Algunos participaron de un simulacro de elección para la Asamblea Constituyente, convocado por Nicolás Maduro, mientras que la oposición hizo una consulta para ratificar o rechazar esa convocatoria.
CARACAS, Venezuela.- Una vez más miles de personas salieron este domingo a las calles en Venezuela para expresar su identidad política, ya sea para participar de un simulacro de la próxima elección para la Asamblea Constituyente, convocada por el presidente Nicolás Maduro, o en una consulta popular llamada por la oposición para ratificar o rechazar esa convocatoria del gobierno.
Largas colas de simpatizantes chavistas colmaron algunos de los centros electorales instalados en los 23 estados del país, informó la cadena oficial de noticias venezolana Telesur.
El alcalde de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez, destacó la “afluencia muy nutrida” en todo el territorio, mientras que el canal oficial VTV mostró imágenes de votantes de distintas ciudades.
La semana pasada la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, explicó a la prensa que instalaron centros de votación en los 335 municipios del país y un total de 2.000 máquinas para que los electores puedan practicar y familiarizarse con la forma de sufragio que se utilizará el próximo 30 de julio, cuando el padrón completo sea llamado a elegir a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente.
Según la CNE, el simulacro es necesario porque por primera vez no se usarán boletas electorales, sino que se votará en la pantalla de una máquina en la que las listas partidarias de los candidatos aparecen en un listado.
La fecha elegida por la Justicia electoral para este simulacro coincidió con la consulta popular convocada por la oposición antichavista para desactivar la Constituyente que impulsa el gobierno de Maduro.
La Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, aprobó la convocatoria a un referéndum para ratificar o rechazar la creación de una Constituyente, algo que prevé la Constitución Nacional, pero esta consulta popular no fue aprobada por la Justicia electoral, con lo cual carecerá de validez legal.
A pesar de esto, la oposición venezolana aseguró que la consulta popular “será vinculante” y llamó a toda la sociedad a decidir si quiere o no una nueva Constitución Nacional.
Para ello, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) instaló más de 14.400 mesas de votación en más de 2.00 “puntos soberanos” -como los bautizó- y acreditó a más de 47.200 personas para trabajar como autoridades de mesas y fiscales. Además, informó la fuerza política, más de 8.000 “voluntarios” estarán ayudando con el referéndum en todo el país.
La oposición también instaló 667 puntos de votación, distribuidos en 602 ciudades de 100 países. En algunos lugares, los más lejanos, que tienen una gran diferencia horaria, los ciudadanos ya votaron el sábado y en los otros este domingo.
En Madrid, por ejemplo, la MUD informó que miles de venezolanos están votando en las 40 mesas repartidas en dos plazas emblemáticas de Madrid, la de Colón y la Puerta del Sol. Sólo en esa ciudad viven cerca de 90.000 ciudadanos; en toda España, 300.000.
“Estamos haciendo historia, esto es un proceso hecho sólo por los ciudadanos sin la intervención del gobierno (…) los 2.030 puntos se han abierto exitosamente”, celebró en la mañana de este domingo Julio Borges, líder de Primero Justicia (PJ), una de las fuerzas que compone la MUD, en una entrevista con el canal institucional Capitolio TV.
“Esto es un proceso abierto a todo lo que significa el escrutinio internacional”, dijo, y subrayó que organizaciones no gubernamentales, observadores electorales y ex presidentes de varios países están supervisando este proceso “absolutamente cristalino en el cual el ciudadano es el protagonista”.
El sábado, cinco ex presidentes latinoamericanos llegaron a Caracas para acompañar e intentar legitimar esta consulta popular: Vicente Fox de México, Andrés Pastrana de Colombia, Jorge Quiroga de Bolivia y Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez de Costa Rica.
Por el contrario, el presidente de Bolivia, Evo Morales, criticó esta convocatoria y la tachó de ilegal.