El cantante Luciano Pereyra y Pablo Acuña, quien acompañó durante 50 años las travesías de Guarany, fueron algunos de los artistas que estuvieron en el cementerio Jardín de la Paz.
Familiares, allegados y seguidores despidieron ayer los restos del cantor Horacio Guarany, quien falleció a sus 91 años a causa de un paro cardiorrespiratorio, en una ceremonia que comenzó cerca de las 11 en el cementerio Jardín de Paz del Oeste, de Luján, y que contó con un homenaje a través de las canciones más populares de su repertorio.
El cantante Luciano Pereyra y Pablo Acuña, quien acompañó durante 50 años las travesías de Guarany, fueron algunos de los artistas que estuvieron en el cementerio Jardín de la Paz, donde fueron inhumados los restos del artista, entre fragmentos de canciones como “Amar amando”, “Si se calla el cantor” y “Perdón doctor”.
El paisaje pueblerino de la despedida que se creó en el Jardín de la Paz, en la que además estuvieron el guitarrista Eduardo Semerario, Carlos Bergesio (ex integrante de Cantoral), los cantautores populares Adrián Maggi y Enrique Llopis, quien se exilió junto a Guarany, estuvo compuesto por seguidores de su obra, sentados en autos, y tomando vino en su honor, relató Silvia Majul, la agente de prensa de los últimos años.
Dos arreglos florales, uno de Sadaic y otro de Aadi, personas con vestimentas gauchescas y músicos que lo recordaron al lado de su féretro y entonaron sus canciones más representativas, condimentaron el último adiós al santafesino que, a lo largo de sus más de 60 álbumes y seis décadas de anécdotas musicales y trayectoria, se convirtió en uno de los bastiones fundamentales del folclore argentino y una de las voces centrales del Festival Nacional de Cosquín.
Si bien su representante Rubén López, había informado a través de su cuenta de Twitter que no se había programado un velatorio, la familia decidió organizar a último momento una despedida abierta para sus seguidores, quienes continuaban llegando después del mediodía.
Oriundo de la localidad santafesina de Las Palmas, Guarany vivía actualmente en una quinta cercana a la basílica de Luján a la que dedicó la canción “Romance de Plumas Verdes”, y padecía desde hace años severos problemas cardiovasculares.
Con su salud deteriorada en los últimos meses el artista, autor de otras canciones emblemáticas de la tradición folclórica como “Guitarra de medianoche”, “Milonga para mi perro”, “La guerrillera”, “No sé por qué piensas tú” y “Regalito”, se había realizado chequeos la última semana en la Fundación Favaloro, pero estaba bien de salud y, aunque su estado general era delicado la familia no esperaba este desenlace en forma inminente.
De ojos profundos, rostro sobrio, pelo largo, barba y cejas tupidas, Guarany dejó grabada su impronta en el cine nacional desde 1973, cuando debutó como actor en la película “Si se calla en cantor”, basada en la letra de su famosa canción homónima, donde define al cantor como un hombre que, además de embellecer la vida, debe denunciar la injusticia y la opresión, y estar siempre junto a los más débiles.
Así fue como el cantante santafecino trasladó al cine su música, algunas de sus canciones, sus ideas políticas y varias de sus historias, en los largometrajes de ficción “Si se calla el cantor”, “La vuelta de Martín Fierro” y “El grito en la sangre”, pero también en el documental “Argentinísima”, donde aparecía junto a otras luminarias de la música popular.