido conocido en el medio social rosarino, mucho mayor que ella (veinticuatro años) y seguramente de personalidad interesante ya que sus biógrafos insinúan que era culto y que tenía «cierta importancia» política: llegó a ejercer el cargo de diputado provincial; también escribía artículos periodísticos y guardaba un gusto especial por la literatura. Al parecer, se habían conocido años atrás: cuando Alfonsina residía en Rosario, con su madre, una de las obras de teatro que representó la compañía de José Tallaví había sido una pieza escrita por Arguimbau, El primer idilio; y el impulsor de la creación de la escuela en la que estudió Alfonsina en Coronda, fue precisamente el diputado Arguimbau.
En Rosario, Alfonsina se involucra en diversas actividades y comienza a frecuentar los nacientes círculos intelectuales de la ciudad, donde se reúnen escritores y políticos. A estas reuniones asiste junto a Arguimbau. Allí también conoce al poeta y abogado santafecino Juan Julián Lastra, que más adelante la pondrá en contacto con escritores de Buenos Aires y se convertirá en su primera amistad literaria.
A finales de ese año, cuando descubre que está embarazada, decide marchase a Buenos Aires y asumir su condición de madre soltera.
1912
En enero se traslada a Buenos Aires, embarazada, sola, con poco dinero y una maleta que contiene sus versos y algunos ejemplares de Rubén Darío. Se hospeda en una humilde pensión hasta que el 21 de abril nace su hijo, Alejandro Alfonso Storni. Más tarde, madre e hijo se mudan a una vivienda que comparten con un matrimonio. Para subsistir y mantener a su hijo trabaja como cajera en una farmacia y luego en la tienda A la ciudad de México. En algunas ocasiones, también realiza labores de modista. Ese año se publica su primera colaboración en Fray Mocho: De la vida; también comienza a colaborar en la revista Caras y Caretas.
1913
Es contratada como -corresponsal psicológico- en la firma Freixas Hermanos, una empresa importadora de aceite de oliva. Allí trabaja en las oficinas de la planta alta del edificio, ubicadas en la calle Bartolomé Mitre 1411. Las funciones que desempeñaba son las que hoy en día llamaríamos de publicidad y marketing. No sólo debía redactar propagandas -cartas psicológicas- dirigidas a los comerciantes minoristas, sino que también determinar los tipos de mercados consumidores que existían en el país para elaborar estrategias de publicidad. Sin embargo, no le resultaba un empleo agradable, incluso le disgustaba. Pero Alfonsina trabajaba con esfuerzo y cumplía estrictamente con sus responsabilidades. Más adelante, ella describirá este ambiente de trabajo, donde se gestará precisamente su primer libro: … estoy encerrada en una oficina; me acuna una canción de teclas; las mamparas de madera se levantan como diques más allá de mi cabeza; barras de hielo refrigeran el aire a mis espaldas; el sol pasa por el techo pero no puedo verlo; bocanadas de asfalto caliente entran por los vanos y la campanilla del tranvía llama distante. Clavada en mi sillón, al lado de un horrible aparato para imprimir discos, dictando órdenes y correspondencia a la mecanógrafa, escribo mi primer libro de versos, un pésimo libro de versos. ¡Dios te libre, amigo mío, de La inquietud del rosal! Pero lo escribí para no morir.
Ese año establece amistad con Carolina Muzzilli, dirigente socialista y una de las mujeres más apreciadas en el mundo intelectual bonaerense de la época; sus inteligentes estudios sobre la situación de las mujeres y los niños obreros y su comprometida lucha social, lograron ganarse el respeto de muchos intelectuales. No es de extrañar que Alfonsina y Carolina establecieran una estrecha amistad: compartían una profunda conciencia de la situación de su clase social y se sentían identificadas. De hecho, el 4 de octubre de 1914, bajo los auspicios del periódico dirigido por Carolina, Tribuna femenina, Alfonsina recitó por primera vez sus versos en el cine-teatro Radium n.º 6, en la calle Rivadavia, durante un festival. A finales de 1916, Carolina morirá de tuberculosis.
La noche del 1 de noviembre de 1913, Alfonsina visitó por primera vez la casa del escritor socialista Manuel Ugarte, ubicada en la calle Pozos 47. Ugarte la había invitado a su residencia por medio de una carta enviada el día anterior. Eran tiempos difíciles para Ugarte pues sufría el rechazo de sus compañeros del Partido Socialista. Cuando la joven Alfonsina, de tan sólo veintiún años, lo visita esa noche, puede intuir que algo malo sucede. Al parecer, por esos días Ugarte había discutido fuertemente con el presidente del Partido Socialista, Juan B. Justo. Ugarte ya sabía, de una forma u otra, lo que en efecto sucedió: días después, el 10 de noviembre, Ugarte fue expulsado del partido y salió de su sede diciendo: «Nunca nadie podrá expulsar el socialismo de mi corazón». Alfonsina, como muchos jóvenes, era una fiel admiradora de la labor de Ugarte —quien en ese momento tiene treinta y ocho años—, y tuvo, esa noche, la sensibilidad de entrever la situación en que este se encontraba. Al día siguiente, Alfonsina le escribe una carta solidaria en la que, además, se adivina su propia madurez:
Ayer salí de su casa con una impresión de tristeza. La injusticia de su caso, la serenidad suya y la leve ironía que pude observar en Ud. han contribuido a ello… Por desgracia mía, no sé, ni quiero nunca dominar mis impulsos y por eso quiero decirle hoy, más sinceramente que ayer, que vibro con Ud. Perdóneme, ayer no lo conocía más que a través de sus libros. Yo sé que mis frases le merecerán una sonrisa protectora, pero no me importa. Su talento tiene el derecho de sonreír. Lo que puedo asegurarle es que no hay en mí ni sentimiento de ocasión ni lirismo de mujer.
Mi alma en estos momentos no tiene sexo.Lo saluda atentamente.
Alfonsina Storni.-
Desde entonces, iniciaron una estrecha amistad y los unirá la noble confianza y fresca camaradería de dos buenos colegas.
Continuando con mi comentario anterior
1916
En marzo se publica su primer libro de poesía, La inquietud del rosal, con prólogo de Juan Julián Lastra. La recepción del libro por parte de la crítica no tuvo gran repercusión pero en algunos críticos causó indignación: en esos años no era nada común que una mujer se atreviera a expresar sus deseos, menos aún abierta y públicamente; eso era algo que se debía silenciar, ocu1916
Eltar, reprimir. Tampoco fue bien visto que exhibiera su condición de madre soltera sin complejos, como lo hace en su poema La loba. La misma Alfonsina, en un testimonio publicado alrededor de septiembre en la revista El Hogar, hace referencia a la represión social que recibía la mujer cuando expresaba sus inquietudes y cómo esta era instada a serenarse cuando se pasaba de los límites. Un comentario más positivo apareció en el número 83 de la revista Nosotros. La reseña era de media página y estaba firmada por Nicolás Coronado, quién juzgaba al libro como una promesa y como el resultado de un alma sensible y emotiva. Aunque señaló sus fallas, también las disculpó al referirse a la inexperiencia de su autora: «En definitiva… es el libro de un poeta joven y que no ha logrado todavía la integridad de sus cualidades, pero que en lo futuro ha de darnos más de una valiosa producción literaria.
Alfonsina también sufrió su primera decepción literaria: Leopoldo Lugones, «el poeta nacional», no le contestó ni una de las cartas que ella le envió, ni accedió a dedicarle un comentario. A partir de entonces, la relación entre ambos fue complicada y muchos aseguran que se debió, en parte, a que el poeta era receloso de posibles rivales, mucho más si se trataba de una mujer.
El 9 de mayo de 1916, asiste a su primera comida de escritores, en compañía de su amiga Carolina Muzzilli. Esta comida estuvo organizada por la revista Nosotros con motivo de la publicación del libro de Manuel Gálvez, El mal metafísico. La comida se celebró en el restaurante Génova, ubicado en la calle Corrientes esquina con Montevideo, y entre los asistentes estaban: Alberto Gerchunoff, autor de Los gauchos judíos (1909); José Ingenieros, psiquiatra socialista y de profundas ideas filosóficas, quien llegará a convertirse en uno de los mejores amigos de Alfonsina; Roberto F. Giusti y Alfredo A. Bianchi, fundadores de Nosotros; y el librero Balder Moen. Por medio del grupo en torno a la revista Nosotros, Alfonsina conocerá también a Horacio Quiroga, con quien no sólo compartirá una cercana amistad sino también una relación sentimental. A partir de esta primera comida, Alfonsina se convertirá en la primera mujer miembro de los cenáculos literarios de Buenos Aires.
A mediados de ese año, pierde su empleo en Freixas Hermanos; sin embargo, empieza a colaborar con varias revistas: El Hogar, Mundo Argentino y Atlántida.
Por esta época, su extenso poema Canto a los niños —dividido en En la cuna, La risa de los niños, Los niños rubios, Los niños pálidos, Los niños muertos y Exhortación— fue seleccionado como ganador del concurso literario convocado por el Consejo Nacional de Mujeres. Alfonsina había participado con el seudónimo de Piéridas, es decir, «las musas. Durante la 9na. Fiesta del Libro, organizada por la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres y celebrada el 30 de noviembre de 1916 en el Teatro Coliseo, se le otorgó el primer premio: 655, 55 pesos, donados por el Jockey Club. Puesto que en ese momento Alfonsina carecía de un empleo estable, este premio parecía caerle del cielo. Canto a los niños fue publicado en La Nota en diciembre de 1916.
Otro de los poemas de esta época es Por los niños que han muerto, un verdadero anatema a las atrocidades de la Primera Guerra Mundial. Las noticias de horror y barbarie que llegaron a Argentina desde Europa, conmovieron profundamente a Alfonsina: ¡Jesús, Jesús, Jesús, desciende del madero / Y ven hasta la tierra, esclavo del martirio / Que en los campos se cuaja la sangre y el delirio / De matar, acicate al infeliz obrero! … ¿En dónde estas Jesús? Levántate, ilumina: Hecho Dios, hecho hombre, o leyenda divina. / Que no muera tu soplo; poco importa que sea / Una vana mentira el mártir de Judea. / Sólo importa el ideal, ¡que no muera el ideal! / Matemos a la espada con su fuerza inmortal. / ¡Arriba! ¡Con la insignia del Cristo maculado! / Por los niños a quienes el cañón ha matado.El poema apareció por única vez en el periódico La Acción,perteneciente al Partido Socialista,el 6-5-916.
1917
El 12 de junio, el periódico La Idea organiza, en el teatro Minerva del barrio de Flores, el primer homenaje público a Alfonsina. Ese mismo mes vuelve a la docencia como maestra del colegio Marcos Paz, fundado por la Asociación Protectora de Hijos de Policías y Bomberos.
1918
En abril aparece su segundo libro, El dulce daño. Alfonsina todavía se ajusta al poema de amor que en esos años prevalece en la escritura femenina, pero también inventa una temática que arrastra una ironía mordaz. Precisamente una de las innovaciones de este libro consiste en que su autora juega con lugares comunes y tópicos femeninos. En varios poemas, Alfonsina expresa sus frustraciones con estos estereotipos.Tú me quieres blanca fue uno de los poemas de El dulce daño que más acogida tuvo entre las jóvenes y pronto se convirtió en el favorito de las recitadoras. Incluso, hasta el día de hoy, es uno de sus poemas más citados.
También continúa escribiendo prosa; en la revista Hebe publica Cinco cartas.
1919
Entre enero y febrero de 1919, sale a luz su tercer poemario, Irremediablemente, y se hace cargo de la sección Feminidades (después Vida femenina) en La Nota. Publica en Hebe una novela corta de tintes melodramáticos titulada Una golondrina, que forma parte de la serie Cinco cartas.A partir de 1919, se vuelven más frecuentes las invitaciones para recitar sus poemas y disertar sobre diversos temas literarios; suele hacerlo en locales socialistas, modestas salas de teatro y bibliotecas de barrio. Eran muchas las mujeres que acudían a escucharla, la mayoría de extracción popular o de clase media; se sentían identificadas con estos poemas escritos en un lenguaje casi cotidiano, aunque de temas viscerales y fuertes, que se les quedaban grabados fácilmente en la memoria.
En enero viaja a Montevideo a dictar una conferencia en la universidad sobre Delmira Agustini y a leer poemas de Delfina Bunge de Gálvez, que Alfonsina había traducido del francés al castellano. En noviembre se publica Languidez, que recibe el Primer Premio Municipal y el Segundo Premio Nacional de Literatura. Asimismo, comienza a escribir una columna en La Nación bajo el seudónimo de Tao Lao donde, con ironía, esboza una tipología de las actitudes nocivas que adoptaban las mujeres de la época. Desde este espacio, las instó a que demostraran sus aptitudes como seres pensantes y a que rompieran los tópicos que durante siglos han recaído sobre ellas. En varios artículos de estos años Alfonsina se refiere con preocupación a la situación de la mujer y enuncia sus creencias feministas.
Ese año recibe una buena noticia: el 9 de noviembre finalmente se le concede la ciudadanía argentina; en el acto de concesión actúan de testigos sus amigos Emilio Centurión y Julio Noé. Hay que recordar que, en el caso de las mujeres, la tarjeta de ciudadanía representaba solo un documento simbólico: todavía carecían de derechos civiles y políticos.
Alfonso Depascale traduce al italiano una selección de su poesía y la reúne en un libro titulado Poesie scelte di Alfonsina Storni. Primi saggi de traduzione della grande poetessa argentina.
1921
En abril empieza a trabajar en la Escuela de Niños Débiles del Parque Chacabuco. Por entonces también participa con intensidad en las reuniones literarias del grupo Anaconda, celebradas en el estudio del acuarelista Emilio Centurión. Con tantas actividades, Alfonsina comienza a sentirse cansada, deprimida y nerviosa; así, se inician sus reposos anuales en Los Cocos (Córdoba) y MAR DEL PLATA.
En diciembre de 1921, en la revista Cosmópolis de Madrid, Jorge Luis Borges publica un artículo titulado La lírica argentina contemporánea, en el que se refiere con desdén a la poesía de Alfonsina. Borges, quien por entonces abraza con fervor la nueva estética vanguardista, no tiene afinidad con el estilo de Alfonsina, quien en ese momento todavía imita formalmente el modernismo con retoques del tardorromanticismo. Esta aversión por parte de la generación de escritores jóvenes, afectará a Alfonsina.
1922
Comienza a impartir clases en el Teatro Infantil Labardén.
1923
Se crea para ella una cátedra de declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Para entonces Alfonsina es una escritora popular, reconocida y leída por un público cada vez más numeroso.
1924
Su éxito literario se concreta cuando es publicada en España en 1924; la editorial Cervantes de Barcelona, dentro de su colección Las mejores poesías de los mejores poetas, edita una antología que recibe una amplia difusión y es comentada por la crítica hispánica muy favorablemente. Asimismo, el filólogo jesuita, Julio Cejador y Franca, la incluye en el tomo XIII de su Historia de la Lengua y Literatura Castellana, publicada en Madrid, en la que no solo comenta las obras de los autores seleccionados sino que también agrega textos autobiográficos. También es ampliamente conocida en Chile, Uruguay, México y otros países hispanoamericanos.
1925
El 29 de enero se celebra, gracias a su iniciativa, la primera Fiesta de la Poesía en MAR DEL PLATA. En mayo publica uno de sus libros más elogiados, Ocre, donde el tono modernista empieza sutilmente a ser sustituido por uno más original. En este poemario, sus autorretratos destacan por ser menos sentimentales y más cerebrales e irónicos.
1926
Comienza a dar clases de arte escénico en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación y por las noches imparte clases de castellano y aritmética en la Escuela de Adultos Bolívar. Se une al grupo de La Peña —liderado por el pintor Benito Quinquela Martín— que celebra sus eventos artísticos en el mítico café Tortoni, donde suelen reunirse reconocidos intelectuales, escritores y artistas. Por esta época establece una estrecha amistad con la poeta chilena Gabriela Mistral.
En septiembre, publica Poemas de amor, su primer libro de prosa poética y que ha sido prácticamente marginado por la crítica y el público. Los temas de este eran los mismos que había venido tratando en sus anteriores poemarios —enamoramiento, decepción— aunque carecen de la fuerza del verso. El libro relata las etapas de un romance, desde que se inicia hasta que se acaba y tiene, por lo tanto, dos protagonistas: la narradora y el hombre amado. Este libro breve e íntimo fue reeditado en tres ocasiones y fue traducido al francés por Max Daireaux. Antes de este libro, Alfonsina ya había publicado en La Nota, en 1919, otros poemas en prosa: «Poemas breves» y «Poemas». El estilo de algunos de estos, recuerdan a relatos folclóricos y tradicionales ya que adquieren un tono de leyenda. Sin embargo, en abril, había aparecido en La Nación su relato: Cuca en seis episodios, donde ya se advierten sus búsquedas estilísticas y sus coqueteos con la vanguardia.
1927
El 10 de marzo se estrena en el teatro Cervantes su primera obra de teatro, El amo del mundo, que solo se mantiene en cartel tres días; la crítica despedazó la técnica de esta pieza teatral y no comprendió su temática feminista, algo que la afectó personalmente. Por ese tiempo, escribe su segunda obra dramática, La debilidad de mister Dougall, pieza que nunca se representará y se mantendrá inédita hasta el año 2002.
1928
El 8 de noviembre de 1928 la Sociedad se inaugura oficialmente con la primera asamblea ordinaria, en la que se dan a conocer los miembros de la junta directiva: Leopoldo Lugones, presidente; Horacio Quiroga, vice-presidente; Samuel Glusberg, secretario; Manuel Gálvez, tesorero; y entre los vocales: Jorge Luis Borges, Enrique Banchs, Roberto Giusti, Carlos Alberto Leumann, etc. No obstante, en una carta sin fecha y con membrete de la Sociedad Argentina de Escritores, Alfonsina le informa a Roberto Giusti que la próxima reunión se realizará en su casa (al pie de la carta indica su dirección: Córdoba 807). Lo cierto es que desde octubre de 1925 Alfonsina había sido la primera impulsora de la Asociación. Así lo demuestra un comentario publicado en la revista Nosotros: El animoso entusiasmo de una mujer, la ilustre poetisa Alfonsina Storni, ha logrado convertir en realidad, a través de mil dificultades, la vieja aspiración de agrupar los escritores argentinos en una sociedad que los ampare y defienda». El primer acercamiento se había llevado a cabo el 13 de octubre de ese año, en el estudio del doctor Carlos Ibarguren, al que fueron convocados Quiroga, Bianchi, Fernández Moreno, entre otros, para constituir una comisión provisoria encargada de redactar los estatutos. Alfonsina había sido elegida secretaria de dicha comisión provisoria. En los primeros meses de 1927, la Sociedad Argentina de Escritores instaló su sede de la calle Florida 259, aunque muchas veces también se reunieron en la casa de Alfonsina. A pesar de la participación activa de Alfonsina, son poco claras las razones por las que fue apartada de cargos directivos.
1930
A principios de año, junto a su amiga Blanca de la Vega, viaja a Europa: España, Francia y Suiza. Allí conoce de cerca la literatura de vanguardia de la Generación del 27 (Alberti, Lorca, Guillén…). Publica sus impresiones de viaje en La Nación: Diario de navegación (16 de febrero).
Ese año escribe una serie de instantáneas que titula Kodak, donde es aún más evidente su acercamiento a la vanguardia. Por ejemplo, en Auto hace alusión a un símbolo de la modernidad —el auto— para expresar un estado anímico. No obstante, en su caso no se tratará de una renovación formal externa, sino de un camino personal, una vanguardia particular a partir de sus propias experiencias y no de escuelas o idearios estéticos. Para entonces, el movimiento vanguardista inaugurado por Jorge Luis Borges en Buenos Aires a principios de los años veinte, ya se encontraba en declive.
1932
Alfonsina publica Dos farsas pirotécnicas, que incluyen Cimbellina en 1900 y pico… y Polixena y la cocinerita. En estas dos farsas toma prestados temas de Shakespeare y de Eurípides pero los recrea y adapta a su tiempo; es decir, se sirve de lo clásico para trazar cuadros satíricos de las costumbres de la época. Polixena y la cocinerita fue puesta en escena de la mano de la actriz y recitadora Berta Singerman, actuación que fue elogiada por la crítica y muy bien recibida por el público. Pero Cimbellina en 1900 y pico… nunca fue representada —no encontró un elenco o un director dispuesto a hacerlo—, aunque la pieza escrita si tuvo buena recepción de la crítica. En general, ambas piezas fueron consideradas valiosas y en abril del mismo año se elige Dos farsas pirotécnicas como el mejor libro del mes.
Alfonsina también escribió piezas de teatro infantil, un total de seis. Entre ellas, la más famosa es Blanco… negro… blanco… inspirada en El pierrot negro de Leopoldo Lugones, incluido en el Lunario sentimental. La verdad es que está construida casi enteramente sobre el esquema de la versión de Lugones, aunque en forma de verso, con la gracia de las piezas infantiles, y acompañada de pasajes musicales. Ella se defenderá diciendo que los motivos clásicos de la literatura no le pertenecen a nadie y agregará: «No le he pedido permiso a Lugones porque ignoro si él le pidió antes permiso a otro… Esta obra en verso es para teatro de niños y la destino a mis alumnos del teatro infantil que son los únicos que creen en mí como autor teatral. Ellos son los únicos, repito, que se adelantan a pedirme que les lea el acto que no he terminado y que, al salir del recreo, se van repitiendo en voz alta la estrofa que se les ha quedado bailando en el oído.
Las otras piezas para niños son Pedro y Pedrito; Jorge y su conciencia, Un sueño en el camino (mimodrama), Los degolladores de estatuas y El Dios de los pájaros. En El Dios de los pájaros se trata el tema de la libertad a través de la historia de unos niños que enjaulan a pájaros. En Jorge y su conciencia, un niño que va tarde a la escuela debe pegar por sí mismo un botón de su camisa; una pieza en la que claramente Alfonsina intenta liberar a sus alumnos de los prejuicios culturales sobre las labores domésticas. Alfonsina también dirigió la puesta en escena de algunas de estas piezas infantiles, las cuales eran interpretadas por sus alumnos del Teatro Infantil Labardén en plazas, parques, asilos.
A principios de 1932, realiza su segundo viaje a Europa junto a su hijo Alejandro. Por esta época comienza a frecuentar las reuniones del grupo Signo en el Hotel Castelar; allí conoce a Federico García Lorca (1933).
1934
En noviembre publica Mundo de siete pozos, libro que marca su liberación del llamado poema de amor. En este, adopta una forma más experimental y menos anecdótica; el verso es irregular, suelto, caprichoso, sin rima, pero desde adentro responde a un ritmo personal. En definitiva, un libro más «objetivo» y menos autobiográfico donde Alfonsina simboliza, cincela emociones, estiliza su universo sensorial. A partir de aquí, su escritura poética se encaminará hacia rumbos cada vez más vanguardistas.
1935
El 20 de mayo es operada de un tumor maligno y pierde su seno derecho; se apodera de ella una terrible desazón que se evidencia en episodios biográficos: deja de frecuentar a sus amigos, se encierra en sí misma.
1936
En febrero publica en Crítica «Film marplatense», una mezcla de crónica y prosa poética: No he venido a descubrir Mar del Plata. El ambiente no da para más; la multitud, ya en la playa, ya en la ruleta, ya en la rambla, escamotea continuamente sus perfiles; el mar cambia a cada momento de pellejo y posturas; la ola traga a su víctima y huye a digerirla en sus húmedos subterráneos, sin que nadie la vea. Así, de rápido, el ojo del cronista.
1937
En enero, realiza un viaje al sur de Argentina y Chile que la distrae de sus preocupaciones: sabe que el cáncer que padece avanza. Publica en La Nación, con el título de «Carné de ventanilla, sus impresiones de viaje. Al regresar, en febrero, sufre el golpe del suicidio de Horacio Quiroga.
1938
El 27 de enero pronuncia en Montevideo su conferencia Entre un par de maletas a medio abrir y la manecilla del reloj, en un encuentro público en el que también participan Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. La afectan los suicidios de Eglé Quiroga (hija de Horacio) y de su enemigo literario, Leopoldo Lugones. En agosto publica su Antología poética (Espasa-Calpe) y en septiembre aparece su último libro Mascarilla y trébol, de claros rasgos vanguardistas y de tono testamentario.
Para principios de octubre, el dolor era tal que dependía de la morfina para apaciguarlo. Los médicos le habían dado seis meses de vida. De esta forma, decide adelantarse a su destino. El 18 de octubre viaja a MAR DEL PLATA y desde allí envía a La Nación su poema de despedida, Voy a dormir. La madrugada del 25 de octubre se arroja al mar desde el espigón de la playa de La Perla. Su cadáver es rescatado horas más tarde y enviado a Buenos Aires para ser velado en el Club Argentino de Mujeres. En el entierro, su amigo Manuel Ugarte le dedica conmovedoras palabras. Sus restos son depositados en la bóveda de la familia de su amiga Salvadora Onrubia de Botana, en la Recoleta, donde permanecerán hasta el 22 de septiembre de 1963, fecha en que serán trasladados al cementerio de La Chacarita y guardados en el recinto reservado para tumbas de personalidades, en un mausoleo esculpido por el artista Julio César Vergotini.
Poco antes de morir, Alfonsina se había animado a representar Cimbellina en 1900 y pico… para ser interpretada por sus alumnos de arte escénico del Conservatorio de Música y Declamación. Pero justo cuando estaba en los ensayos, tuvo que dejarlo; empezaba a sentirse muy mal. Blanca de la Vega, su amiga, la reemplazará como directora y finalmente la pondrán a escena en diciembre de ese año, dos meses después de su muerte. Los intérpretes,todos alumnos de ella, la homenajearon de esa forma.(fuente:Instituto Cervantes de España)
Alfonsina fué retratada en La Rambla de MdP, en traje de baño, con mechones rizados color plata asomando por debajo del gorro metido hasta tapar las orejas o con salida de baño blanca, tacos altos y reloj pulsera, en ls piedras de Cabo Corrientes la melena al viento. (Caras y Caretas, Alfonsina frente al mar, mayo de 1925).
También aparece en la citada revista fotografiada en MdP junto a Margarita Abella Caprile, Beatríz Eguía Muñoz y Mary Rega Molina, el texto de las fotos es extraño,pero hace juego con una Alfonsina que aparece con su casquito de paja oscuro hasta las orejas y un pañuelo de seda que la ahorca casi.Las otras se ven mas sencillas, y en tods ellas el texto destaca lo femenino, de Alfonsina dice, en cambio: “A su lado Alfonsina ofrece un contraste extraño…La gran poetisa, no por menos idealista, deja de ser genial”. De la Abella Caprile dice: “frágil,suavemente hermosa…”¡La bisnieta del gran Mitre hace honor a su origen! ” Y termina con Alfonsina: “¡Tal vez en ella vibra mas la carne que el alma, pero es, sin embargo una vibración magnífica, varonil a veces, pero siempre inspirada, siempre hermosa !”.
Llama la atención la palabra “varonil” en el epígrafe de una foto de playa.
Esta nota preparaba la Fiesta de la Poesía.Por iniciativa de Alfonsina, que desde hacía varios veranos pasaba por lo menos un mes junto al mar, Josué Quesada,”bastonero mayor de la vida social marplatense”, se puso a organizar este acto poco acostumbrado.
Consiguió el Salón de Actos del CLUB MAR DEL PLATA, y entre su dorado estilo Luis XV preparó la escena. Una orquesta de cámara, la berceuse de Jocelyn, el mar, detrás de las ventanas.
El presentador oficial fue Pedro Miguel Obligado.Las participantes, esas 4 poetisas, conocidas por figurar con frecuencia en revistas y suplementos literarios.
Los diarios locales anunciaron con todo detalle el acontecimiento, y con sorpresa,también ante esta exaltación pública de la poesía.
“Hoy la multituud elegante de la Rambla, de los palacetes, de los hoteles y de los clubs ha de escuchar 4 dulces voces femeninas recitando versos… Alfonsina Storni, la de la lira apasionada y sonora,alzará el acento de sus poemas en presencia de la multitud aristocrática y expectante”…
“Por una horas las almas de una muchedumbre compuesta por millonarios, hacendados, comerciantes, jueces, militares, políticos, bellas damas y gentiles niñas se llenarán de versos, de música, de rimas y de espíritus”….
“Y las poetisas que son en estos días, que alguien acusa de utilitarios y materialistas, las figuras mas románticas, más admirdas, y acaso mas envidiadas del mundo social, sentirán hoy,en los grandes salones,el aplauso de todos, el homenaje del gran mundo, hacia los altos espíritus femeninos que pasan cantando”…
Llegada la hora, el inmenso salón rebosaba de público.Por los altos ventanales se oía el rumor de las olas.Vestida de negro, con escote hacia los hombres y sin mangas,” la presencia de Alfonsina electrizó de inmediatos al público”, cuenta Fermín Estrella Gutiérrez.
“Nunca había oído yo, ni oí después, a un autor decir sus versos como Alfonsina, aquella tarde.Allá lejos, en el pequeño escenario, la grácil y delicada figura de la poetisa adquirió de pronnto un vigor y una vibración extraordinaria.”
Dijo 2 o 3 poemas de Ocre, entre ellos, otra vez, el Romance de la Venganza”, como lo había hecho anteriormente en Quilmes, seguramente por tratarse de un poema de ritmo fácil y contenido sencillo, sentí, continúa Estrella Gutiérrez,que la poesía no era una postura literaria de Alfonsina, sino que poesía y autora eran una misma cosa.
Cuando terminó el recitado, se ubicó un pequeño kiosco en el hall de entrada, donde las escritoras firmaron sus libros.Alfonsina dedicó mas de 200 elemplares.
¡No puedo más! ¡Estoy manca!, dijo por fin, y el escritor árabe Habib Estefano la alzó casi en brazos salvándola de la multitud.Después de ese verdadero acontecimiento, ya nadie deja de reconocerla mientras pasea por la Rambla.Sobre todo las chicas jóvenes, que le llevan su álbum para que les ponga algo.
En una carta su amiga María Luisa Albornoz le cuenta lo ocurrido.”Ud. habrá visto por los diarios, le dice, que hicimos aquí una fiesta de la poesía, que me tuvo ocupada estos últimos días: hemos tenido un gran éxito.Con decirle que dejamos vacía la Rambla y el garito esa tarde le digo todo.Mil setecientas personas de público y qué público,en fin, estoy contenta y se lo cuento porque sé que mi alegría la alegra”.
A su amiga en otras cartas le comenta ” pequeños chismes del balneario”, referidos a lo que por ejemplo ella llama ” la imposición clásica de la clásica hoja de parra” que no es tal hoja sino la obligación de circular con salida de baño. Esta prenda afeó a los hombres durante varias décadas y Alfonsina cuenta como ” se tienden al sol, como momias, envueltos en la funda felpuda y ariba el buen sol que quería morderlos, quemarlos, señalarlos, se muere de rabia”.Finalmente se lamenta de que entre los hombres ” la varita del vigilante tenga más poder que el deseo del astro generoso pero pasivo”.
Ya no juega en el casino, seguramente como consecuencia de la experiencia que tuvo LA PRIMERA VEZ QUE FUE A MAR DEL PLATA,ERA TODAVÍA EL AÑO 1921,y Alfonsina se encontró la noche de su llegada con su querido amigo José Ingenieros. Este insistió en llevarla a la ruleta, alegando que el iniciador solí tener suerte, puesto que el diablo le pagaría por el alma entregada.Alfonsina ganó mucho dinero, pero no siguió el consejo de su amigo, que le pidió que se tetirara.Volvió a la otra noche y perdió todo y en noches siguientes el resto, lo que llevaba para las vacacionesm y hasta lo que le prestaron sus amigos. Tuvo que volverse, derrotada, y cuando en el tren otro amigo, Leonardo Glusberg, la vió intentando cábalas con una ruleta de juguete, no reconoció en ella a la económica y medida Alfonsina. (Fuente Josefina Delgado,escritora, Fundadora de la Biblioteca Alfonsina Storni,Directora Gral. de Bibliotecas Públicas de Bs.As.Subdirectora Biblioteca Nacional, docente universitaria, egresada de Filosofía y Letras de la UBA,etc.)
FRENTE AL MAR
Oh mar, enorme mar corazón fiero
De último desigual,corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Por que entendía ,mar,yo me fui dando:
“Piedad, piedad para el que más ofenda”.
Vulgaridad,vulgaridad me acosa.
Ah,me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar,yo soñaba como tú eres
Allá en las tardes de la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mirame aqui, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar,dame,dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo,tu fiereza,
¡Aire de mar!…¡Oh tempestad,oh enojo!
Desdichada de mi, soy un abrojo.
Y muero,mar,sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah,la ciudad la pudre y equivoca;
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño,mi esperanza vuele…
la vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.
Alfonsina Storni.
Esto escribió Alfonsina el 23 de octubre y se publicó en La Nación un día después de su muerte:
“Dientes de flores ,cofia de rocío,
manos de hierbas,tu, nodriza fina,
tenme puestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía,acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pié celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides, Gracias… Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
Las notas que dejó en el hotel son:
Una con tinta roja y letra temblorosa decía:
“Me arrojo al mar”
y la otra era a Manuel Galvez
Sr. Galvez:
Estoy muy mal. Por favor, mi hijo tiene un puesto municipal, yo otro. Ruéguele al intendente en mi nombre que lo ascienda acumulándole mi sueldo. Gracias. Adiós. No me olviden.No puedo escribir más.
Alfonsina
Alfonsina pudo planear los detalle de su muerte, el lugar,momento,la manera, enviar un poema manuscrito un día antes de morir para que su aparición concidiera con la noticia de su muerte.Pero no pudo en cambio, disponer de los detalles de cortejo fúnebre, ni de la pena que dejó en los corazones: de su hijo, que la recuerda, feliz de no haberla visto deteriorada, por que sabe que a ella no le hubiera gustado; de sus amigas algunas de las cuales todavía repiten, con el dolor de la pérdida temprana e injusta , “era encantadora”. Las razones del suicidio quedan claras, si se ls encuadra dentro de la solución a una enfermedad incurable,que en aquella época significaba un final de sufrimientos atroces o de mutilación despiadada. Horacio Quiroga, Florencio Parravicini son suicidas que por aquella época dicen que no más al sufrimiento. Lugones, en cambio,es un suicida que elije ese camino por sus problemas interiores, por la falta de respuesta a una problemática vital muy particular, en la que entra lo ideológico, pero también amor adúltero.Entre los mitos se dice que Lugones y Alfonsina planeaban suicidarse juntos en el Tigre, pero ella desistió.Lo cierto que la hipotesis de la enfermedad lucha contra otra, su neurosis.
Quizás su melancolía hizo de su recaída posible una realidad, cuando todavía no había certeza alguna.Quizás la enfermedad agudizó la melancolía, casi depresión, y esto impidió tener mas fortalezas. Sobre Alfonsina se siguen siguen diciendo cosas, como que muchos de sus amigos guardaron secretos, que nunca develarán.Nos queda una duda,siempre llamó la atención su último poema cuando dice: “Si el llama nuevamente por teléfono, le dices que no insista, que he salido”; un misterio poético más, al que ninguna biografía pudo llegar hasta ahora.Fuente:(Josefina Delgado.)
En la foto (4002) la Sra. Estefania Millán, envia una foto de Alfonsina, que recuerda pero no puede asegurar que sea en Mar del Plata. gracias a esta foto (6831), que se publico en Caras y Caretas podemos saber que efectivamente es Mar del Plata ya que es la que figura el centro derecha (invertida horizontalmente).
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4002
Atte.: Enrique Mario Palacio.
El artículo tiene algo tristemente premonitorio al mostrarnos en algunas fotografías a Alfonsina en el mismo sitio donde se quitó la vida. Además, se considera que eligió un sitio que además de ser cercano al lugar donde se estaba hospedando le resultaba conocida. De hecho concurría a los balnearios de La Perla.
VARIAS VECES EN EL BLOG SE HABLÓ DEL CIRCUITO QUE SIGUEN LAS FOTOGRAFÍAS, ES DECIR, DE COMO UNA MISMA FOTO CORRE DISTINTOS DESTINOS. MUCHAS DE LAS FOTOS DE ESTE ARTÍCULO SON CONOCIDAS INDEPENDIENTEMENTE PERO JAMÁS LAS HABÍA VISTO EN ESTE CONJUNTO NI SUPE QUE HABÍAN SIDO PUBLICADAS POR CARAS Y CARETAS. ESO NOS LLEVA A PENSAR QUE QUIZÁS LA MAYORÍA DE LAS FOTOS QUE CONOCEMOS DE ALFONSINA EN MAR DEL PLATA HAYAN PERTENECIDO A ESTE MEDIO Y LUEGO DE SU MUERTE FUERON EMPLEADAS EN FORMA INDIVIDUAL, MUY BUEN DOCUMENTO SR. IRIARTE.
Lic. Somma: le agradezco todo lo que hemos aprendido sobre Alfonsina, por lo menos yo habia datos de su vida que ignoraba.Aprovecho de su bondad pues me gustaría saber sobre la vida del hijo y si dejo descendencia.Lo saludo muy atte a ud y a su esposa que tanto nos ilustra sobre moda.Nilda
Sr. ignacio Iriarte. Gracias por esta foto, que nos recuerda a la querida Alfonsina, ademas vemos un trabajo desinteresado de los que ilustran el Blog, rescatando vivencias que uno ignoraba, les dire que me siento orgulloso de que el Lic. Somma me considere su amigo.
Alfonsina partio el dia de su muerte de una pension que estaba en la calle Tres de febrero entre Mitre e Hipolito Irigoyen y el cuerpo fue rescatado por el suegro de mi amigo Rojas y me comento, no la reconocieron pero dedujeron por su vestimenta que era una persona de buena presencia y culta. Atte. saluda Jose Alberto Lago.
La letra de la última carta de Alfonsina,habla de la imposibilidad física y también de la terrible lucha consigo misma.
Hacia la una de la madrugada del martes 25 de octubre,deja su habitación y sale.
Su hijo Alejandro,esa noche no podía conciliar su sueño,a la mañana lo llamó la Sra. de Pizzigatti,que se había comunicado con MdP, para decirle que su madre estaba bien,aunque un poco cansada.
Esa mañana Celinda había golpeado en vano la puerta del dormitorio de Alfonsina, para llevarle el desayuno,pero decide dejarla descansar.
Cuando llama la Dra.de Pizzigatti es informada de que Alfonsina duerme y es lo que le trasmite a Alejandro.
Pero al mediodía la notiicia se conoce;su hijo lo escucha por radio,y poco después llama por teléfono a José Porto,que le confirma lo que ya sabía.Esa tarde los diarios titulan sus ediciones con la noticia: “Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni,gran poetisa de América”-
La noticia sorprende a todos, y se empeñan en recomnstruir los acontecimientos.
Los hechos fueron aproximadamente de la siguiente manera:
A las 8 de la mañana dos jóvenes,Atilio Pierini y Oscar Parisi,obreros de la Dirección de Hidráulica que trabajan en la construcción de los espigones de la playa La Perla,notaron que a unos 200 metros de la playa flotaba algo que podía ser una persona.
Pierini se arrojó al agua,mientras que Parisi dió aviso a personal de la Comisaría 1ra. y de la Subprefectura; 2 cabos, Atonio Santana y Dámaso Castri,ayudaron a Pierini a acercar el cadáver hasta la orilla…Allí descubren que se trata de una mujer que vestía ropas de buena calidad y cuyo cuerpo había estado pocas horas en el agua.De inmediato la llevan en ambulancia hasta la morgue del Hospital MDP.
Allí con la cara tapada la encuentra el Dr. Silvio Bellati,al destapar el rostro, reconoce a Alfonsina.
La noticia causó estupor.Luego se reconstruyó la muerte:
Alfonsina debió lanzarse al mar desde la escollera del Club Argentino de Mujeres,el lugar donde tantas veces leyera sus poemas, a unos 200 mts.de la costa fué hallado uno de sus zapatos,que seguramente se enganchó con los hierros al arrojarse.
Estas pruebas significan que Alfonsina,no entró caminado por la arena como dice la canción,ni tampoco se suicidó donde está el monumento en la actualidad,que además no se parece en nada a ella, y el lugar es aproximademente a la altura de la calle Catamarca,donde había años a,una placa,que como es costumbre, fue saqueda por tribus bárbaras.
A las 3 de la tarde el cuerpo fue retirado de la morgue y se inició el homenaje en el Colegio Nacional,(yo lo he comentado anteriormente en el blog)donde desfilaron autoridades,alumnos de los colegios,periodistas etc.A las 20.30 Hs.trasladaron el ataud,a la Estación Norte del F.C. Sud; la gente le llevaba flores,allí fué embarcado rumbo a Bs. As. donde llegó a la Estación Plaza Constiución a las 7.30 de la mañana.
La llegada fué absolutamente conmovedora,al llegar y retirarse el ataud 2 filas de niños, alumnos del Instituto Lavardén, formaron para dejarle paso.Lo tomaron para conducirlo:
Alejandro Storni,Arturo Capdevila,Enrique Banch,Fermín Estrella Gutierrez y su amigo de toda la vida Manuel Ugarte.
Fué trasladado al Club Argentino de Mujeres,calle Maipu al 900, y allí se inició un interminable desfile de los amigos.Las rosas blancas que Alfonsina tenía en sus manos fué el homenaje de su amigo Ugarte.
A las 4 y media,se inició el cortejo hacia la Recoleta.
Dijo el diario Crítica:
“Con un acompañamiento que crecía en el desfile tomó el cortejo por la Plaza San Martín,para seguir por Arenales y Libertad hasta la Av. Quintana.El público no cesaba de sumarse y en los balcones,puertas y ventanas del itinerario aparecían espectadores emocionados.
El cortejo tardó una hora en llegar a la Recoleta, donde aguardaban las autoridades nacionales.El Dr. Sagarna,Juez de la Suprema Corte,que tanto había admirado a Alfonsina; autoridades de educación y todos los escritores y artistas,representasen o no institución alguna,atraídos por el cariño o por la admiración.
Enrique Larreta;Ricardo Rojas;Enrique Banch;Arturo Capdevila;Manuel Gálvez;Baldomero Fernandez Moreno;Oliverio Girondo;Eduardo Mallea; Alejandro Sirio;Augusto Riganelli;Carlos Obligado;Atilio Chiappori;Horacio Rega Molina;Pedro M.Obligado;Amado Villar;Leopoldo Marechal;Centurión Pascual de Rogatis; Lopez Buchardo.”
Sra.Nilda Lago,trataré de encontrar mas información sobre lo que Ud.Pregunta,por el momento,sintéticamente,le comunico que Alfonsina guardó durante toda su vida el secreto de quien era el padre de su hijo Alejandro Alfonso,recién en 1976 se da a conocer por sus biógrafos su nombre: Carlos Tercero Arguimbau,legislador de la Provincia de Santa Fé un hombre casado y mayor que ella cuando presuntamente tuvieron el idilio.Alejandro Alfonso Storni,falleció en 2009,en reportajes dado por él en 2002,decía tener 2 hijos,4 nietos y 2 bisnietos,que suponemos que a la actualidad,quizás haya nacido alguno mas.
Uno de los nietos de Alfonsina de nombre Guillermo,fue gerente de la firma Arcor desde 1992 al 2011,según consta en informes comerciales.
En 2005 su bisnieta María Storni,da un reportaje a la revista Para Ti,diciendo que tiene 20 años y que debutó como actriz y que su hermano de 25 años es diseñador gráfico.
Recomiendo para ampliar conocimientos respecto de Alfonsina el excelente texto de la Profesora Josefina Delgado:”Alfonsina Storni. Una biografía esencial”. Buenos Aires, Ed. Debolsillo, 2011.
Con respecto al último comentario,Josefina Delgado,escribió Alfonsina Storni una biografía Escencial,editada por Planeta en 2001,con 272 páginas,además tiene mucho material,sobre Alfonsina,fundó la “Biblioteca de Mujeres Alfonsina Storni” en 1986,fué Directora de General de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires,además de trabajar en Editorial Larousse,Directora de colecciones del Centro Editor de America Latina,donde tuve el gusto de conocerla.Docente universitaria,en el país y en el exterior,es egresada de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de a UBA,publicó trabajos sobre literatura española,iberoamericana y argentina,también reportajes y notas sobre las obras de distintos escritores,dirigió las colecciones de libros HIstoria Popular (vida y Milagros de Nuestro Pueblo).Fué Subdirectora de la Biblioteca Nacional y tuvo diversos cargos como en el centro Regional de Promoción de la Lectura para América Latina etc.
Aunque a mi entender es una de las mas grandes biógrafas de Alfonsina,hay muchos otros autores sobre el tema,y además se puede encontrar en notas de diversas publicaciones,algunas épocas de su vida, por ejemplo,sobre quien fue el padre de Alejandro,las amistades que tuvo en su vida privada o con otros poetas,yo poseo documentos y fotos como por ejemplo cuando ella trabajó como docente en el Parque Chacabuco de la Ciudad de Buenos Aires,hay muchísimo material y varias biografías.
El monumento,nada tiene que ver con la figura real de Alfonsina,además de haber sido colocado en lugar que no corresponde, porque no fué allí donde se suicidó etc.,yo lo escribí en distintos comentarios del blog,creo que todavía hay mucho para saber,e investigar,el propio hijo,en charlas que dió en diversos lugares, mencionaba que mucha gente se lleva por la canción de Ariel Ramirez y Felix Luna, y no como se suicidó,arrojándose al mar.
hola buenas tardes tengo una foto de familia hecha do dk estudio Cháryn’s AMERICAN ART PHOTOGRAPHI 6831Rivadavia B.AIRES me gustari saber quienes son y si sus hijos o nietos viven.yo soy española de la zona del Bierzo cerca de Galicia,si todavía existe este estudio fotográfico y alguien me puedo decir algo saludos y muchas gracias
Soy investigadora de Teatro y con un grupo que pertenece a FILO (UBA)estamos haciendo una Historia del Teatro para Niños en Buenos Aires. Es muy poco el material que encontramos sobre el Teatro Infantil Labardén. En la biblioteca actual del IVA no se registra nada anterior al momento en que se reformula el plan de estudio y se transforma en IVA. De un sótano del edificio de Avda. Garay rescatamos algunas actas y programas. Con mucho esfuerzo estamos tratando de cubrir veinte años. ¡Tiene usted conocimiento de los años en que Alejandro Storni dirigió dicho Instituto?
Excelente la foto. Gracias
En respuesta a la pregunta de Ana, quien preguntaba por el estudio Cháryn’s, la dirección que das ( Av Rivadavia 6831, barrio de flores ) es actualmente la esquina de la escuela Escuela Florencio Varela N° 02 de 12, junto a una galería comercial .
Hola, me veo mencionada en este artículo. Me gustaría agradecerle a su autor, el licenciado Angel Somma. ¿Podrían facilitarme algún contacto?
Gracias!
Josefina Delgado