por Walter Schmidt
“La campaña electoral va a empezar tarde, porque todos están mirando los movimientos del otro”, reflexionó un experimentado dirigente peronista.
A diferencia de periodos pre-electorales de años atrás, 2017 parece haber dejado de lado el concepto, según el cual, “candidato desconocido debe salir a caminar mucho tiempo antes el territorio donde se presentará”.
Como muestra, basta Mar del Plata, la Ciudad Feliz. Cada verano pre-electoral, la localidad balnearia servía como marquesina para los candidatos de los distintos partidos que, de esa manera, medían fuerzas, se presentaban, se hacían conocer y buscaban repercusión mediática a través de alguna frase picante dirigida a sus competidores.
Nada de eso ocurrió en el inicio de año, y solo pudo verse en distintos puntos marplatenses a Daniel Scioli que, si bien omite decirlo, cree que puede tener alguna chance como candidato a diputado o a senador por el peronismo bonaerense. Un hombre de fe y esperanza.
El actual escenario se alza sobre unas de las pocas excepciones en la historia contemporánea argentina en la cual no hay candidatos de peso, ni en el oficialismo ni en la oposición peronista, sobre todo en el principal territorio de contienda como lo es la provincia de Buenos Aires.
El frente oficialista Cambiemos se debate entre posibles candidatos tales como Jorge Macri, Elisa Carrió, Gladys González o Facundo Manes que tienen una particularidad: ningún de ellos tiene una intención de voto siquiera “interesante”.
El gobierno nacional y el bonaerense están convencidos -y el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba alimenta esa teoría- de que las figuras de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal serán claves para inclinar la balanza en favor del oficialismo.
Atrás parecieron quedar las rispideces con el ex armador y actual titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien aseguraba contra viento y marea que sin candidatos, Cambiemos estaba destinado al tercer lugar.
Tampoco la oposición goza de candidatos relevantes. El peronismo oficial juega al misterio con la ex presidenta Cristina Fernández, quien días atrás, comenzó a bajar línea a través de twitter “describiendo” el oscuro presente del populoso municipio de La Matanza “como consecuencia” de la política del gobierno nacional.
¿Una picardía o una adelanto de que la ex mandataria quiere competir en la provincia? No sería la primera vez, ya compitió en el 2005, pero el escenario era distinto: estaba en la plenitud del poder junto a Néstor Kirchner y no tenía su agenda repleta de citaciones judiciales a Comodoro Py.
Mas aún, nadie asegura que una posible postulación de Cristina termine por fracturar definitivamente el peronismo atado con alambre, situación mas que favorable para el oficialismo que hace un culto de la división del Justicialismo.
Otro que mide cada uno de sus pasos es Sergio Massa. Ya ha dejado filtrar que si Cristina es candidata, él también lo será. Aunque en el Frente Renovador hay quienes aseguran que el ex intendente de Tigre “no tiene chance” de no postularse, porque su poder podría diluirse si el peronismo hace un papel decoroso o recobra sus bríos como alternativa a Cambiemos.
Como dato, vale recordar el resultado de la primera vuelta de la elección presidencial el 26 de octubre de 2015 en la provincia de Buenos Aires: Scioli 37, Macri 33 y Massa 22.
Por ello, se prevé que la verdadera campaña electoral empezará entrado abril, tal vez durante el mes de mayo, previo al cierre de las listas, estimado para el mes de junio.
Está claro que la situación económica del país será fundamental y el ánimo social se reflejará en las urnas. Sin embargo, en los últimos días han circulado distintas encuestas que reflejan el protagonismo de los tres espacios, mas allá que se los presente con distinta suerte: Cambiemos, el peronismo y el massismo.
DyN.