Arte y Espectáculos

Vuelve a escena “Piantad, la locura no existe”

Este sábado.

Este sábado 2 de septiembre, a las 21, en la sala Payró del Teatro Auditorium vuelve “Piantad, la locura no existe”, una obra de danza que pregunta y se pregunta sobre cómo habitan las personas que padecen enfermedades de salud mental en la sociedad de hoy.

La obra invita a reflexionar sobre problemáticas actuales como la defensa de los derechos de este sector y la aplicación de la Ley de Salud Mental. Plantea cómo es vivir un padecimiento mental severo en un sistema que segrega, estigmatiza, invisibiliza y vulnera los derechos de estás personas. Cómo un diagnóstico se vuelve marca personal o estigma y deja de ser una herramienta efectiva para su tratamiento. Lo que incomoda se silencia, se esconde, se rechaza.

Estrena “Piantad, la locura no existe”, una reflexión sobre la salud mental

Piantad nació en el marco de Mardel Danza 2022, un ciclo que fomenta la creación de obras de esta disciplina y que fue recuperado por la Fundación Movimiento Federal de Danza y el Instituto Cultural de la provincia de Bs As mediante el Teatro Auditórium. Y hoy cuenta con el asesoramiento y acompañamiento del Área de Salud Mental Pública y Comunitaria de la Facultad de Psicología de la UNMDP.

La obra continúa luego de la función mediante su instagram: @piantadlalocuranoexiste. “Les invitamos a seguirnos. Creemos en la idea de que la obra comienza cuando la gente se va del teatro. Nos interesa pensar en que el mensaje viaja, se propaga y multiplica luego en cada conversación que surge a partir de esta puerta que abrimos. Las preguntas, los intercambios y las acciones que surgen a posteriori.” expresa la directora, Juliana Lizardo Villafañe.

La directora cuenta como asistente coreográfica a Wendy Fernandez; las intérpretes son Natalia Coronel, Morena Basso, Rocío Ortiz, Camila Badueyens, Wendy Ferandez; la música es de Florencia Marín (ediciones de Federico Bejarano); iluminación de Adrián Manes; fotos de Juan Tevo; registro audiovisual de Paola Barragán; y diseño gráfico de Candela Capozzuca.

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