Músicos que participan de las bandas de Andrés Calamaro, La Renga, Ella es tan cargosa y que fueron parte del grupo de Spinetta sumaron su música a los poemas que se pueden escuchar en las redes sociales.
Escuchaba a Keith Jarret mientras esperaba que se secaran sus pinturas. Estaba afuera, en el patio de su casa, al sol, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, donde vive. El clima lo llevó despacio a empezar a garabatear algunas poesías: primero las recitó, después las escribió. Más tarde las compartió con el pianista Germán Wiedemer. “¿Y si las musicalizamos?”, le propuso el músico. Ese fue el puntapié de “Explosivo”, un disco de Matías Kocens que está en Spotify y en Bandcamp (publicado por DFM Récords).
Tiene los poemas y la voz de Kocens, más el aporte que hicieron Wiedemer (pianista de Andrés Calamaro) y otros músicos que se fueron sumando, cada uno agregó su música en diferentes textos: Guillermo Arrom (integró la banda de Spinetta) en guitarra española, Látigo Díaz (es parte de La Renga) en trompeta, Lucas Kocens (participa en Ella es tan cargosa) en bajo y Pato Lange en guitarra eléctrica.
Con la energía puesta en la necesidad de compartir textos, melodías y arte en medio de la cuarentena, nació este flamante disco de poemas musicalizados, uno de cuyos temas es la reina naturaleza.
“Por supuesto que habla de la naturaleza”, arrancó Kocens, en una entrevista con LA CAPITAL. “Yo escribo en la naturaleza misma, muchos de los poemas de mis libros están escritos en el cerro Uritorco o en San Marcos Sierra, lugares en los que paso muchísimo tiempo. La idea es transmitir la energía del amor y de la naturaleza, transmitirla a través de poemas, de música. La naturaleza es algo que nos inspira y nos une a nosotros mismos, a las personas que amamos y a las personas que no amamos también”, agregó.
Poeta, músico, docente de guitarra, artista plástico y editor de su sello Matu Ediciones, Kocens es un activo gestor cultural que en tiempos prepandemia se la pasaba viajando por el país para vender sus libros en ferias, centros culturales o por la calle. Fue uno de los impulsores de la Feria del Libro Independiente Autogestiva más conocida por sus siglas Flia, que se realizan al aire libre en todo el país, incluso en Mar del Plata.
“Viajo mucho por el país, leyendo poemas en plazas, en terminales, en centros culturales y eso tiene que ver con una conexión mágica, como la llamo yo, que sale del río, de las piedras, de los colores de las piedras. Los poemas del disco están inspirados en los colores que son los colores de los cuadros que pinto y también en los cantos de los pájaros”, contó.
A pesar de todos los roles que desempaña en el terreno del arte y de la gestión independiente, Kocens se definió como “un ser humano que pinta colores y edita libros para dar a conocer a personas que considera geniales”. Busca que los receptores de sus creaciones, sean poesías o música, se conecten con esa misma energía creadora, que quizá desconocían.
“De eso se trata el álbum, de poder lograr una vibración elevada” en quienes lo escuchen, la misma energía que rodeó el proceso de gestación: “El disco se fue haciendo de a poquito, yo enviaba los poemas a los músicos y ellos con un corazón hermoso los musicalizaban. Y no podía creer la belleza con la que me los devolvían”, destacó.