El acorazado Moreno frente a las costas de Mar del Plata. Esta foto, suministrada por la Armada Argentina, sirvió para ilustrar una de las notas del suplemento del diario La Capital del 10 de febrero, aniversario de Mar del Plata. A continuación, el texto:
“Carlitos” y el acorazado Moreno
La investigación ha sido vana, o casi. El propósito era rescatar registros de la vida social de Gardel en Mar del Plata durante su estancia de diez días en febrero de 1930. Al examinar línea por línea los ejemplares de LA CAPITAL, surge una impresión colateral: los lectores de la época tenían mejor vista o acaso mejores anteojos que nosotros. Pero esos antiguos diarios, con su tipografía ínfima y su diagramación laberíntica, ofrecen un campo de búsqueda prometedor al revelar frondosos listados de visitantes y nóminas de pasajeros que poblaban los principales hoteles. Bailes, cotillones, recepciones y agasajos ocupan columnas enteras con la enumeración de sus asistentes. Y hasta un “interesante paseo a Camet” merece algunas líneas que perpetúan con nombre y apellido a los expedicionarios.
Pero “El Morocho del Abasto”, pese a su popularidad, “no aparece en el cuadro” de la gran actividad social de la época. Y aquí surge una segunda impresión: la mirada periodística parece acotarse a un círculo que probablemente no incluía a la “farándula”. De hecho, otras grandes figuras del espectáculo se encontraban esos días en Mar del Plata sin que los “cronistas de lo cotidiano” notaran su presencia fuera de los escenarios.
Para beneficio de este artículo, la situación cambia cuando un hecho coyuntural pone en contacto a esos artistas con el mundo que interesa a los cronistas. Entonces, Gardel y otras estrellas de la época aparecen en la abundosa sección de noticias sociales.
Los dreadnoughts argentinos
La estadía de Gardel en Mar del Plata coincidió con el arribo de los dreadnoughts Rivadavia y Moreno, naves que la Armada Argentina había incorporado al promediar la década del 10. Quizás por haber sido considerados en su momento los acorazados más poderosos del mundo, quedaron prendados en el sentir y el orgullo nacional, al extremo que Angel Villoldo –figura fundacional del “dos por cuatro”- compuso el tango “Acorazado Rivadavia” e imprimió en la partitura: “Dedicado al comandante y la oficialidad del primer dradnought argentino”.
A juzgar por las crónicas, la permanencia de las naves en el puerto local fue el gran acontecimiento de la temporada. Sin dudas, el arribo de 2400 marinos impactó en el pulso de la apacible villa, que aquel verano recibió a unos 65 mil turistas. Se sumaron los buenos oficios de una comisión de vecinos caracterizados que promovió actividades para que los visitantes estuvieran permanentemente agasajados y entretenidos. Una de ellas tuvo lugar en “la quinta de Iraola, frente a la de Mauduit” (actual zona del Complejo Universitario), donde se sirvió un almuerzo criollo para 1000 integrantes de la tripulación. ¿Cómo se desplazaron hasta allí?. El Ferrocarril del Sud fletó un tren especial desde el puerto.
“El Morocho” y el Moreno
Ágapes, invitaciones y bailes populares abundaron en aquellos días y todos fueron reflejados en la sección de noticias sociales de LA CAPITAL. Así las cosas, en la edición del 7 de febrero hallamos este párrafo: “Mañana por la tarde se efectuará a bordo del acorazado Moreno una fiesta en honor a la oficialidad. Asistirán el actor nacional Luis Arata, Carlos Gardel, Mercedes Simone, Sofía Bozán y otros artistas que se encuentran en el balneario”.
Con gran expectativa buscamos la crónica del día siguiente y con mayor placer la encontramos. El entusiasmo fue languideciendo al leerla y releerla. Allí están los nombres de todos los oficiales agasajados, desde el almirante Bernardo Storni hacia abajo, en riguroso cumplimiento del escalafón. También están Luis Arata, Mercedes Simone y Sofía Bozán, “cuyas actuaciones fueron muy aplaudidas”. ¡Pero Gardel no figura!.
¿Es posible que el periodista que registró a todos los presentes se haya olvidado de mencionar nada menos que al “Morocho del Abasto”?.Admitamos que la historia del periodismo acumula errores y omisiones mucho más resonantes, de modo que tal posibilidad no es descartable. ¿O acaso Carlitos “pegó el faltazo” en aquella cita con la muchachada de la Armada?. Quizás este misterio menor jamás será develado.
Días más tarde, en el teatro Odeón, Gardel ofrecería una función especial para la oficialidad de los acorazados. Eso nos permite saber, al menos, que “El Zorzal” no terminó enemistado con la Marina de Guerra.
El cañón que esta en la entrada a la Base Naval de Sumarinos perteneció a un de estos acorazados. Atte. José Alberto Lago
Según mi investigación el acorazado de la foto es el Rivadavia, en Revista Naval de Mar del Plata del año 1940…
Más datos en la web de Histarmar…
http://www.histarmar.com.ar/Armada%20Argentina/HechosHistoricos/RevistaNavalMDQ1940.htm
Atte.: Enrique Mario Palacio
Mi abuelo fue el capitan