El DT de Racing aseguró que muchos entrenadores alimentan una "sanata" en cuanto a los sistemas tácticos que intentan desplegar.
por Federico Sánchez y Nicolás Roggero
El director técnico de Racing Club, Ricardo Zielinski, aseguró que actualmente “se hace difícil jugar bien en la Primera División” porque muchos jugadores llegan con problemas de “técnica individual” en aspectos esenciales como “pase y recepción” debido a que en las divisiones inferiores se ha perdido la vocación de formar.
En el marco del ciclo “Charlas de juego”, el “Ruso” consideró que la mayoría de los entrenadores actuales desean “una oportunidad en Primera”, y aseguró que muchos de ellos alimentan una “sanata” en cuanto a los sistemas tácticos que intentan desplegar, pues consideró que casi todos ellos están en el fútbol “hace casi cien años”.
– ¿Qué piensa sobre el curso del fútbol argentino?
– Yo le pongo énfasis a las inferiores porque ahí está la problemática. Antes teníamos infinidad de formadores que eran los puntales del fútbol. Hoy no tienen la vocación de sostener esa tarea en el tiempo. Empiezan ahí para escalar y lograr una oportunidad en Primera. Por eso en Primera se está fallando en la técnica individual, en el pase y en la recepción.
En muchos lugares no se trabaja la técnica individual en las juveniles y en Primera, después, no hay tiempo. Así se hace muy difícil jugar bien al fútbol.
– ¿Esas cosas se pueden suplir con un buen sistema?
– El sistema, para mí, no es algo tan fundamental. Se puede utilizar el mismo sistema que Barcelona o Real Madrid, pero nunca se va a jugar de la misma manera que Barcelona o Real Madrid. La inteligencia de un entrenador es la de adaptarse a los jugadores que tiene. El sistema se utiliza cuando el rival tiene la pelota. Por ejemplo, cuando Racing tiene la pelota nosotros mandamos a los laterales a volantear, a un interno casi de enganche y a los dos de afuera meterse cerca de los dos delanteros. Cuando uno tiene la pelota entonces se desordena y cuando el rival la tiene intenta armar un dibujo. Ese es el dibujo del que tanto se habla.
– ¿De acuerdo a las situaciones del partido el sistema va mutando?
– Hay ‘micropartidos’ en los que quizás el rival te supera y se critica a los equipos. Uno no tiene la idea de meterse atrás, pero el rival agarró la pelota, se impuso y por inercia fue mejor en esos ‘micropartidos’.
Lo que digo es que el fútbol es más simple de los que lo hacemos. A veces el rival te lleva a jugar un partido que vos no querés, por sus virtudes, porque ese día se levantó mejor, porque no estabas vos bien o porque tiene un buen equipo. Hoy en Argentina cualquiera le gana a cualquiera. En los últimos años a todos les cuesta ganar un partido.
– ¿Qué opina de las modas como el 4-3-3 del Barcelona o el 4-2-3-1 del Real Madrid?
– El 4-2-3-1 es el 4-4-1-1 anterior. La vuelta es la misma. Hay mucha ‘sanata’. Los sistemas no los inventamos nosotros. Están desde hace casi 100 años. El 5-3-2 se jugó en algún momento en Suiza, el 3-4-1-2 en un montón de Mundiales… Es como la ropa: el pantalón chupín apareció en algún momento y en otro los anchos.
En el fútbol pasa lo mismo. Viene un entrenador y pone de moda un sistema como fue con el Barcelona que usaba un modelo incorporado y puesto en el mundo por los holandeses.
Cualquier sistema con los mejores jugadores del mundo lo van a copiar todos. Y todos creen que van a jugar como ese y no lo van a hacer. Todo se recicla y se empieza a copiar.
– El proceso del Barcelona empezó en el 70 con las ideas de Rinus Michels en Holanda y Cruyff llevándolo a Barcelona para continuar luego con Koeman y Rijkaard y llegar al punto culmine la década pasada con Guardiola. ¿Cómo se hace para implementar acá un proyecto como ese que llevó más de 30 años?
– En Argentina se quiso tener un proyecto en varios lugares. Los resultados no se dieron y el proyecto se fue a la ‘miércoles’. Es así. En ese país (España) los proyectos tienen que ir acompañados de resultados. Esa es la única manera de sostenerlos, como me pasó a mí en Belgrano de Córdoba. Si no hay resultados inmediatos, los proyectos se desarman.
– ¿Y no habría que hacer un ‘click’ en ese aspecto?
– Algunos proyectos son impracticables por una simple razón: hay que tener jugadores con las características necesarias. Si se quiere jugar con tres delanteros, hay que tenerlos de perfiles distintos para que se puedan complementar. Todo empieza y termina de acuerdo a los jugadores que se dispongan.
– ¿Muchos se atan a un sistema aunque no tengan los jugadores?
– Los discursos de ‘mi idea’ son terroríficos a veces. Puedo tener una idea maravillosa, pero sería poco inteligente e irresponsable si no tengo los intérpretes para eso.
– ¿Entonces la función del técnico es la de sacar lo mejor de cada jugador?
– Sin dudas. Y tratar de que todos sientan que el equipo es más importante que el individuo. Potenciar al jugador fundamentalmente. Todos tenemos la capacidad de mejorar y la obligación de hacerlo día a día. Me da mucho orgullo ser parte de un equipo en el que todos lo sientan así. Después las características de jugadores lo harán más lindo o menos lindo. Los sistemas no hacen a los equipos más o menos ofensivos, serán los jugadores. Lo más fácil es criticar. Hay muchas cosas que no se analizan. Cada uno debe adaptarse a las armas que tiene.
– ¿Esta idea de potenciarlos se la disparó su costado de jugador?
– Sí, me ha pasado que me han puesto en lugares donde podía jugar pero no podía rendir en plenitud. Entonces trato, a no ser que tenga un caso de fuerza mayor, que jueguen en lugares donde se sientan cómodos para poder potenciarlos.
– ¿Por qué existe la tendencia de etiquetar a los técnicos entre defensivos y ofensivos?
– Me da la impresión que el fútbol ha transitado por lugares donde se nos juzga por la manera de hablar más allá del proyecto que se pone en campo y los jugadores. Que un entrenador sea ofensivo o defensivo es bastante simple. Hay que tratar de ver qué tipo de jugadores pone y sus características. Si son ofensivas o defensivas así como también si tienen buen pie.
– A usted se lo tilda de defensivo o pragmático. ¿Le molesta?
– Uno debe llevar a sus jugadores a que hagan un buen partido y puedan ganarlo. Todos jugamos para ganar. Si tuviera un equipo sin tenencia de pelota, sin desnivel, con jugadores para el contragolpe, ¿como voy a hacerlos jugar de una manera que me limite las posibilidades de ganar un partido?.
Nosotros hemos transitado siempre por presupuestos bajos. Siempre trate de llevarlos a que se sientan cómodos y tengan posibilidades. Atacar con ocho jugadores lo hace cualquiera. Y este juego no es así. De hacer eso sería un mal técnico. Hay que ser inteligentes, manejar los tiempos de partido y, fundamentalmente, las características del jugador.
– ¿Si tuviese el material que quisiera, cuál es su sistema ideal?
– El sistema que más me gusta es el 4-3-3. Salimos quintos así en Belgrano con (Lucas) Zelarrayán, (Emiliano) Rigoni y (Jorge) Velázquez. (Guillermo) Farré mas atrás y (Mario) Bolatti de único cinco. Es el sistema que genera mas triángulos en el campo de juego. La triangulación y las transiciones para jugar y recuperar son lo más importante. En todos los sectores del campo de juego ocupás mejor los espacios y triangulás.
– ¿Y para Racing, en este momento, cuál es el mejor esquema?
– Lo que siempre trato es que (Gustavo) Bou y (Lisandro) ‘Licha’ López jueguen cómodos. No me parece que puedan hacerlo en un 4-3-3. Si los pongo por afuera los limito mucho y les quito libertad. Me parece mejor trabajar con dos delanteros. La otra posibilidad es hacer un 4-3-1-2, pero no tenemos los ‘mixtos’ para ese sistema, entonces jugamos casi un 4-2-2-2. (Marcos) Acuña conmigo hizo goles jugando libre, y llegando por el medio, mas despegado de la banda.
– Usted ha sido un referente del fútbol de ascenso que luego se consolidó en Primera División. ¿Hay tanta diferencia entre uno y otro realmente?
– Sí, la hay. En el ascenso nos formamos de mejor manera porque hay carencias. Hay que entrenar a jugadores que tienen limitaciones, que muchas veces llegan de otras categorías. En ese contexto los tenés que potenciar. Los elementos y condiciones que te da la Primera lo hace diferente. Yo empecé en la ‘C’ y tuve que ganar varios campeonatos para acceder a las posibilidades. No era como ahora que hay más equipos y relación con el Nacional B.
Había que ascender y, si no, seguías en la misma divisional. Eso te beneficia porque te da un recorrido diferente. (Ricardo) Caruso Lombardi, (Gustavo) Alfaro, (Omar) De Felippe y muchos otros de los técnicos que hoy están en Primera han hecho sus primeras armas en el ascenso.
– ¿Qué cosas del ascenso pudo implementar ahora en la máxima categoría?
– Muchas. Fundamentalmente tratar de potenciar a los jugadores. En los equipos donde estuve he ido a buscar jugadores sin rodaje o al Argentino A. Nos acostumbramos a trabajar con jugadores de alguna manera excluidos que debíamos reinsertar. En ese contexto nos hemos manejado casi hasta el día de hoy. Mirando todo y tratando de aprender quiénes andan bien para tenerlos como fue el caso del ‘Cuqui’ (Fernando) Márquez, en Belgrano.
– ¿Ese conocimiento le da un plus sobre otros entrenadores?
– Soy un convencido de que es mi obligación como entrenador saber de la mayor cantidad de jugadores que en algún momento puedo llegar a utilizar por cuestiones económicas o de fuerza mayor. Lo hago por necesidad y para estar actualizado. El ascenso es y seguirá siendo una fuente a la que van a recurrir los equipos de Primera División debido a los problemas económicos.
Télam.