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Una multitud en la celebración del Domingo de Ramos

Se bendijeron ramos de olivos y se realizó una misa al aire libre en la Catedral. El obispo Antonio Marino brindó un mensaje de fe y esperanza.

La Semana Santa comenzó en la ciudad con la bendición de los ramos de olivos y la misa al aire libre que se llevó a cabo en la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia.



La homilía del Domingo de Ramos del obispo diocesano Antonio Marino apuntó a no dejarse vencer por el desaliento y ayudar a renovar la fe en los barrios de Mar del Plata.

Marino aseguró que “al contemplar con los criterios de nuestras convicciones cristianas la realidad social de nuestra patria, y los acelerados cambios culturales, podemos sentir la tentación del desaliento”. E invitó a “defender la justicia social” y continuar con la prédica de la distrina cristina sobre “el Evangelio de la vida o sobre el matrimonio y la familia”.

“El desaliento es una tentación -continuó- que debe ser vencida por una adhesión más profunda y cordial a la verdad” y recordó a Juan Pablo II cuando pidió prestar atención a “algunos aspectos de la radicalidad evangélica que a menudo son menos comprendidos”.



Además, a media tarde, los jóvenes de la Catedral hicieron un Vía Crucis Viviente en las escalinatas y anoche, en la Plaza Jorge Newbery, se concretó “La Pasión. Nadie hizo nunca, nunca, nada semejante por vos”, un espectáculo religioso organizado por la parroquia San Marcos. En la oportunidad, se recolectaron alimentos no perecederos para Cáritas.

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