El presidente de Aticma lamentó la falta de concreción del Polo Tecnológico pero mantiene el optimismo.
“Fue un tiro en una de las piernas de las TIC”, definió el presidente de Aticma, Bernardo Martínez, la no concreción del Polo Tecnológico en la ciudad. Ya estaba el financiamiento y hasta habían comenzado los movimientos de suelo en el sur de Mar del Plata, más precisamente en la intersección de Jorge Newbery y Nuestra Señora de Schoenstatt. Pero algo pasó y el proyecto se frustró cuando Carlos Arroyo asumió como intendente.
¿Cual es la importancia de la existencia de un Polo Tecnológico para la comunidad emprendedora? “El Polo te da visibilidad -explicó Martínez-. Ayuda a que el gerente del banco entienda que nosotros no vamos a tener bienes de capital, no vamos a apilar ladrillos pero somos súper rentables; ayuda a que un chico pregunte qué es eso y el padre le explique que ahí se fabrican los jueguitos que tiene en el celular”.
En todo el mundo existen “800 parques y en todos los casos fue el inicio de un clúster tecnológico” y ejemplificó con Silicon Valley. Más cerca geográficamente, contó lo sucedido con Florianópolis. “En el ’87 -reseñó- hicieron el Parque Tecnológico de 5 hectáreas, hoy tiene 250 hectáreas y aporta el 40 por ciento del PBI, transformó la matriz productiva de la ciudad, sin que desaparezcan industrias tradicionales como la pesca o el turismo”.
Martínez detalló que “esta industria derrama inmediatamente. Vendo 10 dólares en Colombia y se transforman en tres pintas de cerveza artesanal, son servicios exportables”.
A su entender, falta “apropiación por parte de la sociedad, por eso lo tenemos que visibilizar. No es que todos se van a volver programadores, sino que la gente se sienta en un mundo tecnológico para que los chicos estudien tecnología, para que los bancos nos financien y los docentes se capaciten en eso”.
“La sociedad entera tiene que empujar -añadió- sino ¿cómo pretendes que se estudie programación si no lo ves? Es como con el tenis: juega (Juan Martín) Del Potro y todos quieren jugar”.
Si bien consideró que se perdió la oportunidad, Martínez es optimista y mira para adelante: “Es un faro para la sociedad, es como decir para acá tenemos que ir”.