Se trata de la cumbre del Matterhorm y es considerada una de las cinco "más peligrosas" y una de las tres "más lindas" del mundo.
Pablo Bertoni es un marplatense que encontró en la escalada de montañas un hobbie y un deporte que disfruta. El año pasado cobró notoriedad local tras haber alcanzado la cima de Mont Blanc, el punto más elevado de la Unión Europea y uno de los más altos de Europa. Este mes volvió a sorprender con otro desafío superado: llegó a la cima de Matterhorn, la motaña más famosa de los Alpes por su increíble forma de pirámide y un particular uso comercial.
Si bien su cumbre puntiaguda, de 4478 metros ubicada en la frontera entre Suiza e Italia -es la quinta punta más alta de la cadena montañosa-, ya la hacían interesante para fotografiar, el haberse convertido en la imagen de la famosa productora Paramount pictures y la internacional marca de chocolate Toblerone.
Pablo tiene 49 años y hace más de 25 que dedica su tiempo libre al entrenamiento y escalada de montañas. En Argentina ya arribó a la cima de 40 montañas y en los últimos cinco años se dedicó a desafiarse a sí mismo y alcanzar cumbres que ningún marplatense haya llegado.
Ese objetivo lo llevó en 2014 a escalar más de 7.500 metros de una de las cumbres del Himalaya, la cordillera más alta de la tierra que atraviesa cuatro países asiáticos, Bután, China, Nepal e India; en 2015 escaló Elbruz, el punto más alto de Europa y en 2016 llegó a la cima de Mont Blanc, la montaña más alta de Europa Occidental de 4.810 metros de altura.
“Para terminar la triolgía europea decidí hacer el Matterhorm que es el punto más emblemático de las montañas en el alpinismo mundial por ser una de las más fotografiadas del mundo”, señaló Bertoni en referencia a la popularidad del fenómeno geológico.
De todas maneras, señala que “nada es fácil”, además de sus años de un constante entrenamiento, la meta de este año exigió un importante plan de trabajo.
“Entrené muy fuerte todo el año, sobre todo la parte física del tronco ya que Matterhorm es una montaña que hay que escalar mucho con las manos. De hecho se me rompieron muchos guantes, es una escalada muy agresiva y difícil”, indicó al tiempo que señaló que la temperatura representaba otra complicación. “Hacen menos 20° en la cima”, advirtió.
La travesía no la hizo solo, lo acompañó un amigo italiano que, según señaló, fue esencial para completar el desafío.
“Él conoce mucho la zona. Eso es primordial dado que el camino es complicado y es muy útil estar acompañado por alguien que este interiorizado con las rutas”, aseguró. Y agregó: “Además es importante estar asegurado con otra persona porque las chances de caerte son altas dado que se trata de una montaña muy vertical. Son casi 1200 metros de pared vertical”.
La escalada total implicó más de 15 horas de trabajo, lo que significó un trabajo “realmente muy duro”. “Una vez que salís no podés abandonar, hay que llegar a la cima y volver. Podés abandonar a mitad de camino, pero es muy peligroso”, sostuvo.
En cuanto a su próxima meta, Bertoni anticipó que el próximo año escalará uno de los puntos más altos del Himalaya.
“Mi próxima meta es una montaña de 8 mil metros del Himalaya, la primera que hice tenía algo de 7 mil metros de altura. Sería como hacer el Grand Slam de las montañas”, concluyó.