A poco de cumplirse 20 años del sangriento motín de la cárcel de Sierra Chica, uno de los "12 apóstoles" sigue preso. Cumple reclusión perpetua.
CHUBUT.- Uno de “Los 12 Apóstoles” que hace 20 años lideraron el sangriento motín de Sierra Chica y luego fue condenado a reclusión perpetua, seguirá en prisión debido a que la Cámara Federal de Casación Penal (CFCP) rechazó un recurso de la defensa, donde solicitaba el agotamiento de la pena y la libertad condicional en base al tiempo que lleva en la cárcel.
Se trata de Jorge Alberto Pedraza (53), actualmente alojado en el penal chubutense de Rawson y quien en 2013 pidió al Juzgado Nacional de Ejecución Penal 4 que declare agotada la pena unificada de 37 años y medio que le habían impuesto y, subsidiariamente, que se le otorgue el beneficio de la libertad condicional.
Sin embargo, este recurso fue rechazado por el juzgado, por lo que la defensa apeló la decisión ante la CFCP, cuya Sala I, integrada por los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Ana Maria Figueroa, falló en igual sentido que el Juzgado.
En su apelación, la defensa oficial sostuvo que “la única solución legitimada en nuestro Estado de Derecho es aquella que refiere un límite temporal a los casos de pena perpetua” y que por el 2×1 vigente al momento de imponer la pena (en el año 2000), Pedraza ya pasó 29 años en prisión, por lo que superó con “holgura” los 20 estipulados para recibir la libertad condicional.
En cambio, el camarista Hornos sostuvo en su voto que “el límite temporal de la pena fijado en treinta y siete años y medio y el consecuente rechazo a la declaración de agotamiento de la pena impuesta encuentra correcta coyuntura normativa”.
Por ello, también “corresponde rechazar el planteo subsidiario de incorporación del condenado al régimen de libertad condicional”, ya que “no se vislumbra de que manera se han visto violentados los principios del raigambre constitucional alegados” por la defensa.
Además, citó un antecedente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que sentó jurisprudencia para no otorgarle la libertad condicional a los “reincidentes” y que “avaló la constitucionalidad de la reincidencia”.
A su turno, los jueces Borinsky y Figueroa votaron en coincidencia con Hornos respecto a las dos cuestiones: el agotamiento de la pena y la libertad condicional.
Pedraza fue considerado uno de los líderes de la banda de internos del penal de Sierra Chica que se amotinó desde el 30 de marzo al 7 de abril de 1996, lapso en el que asesinó a ocho personas (siete detenidos y un guardia) y tomó de rehenes a otras 17, entre empleados de la cárcel, dos pastores evangélicos y una jueza.
Un juicio histórico
El juicio, que se realizó bajo estrictas medidas de seguridad y en teleconferencia -para evitar los traslados de los imputados-, se sustanció en el 2000 y 17 presos terminaron condenados.
En el debate se determinó que los líderes de la revuelta, llamados los “12 Apóstoles”, cocinaron empanadas con los restos de las víctimas y hasta jugaron al fútbol con la cabeza de una de ellas.
Según la investigación, el motín se desencadenó cuando este grupo de internos intentó fugar y se enfrentó con los guardias, uno de los cuales murió.
Además de Pedraza, también recibieron la pena de reclusión perpetua otros cinco imputados, entre ellos, Miguel Angel Ruíz Dávalos, Juan José Murgia Canteros y Marcelo “Popo” Brandán Juárez.
Canteros y Brandán Juárez salieron de prisión por el 2×1 y mientras el primero reside actualmente en La Plata, el segundo volvió a ser detenido en 2011 por un asalto y secuestro.
En tanto, ocho acusados fueron condenados a 15 años de prisión, uno de ellos, Carlos Angel Gorosito Ibañez, quien se fugó de una cárcel mendocina y lo recapturaron en 2013 en Olivos, en una causa por drogas.
Por su parte, Ariel “Gitano” Acuña Mansilla, quien confesó haber cocinado empanadas con carne humana, recibió la misma pena que Gorosito Ibañez y tras recuperar la libertad en 2015 fue detenido herido por la Policía.
A Gustavo Javier Arin lo apodaron “el Pelado Maradona” por haber jugado al fútbol con la cabeza de una de las víctimas, Agapito “Gapo” Lencinas, y en junio ùltimo fue nuevamente detenido, acusado de liderar una banda de piratas del asfalto en la zona de Castelar.
Otro de los condenados que volvió a prisión fue Lucio Bricka Puebla, quien luego de purgar una pena de 12 años fue detenido en 2015 en Mar del Plata, durante un operativo antidrogas.
En tanto, otros condenados murieron, como Miguel “Chiquito Miguá” Acevedo Barrionuevo, quien fue condenado a reclusión perpetua y falleció en 2007 tras haber sido apuñalado dentro de la cárcel.
Rubén Darío “Cica” Ocanto Ramírez recibió 13 años de prisión y cuando salió de la cárcel se volvió cartonero y murió asesinado de cinco tiros en 2013 en Villa Oculta.
Por otra parte, Guillermo “Gallego” López Blanco, quien había recibido la pena más baja a seis meses de prisión, murió de un infarto poco después de ser condenado, mientras que Leonardo Salazar, sentenciado a 15 años, falleció por SIDA.