Se trata de Santiago Inchausti y Daniel Adler. El pontífice pidió a jueces del mundo "no caer en la telaraña de la corrupción".
El juez federal Santiago Inchausti y el fiscal general federal Daniel Adler, ambos de Mar del Plata, participaron en el Vaticano del encuentro del papa Francisco con jueces del mundo, en el que el pontífice pidió no caer en la “telaraña de la corrupción” para impartir justicia en casos de trata de personas y narcotráfico.
La cumbre de jueces y fiscales fue inaugurada este viernes a la mañana por el presidente de la Pontificia Academia de Ciencias, el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, y luego abrió los discursos el diputado porteño Gustavo Vera.
“Sin complicidad estatal, no habría crimen organizado”, afirmó Vera, uno de los organizadores del evento, cuya conducción estuvo a cargo de la modelo argentina Valeria Massa.
El juez de Mar del Plata Inchausti expuso hoy, al igual que la presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, Susana Medina de Rizzo, y el dirigente gremial de los Empleados Judiciales, Julio Piumato.
El pontífice dirigió un mensaje a los participantes de la cumbre contra la trata y el crimen organizado que se realiza en la sede de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, donde estuvieron el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y los jueces federales María Romilda Servini de Cubría y Sebastián Casanello, entre otros magistrados argentinos.
En este contexto, el Papa recibió ayer en audiencia privada en la Casa Santa Marta al juez Casanello, quien tiene a su cargo las investigaciones por la llamada “ruta del dinero K” y por las cuentas offshore en la causa “Panamá Papers”.
La cumbre vaticana de magistrados continuará mañana sábado, cuando disertarán Lorenzetti, los jueces Casanello, Servini de Cubría, Julián Ercolini, Sergio Torres, Ariel Lijo, Zunilda Niremperger, Carlos Vera Barros y Miguel Abásolo, además de los fiscales Eduardo Adler, Marcelo Colombo, Diego Luciani y Claudio Kishimoto.
“A ustedes, jueces, corresponde hacer justicia, y les pido una especial atención en hacer justicia en el campo de la trata y del tráfico de personas y, frente a esto y al crimen organizado, les pido que se defiendan de caer en la telaraña de la corrupción”, aseveró el Papa.
“No cabe el adagio de la ilustración de que la Iglesia no deba meterse en política: la Iglesia debe meterse en la alta política, porque, cito a Pablo VI, la política es una de las formas mas altas del amor, de la caridad”, sostuvo Francisco.