Una investigación de 2011 del Cuerpo de Ayuda Técnica de Instrucción advertía la posibilidad de que una liga de compradores de subastas judiciales operaba en la ciudad. Sin embargo, para la Fiscalía General no hubo elementos suficientes para actuar.
El Cuerpo de Ayuda Técnica de Instrucción investigó un incidente ocurrido en octubre de 2011 en el que un hombre golpeó en la cara a un posible comprador de un inmueble que se estaba por subastar en el Colegio de Martilleros: para los investigadores se trató de un hecho que podría estar vinculado a la liga de compradores, para la Fiscalía General sólo de un delito menor caratulado como “lesiones leves”.
El hecho se registró el 24 de octubre de 2011 en la puerta Colegio de Martilleros. Ese día iban a subastar un departamento que tenía un valor aproximado de 40.000 dólares.
Un matrimonio que se disponía a ingresar al Colegio de Martilleros -Bolivar 2950- fue abordado por dos sujetos que pretendían conocer su interés en la subasta y si iban a arreglar con “La Liga”. El matrimonio respondió que no sabía si iba a comprar. Los sujetos se alejaron con el comentario “estos son unos forros”.
Acto seguido, cuando el matrimonio intentó entrar al salón se produjo el ataque: el hombre fue golpeado en el rostro por uno de los sujetos que lo habían abordado momentos antes. Un policía se acercó, identificó y demoró al agresor.
El hombre con el labio roto, acompañado por su esposa, ingresó al Colegio de Martilleros y estuvo presente en la subasta, aunque no realizó ninguna oferta. Para los investigadores “si la finalidad era evitar que pujara, habían logrado el objetivo”.
Según consta en las filmaciones del Colegio de Magistrados analizadas por los investigadores, ese 24 de octubre de 2011 se dio una subasta atípica, en la que si bien había muchas personas, solo una pujaba por un departamento. Inesperadamente para los presentes, una abogada también empezó a pujar, hasta que un hombre de contextura física grande se le sentó atrás.
Finalmente la subasta la ganó un hombre que pagó 61.000 pesos por un departamento valuado en 40.000 dólares.
La mujer que estaba pujó hasta que se le sentó un sujeto detrás recordó ante los investigadores que el hombre le dijo: “Por favor doctora, esta subasta está arreglada, deje de pujar, si quiere después hablamos”.
Ante estos acontecimientos, desde el Colegio de Martilleros habían reconocido que “existen habitués, que conversan entre sí aunque no hagan ofertas, compran en comisión para terceros, pero no consta que formen grupos de compradores”.
Para los investigadores del Cuerpo de Ayuda Técnica de Instrucción el objetivo de quienes hostigaron de una u otra manera era lograr que se abstuvieran de pujar, o que por lo menos no lo hicieran libremente.
A pesar del informe realizado, de las pruebas recolectadas y los testimonios, para la Fiscalía General no hubo elementos suficientes para considerar la posibilidad de la existencia de una “liga de compradores” y sólo imputaron al hombre que golpeó a un comprador por “lesiones leves”.