Los testigos del doble crimen del barrio Pinos de Anchorena revelaron que Uriel Tapia Saín ya había cometido hechos de violencia producto de su adicción a los estupefacientes. Inclusive, días atrás le habría dado una golpiza a la pareja de una de sus tías.
Los testigos del barrio coincidieron en que “esto se veía venir”. El “chico”, dijeron, había comenzado a consumir cocaína, marihuana y pastillas en forma irrefrenable y eran comunes los episodios violentos, sobre todo el último año.
Si bien los vecinos que conocían a Uriel Tapia Saín de niño, ya que vivía en el mismo sitio desde entonces, cuando su madre lo tuvo a la edad que ahora él posee, lo describen como “bueno”, también manifiestan que desde hace varios meses su personalidad había cambiado.
Fruto de una relación anterior a la que la mujer asesinada mantenía actualmente, y con un hermano menor hijo de la segunda pareja de ella, Tapia Saín protagonizó días atrás un episodio de violencia grave: según pudo saber LA CAPITAL de fuentes extraoficiales, horas antes de cometer el doble homicidio le dio una golpiza a la pareja de una de sus tías, hermana de su madre.
Precisamente esta y otra joven se hicieron presentes en la vivienda donde ocurrió el sangriento caso, y a pesar del intento de contención de los especialistas de la Secretaría de Seguridad Municipal y de la policía, exhibieron hondas muestras de dolor y tristeza.
La abuela del medio hermano menor (tiene 13 años) de Tapia Saín hizo declaraciones a la prensa y manifestó que el joven padecía una severa adicción a la droga. También explicó que al momento del hecho, su nieto no estaba en la vivienda de su madre porque estaba a su cuidado, en su casa.
En cuanto a los peritajes policiales, a última hora de anoche se confirmó que en el inmueble donde se registró el doble crimen los investigadores secuestraron un cuchillo de cocina con manchas hemáticas que habría sido el utilizado por Tapia Saín para matar a su madre y a su abuelo materno, y herir de gravedad a su abuela. El arma blanca, inclusive, se habría partido por la violencia del ataque.