La gobernadora dijo que, si no gana, seguirá vinculada al trabajo social. Y aseguró que ayudará "para que al que gobierne le vaya bien". Sostuvo que lo único que no negociará "son los valores".
María Eugenia Vidal dio este jueves pistas del rol político que tendrá a partir del 10 de diciembre en caso de no ser reelegida gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
En una entrevista con LU6 Radio Atlántica, la mandataria sostuvo que va a “seguir comprometida con lo social” y ayudará “a que al que gobierne le vaya bien”.
“Yo no entiendo la oposición como un lugar de destrucción al otro, sino tratando de que al otro le vaya bien, porque si le va bien nos va a ir bien a todos, sin negociar valores”, señaló, y enseguida agregó: “Yo creo que uno puede dialogar, puede respetar al que piensa distinto, lo que no puede negociar son valores”.
Como lo viene haciendo en la previa de las elecciones generales, Vidal reiteró que su compromiso con la provincia “va más allá de una elección y de un cargo”. Y apuntó: “Yo voy a seguir estando, en el lugar en el que la gente me ponga, pero más allá de eso sin duda voy a seguir vinculada a lo social”.
La gobernadora se diferenció del candidato a gobernador del Frente de Todos, Axel Kicillof, al indicar que tienen “historias, trayectorias y miradas distintas”. “El es una persona muy estudiosa de los números, viene de la economía, yo vengo de lo social. Mi historia tiene que ver con estar cerca de la gente”, destacó.
Según analizó, durante sus cuatro años de gestión se “generaron las bases del desarrollo”, por lo que, si tiene la oportunidad de encabezar un segundo mandato, se focalizará “totalmente” en el empleo. “Si pudimos ser el gobierno que luchó contra las mafias, el que hizo obras que se esperaron 40 años, cómo no vamos a poder ser el gobierno que genere trabajo y crecimiento”, afirmó.
Puntualizó que tiene “listo” un plan de empleo joven “para 100.000 jóvenes en la provincia”, que lo focalizará “especialmente en mujeres, porque les cuesta más conseguir trabajo”.
No se mostró “enojada” con los resultados de las PASO, en las que Kicillof le sacó 17 puntos. Sostuvo que las obras en las rutas, los hospitales o las escuelas “tal vez son difíciles de valorar cuando la urgencia está en llegar a fin de mes, cuando la pelea es contra la inflación y para conseguir trabajo”.
“Entiendo que para muchos bonaerenses es difícil valorar obras que esperaron 30, 40 o 50 años; los cambios en el sistema de salud o en las escuelas públicas, o la lucha que dimos contra el narcotráfico”, indicó. “Lo entiendo y no me enojo con eso, todo lo contrario. Lo entiendo y me comprometo a que podamos mejorar”, agregó.
Recordó que cuando asumió, en diciembre de 2015, “había urgencias por donde uno mirara” en la provincia. “Teníamos policías en las calles con un chaleco que tenían que compartir con sus compañeros, guardias (de hospitales) sin insumos, las obras contra las inundaciones estaban o paradas o ni siquiera habían empezado, no sabíamos ni siquiera cuántos edificios escolares había y cuáles eran las obras más urgentes que había que empezar, y faltaban dos meses para que empezaran las clases”, rememoró.
Señaló que tampoco estaba “la plata para los sueldos y los aguinaldos”, mientras que “hoy tenemos una provincia que paga sueldos y adelanta aguinaldos para que la gente se resguarde de la inflación, todas las guardias de todos los hospitales públicos provinciales están hechas a nuevo y hay ambulancias para 13 millones de bonaerenses”.
Remarcó las obras en los hospitales Interzonal y Materno Infantil, la ruta 88, el gasoducto, la vuelta del ten y la remodelación del aeropuerto. También la tarea en el predio de disposición final de residuos (“demostramos que podíamos sacar de la indignidad a muchas personas que estaban revolviendo la basura”).
Aseveró que ahora hay que ir por “un polo pesquero y un puerto multipropósito”. “Eso significa bajar impuestos, generar líneas de créditos especiales y asociarnos con la universidad. Hacer todo eso genera trabajo”, explicó.