La Ciudad

Una multitud peronista en la ciudad, con Ítalo Luder ausente

El 14 de octubre de 1983, 16 días antes de las elecciones que significarían el regreso de la democracia, el justicialismo realizó uno de sus actos más convocantes en Mar del Plata. Aunque había sido anunciada, la fórmula presidencial no asistió. Participó Herminio Iglesias, el candidato a gobernador.

Por Ramiro Melucci

“Hoy el pueblo marplatense tiene una cita de honor”. Bajo ese título en grandes letras de imprenta, un aviso a media página en LA CAPITAL anunciaba el 14 de octubre de 1983 la presencia del candidato presidencial del Partido Justicialista, Ítalo Argentino Luder, junto al postulante a gobernador, Herminio Iglesias, en Mar del Plata. Lo rubricaban la CGT, las 62 Organizaciones y la Juventud Sindical Peronista.

Sin embargo, desde hacía unos días se sabía que Luder no asistiría. Tampoco lo hizo su compañero de fórmula, Deolindo Felipe Bittel. Ausencias que, de todos modos, no frenaron el fervor militante: una multitud peronista se volcó ese viernes a las calles céntricas de Mar del Plata, en uno de los actos peronistas más convocantes realizados en la ciudad. Era algo así como un cierre de campaña anticipado (faltaban 16 días para las elecciones que marcarían el retorno de la democracia), pero sin el candidato presidencial. El que sí estuvo fue Iglesias.

“Cuarenta mil personas”

“Con la mayor concentración política que se recuerde en Mar del Plata desde la época de la segunda presidencia del general Juan Domingo Perón, el justicialismo demostró ayer un gran poder de convocatoria, reuniendo en el centro de la ciudad a más de cuarenta mil personas”, afirmó LA CAPITAL en su edición del día siguiente.

“Desplegando un fervor militante pocas veces advertido en concentraciones de este tipo, la impresionante multitud otorgó sus exteriorizaciones de mayor entusiasmo como aprobación contundente a las expresiones del vicepresidente primero del justicialismo, en ejercicio de la presidencia, Lorenzo Miguel, del candidato a gobernador de la provincia, Herminio Iglesias, y del doctor Gustavo Demarchi, postulado para la intendencia de General Pueyrredon”, agregaba.

Se destacó, además, la participación del secretario general de la entonces CGT-Azopardo, Jorge Triaca, “cuyos efusivos abrazos con Iglesias y con Lorenzo Miguel, especialmente, dieron la inequívoca imagen” de la unificación de las dos CGT, apuntaba la crónica.

El acto fue a la tardecita, en la plaza San Martín. Ese mismo día, en Buenos Aires, las dos CGT habían sellado un compromiso “de unidad total” destinado a conformar en los días siguientes un “consejo directivo unificado provisorio”, y que más tarde decantaría en la conducción de Saúl Ubaldini.

El palco se hallaba junto a la fuente, con orientación contraria al mar. “El gentío, literalmente apiñado en varios puntos –circunstancia que provocó algunos desvanecimientos– se ubicó a lo largo de San Martín, desde la tribuna hasta la intersección con Hipólito Yrigoyen, ocupando las dos terceras partes de dos manzanas de plaza San Martín y sobre el veredón de la Iglesia Catedral, advirtiéndose personas arrinconadas contra el atrio del templo”, describió el diario.

Desde el palco reservado a los medios “también se observó que la multitud rebosaba por detrás del palco, a lo largo del Pasaje Catedral y por varios metros de la diagonal Pueyrredon”, apuntó.

“Paso, paso, se viene el peronazo”, entonaba el gentío. Y también: “Borom bom bom, borom, bom bom, Herminio, gobernador”.

Entre la multitud estaba Pablo Vacante, que militaba en el Movimiento de Unidad, Solidaridad y Organización (MUSO), cuyo jefe político en la provincia era Antonio Cafiero. En Mar del Plata, la cara visible era Juan Antonio Garivoto (padre). Se trataba de una línea que no había logrado imponer su criterio en la interna partidaria: pretendía que Cafiero fuera el candidato presidencial y que, de no ser posible, se quedara con la postulación en territorio bonaerense.

Nada de eso sucedió, pero no ir al acto no era una opción para nadie. “Había que estar, te gustaran o no te gustaran los candidatos”, recuerda Vacante –que luego tendría una amplia trayectoria en el PJ local y provincial– en diálogo con LA CAPITAL.

 

Pablo Vacante, de larga trayectoria en el peronismo local y provincial, en el archivo de LA CAPITAL, donde revivió la jornada.

 

“Un golpe muy duro”

En la segunda quincena de marzo, el gobierno dictatorial, encabezado por Reynaldo Bignone, había fijado con los partidos políticos el cronograma electoral y, acto seguido, autorizó las afiliaciones partidarias. “Fue una fiesta”, define Vacante el despertar democrático.

El exconcejal, exdiputado bonaerense, exfuncionario y expresidente del PJ local, que en abril cumplió 70 años y entonces tenía 30, recuerda un detalle del sentir popular de aquella campaña: “Preguntabas por la calle quién ganaba y te decían ‘el peronismo’. Preguntabas a quién votaban y te decían ‘a Alfonsín'”.

A su entender, la derrota peronista fue “un golpe muy duro”. Pero no lo sorprendió: “Alfonsín entendió muy claramente el momento y expresó lo que la gente quería. Nos ganó con hechos concretos, tenía un buen discurso, tenía una propuesta; lo nuestro fue más complejo, se notaban las diferencias internas y eso nos llevó a la derrota”, analizó.

El 30 de octubre, el candidato radical derrotó a Luder con el 51,75% de los votos contra 40,16%. La UCR también se quedó con el triunfo en la provincia de Buenos Aires y en Mar del Plata. En territorio bonaerense y la Nación, el “peronazo” que anhelaba la muchedumbre esa tardecita en la plaza San Martín llegaría algunos años después.

 

 

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...