Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.
Entre mañana miércoles y el jueves, desfilarán por los despachos de la gobernación representantes de los trabajadores de casinos, algunos propietarios de campings y productores teatrales. Sin reponerse aún del “mazazo” recibido el lunes, cuando se anunciaron las restricciones que habrá para la temporada, volverán a insistir ante las autoridades en la necesidad de trabajar este verano en la ciudad que ofrece un 26 por ciento de desocupación. En estos tres sectores, están convencidos de que cumpliendo con los estrictos protocolos presentados, no se pone en riesgo la salud de turistas y residentes en el marco de esta pandemia que hace vislumbrar una temporada atípica. Cuesta imaginar una Mar del Plata sin teatros, sin casinos y sin campings. La pregunta del millón en estas horas es determinar si las autoridades bonaerenses se mantendrán firmes en lo anunciado en el Museo MAR o si hay margen para la negociación.
Al mismo tiempo, se volvieron a registrar cortocircuitos entre las autoridades turísticas nacionales y provinciales como sucedió la semana pasada. En aquella oportunidad, en La Plata se adelantaba que iba a ser muy difícil que se habilitaran los teatros en la temporada. Dos horas más tarde, el ministro de Turismo de la Nación, Matías Lammens, señalaba que con los beneficios del programa Previaje, que tiene a Mar del Plata como uno de los destinos preferidos, se podrían adquirir las entradas para los teatros. El lunes a la tarde, el ministro bonaerense Augusto Costa anunció que todo aquel que quiera venir a la costa atlántica deberá descargar una aplicación similar a la Cuidar, para regular el flujo de visitantes de las distintas localidades y, hasta llegado el caso, establecer un cupo máximo.
El lunes a la noche, Matías Lammens lo contradecía. “La aplicación no va a ser obligatoria. No es que si no tenés la aplicación no podés entrar a determinado lugar. Eso no quedó claro hoy”, aseveró. Costa había señalado que dicha aplicación “se va a tener que llenar, se va a pasar a los municipios para que constate la información y demos la autorización”. Lammens un par de horas más tarde apuntó que esa “no era la idea que tienen en Nación, y lo hablo con el ministro Costa permanentemente. Por ahí hubo algo que no se entendió”, dijo. Y reiteró que la aplicación “no va a ser obligatoria, no va a ser un requisito sine qua non para entrar a los lugares de veraneo”. “¿Y si toman un café manteniendo la distancia social –no como en los dos actos registrados en Mar del Plata- y se ponen de acuerdo?”, recomendaba colega marplatense.
Los productores teatrales no salían de su asombro ante la decisión de suspender la actividad este verano como consecuencia de esta pandemia iniciada en marzo. En enero pasado, cabe recordarlo, en su primera visita a Mar del Plata como presidente, Alberto Fernández –junto a Axel Kicillof y la marplatense Fernanda Raverta, hoy titular de la Anses, más que elogiada en el acto del lunes- recibían en Chapadmalal a Carlos Rottemberg y a algunos actores, entre ellos a Mauricio Dayub, Juan Leyrado y Gonzalo Herrera, para resaltar que la venta de entradas superaba a la del verano anterior con gobierno macrista. Esta vez Rottemberg se enteró por los medios que no podría abrir sus salas en la ciudad. “Los teatros -señalaba shockeado Rottemberg a LA CAPITAL en las ultimas horas- no son focos infecciosos si nos obligamos a cumplir, como debe ser, el cuidado de la salud de espectadores y trabajadores”. Para su colega, Lino Patalano, la noticia fue “una cuchillada en el medio del corazón”. Patalano puso como ejemplo lo sucedido en Madrid, que volvió a cerrar muchísimas actividades pero el teatro continuó, con aforo del 75% y no se detectó ningún contagio”. En Mar del Plata también pegó fuerte el anuncio. “Estoy llorando”, reconoció la directora y referente de El Séptimo Fuego, Viviana Ruiz.
“El teatro comercial genera no menos de 4.500 puestos de trabajo cada temporada en Mar del Plata, de los cuales 4.200 corresponden a marplatenses”, reconocía Rottemberg, quien coincidía con Patalano y otros productores en sostener que “todo lo que podamos seguir aportando para intentar, con ingenio, tener un protocolo para trabajar, lo vamos a seguir haciendo hasta último momento”. El de las pérdidas de puestos de trabajo ante las medidas anunciadas no es un tema menor. En otra actividad, Carlos Philaftsidis, desde el balneario El Griego, reflexionaba que “siempre se habló de naturaleza, de aire libre, distanciamiento, de achicar el aforo y lo aceptamos, pero no tener que cerrar. ¿Qué hacemos con el personal? Tenemos más de 100 empleados que se quedarían sin trabajo en temporada”, observó. Párrafo aparte para los empleados de casinos.
Los “casineros” justamente ponían todas las fichas en la temporada. Con las salas cerradas desde hace meses, sin poder acceder al beneficio de la “propina”, tampoco se resignan a no trabajar. “¿Vos te imaginás que la Provincia va a permitir perderse la recaudación por tener 45 bingos y 12 casinos cerrados en plena temporada?”, preguntó con sinceridad brutal el presidente del gremio, Daniel Méndez. Ellos también van a La Plata a buscar soluciones. Oportunamente presentaron los protocolos sanitarios que les permitan el regreso a la actividad, con un número muy inferior, en cuanto a ingreso de personas con respecto a la temporada pasada. Entre otras medidas sanitarias, contemplan la reducción de capacidad, el cumplimiento de un metro y medio de distancia social, la desinfección de máquinas electrónicas y mesas de juego y la disposición de dispenser de alcohol y en gel en todas las mesas y máquinas. “La Provincia la tiene complicada. Si finalmente acepta que abran los casinos no podrán decirles que no a los teatros o a los campings”, admitía un concejal del Frente de Todos, incómodo también por los anuncios.
Tampoco los boliches podrán abrir. De todos modos, los representantes de la nocturnidad confían en habilitar sectores al aire libre frente a cada local, especialmente en la zona de Playa Grande, donde el año pasado se registró un movimiento notable de jóvenes, recuperando Mar del Plata un “mercado turístico” -gracias también a las fiestas electrónicas en el sur- que se había perdido. “Sabemos y entendemos que hasta que no exista una vacuna, hacer eventos masivos en espacios cerrados, como había antes, va a ser imposible. Los boliches entran en esa categoría, pero también necesitamos trabajar, al igual que los mismos empleados, que son muchos en este sector”, expresaba Federico Goransky, uno de los empresarios de esa actividad. En paralelo, preocupa lo que pueda llegar a suceder con las fiestas clandestinas. Este fin de semana se multiplicaron en Mar del Plata. En el verano, fácil es imaginarlo, se reiterarán a diario.
En este contexto, el intendente Guillermo Montenegro reconoció que le pidió al jefe de Gabinete de la provincia, Carlos Bianco, que en el marco del Operativo Sol se tenga en cuenta alguna cuestión para controlar las fiestas clandestinas. “Al no haber boliches esta práctica va a desarrollarse más de lo común, y es necesario realizar controles”, avisó el intendente. También en la comuna preocupa el tema de las fiscalizaciones para poder hacer cumplir lo que está pidiendo la Provincia. “Con la cantidad de inspectores actuales va a ser imposible controlar la nocturnidad, los espacios en las playas y hasta que en hoteles y restaurantes, por ejemplo, se usen ventiladores en lugar de aire acondicionado. Eso sin contar la venta ambulante, la venta de alcohol o las habilitaciones comerciales. Va a estar complicado”, coincidían en señalar en la comuna. “Ahora comienza la etapa -indicó Montenegro tras los anuncios- en que se tendrán que definir las cuestiones particulares para cada distrito, porque no es lo mismo Mar del Plata que otras ciudades turísticas”.
Tres millones de personas dejaron de venir a Mar del Plata este año por las restricciones y las medidas de aislamiento social. Fines de semana largos, congresos, escapadas desde distritos vecinos, se esfumaron en estos meses, con la consecuente pérdida de ingresos económicos. Los números de desocupación y pobreza que ofrece Mar del Plata –en las ultimas semanas se observa un notable crecimiento de cartoneros recorriendo las calles de cualquier barrio de la ciudad- son escalofriantes, y las autoridades provinciales y nacionales son conscientes de ello. “Mar del Plata es una vidriera del país, pero cuando hay desempleo y la actividad cae, esta ciudad sufre el doble. Por eso, siempre hay que tener el ojo puesto en Mar del Plata”, decía el gobernador Kicillof el lunes en el Puerto. “A Mar del Plata no hay que abandonarla, hay que ayudarla a salir”, resaltaba por su parte el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, quien le agradeció al intendente Montenegro por “trabajar codo a codo y entender que es momento de trabajar unidos y no estar divididos”, y resaltó la figura de la titular de la Anses, Fernanda Raverta –ex candidata a intendenta por el Frente de Todos- quien “siempre planteó la ayuda a Mar del Plata como algo central”.
Raverta llegó a Mar del Plata en el avión presidencial a las 11.30, junto a Massa, el ministro de Transporte, Mario Meoni, el director de Aerolíneas Argentinas, Javier Faroni, y el secretario general de la Cámara, Juan Manuel Cheppi. “Massa y Raverta vienen trabajando codo a codo, como con esto de la draga”, se resaltaba entre “los marplatenses”. En este sentido, a Javier Faroni todos lo consultaban acerca de la vuelta de los vuelos de Aerolíneas Argentinas, confirmando que este jueves 22 arrancan las operaciones. El domingo próximo, en tanto, al mediodía saldrá el primer vuelo de la empresa desde el aeropuerto de Camet. Con el correr de las semanas, reconoció Faroni, se irán incrementando las frecuencias de vuelos entre Mar del Plata y Buenos Aires.
A propósito de Massa, en declaraciones realizadas en Mar del Plata, a partir de los dichos de Mauricio Macri que lo había acusado de haber sido uno de los “organizadores de la plaza de las pedradas” frente al Congreso, dijo que el expresidente “está angustiado por el libro de su hermano y necesita construir victimización”. ¿A qué se refería? Colega capitalino que estuvo en Mar del Plata cubriendo los actos del lunes dijo que este fin de semana se publicará el libro de Santiago O’Donnell, en base a la grabación de 17 horas de diálogos con Mariano Macri, hermano menor de Mauricio, en el que se cuentan intimidades y maniobras del expresidente. “Hay hechos gravísimos allí relatados. Incluso, que Macri no sería ingeniero”, reveló el periodista cerca del mar en su breve visita a Mar del Plata.
Otra cuestión no menor, por cierto, dejó la visita de los funcionarios provinciales y nacionales a Mar del Plata. Se hizo especial hincapié en señalar que la temporada se iniciará el 1 de diciembre y se extenderá hasta el 4 de abril, Semana Santa. “Todo parece marcar que el próximo ciclo lectivo entonces no está previsto que se inicie en marzo”, reconocieron funcionarios locales presentes tanto en el acto por el dragado del puerto como el que se concretó en el Museo MAR. En lo que tiene que ver con Mar del Plata pudo saberse, también, que se da por hecho que las clases presenciales no retornarán este año.
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En lo estrictamente relacionado con el coronavirus, por tercera semana consecutiva descendieron los casos levemente, aunque siguen siendo más que preocupante la situación. En la última semana se acumularon 1.956 casos, 83 menos que la anterior (2.039). Fue la mejor semana de las últimas cinco. En tanto, en la semana del 28 de setiembre al 4 de octubre los casos fueron 2.251 y en las anteriores los positivos llegaron a 2.306, 2.253 y 2.106. Sigue siendo alto el número de decesos, 680 al momento de redactarse estas líneas, mientras que desde que se inició la pandemia los casos confirmados fueron 18.619. Si como señalan los especialistas, por cada positivo confirmado se deben computar entre 8 y 9 más -asintomáticos, no diagnosticados o falsos negativos- puede señalarse que cerca de 168 mil habitantes de General Pueyrredon podrían haberse infectado con este virus. Sobre una población de supuestamente 700 mil habitantes, el porcentaje de contagiados -sintomáticos y asintomáticos- llegaría al 24 por ciento. Uno de cada cuatro marplatenses.
Subregistro. Así lo llaman quienes siguen de cerca los datos epidemiológicos de cualquier virus que aceche. Aluden a la huella de infección que queda sin medir en la población. Traducido: cuántas personas pueden estar contagiadas en una región o país sin que el sistema las detecte, se señaló en un artículo publicado por el diario La Voz del Interior. Fernando Polack, reconocido infectólogo porteño, describió que estudios internacionales estiman que por cada muerto por Covid-19 habría mil infectados, aunque esa cifra tenga matices según países y regiones. Este no parecería ser el mejor parámetro al menos en este distrito, puesto que con 680 fallecimientos, los infectados serían 680.000. Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, planteó en medios de Buenos Aires que estudios internacionales estiman que por cada contagio, que se confirma con análisis, habría entre ocho y 10 no detectados. Investigadores del equipo Sloan, del célebre MIT de Estados Unidos, analizaron cifras y patrones del virus en 84 países y estimaron que la cifra real de contagios sería, en promedio, 12 veces mayor a la de las infecciones confirmadas.
En Mar del Plata sigue siendo también muy alto el número de contagios en el personal de salud, lo cual ha generado la reducción de planteles en clínicas y hospitales. A modo de ejemplo, también debe apuntarse que la secretaria de Salud de la comuna, Viviana Bernabei, tiene coronavirus, al igual que la subsecretaria de Salud y la titular del CEMA. También el ex secretario de Salud, consultor en medicina interna y especialista en hipertensión, doctor Gustavo Blanco, debió ser internado con Covid-19 (ya en su domicilio recuperándose) al tiempo que también pasó a ser parte de las estadísticas el doctor Gustavo Galbán, director del Hospital Interzonal General de Agudos. El 8 por ciento del total de los casos registrados en Mar del Plata -cerca de 1.500 personas- corresponde a personal de la salud, según las estadísticas oficiales.
Y a propósito de salud y estadísticas, un artículo publicado el lunes por LA CAPITAL dejó en claro que la ocupación de camas del Hospital Interzonal General de Agudos superan el 90 por ciento promedio en los últimos 15 años. Sin la pandemia, por ejemplo, hace cuatro años, en 2016, el promedio de ocupación de camas en el HIGA fue del 97 por ciento. Cifras prácticamente iguales a las de la actualidad, lo cual evidencia que pasaron diferentes gobiernos y el problema ha persistido. Si bien debe consignarse que con motivo de la irrupción del coronavirus se decidió instalar un Hospital Modular anexo con 12 camas de terapia intensiva al que se le sumaron otras 12 recientemente, desde el Interzonal se ha consignado que nunca llegó el personal para cubrir esas camas.
En este sentido, generaron revuelo las declaraciones que el doctor Osvaldo Elefante, médico intensivista del Interzonal, formuló en el programa de María Delia Sebastiani, en la mañana de LU6. “Estamos complicados. La inauguración del Modular y el anuncio de camas fueron solamente para los medios. Seguimos con el mismo déficit de recurso humano. Sin ir más lejos cuando inauguraron el primer tramo del Modular lo inauguraron con camas sin oxígeno. Fue algo más político que epidemiológico”, denunció Elefante. Y añadió: “Nos habían dicho que el segundo tramo de 12 camas venía con recurso humano, médicos intensivistas. Vinieron dos y ya se fueron”, aclaró. En realidad fueron cuatro, dos intensivistas y dos kinesiólogos quienes en verdad ya no están en Mar del Plata. De hecho, en off the record, los mismos compañeros de trabajo que felicitaron a Elefante por haber hecho pública esta situación, reconocieron que “a uno de los médicos que llegaron, una residente de tercer año tuvo que explicarle cómo ventilar a un paciente boca abajo”. Los profesionales locales, verdadero sostén del Hospital, se indignaron aún más cuando llegó la respuesta desde la Dirección Provincial de Hospitales.
Es que mientras, como cada mañana, se difundía desde el HIGA el parte diario, donde se daba cuenta de la cantidad de camas ocupadas, tanto en el Modular como en el Interzonal, con las mismas cifras que en días anteriores, llevaron a las autoridades sanitarias en el distrito a resaltar que ese nosocomio estaba “al borde del colapso”, desde la Dirección Provincial de Hospitales se indicaba que el Interzonal “cuenta con todas sus camas de cuidados generales y cuidados críticos operativas, con una ocupación que al día de hoy no supera el 50% de las camas registradas en el sistema”. ¿Será entonces que están sobrando las camas en Mar del Plata contrariamente a lo que se señala con preocupación casi a diario en esta ciudad? Más vale darle la derecha a los trabajadores del HIGA, quienes no salían de su asombro -más bien evidenciaban bronca y estupor- cuando leyeron el último párrafo de la comunicación de la Dirección Provincial de Hospitales. “Debido a la intervención de un equipo médico itinerante con experiencia en coronavirus, se agilizaron y optimizaron los procedimientos en el Hospital Modular durante un período de 8 días, quedando el mismo operativo en su totalidad, con el equipo de profesionales adecuado para su cobertura en 24 horas”, se consignaba textualmente.