Luis María Guimarey compareció ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que desde mayo último juzga a 18 represores por los delitos cometidos contra 210 víctimas cautivas en el Cuerpo de Infantería de las calles 1 y 60 de La Plata.
Un médico pediatra sobreviviente de la última dictadura militar declaró hoy que cuando fue prisionero ilegal de ese régimen fue torturado y amenazado con ser arrojado al mar en uno de los vuelos de la muerte junto a su familia y que le preguntaron si había atendido a militantes de Montoneros.
Se trata de Luis María Guimarey, quien compareció ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que desde mayo último juzga a 18 represores por los delitos cometidos contra 210 víctimas cautivas en el Cuerpo de Infantería de las calles 1 y 60 de La Plata.
Guimarey fue médico del Hospital de Niños de La Plata, quien contó: “fui un desaparecido transitorio. Fui privado de mi libertad cuando estaba de guardia en el Hospital de Niños (de La Plata) la noche del 2 al 3 de junio de 1976”.
“Cinco o seis soldados subieron a las habitaciones que ocupábamos los médicos cuando estábamos de guardia a la noche y me llevaron. Pasaron por mi casa, me permitieron cambiarme de ropa y me subieron al camión del Ejército, donde ya había otras personas detenidas”, relató el sobreviviente.
Precisó que fueron llevados a 1 y 60, “y allí estuve casi 3 meses, hasta el 15 o 20 de agosto”.
Detalló que en ese excentro clandestino “estaba vendado y esposado. Estuve esposado hasta el último día. Íbamos de la cama a estar de pie junto a la pared y luego nos llevaban de nuevo a la cama y nos esposaban a la cama”.
“En el tiempo que estuve sólo nos dejaron bañarnos una sola vez”, remarcó Guimarey, quien aportó el nombre de otras personas cautivas junto a él, entre ellas un trabajador de la fábrica Propulsora Siderúrgica y un matrimonio de sexagenarios.
A las 48 horas de estar allí, amplió, fue interrogado sobre su pertenencia política y fue amenazado “con llevarme en helicóptero a mi y a mi familia”, en alusión a la práctica de arrojar detenidos al mar, los conocidos “vuelos de la muerte”.
A los 10 días de su cautiverio fue trasladado a otro lugar de la periferia de La Plata para un interrogatorio donde además “fui torturado con picana eléctrica”.
“Me preguntaban quién era el comandante del hospital, quién manejaba la subversión, si había atendido heridos, si había atendido a Montoneros”, precisó, y contó que él había tenido militancia estudiantil en la Universidad y luego en la Juventud Peronista.
Recordó que meses antes de su secuestro militares habían ido a buscarlo a un departamento donde había vivido en su época de estudiante, por lo que se dirigió al Regimiento 7 de Infantería para saber los motivos, oportunidad en que le indicaron que “usted está siendo requerido por la autoridad militar”.
“Me dicen ‘vaya a su casa, usted está en prisión domiciliaria'”, y si bien cumplió esa directiva transcurridos unos días regresó al Regimiento y se le informó que lo llamarían a declarar.
Explicó que tras ser liberado “no volví a trabajar, por decisión personal. Me devolvieron el cargo, me pagaron los casi 3 meses que no había cobrado pero en ese mismo momento presenté la renuncia y me fui de la Argentina en octubre de ese año. Estuve 8 años en Brasil”.
Durante su relato, el sobreviviente identificó en su lugar de cautiverio al represor imputado Enrique Welsh, a quien pudo ver por debajo del vendaje de ojos en las cuadras del excentro de 1 y 60.
Tras este testimonio, el TOF 1 escuchó la declaración de Juan Domingo Martino pero su relato no fue transmitido por el canal de YouTube por pedido de la víctima.
El TOF 1, que por primera vez es presidido por una mujer, Karina Yabor, juzga desde mayo último a 18 represores exmilitares y policías y dos civiles, uno de ellos exministro de Gobierno bonaerense, por los delitos cometidos contra 210 víctimas cautivas en el excentro ilegal de detención que funcionó en el Cuerpo de Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en la calle 1 entre 59 y 60 de La Plata, y en el otro excentro que funcionó en la comisaría 8va de la capital bonaerense.