Foto postal: “Recordado artista callejero ensayando con su violín para su concierto por las playas de la ciudad, aquí zona centro, década del ´60. Aporte: Enrique Mario Palacio.
Hacia fines de los 70s, se podía encontrar a un violinista muy parecido al de esta foto “’tocando” su instrumento en la Rambla o en la calle San Martín, tanto en invierno como en verano. Como el de la foto, aquel violinista vestía guardapolvo gris y boina y tenía pelo y barba canosos pero, en mi memoria, se veía más bajo y más rechoncho. El violinista que narro tocaba muy mal, como al azar, al punto que no quedaba claro si realmente sabía tocar su violín. Aparentemente, aquel violinista padecía alguna enfermedad mental y se creía un gran virtuoso. Sin embargo, en sus conversaciones con los transeúntes se revelaba coherente. Una vez, en la calle San Martín, una señora se conmovió tanto al oírlo “tocar” que llorando se le acercó y le puso un fajo de billetes en el bolsillo exclamando: “! Pobre hombre!”. Me pregunto: ¿es el violinista de esta foto el mismo que yo narro? Si es así parecería que en el pasado el violinista ejecutaba de verdad pero algo le pasó luego… Nunca más vi al malogrado violinista desde los 80s: no sé qué le habrá pasado…
Podemos agregar sobre este tipo de actividad,la foto n° 5029,enviada por el Sr. Marcos Treviglio:
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/5029
Hacia fines de los 70s, se podía encontrar a un violinista muy parecido al de esta foto “’tocando” su instrumento en la Rambla o en la calle San Martín, tanto en invierno como en verano. Como el de la foto, aquel violinista vestía guardapolvo gris y boina y tenía pelo y barba canosos pero, en mi memoria, se veía más bajo y más rechoncho. El violinista que narro tocaba muy mal, como al azar, al punto que no quedaba claro si realmente sabía tocar su violín. Aparentemente, aquel violinista padecía alguna enfermedad mental y se creía un gran virtuoso. Sin embargo, en sus conversaciones con los transeúntes se revelaba coherente. Una vez, en la calle San Martín, una señora se conmovió tanto al oírlo “tocar” que llorando se le acercó y le puso un fajo de billetes en el bolsillo exclamando: “! Pobre hombre!”. Me pregunto: ¿es el violinista de esta foto el mismo que yo narro? Si es así parecería que en el pasado el violinista ejecutaba de verdad pero algo le pasó luego… Nunca más vi al malogrado violinista desde los 80s: no sé qué le habrá pasado…
Hermosa fotografía…muy emocionante realmente ! dice mucho …! gracias por compartir