por Paula Baena Velasco
El creador de Black Mirror, Charlie Brooker, se confiesa molesto cuando la gente percibe que su serie está en contra de la tecnología o les hace recelar de ella. ¿Quizá de lo que desconfiamos es de la propia capacidad del ser humano para controlarla?.
Brooker tiene clara esta última lectura y, tal y como explicó a EFE en una entrevista en Londres, “en prácticamente todos los episodios los personajes son los que hacen las cosas mal, no la tecnología, que es neutral”.
Netflix estrena el 5 de junio los tres nuevos episodios que forman la quinta temporada de esta serie que dibuja, de forma independiente en cada uno de los capítulos, un universo paralelo en el que, de una u otra forma, la tecnología cobró un papel crucial, aunque siempre termina por transformarse en algo perturbador.
Sin embargo, tanto Brooker como la productora de la serie, Annabel Jones, insisten en que no son “antitecnología” y, de serlo, tendrían “el peor trabajo del mundo” porque la “utilizan todo el tiempo”.
“Nos encanta la tecnología, toda la que introducimos en los episodios nos gusta porque es para hacer la vida más fácil y emocionante”, indicó Jones, al tiempo que subrayó que la clave es “encontrar el equilibrio y que seas tu quien controla la tecnología y no ella a ti”.
A la hora de inventar nuevos mundos para ambientar las producciones, es habitual recurrir a la magia o los súper poderes pero, en esta ocasión, los creadores le dieron una vuelta de tuerca más y para hacer que ocurran “cosas inusuales” utilizaron “los milagros tecnológicos” de los que estamos rodeados día a día, elevados a su máxima potencia.
Brooker indicó que su intención era “introducir conceptos bizarros, con giros horribles y con un punto oscuro”.
“Queríamos contar historias modernas que ocurrieran en la época contemporánea y que pusieran sobre la palestra preocupaciones y miedos que tiene la gente en la época actual”, argumentó por su parte Jones.
Para inspirarse, Brooker aseguró que “no miran las noticias”, sino que mantienen largas conversaciones sobre ideas y cosas que han visto para tratar de dar con la original idea de cada capítulo.
“Smithereens”, “Striking Vipers” y “Rachel Jack and Ashley Too”, son los títulos de las tres nuevas entregas, cuyo plato fuerte se llama Miley y se apellida Cyrus, y protagoniza el tercero de ellos.
La que fuera estrella de la factoría Disney lleva años tratándose de alejar de esa imagen de niña buena, algo que ha conseguido a base de polémicas y que le han encumbrado como una de las estrellas del pop más conocidas.
Eso era precisamente lo que buscaban Brooker y Jones, que una verdadera diva de la canción interpretara ese papel en la ficción para que fuese “un personaje creíble de inmediato”.
“No somos una serie de largo recorrido, tenemos solo un capítulo de una hora en el que tenemos que contar una historia con muchas ideas, por lo que desde la primera escena te tienes que creer que es una estrella del pop”, comentó Jones.
La productora desveló que su “sueño” era que esa persona fuera Cyrus, pero que no guardaban demasiadas esperanzas con que leyera el guión alguna vez, porque es una persona “muy ocupada”.
Sin embargo, cuán fue su sorpresa cuando la estadounidense no solo leyó el guión, sino que le gustó y accedió de inmediato a colaborar en el proyecto.
“Fue muy generosa. Creo que también le gustó el guión porque sintió reflejada su propia trayectoria profesional”, apostilló Jones.
Los actores Anthony Mackie, Yahya Abdul-Mateen II, Topher Grace, Damson Idris, Andrew Scott, Nicole Beharie, Pom Klementieff, Angourie Rice, Madison Davenport y Ludi Lin también aparecen en esta quinta temporada, que, como siempre, promete no volver a dejar indiferente a nadie.
EFE