Arte y Espectáculos

Vuelve “The Marvelous Mrs. Maisel”: a barajar y dar de nuevo

La serie de Amazon conquistó al público, crítica y premios con la historia de una comediante que busca hacerse un lugar en el mundo del entretenimiento a finales de la década del 50.

Por Nicolás Biederman

La cuarta temporada de “The Marvelous Mrs. Maisel“, la multipremiada serie de comedia que sigue el accidentado camino de una joven ama de casa judía de clase media alta en el muy machista circuito de stand up de la Nueva York de los 50 y 60, llega el viernes a Amazon Prime Video con la protagonista y su manager ante el desafío de empezar otra vez tras sus errores del pasado.

“Sienten desesperación, furia y ambición, y ese es un momento excitante para observarlas”, invitó en charla con Télam la infalible Rachel Brosnahan, la actriz estadounidense que saltó a la fama por “House of Cards” y que desde 2017 da cuerpo a la heroína del título.

El tándem que componen Miriam “Midge” Maisel y su representante Susie Myerson (Alex Borstein) dejó la tercera temporada allá por 2019 en una nota triste por duplicado; ambas estaban al borde del triunfo tras pelearla desde abajo, y ambas cometieron graves equivocaciones.

Midge se subió al escenario del teatro Apollo de Harlem, conocido por su público implacable, como telonera en la gira del ficcional cantante romántico Shy Baldwin. La audiencia la festejó, pero los chistes que hizo ofendieron a la estrella y fue despedida justo cuando iba a comenzar el tramo europeo del tour.

Susie, por su parte, por fin tenía en Midge a una artista que generaba dinero, pero lo perdió todo por su compulsión apostadora.

Sin plata, difamadas y con las puertas del Olimpo cerradas en sus narices, standupera y manager tendrán que encarar ahora un nuevo comienzo.

La creación de Amy Sherman-Palladino, quien retoma en esta serie algunos temas y el estilo narrativo que proponía en su recordada “Gilmore Girls”, vuelve tras más de dos años de parate por la pandemia con el desafío de recuperar la frescura de esas primeras temporadas en las que mereció buena parte de sus 20 Emmys y 3 Globo de Oro.

Siguen ahí su humor satírico, el feminismo, su distintivo sello de largos planos secuencia puntillosamente coreografiados, vivos colores y diálogos a ritmo de frenético ping pong, y se suman para subir la vara invitados de la talla de Kelly Bishop y Milo Ventimiglia (viejos conocidos de Sherman-Palladino de la era “Gilmore”), John Waters y Jason Alexander.

De todos modos, como siempre la apuesta se apoya en la aceitadísima y consagrada pareja de Brosnahan y Borstein -esta última ya indudablemente elevada al estatus de coprotagonista-, quienes conversaron en exclusiva con esta agencia.

– La pandemia impuso una larga espera, ¿se sintió diferente cuando al fin pudieron volver al set?

– Rachel Brosnahan: Creo que una de las mejores partes de poder volver es que es un programa que ya tiene construida una base, hay una serie de cuestiones que ya están en su lugar y fuimos capaces de conservar mucho del ADN de lo que hace a la identidad de esta serie. Además, sentimos alegría de poder volver a este programa que te lleva a un tiempo en que nada de esta mierda existía todavía, es una burbuja.

– Alex Borstein: Estoy de acuerdo. Fue lindo poder grabar una serie ambientada en una época en la que no tuviéramos que estar pensando en barbijos. Incluso podría decirse que tuvimos algunos pequeños beneficios ocultos, porque el pasar aislados un montón de tiempo solo con el elenco y el equipo técnico hizo nuestro vínculo mucho más fuerte.

– Yendo a la nueva temporada, tanto Midge como Susie cometieron errores terribles que tendrán consecuencias. ¿Puede decirse que retrocedieron al primer casillero del tablero?

– RB: Sí, están de vuelta en el fondo, van a tener que reconstruirse. Pero las dos son muy buenas bajo ese tipo de presión. Están motivadas, no tienen nada más que perder y ahora solo puede mejorar. Las dos piensan más a lo grande, tienen más claras sus ambiciones, tanto conjuntas como individuales, y saben qué quieren hacer con este mal momento.

– AB: Yo creo que es más como un laberinto, en el sentido de que fueron tan lejos en un sentido y dieron contra un callejón sin salida, que ahora que están de vuelta en el principio no es en realidad empezar de nuevo, porque tienen ese conocimiento de por dónde no ir que las va a llevar en una nueva dirección, quizás mejor.

– Midge todavía tiene que convencer a los dueños de los clubes de que es buena, especialmente por el hecho de ser mujer. ¿Por qué dirían que existe esta estúpida idea, incluso ahora en la década de 2020, de que las mujeres no pueden ser graciosas?

– RB: Es inexplicable. Algunos de los mejores comediantes e intérpretes de los que yo soy fan son mujeres. Las mujeres son graciosas. Creo que Midge lo dice mejor en una de las temporadas anteriores: “La comedia se alimenta de la opresión, de la falta de poder, de la tristeza y el desengaño, del abandono y la humillación. ¿A quién diablos describe eso más que a las mujeres? A juzgar por esos estándares, solo las mujeres deberían ser graciosas”.

La única razón por la que esa idea sigue dando vueltas es que existe el machismo.

– AB: Creo que la mayor parte de las veces que se escucha esa sentencia de que las mujeres no son chistosas proviene de personas que no son mujeres, y viene del hecho de que una mujer graciosa usualmente es una mujer segura de sí misma, y los hombres temen perder el poder.

– Algo que aborda la serie es que el o la comediante nunca será tan bueno hoy como mañana, que hay un largo proceso de pulido para encontrar el chiste correcto, el timing, el tono. ¿Es comparable con el oficio de actuar?

– RB: Sí, definitivamente. El trabajo nunca está completo, siempre estás creciendo y refinando. Siempre estás aprendiendo cosas nuevas sobre vos, sobre tu oficio, sobre cómo encarás el trabajo.

– AB: Creo que la mayor diferencia es que en el stand up mantenés un acto en particular por años y años. Habitualmente escribís el material, y lo perfeccionás, lo cambiás a lo largo de cada show. Estudiás por qué funciona una cosa y otra no, con qué público funciona y con cuál no. Con la actuación, en cambio, la mayor parte del tiempo dependés del material que escribieron otras personas.

– ¿Y cómo se fue puliendo la dinámica de ustedes dos en pantalla con el paso de los años?

– RB: Yo nunca había permanecido durante tanto tiempo en un proyecto, ya llevamos cuatro temporadas y es genial no solo por poder adentrarnos en los personajes tan íntimamente, sino también por conocernos mutuamente, por poder hacer crecer nuestra relación de forma paralela a la que van forjando Midge y Susie.

Télam.

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