Los motivos del contundente triunfo de Unión ante Pico FC por la Liga Argentina de básquetbol.
Por Marcelo Solari
Dio un paso muy importante aunque no decisivo. Le queda otro por dar, tanto o más largo que el que ya pudo concretar. La localía de los pampeanos es un escollo muy difícil. Claro que si consigue enarbolar un rendimiento similar al de este jueves, en “El Quincho”, no hay imposibles para Unión.
El “Celeste” jugó un partido casi perfecto en el inicio del play-off por la Liga Federal de Básquetbol ante Pico Football Club.
Acaso los reflectores apunten a un juego ofensivo que por momentos deslumbró, que tuvo variantes, buenas ejecuciones y, por cierto, muy buena eficacia, lo cual le permitió arañar un marcador de tres cifras (anotó 97 puntos) ante un adversario de cuidado.
Sin embargo, lo que realmente le pagó a Unión, más allá de sus indudables méritos adelante, fue el costado defensivo. Las premisas del planteo estratégico se cumplieron quizás por encima de lo esperado. Le permitió hacer poco y nada a Marcelo Piuma, quien terminó frustrado de impotencia y apenas dejó gravitar solo por ráfagas al conductor Agustín Bualó (su paso anterior por Unión sin dudas fue una ventaja a la hora de cortarle diálogo con sus compañeros o limitar sus tiros).
Claro, no se trató de un pase de magia. A la planificación del entrenador Ezequiel Santiago Medina había que ejecutarla. Y los jugadores lo llevaron a la práctica de maravillas. Rotando, fajándose, ayudando. Con una intensidad y concentración encomiables. No había otro camino. Darle un resquicio a los pampeanos podría haber sido muy peligroso.
De esas muchas y buenas acciones ofensivas fueron surgiendo ataques pacientes, inteligentes y, sobre todo, con la confianza por las nubes. Con la seguridad de saber que se podía fallar porque atrás había un respaldo robusto.
Obviamente que para sustentar una actuación colectiva de semejante calibre, hacían falta intérpretes individuales en alto nivel. El triple-doble de Cristian Cadillac (14 puntos, 11 rebotes y 16 asistencias) no hizo más que reafirmar que se trata de un conductor de elite para esta categoría. Sus internos también cumplieron con creces: Juan Ignacio Bellozas resolvieron casi siempre bien adelante y no le esquivaron el bulto a la hora de ponerse el overol defensivo. Desde el ala, Juan Ignacio Varas aportó tiro abierto con consistencia y cumplió otro rol vital atrás; y Agustín Villalón aportó tiros/puntos, pase y su gran cambio de ritmo. Como los relevos cumplieron cuando les tocó ver acción, la estructura del conjunto no se resintió. Y los 22 puntos de diferencia entre un equipo y el otro marcaron la realidad exacta de la noche.
Argumentos tiene de sobra como para pensar en la siguiente ronda. Pero cuidado. A no confiarse. Pico FC había perdido el primer juego del cruce anterior por un resultado similar (73-97 ante El Biguá, de Neuquén). Pero luego lo dio vuelta de manera rotunda, con victorias inapelables en el Parque Angel Larrea, donde probablemente no se entregue tan dócilmente. Dependerá de Unión imponer las condiciones para volver a dominar y traer el boleto a la próxima instancia.