El bajista y compositor de la legendaria banda de rock nacional, Flavio Ciancirulo, visitó el centro de día para jóvenes con discapacidad junto a su hija, Cocó, y su esposa, Jenny. Juntos pasaron una jornada cargada de emoción.
El mismo Sr. Flavio que se sube al escenario frente a miles y miles de personas y los deleita con sus solos de guitarra ahora se emociona -y no oculta las lágrimas- ante un sketch de danza contemporánea de Leo, un joven con Síndrome de Down que asiste diariamente a CREDE.
El mismo Sr. Flavio que compuso un día la canción “Vos sabés” y logró generar ese “nosequé” en la boca del estómago que dan ganas de decirle a los que más queremos “te quiero”, hoy baila folclore con Mercedes, otra concurrente del centro de día para jóvenes con discapacidad intelectual.
Los jóvenes de la institución ya no lo sienten sólo como una estrella de rock, como tal vez si se sintieron cuando lo vieron por primera vez a fines de febrero, sino como un “amigo de la casa”. En aquella oportunidad Flavio Ciancirulo, compositor y bajista de Los Fabulosos Cadillacs, había prometido que volvería a visitarlos junto a su familia.
Y así fue, este miércoles Flavio, Jenny y la promesa del surf, Cocó, volvieron a CREDE para darles una sorpresa a sus “amiguitos”.
La música no faltó. Primero, los chicos realizaron coreografías de danza que practican en el taller junto al profesor Emmanuel Marín. Después, Rosalía y Rocío, dos amigas con Síndrome de Down, hicieron reír a todos con su coreografía de Esperanza Mía y Leonardo y Sebastián conmovieron con su danza contemporánea.
Flavio se unió con una de las profesoras del centro, Julieta Deshusse, y juntos tocaron temas como Zamba de mi esperanza, Zamba por vos y Manuel Santillán, El León.
Por otro lado, José Luis Figueroa, fanático del rock nacional y concurrente también de CREDE, pudo mandarle saludos a Vicentico a través de un video que filmó el Sr. Flavio. “Quiero que sigan viniendo y seguir cantando juntos”, dijo respecto a la visita de esta familia de artistas.
Antes de retirarse, la familia Cianciarulo les regaló a los chicos una gran cantidad de golosinas y les entregaron, para que puedan utilizar en sus clases, una conga y un tambor.