Sobre el tema podemos ver entre otras la foto 3597,remitida por el suscripto,donde se lee:
“Esta foto fue publicada en 1931 en Francia en el libro del profesor Dr. F Legueu,de la academia de medicina de francesa,quien visitó Buenos Aires y Mar del Plata en la parte de sus hospitales,asilos etc.El libro fue editado por los laboratorios Darrasse de Nanterre (FR) y fue publicado en Paris por Roger Dacosta”.Más datos sobre el Solarium en las fotos 1722, 1723,1943,1944,1945,2477 y 3409”.
Escribió Juan Jose de Soiza Reilly en Caras y Caretas/8/2/1930 sobre el Solarium:
-El visitante misterioso-
Un dia del verano anterior presentòse en el solarium un caballero acompañado de una señorita y de otro caballero.Humildemente el primer caballero solicitó permiso para visitar las dependencias de la casa.Eran las 2 de la tarde,hora en que descansan los empleados del establecimiento,con excepción de los que están de guardia.El portero quiso hablar por teléfono al Hospital Marítimo —del cual depende el solarium— para llamar al director.-No lo moleste —dijo el visitante conteniendo al portero de un brazo— deseo únicamente ver a los enfermos.
Recorrió los jardines donde los pacientes tendidos en sus lechos tomaban el sol.El caballero pasò,en silencio,por entre las camas infantiles,acariciando a los mas próximos,sonriéndoles a todos,sin hablar con ninguno.Una nena de 4 o 5 años,al sentir la caricia bondadosa del caballero le tomò las dos manos.No quería soltárselas.Durante largo rato jugò con sus dedos.El hombre se detuvo,feliz como un abuelo,emocionado tal vez por el suave deleite de ver que sus manos,presas en la de la chiquilina,adquirían el encanto de un juguete sublime.Después anduvo,anduvo,anduvo.Delante de otra cama paróse,al azar.Preguntó al enfermito su nombre.El niño exhaló un sonido gutural,incomprensible.-Es mudo— advirtió la enfermera— Se llama Carlos Miguel Dadino.Lo trajeron del Chaco.La enfermera notò que el caballero solemne lloraba.De inmediato el caballero se marchó,en silencio,tal como había llegado,seguido de la señorita y del acompañante.
El caballero misterioso era el presidente de la República,Hipólito Yrigoyen con su señorita hija y el Sr. Francisco Morteo,administrador de la Rambla Brístol.
.
El solarium fue anexo del Hospital Maritimo Hoy Instituto de Epidemeologia, fué fundado en el año 1923 logrando erradicar la enfermedad Tuberculosis Ósea se cierra en 1960 y en abandono total se demuele en la Dec.del 80. Atte. saluda José Alberto Lago.
Revista Caras y Caretas. 8.2.1930
Juan José de Soiza Reilly
“Quiero — dijo Hipólito Yrigoyen —que mis sueldos de presidente de la República sean entregados a la Sociedad de Beneficencia que fundó Rivadavia.
Noble gesto de sembrador. Seis mil pesos por mes. Casi medio millón en los seis años de su primera presidencia…
— Compraremos alimento y abrigo para los niños pobres — contestaron, conmovidas,las admirables damas de la comisión.
— Quizás fuera más útil — les repuso Yrigoyen, — comprar para esos niños un poquito de sol.
…
La señora Inés Dorrego de Unzué donó,en silencio, sin música de crónica social,un amplio terreno en Mar del Plata, sobre la carretera de Camet. En ese terreno, la Sociedad de Beneficencia construyó con los sueldos presidenciales un “solarium” magnífico, a la altura científica y administrativa de los mejores sanatorios helíoterápicos del mundo.
El “Solarium” es el complemento del Hospital Marítimo. En él se asisten niños pobres solamente — varones y mujeres — venidos de todas partes del país, atacados en su mayoría de las más espantosas enfermedades de los huesos. Se curan con baños permanentes de sol. Abundan los enfermos
de coxalgia — artritis tuberculosa de la cadera — y los que sufren el horripilante mal de Pott, así como los perseguidos por otras formas de esa tuberculosis.
…
el doctor Alberto Rodríguez Egaña dirige, además del “Solarium”, el Hospital Marítimo y el Asilo Unzué, que la Sociedad de Beneficencia posee en Mar del Plata. Más que el director técnico es el alma de esas instituciones. Con qué cariño, con qué ternura va mostrándome todas las dependencias y con qué admiración elogia la obra de las excelsas damas
argentinas. Nombrado director hace ocho años •— electo por concurso, — prefirió abandonar su residencia de Buenos Aires para instalarse aquí, abnegadamente, en Mar del Plata, y consagrarse, invierno y verano, a los niños. “
Srta. Cristina y Lic.Angel J. Somma: He leído atentamente sus comentarios referidos al asilo Solarium. Gran parte de los datos aportados son de mi conocimiento, no así lo referido a la visita a dicho asilo de quién entonces era el Sr. Presidente Don Hipólito Yrigoyen. Su gesto paternal de acercarse a los pequeños allí internados, habla de una inmensa ternura y un gran corazón para con los desposeídos que en aquel lugar esperaban una cura que en muchas ocasiones llevaban años.
He estado internado en aquel establecimiento durante 4 largos años (desde 1939 a 1943) por un proceso de Mal de Pott que los médicos lograron que superara. A todos los que de alguna manera hicieron que el asilo Solarium fuera un lugar de recuperación para niños enfermos de tuberculosis y de una pobreza absoluta, les agradezco infinitamente, aún a aquellos que ya no están pero que vivirán por siempre en mi corazón. Daniel Delanta.
10 Enero 2017
Sr. Daniel muchas gracias por compartir con nosotros esa parte tan importante y dificil de su historia.
El Hospital marítimo y el Solarium no solo funcionaron gracias al dinero de Yrigoyen, a la ayuda desinteresada de la señora de Unzué y de las damas de beneficiencia y a la dirección del doctor Egaña, sino también al trabajo anónimo de muchos hombres y mujeres que trataron diariamente que esos niños, enfermos y lejos de su familia, tuvieran una vida un poco mejor. A todas esas personas que lo hicieron posible y a todas aquellas que lo hacen en muchos otros lugares en la actualidad mi mas sincero agradecimiento.
Atte
Sobre el tema podemos ver entre otras la foto 3597,remitida por el suscripto,donde se lee:
“Esta foto fue publicada en 1931 en Francia en el libro del profesor Dr. F Legueu,de la academia de medicina de francesa,quien visitó Buenos Aires y Mar del Plata en la parte de sus hospitales,asilos etc.El libro fue editado por los laboratorios Darrasse de Nanterre (FR) y fue publicado en Paris por Roger Dacosta”.Más datos sobre el Solarium en las fotos 1722, 1723,1943,1944,1945,2477 y 3409”.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/3597
Podemos ver otras imagenes referentes al tema en las fotos:
3596 y 4934,enviadas por el suscripto:
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4934
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/3596
Escribió Juan Jose de Soiza Reilly en Caras y Caretas/8/2/1930 sobre el Solarium:
-El visitante misterioso-
Un dia del verano anterior presentòse en el solarium un caballero acompañado de una señorita y de otro caballero.Humildemente el primer caballero solicitó permiso para visitar las dependencias de la casa.Eran las 2 de la tarde,hora en que descansan los empleados del establecimiento,con excepción de los que están de guardia.El portero quiso hablar por teléfono al Hospital Marítimo —del cual depende el solarium— para llamar al director.-No lo moleste —dijo el visitante conteniendo al portero de un brazo— deseo únicamente ver a los enfermos.
Recorrió los jardines donde los pacientes tendidos en sus lechos tomaban el sol.El caballero pasò,en silencio,por entre las camas infantiles,acariciando a los mas próximos,sonriéndoles a todos,sin hablar con ninguno.Una nena de 4 o 5 años,al sentir la caricia bondadosa del caballero le tomò las dos manos.No quería soltárselas.Durante largo rato jugò con sus dedos.El hombre se detuvo,feliz como un abuelo,emocionado tal vez por el suave deleite de ver que sus manos,presas en la de la chiquilina,adquirían el encanto de un juguete sublime.Después anduvo,anduvo,anduvo.Delante de otra cama paróse,al azar.Preguntó al enfermito su nombre.El niño exhaló un sonido gutural,incomprensible.-Es mudo— advirtió la enfermera— Se llama Carlos Miguel Dadino.Lo trajeron del Chaco.La enfermera notò que el caballero solemne lloraba.De inmediato el caballero se marchó,en silencio,tal como había llegado,seguido de la señorita y del acompañante.
El caballero misterioso era el presidente de la República,Hipólito Yrigoyen con su señorita hija y el Sr. Francisco Morteo,administrador de la Rambla Brístol.
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El solarium fue anexo del Hospital Maritimo Hoy Instituto de Epidemeologia, fué fundado en el año 1923 logrando erradicar la enfermedad Tuberculosis Ósea se cierra en 1960 y en abandono total se demuele en la Dec.del 80. Atte. saluda José Alberto Lago.
Revista Caras y Caretas. 8.2.1930
Juan José de Soiza Reilly
“Quiero — dijo Hipólito Yrigoyen —que mis sueldos de presidente de la República sean entregados a la Sociedad de Beneficencia que fundó Rivadavia.
Noble gesto de sembrador. Seis mil pesos por mes. Casi medio millón en los seis años de su primera presidencia…
— Compraremos alimento y abrigo para los niños pobres — contestaron, conmovidas,las admirables damas de la comisión.
— Quizás fuera más útil — les repuso Yrigoyen, — comprar para esos niños un poquito de sol.
…
La señora Inés Dorrego de Unzué donó,en silencio, sin música de crónica social,un amplio terreno en Mar del Plata, sobre la carretera de Camet. En ese terreno, la Sociedad de Beneficencia construyó con los sueldos presidenciales un “solarium” magnífico, a la altura científica y administrativa de los mejores sanatorios helíoterápicos del mundo.
El “Solarium” es el complemento del Hospital Marítimo. En él se asisten niños pobres solamente — varones y mujeres — venidos de todas partes del país, atacados en su mayoría de las más espantosas enfermedades de los huesos. Se curan con baños permanentes de sol. Abundan los enfermos
de coxalgia — artritis tuberculosa de la cadera — y los que sufren el horripilante mal de Pott, así como los perseguidos por otras formas de esa tuberculosis.
…
el doctor Alberto Rodríguez Egaña dirige, además del “Solarium”, el Hospital Marítimo y el Asilo Unzué, que la Sociedad de Beneficencia posee en Mar del Plata. Más que el director técnico es el alma de esas instituciones. Con qué cariño, con qué ternura va mostrándome todas las dependencias y con qué admiración elogia la obra de las excelsas damas
argentinas. Nombrado director hace ocho años •— electo por concurso, — prefirió abandonar su residencia de Buenos Aires para instalarse aquí, abnegadamente, en Mar del Plata, y consagrarse, invierno y verano, a los niños. “
Srta. Cristina y Lic.Angel J. Somma: He leído atentamente sus comentarios referidos al asilo Solarium. Gran parte de los datos aportados son de mi conocimiento, no así lo referido a la visita a dicho asilo de quién entonces era el Sr. Presidente Don Hipólito Yrigoyen. Su gesto paternal de acercarse a los pequeños allí internados, habla de una inmensa ternura y un gran corazón para con los desposeídos que en aquel lugar esperaban una cura que en muchas ocasiones llevaban años.
He estado internado en aquel establecimiento durante 4 largos años (desde 1939 a 1943) por un proceso de Mal de Pott que los médicos lograron que superara. A todos los que de alguna manera hicieron que el asilo Solarium fuera un lugar de recuperación para niños enfermos de tuberculosis y de una pobreza absoluta, les agradezco infinitamente, aún a aquellos que ya no están pero que vivirán por siempre en mi corazón. Daniel Delanta.
10 Enero 2017
Sr. Daniel muchas gracias por compartir con nosotros esa parte tan importante y dificil de su historia.
El Hospital marítimo y el Solarium no solo funcionaron gracias al dinero de Yrigoyen, a la ayuda desinteresada de la señora de Unzué y de las damas de beneficiencia y a la dirección del doctor Egaña, sino también al trabajo anónimo de muchos hombres y mujeres que trataron diariamente que esos niños, enfermos y lejos de su familia, tuvieran una vida un poco mejor. A todas esas personas que lo hicieron posible y a todas aquellas que lo hacen en muchos otros lugares en la actualidad mi mas sincero agradecimiento.
Atte
Cristina