Elena Cantilo de Orío. Su suegro era Salvador Orío. Ministro de Obras públicas. 1942 .Archivo Editorial Haynes, recuperado gracias al Proyecto “Archivos en peligro” de la Biblioteca Británica . http://eap.bl.uk/index.a4d
Muy buen apunte para develar este aspecto que también me intrigaba. Me pregunto en qué año empezaron los sandwichs Gran Monarca que fueron muy famosos en Playa Grande. En el blog hay una foto pero es casi 20 años posterior a esta. Quizás se trate de la misma firma. Aporto el enlace: http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4099
En la foto 7293,publicada el 7-9-2012,escribí 2 comentarios sobre “El Gran Monarca”:
1-“Según la historia familiar Héctor Monarca llega a Mar del Plata en 1930,Comienza vendiendo alfajores,pero al notar que los veraneantes almorzaban sin salir de la playa,decide cambiar,fabricando Sandwiches de sabores distintos y exclusivos,su gorro y la canasta llevaban el nombre -Sandwiches El Gran Monarca-Luego Incorpora vendedores,y abre locales.Se hacen tan conocidos que Héctor,hasta llega a ser invitado al programa de Mirtha Legrand.Y aunque en 1979 la sandwichería cierra tras su muerte,sus nietos aseguran que aún hoy,las personas que veraneaban en Mar del Plata recuerdan a nuestro abuelo y sus sándwiches”.
2-¡El gran monaaarca sandwiches!”-
En los años treinta Héctor Monarca pasaba sus veranos en Mar del Plata, igual que la aristocracia porteña.Pero él no iba a descansar.En vez de usar traje de baño se vestía de mozo y aprovechaba los tres meses para hacer unos pesos.Con la idea de juntar un poco más de dinero se le ocurrió vender sandwiches en la playa.Equipado con una canasta salió a recorrer la costa.Llevaba sandwiches de pavita y
palmitos;langostino,pavita y choclo,y rosbeef y tomate.Con el tiempo se convirtieron en los sandwiches de Mar del Plata.“El gran monaaaarca sandwiches”, era el grito con cantito que identificaba a don Héctor y que hoy los clientes más antiguos recuerdan con nostalgia.En el invierno tampoco descansaba.Vendía sus sandwiches en las facultades y en los colegios privados más importantes de Buenos Aires.Las alumnas Susana Giménez y Graciela Borges fueron dos de sus clientas de esa época.
Verano tras verano el negocio prosperaba y don Monarca llegó a tener veinte vendedores que recorrían la playa con él.Más que juntar unos pesos,Monarca fundó una empresa que llegó hasta sus nietos.Y,de paso,se hizo famoso.Tanto,que fue invitado dos veces a los almuerzos de Mirtha Legrand.En 1978 se asoció con Bonafide para hacer los sandwiches del Mundial.El contrato decía que tenían que hacer cinco mil por partido pero terminaron haciendo casi 50 mil,y 600 mil en total.En esa época los hacía en una fábrica que tenía en San Isidro y lo acompañaba su hijo Jorge .
Pero cuando murió el fundador,el negocio se cortó.Hasta hace un año.Con mi papá Jorge y mi hermana Celeste abrimos un local en Las Lomas de San Isidro.Hoy ellos dos están al frente,cuenta Gonzalo Monarca,nieto del
fundador.“Armamos una galería con fotos de la época y empezaron a pasar cosas increíbles.Venía gente que lo conocía de la playa y se reconocía en las fotos. Ahora están todas marcadas”.También hay una foto de la famosa libreta negra en la que el abuelo anotaba todas sus ventas.”El no les cobraba a los clientes en la playa. Durante el verano registraba cada sándwich que vendía y recién en el invierno pasaba a cobrar.Hoy cuando ven esa foto se emocionan. Yo estaba anotado acá,dicen muchos.
El local, en el que hay 45 mesas, y que también ofrece delivery,no da abasto.Cada día despachan unos 600 sandwiches.Para cuando termine el verano planean abrir el segundo local,también en San Isidro pero en la zona del hipódromo.A la familia le llueven las ofertas de interesados en abrir franquicias de la marca pero antes de dar ese paso los Monarca quieren tener tres locales propios.Según Gonzalo,los secretos del éxito son dos: la preparación del sandwich en el momento y el pan: su abuelo usaba pebetes made in Mar del Plata donde el agua tiene otro gusto.
Para lograr ese sabor,buscamos panaderías y les pedimos que desarrollaran una masa para pebetes hasta que conseguimos un pan igual al de Mar del Plata.La gente no lo puede creer.El abuelo no dejó ninguna receta escrita.Pero Jorge,que siempre lo acompañaba,tomó nota mental de todos los detalles y hoy sabe exactamente cuánto tiempo hay que cocer la pavita para que tenga ese gustito especial.También guarda el secreto para hacer la pasta de choclo y la de roquefort.Al local no sólo van los clientes que conocieron al abuelo.También vienen los hijos.Allí pueden elegir los ingredientes de sus sandwiches que pueden ser fríos o calientes y por los que pagan desde cuatro hasta nueve pesos.Adrián Suar es uno de los clientes más famosos.El gran secreto de Monarca es el carisma de mi abuelo y lo buen hombre que era.Era muy pobre cuando empezó.Pero al final transformó la canastita en una industria impresionante.(Diario Clarín 20-11-2005)
Mi agradecimiento a la Sra Corsini por el magnífico y muy novedoso material con que nos deleita y a quienes a partir de esas imágenes aportan datos e historias que nos enriquecen y que convierten en incomparable este querido espacio de Fotos de Familia.
Conocí a Hector desde muy chico, ya que mi tía trabajaba en el antiguo hospital de clínicas, donde Hector Monarca tenia su local en esa época. Con el tiempo se transladaron al nuevo hospital y mis visitas eran más seguidas , ya que por cuestiones laborales y tiempo que me sobra ,me acercaba hasta ahí a comer ya que su calidad y precio eran muy buenos .Eso llevo a tener un gran acercamiento a la familia y con el tiempo ser parte de su personal , viví desde adentro su fabricación, distribución y venta , que en aquel momento era terrible , no se podía dar a vasto ya que la cantidad de clientes era increíble la calidad de la mercadería y el precio era muy bueno.
En cuanto a Hector , solo palabras de agradecimiento por la formación, que me dio , por su generosidad , y su don de muy buena persona , lamentablemente me enteré de su fallecimiento mucho tiempo después pero tanto él cono su familia marco esa parte de mi vida y hasta el día de hoy cuarenta y tantos años después, tengo hermosos recuerdos de esa época.
¿Pero qué sucedió con esa sombrilla? ¿Y qué será lo que el vendedor está entregando?
Muy buena imagen Sra. Corsini .
Atte. Julián Mendozzi.
Según Consta al dorso de la presente imagen,la misma está archivada en la Empresa Editorial Haynes S. A. el 8 de Marzo de 1945.
Sin dudas Playa Grande. Distintivas las lonas con círculos de sus toldos. En medio de la foto detrás de la gente estaríamos viendo la Escollera Norte.
Señor Julián
Detrás de la foto está escrito a mano por el fotógrafo que la señora de Oría está comprando un sandwich.
Atte
Cristina
Muchas gracias Sra. Corsini .
Mis saludos .
Julián Mendozzi.
Muy buen apunte para develar este aspecto que también me intrigaba. Me pregunto en qué año empezaron los sandwichs Gran Monarca que fueron muy famosos en Playa Grande. En el blog hay una foto pero es casi 20 años posterior a esta. Quizás se trate de la misma firma. Aporto el enlace:
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4099
En la foto 7293,publicada el 7-9-2012,escribí 2 comentarios sobre “El Gran Monarca”:
1-“Según la historia familiar Héctor Monarca llega a Mar del Plata en 1930,Comienza vendiendo alfajores,pero al notar que los veraneantes almorzaban sin salir de la playa,decide cambiar,fabricando Sandwiches de sabores distintos y exclusivos,su gorro y la canasta llevaban el nombre -Sandwiches El Gran Monarca-Luego Incorpora vendedores,y abre locales.Se hacen tan conocidos que Héctor,hasta llega a ser invitado al programa de Mirtha Legrand.Y aunque en 1979 la sandwichería cierra tras su muerte,sus nietos aseguran que aún hoy,las personas que veraneaban en Mar del Plata recuerdan a nuestro abuelo y sus sándwiches”.
2-¡El gran monaaarca sandwiches!”-
En los años treinta Héctor Monarca pasaba sus veranos en Mar del Plata, igual que la aristocracia porteña.Pero él no iba a descansar.En vez de usar traje de baño se vestía de mozo y aprovechaba los tres meses para hacer unos pesos.Con la idea de juntar un poco más de dinero se le ocurrió vender sandwiches en la playa.Equipado con una canasta salió a recorrer la costa.Llevaba sandwiches de pavita y
palmitos;langostino,pavita y choclo,y rosbeef y tomate.Con el tiempo se convirtieron en los sandwiches de Mar del Plata.“El gran monaaaarca sandwiches”, era el grito con cantito que identificaba a don Héctor y que hoy los clientes más antiguos recuerdan con nostalgia.En el invierno tampoco descansaba.Vendía sus sandwiches en las facultades y en los colegios privados más importantes de Buenos Aires.Las alumnas Susana Giménez y Graciela Borges fueron dos de sus clientas de esa época.
Verano tras verano el negocio prosperaba y don Monarca llegó a tener veinte vendedores que recorrían la playa con él.Más que juntar unos pesos,Monarca fundó una empresa que llegó hasta sus nietos.Y,de paso,se hizo famoso.Tanto,que fue invitado dos veces a los almuerzos de Mirtha Legrand.En 1978 se asoció con Bonafide para hacer los sandwiches del Mundial.El contrato decía que tenían que hacer cinco mil por partido pero terminaron haciendo casi 50 mil,y 600 mil en total.En esa época los hacía en una fábrica que tenía en San Isidro y lo acompañaba su hijo Jorge .
Pero cuando murió el fundador,el negocio se cortó.Hasta hace un año.Con mi papá Jorge y mi hermana Celeste abrimos un local en Las Lomas de San Isidro.Hoy ellos dos están al frente,cuenta Gonzalo Monarca,nieto del
fundador.“Armamos una galería con fotos de la época y empezaron a pasar cosas increíbles.Venía gente que lo conocía de la playa y se reconocía en las fotos. Ahora están todas marcadas”.También hay una foto de la famosa libreta negra en la que el abuelo anotaba todas sus ventas.”El no les cobraba a los clientes en la playa. Durante el verano registraba cada sándwich que vendía y recién en el invierno pasaba a cobrar.Hoy cuando ven esa foto se emocionan. Yo estaba anotado acá,dicen muchos.
El local, en el que hay 45 mesas, y que también ofrece delivery,no da abasto.Cada día despachan unos 600 sandwiches.Para cuando termine el verano planean abrir el segundo local,también en San Isidro pero en la zona del hipódromo.A la familia le llueven las ofertas de interesados en abrir franquicias de la marca pero antes de dar ese paso los Monarca quieren tener tres locales propios.Según Gonzalo,los secretos del éxito son dos: la preparación del sandwich en el momento y el pan: su abuelo usaba pebetes made in Mar del Plata donde el agua tiene otro gusto.
Para lograr ese sabor,buscamos panaderías y les pedimos que desarrollaran una masa para pebetes hasta que conseguimos un pan igual al de Mar del Plata.La gente no lo puede creer.El abuelo no dejó ninguna receta escrita.Pero Jorge,que siempre lo acompañaba,tomó nota mental de todos los detalles y hoy sabe exactamente cuánto tiempo hay que cocer la pavita para que tenga ese gustito especial.También guarda el secreto para hacer la pasta de choclo y la de roquefort.Al local no sólo van los clientes que conocieron al abuelo.También vienen los hijos.Allí pueden elegir los ingredientes de sus sandwiches que pueden ser fríos o calientes y por los que pagan desde cuatro hasta nueve pesos.Adrián Suar es uno de los clientes más famosos.El gran secreto de Monarca es el carisma de mi abuelo y lo buen hombre que era.Era muy pobre cuando empezó.Pero al final transformó la canastita en una industria impresionante.(Diario Clarín 20-11-2005)
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Mi agradecimiento a la Sra Corsini por el magnífico y muy novedoso material con que nos deleita y a quienes a partir de esas imágenes aportan datos e historias que nos enriquecen y que convierten en incomparable este querido espacio de Fotos de Familia.
Tengo el orgullo de decir que Hector Amadeo Monarca era mi tío. Un verdadero luchador!!!!
Conocí a Hector desde muy chico, ya que mi tía trabajaba en el antiguo hospital de clínicas, donde Hector Monarca tenia su local en esa época. Con el tiempo se transladaron al nuevo hospital y mis visitas eran más seguidas , ya que por cuestiones laborales y tiempo que me sobra ,me acercaba hasta ahí a comer ya que su calidad y precio eran muy buenos .Eso llevo a tener un gran acercamiento a la familia y con el tiempo ser parte de su personal , viví desde adentro su fabricación, distribución y venta , que en aquel momento era terrible , no se podía dar a vasto ya que la cantidad de clientes era increíble la calidad de la mercadería y el precio era muy bueno.
En cuanto a Hector , solo palabras de agradecimiento por la formación, que me dio , por su generosidad , y su don de muy buena persona , lamentablemente me enteré de su fallecimiento mucho tiempo después pero tanto él cono su familia marco esa parte de mi vida y hasta el día de hoy cuarenta y tantos años después, tengo hermosos recuerdos de esa época.
Quisiera conectarme con Horacio Ballester Monarca. Muchas gracias!