El Tribunal Oral N° 2 le aplica la máxima pena posible al hombre que en noviembre de 2016 asesinó de un disparo en la cabeza a su pareja en presencia de la hija adolescente de ambos.
Walter Escot fue condenado esta mañana a cadena perpetua por el femicidio de su pareja, Valeria Britez, ocurrido en noviembre de 2016 en el barrio General Belgrano.
Los jueces del Tribunal Oral N°2, Néstor Conti, Alexis Simaz y Roberto Falcone, le aplicaron la máxima pena posible a Escot, quien llegó al juicio imputado por “homicidio agravado y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer, mediando violencia de género en concurso ideal entre sí y agravado por el empleo de arma de fuego”.
La participación de Escot en el femicidio de Valeria nunca estuvo puesta en dudas durante el debate, ya que había testigos que lo señalaban, pruebas contundentes en su contra y, además, cuando había sido detenido incluso confesó el hecho y pidió disculpas por lo sucedido.
Sin embargo, durante el debate,el defensor oficial de Escot, Eduardo Carmona, en su alegato aseguró que el disparo había sido “accidental” y brindó una serie de argumentos para que la condena no fuese tan severa.
Los magistrados del Tribunal N°2 se mostraron tajantes en su postura y, en línea con lo que había solicitado el fiscal Fernando Berlingeri, condenaron a prisión perpetua al imputado.
De esta manera, Walter Escot deberá pasar toda su vida en prisión por haber asesinado a quien era su pareja, Valeria Britez. Con su decisión, dejó a sus cinco hijos huérfanos de madre y con él, como padre, encerrado en la cárcel con cadena perpetua.
El hecho
El crimen de Valeria Britez currió el 14 de noviembre de 2016. La mujer y Escot habían estado discutiendo por un ataque de celos. “Vos puta a de mierda saliste con todo el barrio, te voy a matar”, cuentan que el hombre le dijo a la víctima.
Incluso, según consta en la causa, según un testigo ese mismo día “Escot le dijo a su hija que mataría a su madre y que luego se iría de la ciudad y de ser posible del país para que no lo encontraran más”.
Cerca de las 23, mientras Escot y Bitez caminaban junto a su hija de 14 años por Soler al 10800, la pareja volvió a discutir. Entre insultos, el “Titi” tomó de los pelos a Valeria y la inmovilizó. Sacó su pistola y, a quemarropa, le disparó en la cabeza una única bala fatal.
Valeria cayó al suelo y murió en el acto. Escot escapó y estuvo prófugo seis días. Durante casi una semana solo se ocupó de escapar de la policía, de no ser encontrado. Finalmente, el domingo 20 de noviembre a la noche, en un control policial en submarino Santa Fe, entre Narwal y Mosconi, fue interceptado por un patrullero al negarse a detener el auto en el que circulaba.
Al ser detenido, Escot vestía un jean beige, campera negra y zapatillas marrones. La ropa era la misma que usó el día que mató a Valeria.
“Llevaba un bolso con prendas de vestir y comida. Creemos que utilizaba el vehículo como una especie de vivienda”, concluyeron los investigadores.
Luego de pasar dos noches en la Alcaidía Penitenciaria N° 44 de Batán, Escot fue llevado a Tribunales para declarar ante la Justicia. El hombre no puso excusas y confesó el crimen.
“Quiero pedirle perdón a mis hijos y a la familia de ella, estoy muy arrepentido, por más que quiera volver el tiempo atrás ya no puedo, le pido mucho perdón a mis hijos y a toda la familia, que los amo mucho a ellos…”, fueron algunas de sus palabras textuales.