Se impuso con autoridad a Huracán y festejó a lo grande. El equipo de Liniers jugó un partido de alto vuelo en la definición. Aquino y Damián Fernández marcaron los goles del 2-0, ambos en el primer tiempo.
Vélez es una escuela de campeones. Con muchos jóvenes formados en el club, cerró su gran temporada con un merecido título. El día de la consagración el maestro fue Claudio Aquino. Pero, más allá de los nombres, el equipo de Gustavo Quinteros sacó a relucir su identidad en el partido más importante del año.
Así, se impuso con mucha autoridad 2-0 como local a Huracán y obtuvo su undécima estrella en la máxima categoría del fútbol argentino. Talleres, el otro enemigo en la pelea por el título, quedó abajo en los puntos (igual lo superaba en el hipotético desempate por diferencia de gol) porque no pudo con Newell’s.
Desde el principio Vélez salió dispuesto a coronar su año. A dejar atrás la frustración de la final de la Copa Argentina días antes: derrota 1-0 con Central Córdoba de Santiago del Estero.
El local mostró dinamismo, buen juego asociado y su máxima oposición fue el arquero Hernán Galíndez, quien con una atajada bárbara evitó el gol de Aquino a los 20′.
Nueve minutos después, el pibe Maher Carrizo, de apenas 18 años y menos de 15 partidos en Primera, hizo una jugada bárbara por izquierda (enganche para pasar la primera marca y movimiento de pelota de pie a pie para sacarse de encima el segundo defensor) y tocó para Aquino, que nuevamente perdió el duelo con Galíndez de corta distancia. Claro que el rebote le cayó nuevamente al mediocampista ofensivo surgido en Ferro y, con el arquero en el piso, la tercera fue la vencida.
Con confianza, Vélez profundizó su dominio a puro toque y con algunos lujos. Y encontró mayor tranquilidad con el segundo tanto, a los 40′. Salida rápida de un tiro libre, centro atrás, desvío de Valentín Gómez que tapó nuevamente Galíndez y, con la defensa dormida, el rebote lo capturó el otro central, Damián Fernández, que no falló en la “boca” del arco.
En el segundo tiempo, el equipo de Quinteros controló más desde la posesión, sin tanta profundidad. Y Huracán nunca tuvo con qué, más allá de la búsqueda directa a “Wanchope” Ábila o el empuje de Mazzantti. Los últimos minutos fueron una fiesta. Con Vélez brillando adentro de la cancha y la gente cantando afuera.
Porque después de más de una década, Vélez volvió a ganar el título argentino. Como en el Clausura 1998, Clausura 2009 y Clausura 2011, fue ante Huracán. En el torneo más largo del año, fue el campeón más lógico. Por su juego y atrevimiento. Por el rebeldía y capacidad de los pibes y la guía y jerarquía de los más grandes.
Síntesis
Vélez 2
Marchiori; Joaquín García, Damián Fernández, Valentín Gómez y Elías Gómez; Ordoñez y Bouzat; Maher Carrizo, Claudio Aquino y Pizzini; Braian Romero. DT: Gustavo Quinteros.
Huracán 0
Hernán Galíndez; De la Fuente, Fabio Pereyra, Tobio y César Ibañez; Rodrigo Echeverría y Fattori; Mazzantti, William Alarcón y Rodrigo Cabral; Ábila. DT: Frank Kudelka.
Goles: primer tiempo, 30′ Aquino y 41′ D. Fernández,
Cambios: primer tiempo, 22′ Burdisso por Tobio; segundo tiempo, inicio, Souto por De la Fuente y Eric Ramírez por Cabral, 17′ Quiros por V. Gómez, 25′ Watson por Fattori y Matías Pellegrini por Carrizo, 33′ Fértoli por Ábila, 35′ Santos por Aquino y Jalil Elías por Romero,
Cancha: Vélez.
Árbitro: Facundo Tello.