San Lorenzo se impuso por 88 a 65. Quilmes no tuvo muchas chances ante un rival enfocado. Pero no perdió terreno. Las derrotas como local de Obras y Gimnasia salvaron la noche.
Perdió. Pero sigue con las posibilidades intactas. San Lorenzo impuso una lógica superioridad y lo venció 88 a 65 por una nueva fecha de la Liga Nacional. Sin embargo, Quilmes no sufrió tanto esa caída.
Los reveses como locales de Obras Básket y Gimnasia de Comodoro Rivadavia, sus rivales directos, a manos de Atenas y San Martín de Corrientes, respectivamente, lo mantuvieron a tiro del sexto lugar que lo clasificará a play-offs. Y mañana y el sábado se jugará sendas finales ante sus dos adversarios en la lucha por la clasificación.
Tras un inicio equilibrado, con tendencia a tanteador alto, San Lorenzo hacia el final del primer cuarto comenzó a escaparse irremediablemente.
El campeón aprovechó un lapso marcado de ineficacia “tricolor” con el tiro abierto, le negó la posibilidad de profundizar el juego y, a partir del dominio claro del rebote, marcó claras diferencias.
Corriendo el contraataque a placer, con un gran aporte de los relevos, el elenco de Julio Lamas pasó de ganar 17-15 cuando faltaban tres minutos y fracción a hacerlo 40-18 con cuatro minutos jugados del segundo parcial.
Parecía lapidario. Pero Quilmes tenía cosas para decir. Vildoza, que descansaba desde el final del primer cuarto, regresó a la cancha para ordenar la ofensiva. Y el ataque quilmeño comenzó a liberar a sus tiradores para tomar lanzamientos externos con tiempo y espacio. Enzo Ruiz, con 3/5 triples, brilló con luz propia en ese lapso.
Lo mejor para el elenco “tricolor”, sin embargo, fue cómo afirmó la defensa. Limitó a sólo seis puntos al conjunto local en los seis minutos anteriores al descanso.
Con un parcial de 24-6 en ese lapso apuntado, Quilmes se fue al descanso apenas 42-46 abajo. Con esperanzas.
No duraron mucho más. Paulatinamente, en el tercer cuarto, San Lorenzo recuperó las riendas del partido.
No tuvo, de movida, la fluidez ofensiva de su mejor momento del primer tiempo. Empezó aprovechando la endémica flojera quilmeña para proteger el rebote en su canasto y ganando sus puntos jugando bien profundo.
El equipo de Lamas se puso muy serio atrás. Defendió con mayor atención sobre el perímetro y Ruiz, por ejemplo, ya no pudo anotar. Cada ataque fue una “tortura” para el equipo marplatense.
En consecuencia, San Lorenzo fue incrementando la diferencia y terminó el tercer parcial 70-52 al frente. Con olor otra vez a partido cerrado.
Pero esta vez no hubo retorno para Quilmes. El equipo local no perdió el control defensivo del partido. La reacción ya no fue posible. Y los de Bianchelli bien pronto se dieron cuenta que debían guardar lo mejor para mañana.
Enroque “tricolor”
Finalmente Diego Cavaco, quien había viajado con la delegación quilmeña a Buenos Aires, fue dado de alta de la lesión que lo sacó de competencia y anoche ya estuvo a las órdenes de Javier Bianchelli a la hora de enfrentar a San Lorenzo.
Cavaco había sufrido a comienzos de marzo la rotura parcial del tensor del dedo medio de una de sus manos y su equipo utilizó la opción de recambio temporal para sumar a Maximiliano Maciel.
Sin embargo, el alero surgido en Kimberley no ingresará por el entrerriano. El recambio será por Bruno Sansimoni, con un esguince de tobillo severo.
¿Cómo es posible siendo Cavaco ficha mayor y Sub 23 el base olavarriense? Con un corrimiento de piezas. Bruno Provenzano, ficha mayor, pero con 20 años (nació el 16 de setiembre de 1996), pasó a ocupar la plaza de Sansimoni. Y así hizo el lugar dentro de los mayores para el regreso del experimentado alero.