Se trata de una cerveza colaborativa estilo Honey Beer realizada por cerveceros marplatenses con el aporte de varias empresas de la ciudad.
La Cámara de Cervecerías Artesanales de Mar del Plata (CCAM) y la Fundación No Me Olvides presentaron días atrás una “cerveza malvinera” pensada para sostener la memoria de los héroes caídos en la guerra de las Islas Malvinas.
La presentación de esta Honey Beer se realizó el último viernes en la fábrica de la Cervecería Antares, pero su cocción se dio el 13 de marzo del año pasado “a pesar del año durísimo para todos”, comentaron los productores.
Con agua de Mar del Plata; flores “no me olvides” en la maceración; mitad de malta argentina y mitad inglesa; mezclada también con lúpulos nacionales y de Inglaterra; y miel bonaerense. Así nació la “cerveza malvinera” única en su especie para celebrar el incansable trabajo de la fundación encabezada por el veterano Julio Aro.
Sobre el proceso de elaboración, dos cervecerías locales pusieron a disposición sus instalaciones para cocinar, presentar y distribuir los barriles de 50 litros, que fueron precomprados por los miembros de la CCAM.
La empresa Boortmalt aportó la malta argentina y Krieg importadora la malta inglesa, “para demostrar que ni el horror de la guerra pueden separar a los pueblos”. El Vivero Antoniucci aportó las flores “para sostener la idea de la presencia permanente”, en tanto que la cooperativa apícola Qualitas proporcionó 100 kilos de miel marplatense para completar la receta.
Por su parte, la firma 2M entregó vasos, banderas y otros elementos para que la cerveza “dure para siempre”.
Acerca de la Fundación No Me Olvides
Si los sueños aparecen, hay que contarlos. Así comenzó el veterano de Malvinas, Julio Aro. Sintió la necesidad y la obligación de poder ponerle nombre a las placas de las 122 tumbas que decían: “Soldado argentino solo conocido por Dios”, en el Cementerio de Darwin de las Islas Malvinas.
Cuando contó ese sueño muchos se animaron a soñar con él y, si bien no fue fácil y tardó más de una década, el sueño se hizo realidad. Nació la Fundación No Me Olvides y de los 122 soldados, ya hay 115 identificados “para terminar de cerrar una de las heridas más dolorosas de la historia de un pueblo: una guerra”.
Aro y un grupo de voluntarios se contactaron con los familiares de los caídos para tomar muestras de ADN y cotejarlas con los soldados enterrados en Darwin. En el camino se encontró con Nina Peloso, mamá de Gabino Ruiz Díaz, soldado caído en combate que yacía debajo de una de esas placas impersonales.
En el momento en que las placas comenzaron a tener nombre también apareció el nombre de Gabino, pero por su estado de salud, Nina no pudo estar con el resto de los familiares en un viaje comunitario. Pese a esto, el 5 de marzo del año pasado el encuentro del alma entre Nina y Gabino se hizo realidad.
De Corrientes, pasando por Mar del Plata y terminando en Malvinas, por solidaridad de empresas, comercios, personas en común y voluntarios, Nina se reencontró con su hijo para poder darle un abrazo más.
Con esta historia, Julio Aro llegó a la Cámara de Cervecerías Artesanales y, como los sueños que se cuentan se comparten, la entidad se puso manos a la obra. “Los cerveceros saben hacer cervezas, entonces decidieron hacer una para celebrar este sueño y ayudar a la Fundación No Me Olvides a seguir ayudando”, indicaron.