El obispo Gabriel Mestre celebró la misa en la Gruta y luego hubo una procesión por las calles del Puerto. La iglesia francesa anunció un nuevo milagro de la Virgen.
Una multitud de fieles participó de la celebración por el día de la Vírgen de Lourdes, patrona de los enfermos, en la Gruta ubicada en la zona del barrio Puerto.
Una misa celebrada por el obispo, Monseñor Gabriel Mestre, en la Gruta de Lourdes, reunió a la familia católica para rendirle tributo a la Vírgen, en el cierre de la Semana Vocacional Diocesana.
La celebración de la fiesta patronal incluyó el rezo del Santo Rosario de la Aurora, con procesión en el interior de la gruta.
En la homilía, el Obispo hizo hincapié en tres verbos del evangelio: diagnósticar, suplicar y proclamar. “Son los tres
verbos que tenemos que conjugar”, remarcó.
“Hay humildad y fe en nuestros corazones. Por algo estamos acá reunidos”, afirmó.
El obispo valoró el significado de “ser una iglesia en salida”. “Esto es ser misionero, evangelizador, ser una iglesia en salida, como lo pide el Papa Francisco”, destacó.
En otro pasaje de la celebración, Mestre aseguró que “no se trata de aprenderse lo escrito de memoria, sino de saber transmitirlo”.
“Todos los que estamos acá, tenemos que transformar esta gruta en una verdadera casa de oración”, arengó ante los fieles.
La Festividad de Lourdes se llevó a cabo este año bajo el lema “Madre, custodia, protege y ampara a nuestras familias”. Con la gruta repleta, mucha gente tuvo que participar de la misa desde afuera de la gruta. Hubo movimiento durante toda la jornada en la que miles de fieles agradecieron y celebraron el día de la Vírgen de Lourdes.
Tanto fieles locales, como turistas, en coincidencia con el fin de semana largo, se acercaron hasta Magallanes al 4.000 para rendirle tributo a la Vírgen.
Otro milagro
Nuestra Señora de Lourdes es el título que se le da a la Santísima Virgen María venerada en honor de las apariciones marianas que ocurrieron en 1858 en las cercanías de Lourdes, Francia. La primera de ellas es la aparición del 11 de febrero de 1858, cuando Bernadette Soubirous, de 14 años, le dijo a su madre que una “dama” hablaba con ella en la cueva de Massabielle mientras ella recogía leña con su hermana y un amigo.
La Iglesia francesa anunció ayer el milagro número 70 atribuido a la Virgen de Lourdes en la persona de una monja que acudió en julio de 2008 en peregrinación a ese santuario del sur de Francia y quedó curada de una enfermedad que arrastraba desde hacía más de 40 años y que le había dejado inválida.