"Lanzaremos una campaña de recolección de fondos, tanto en Francia como en el extranjero para ese proyecto", aseguró el presidente.
Un devastador incendio destruyó hoy gran parte de la emblemática Catedral de Notre Dame, en París, donde unos 400 bomberos procuraban contener las llamas que se iniciaron en los techos del templo y el presidente Emmanuel Macron aseguró que “será reconstruida”.
“Vamos a reconstruir Notre Dame todos juntos, lanzaremos una campaña de recolección de fondos, tanto en Francia como en el extranjero para ese proyecto”, dijo Macron en un discurso dado ante medios internacionales.
Macron consideró que “lo peor se ha evitado”, aunque recordó que “la batalla todavía no se ha ganado totalmente”.
Y destacó que “las próximas horas van a ser difíciles”.
“Notre Dame es nuestra historia, el lugar donde vivimos nuestras guerras y liberaciones, es desde donde parten todas las distancias. Es la catedral de todos los franceses, aún los que nunca estuvieron aquí”, reflexionó.
Luego agregó: “También quiero darles una palabra de esperanza. Les digo esta noche que es una parte del destino de los franceses, y del desafío que tendremos en los próximos años. La vamos a volver a construir porque es nuestra historia, y lo que nuestro destino merece”.
Según Macron, “la fachada y la torre principal no fueron destruidas” y añadió: “En esta Semana Santa sé lo que sienten los católicos. Es la catedral de los parisinos”.
El incendio comenzó a las 18.50 hora local (13.50 hora argentina), cuando se habían desalojado a los turistas que visitaban la icónica catedral, en la parte central del templo en donde se realizaban obras de restauración.
A los pocos minutos, la aguja central de la Catedral se derrumbó, los bomberos detallaron que no tenían certezas de que se pueda detener la propagación de las llamas y advirtieron que si el fuego alcanza las torres “las consecuencias son imprevisibles”.
Por su parte, el secretario de Estado francés de Interior, Laurent Nuñez, presente en el lugar de los hechos, afirmó que la salvación del monumento “no está asegurada”.
Un portavoz de los bomberos, Jean-Claude Gallet, indicó que la prioridad se centra ahora “en evitar que se derrumbe la torre norte de la catedral, lo que podría acabar con buena parte del edificio”.
En las tareas de extinción del incendio participan 400 bomberos y hay 18 cañones de agua y medios aéreos y acuáticos desde el río Sena.
Macron acudió a los alrededores de Notre Dame de París para seguir el trabajo de los bomberos acompañado por el primer ministro, Édouard Philippe. Otros miembros de su gobierno, entre ellos la ministra de Defensa, Florence Parly, el titular de Cultura, Franck Riester, y el secretario de Estado de Interior, se trasladaron también a la sede de la catedral.
Antes de desplazarse hasta la misma, el jefe del Estado canceló un discurso de gran importancia que debía retransmitirse por televisión a las 20 hora local, en el que se esperaba el anuncio de medidas para intentar cerrar la crisis de los “chalecos amarillos”.
La aguja central del emblemático monumento se derrumbó consumida por las llamas. “Todo se está quemando. Todo está ardiendo, del marco, que data del siglo XII en un lado y del siglo XIII, en el otro, no quedará nada”, lamentó André Finot, portavoz de la Catedral. Y agregó: “Tenemos que ver si la bóveda, que protege la catedral, será tocada o no”.
El fuego tomó el ático de la catedral, el monumento histórico más visitado de Europa, y los turistas fueron evacuados, dijeron los bomberos. El incendio estaría “potencialmente relacionado” con las obras de renovación del edificio, según han apuntado fuentes de los bomberos.
La catedral de Notre Dame es uno de los monumentos más emblemáticos de la capital francesa, donde han pasado hitos en la historia de este país, y una de las obras claves de la arquitectura gótica.
Situada en la pequeña isla de la Cité, rodeada por las aguas del río Sena, es un templo de culto católico, sede de la arquidiócesis de París, y se trata de uno de los edificios más antiguos del estilo gótico.
Su construcción comenzó en 1163 y se terminó en 1345, y está dedicada a María, madre de Jesucristo, por lo que se convirtió en uno de los monumentos más populares de la capital francesa para los turistas, con un total de 13 millones de visitas anuales.