Con guion de Julian Voloj e ilustraciones de Wagner Willian, "Blanco y negro" es un relato fascinante sobre la determinación y la fama, pero también sobre la soledad y el miedo.
La turbulenta vida del mítico campeón de ajedrez norteamericano Bobby Fischer recorre las páginas de “Blanco y negro“, una novela gráfica con guión de Julian Voloj e ilustraciones de Wagner Willian que acaba de publicar Salamandra Graphic.
El próximo año se cumplirá medio siglo del combate mental más célebre de todos los tiempos, el Campeonato del Mundo de Ajedrez que enfrentó en Reikiavik, la capital de Islandia, al entonces campeón Borís Spassky y al aspirante Bobby Fischer, que había arrasado a sus oponentes en su camino hacia el título mundial.
El llamado Match del Siglo no fue solo un torneo para dilucidar quién era el mejor ajedrecista de la época, pues se vivió como un auténtico episodio de la Guerra Fría, en el que un genio del tablero representante de los Estados Unidos se enfrentaba casi en solitario a la hegemonía de la URSS en este deporte desde hacía 34 años.
La novela “Blanco y negro. Auge y caída de Bobby Fischer” no solo revisa este histórico campeonato, plagado de anécdotas y de un ‘suspenso’ digno de un guión cinematográfico por las continuas exigencias de un aspirante que a punto estuvo de perder sus opciones tras no presentarse a la segunda partida del match, sino que traza un recorrido a lo largo de los vaivenes de su vida.
Buena parte del volumen se centra en la infancia y juventud de Fischer en Brooklyn, en Nueva York, donde residía junto a su madre y su hermana, y cómo desde niño se sumergió en el ajedrez, hasta el punto de que a los 16 años se centró en su única vocación y dejó los estudios, que consideraba una pérdida de tiempo.
La biografía gráfica muestra la complicada y extravagante personalidad de Fischer, sus exigencias a la hora de jugar el Campeonato del Mundo, que le dejaron a un paso de quedar desclasificado, y cómo, tras un intenso y magistral duelo con Spassky, se proclamó undécimo campeón mundial el 1 de septiembre de 1972.
Tras convertirse en un héroe nacional, Fischer vivió una breve etapa de gloria, pero pronto inició un camino de no retorno, negándose a defender el título ante Anatoli Karpov y desapareciendo de los torneos de ajedrez y de la vida pública.
El declive de su salud mental fue cada vez más evidente al tenerse noticias de su antisemitismo y su admiración por Hitler, pese a ser él mismo de ascendencia judía por parte de madre, o de sus elogios a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
En 1992 reapareció para jugar un nuevo match de revancha contra Spassky en Yugoslavia, ignorando los embargos a ese país por la guerra que lo asolaba, por lo que Estados Unidos dictó una orden internacional de detención contra él, que se produjo en 2004 en el aeropuerto de Tokio.
Tras pasar ocho meses en prisión, Islandia le concedió la nacionalidad y vivió sus últimos años en el país donde había alcanzado la gloria ajedrecística.
“Blanco y negro” cuenta a lo largo de 170 páginas con las ilustraciones del dibujante brasileño Wagner William sobre un guión del fotógrafo y guionista de cómics Julian Voloj, nacido en Alemania en el seno de una familia de origen colombiano y actualmente residente en Nueva York.
EFE.