Policiales

Un “mito marplatense” llegó a un acuerdo judicial por lavado de activos

A pesar de ser considerado como un mito de la droga en Mar del Plata, la semana pasada Sergio “Cocón” Sala llegó a un acuerdo con la Fiscalía Federal solo por el delito de lavado de activos y ahora el Tribunal deberá homologar la pena de 6 años de prisión.

Años atrás un equipo de especialistas judiciales investigó a Sergio “Cocón” Sala por presunta vinculación con el narcotráfico a gran escala. La aparición de su nombre, como un fantasma, en diferentes causas lo transformó en un objetivo y se lo definió como el “Mito de la Droga” en Mar del Plata. En 2019 finalmente se lo detuvo en el marco del publicitado Operativo Poseidón, en el cual además cayeron varios integrantes de su familia, y entonces se inició un proceso judicial que llega a su fin por estos días.

La semana pasada el fiscal general federal de juicio Juan Manuel Pettigiani y las distintas partes llegaron a un acuerdo para fijar pena a Sergio Sala y a los otros 10 imputados en el marco de una extensa causa en la que se terminó por entender que no había delito de asociación ilícita para la venta de estupefacientes y que solo podía condenarse, en algunos casos, por lavado de activos y tenencia ilegal de estupefacientes.

El acuerdo para el juicio abreviado contempla una pena de 6 años de prisión para Sergio “Cocón” Sala y 5 años para Cintia Taberna, su pareja más reciente, mientras que para Gustavo Fernández y Tania Di Norcia (hermana de Mauricio Di Norcia, detenido en otra causa federal por lavado y de provincia por robo millonario a departamentos) se prevé una suspensión de juicio a prueba por 3 años. También la misma figura se acordó para la ex pareja de Sala, Brenda Maldonado, en cuanto a los demás implicados se postula su absolución: Bettina Sala -hermana de Sergio-, Santiago Carrivale -cuñado-, Johanna Taberna -ex cuñada-, Walter Josserme e Ignacio Luzuriaga.

Esta solución propuesta por el Ministerio Público deberá ser convalidada por el Tribunal Oral Federal a partir de las audiencias del próximo 28 de agosto Sergio “Cocón” Sala se encuentra desde hace un tiempo cursando su detención bajo la modalidad de arresto domiciliario y, considerando que fue detenido el 27 de marzo de 2018, hace más de 5 años, está a las puertas de agotar la pena.

El caso es más extremo para Cintia Taberna, quien tras la homologación del acuerdo quedará agotada la pena con lo que lleva cumplido.

Tal vez el dato preponderante de todo el expediente, aún cuando para muchos las penas pueden ser exiguas y a la espera de la validación de los jueces, es que, al aceptar el acuerdo de responsabilidad en el lavado de activos, Sala está aceptando los delitos precedentes. Y los tres delitos que encontró la Justicia son su participación en el “grupo Sancho”, la compra de cocaína a una fuerte “dealer local” que fue obligada a venderla por dos policías y la tenencia de una cantidad relativa de droga sintética en un automóvil de Cintia Taberna.

En cambio, no se pudo probar la figura de asociación ilícita, aunque en esto no había depositada demasiada expectativa, indicaron las fuentes consultadas por LA CAPITAL.

La historia del mito

Sergio Sala fue corredor de automóviles en categorías zonales y tenía un taller mecánico en la avenida Tejedor, además de una agencia de automóviles sobre la avenida Colón. De acuerdo a la investigación judicial, su perfil de personaje vinculado a la actividad de la venta o tráfico de drogas fue cinematográfico. “Es extremadamente inteligente, sabe moverse con discreción y no se le conocen hechos violentos. Hasta fue víctima del secuestro de una hermana en 2009”, comenta el detective que más lo investigó y que es tan o más discreto que él: solo unos pocos conocen su identidad.

Todo lo que rodeó a Sala fue un misterio y crecieron innumerables leyendas a su alrededor. Por eso la Justicia lo definió como “El Mito de la Droga en Mar del Plata”. Y algo que lo caracterizó fue moverse sin dejar demasiadas huellas. De hecho, en esta causa por la que se lo condena se hace referencia a la presunción y no a la prueba.

“Así como cien conejos no hacen un caballo, cien presunciones no constituyen una prueba, dice el proverbio inglés” dijo Porfirio Petrovitch Luzhin en “Crimen y castigo” cuando discute con Raskólnikov sobre el carácter de la prueba en el sistema legal y la justicia. Esa misma frase utilizó el fiscal Pettigiani para explicar que lo que se presume debe ser probado, en referencia a las 15 causas en donde se lo mencionó. En ninguna de ellas hubo pruebas concretas de su vínculo con el contrabando o venta de drogas, aunque sí miles de menciones.

Se lo relacionó con dos hombres que intentaron siete veces enviar droga a España, ya que el auto de uno de ellos fue visto en el taller mecánico de avenida Tejedor (causa 91004967/2006). En otra porque el allanado e imputado en una causa de drogas dijo que era suyo un comercio explotado por el “clan Sala” (causa 32006228/2013); en otra un arrepentido luego condenado de Bahía Blanca dijo que su proveedor era Sala y eso mereció el inicio de otro expediente pero que luego fue archivado (causa FBB 1200007/11); se lo mencionó en la mega causa que condenó a Gustavo Sancho y al marplatense Pablo Calandria -éste fue detenido en Alto Palermo cuando estaba acompañado por Sala- pero no se profundizó en su fraternal relación con ambos (causa FSM 5237/2014); también Sala apareció nombrado en la Operación Milonguita (causa 08.00.18425-15/00) como proveedor de droga; un tal “Sergio” como máximo proveedor aparece en el proceso a los Rebollo, los Casco y los Martins, pero no hubo ninguna prueba contra él (causa 25170/2016).

En otras causas como la que tiene prófugo a Gustavo “El Pelado” Arce, la de la Tía Levy, la de una maniobra de contrabando de marihuana desde Paraguay usando un automóvil de su órbita familiar, en el Operativo Dólar Blanco, en otra investigación iniciada por un testigo de identidad reservada y en otro proceso radicado en Trenque Lauquen por tráfico de drogas

En ninguna de ellas se pudo probar que Sala fuera líder de una asociación ilícita y por eso solo se sostuvo la acusación de lavado de dinero. Y aquí una aclaración se hace en el acuerdo: tener dinero en negro no significa cometer el delito de lavado de activo. Para que haya lavado tiene que provenir ese activo de un delito previo. En el acuerdo propuesto por la fiscalía, Sala acepta la responsabilidad de esos tres delitos que configuran el lavado de activo, a cambio de una pena de 6 años, de los cuales ya cumplió más de 5.

Este juicio abreviado prevé también el decomiso de 15 vehículos, 2 viviendas y todo el dinero secuestrado, al cambio de hoy 33 mil dólares aproximadamente.

 

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