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Un colegio católico expulsó a un alumno gay y a sus amigos que lo defendieron

El hecho ocurrió en Salta capital, en el exclusivo colegio Santa María. Algunos profesores apoyaron la decisión de la institución y hasta se ofrecieron a participar de la "cura" del chico.

Un exclusivo colegio católico de Salta capital expulsó a un estudiante por declararse gay y a sus amigos por defenderlo, según publicó El Canciller.

La provincia conocida por ser una de las más conservadoras del país al manifestarse en contra de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) y de la despenalización del aborto, continúa con su línea conservadora ahora dando que hablar tras la expulsión de Santiago, un chico estudiante de secundaria y su grupo de amigos.

Martina Coraita Safar, hermana de Santiago, contó lo sucedido y manifestó su profundo malestar y enojo por lo sucedido. “Quería romper, escribir paredes con aerosol, prender fuego todo“, escribió.

El hecho se desencadenó después de que Santiago se declarara abiertamente homosexual frente a sus compañeros del colegio Santa María. En ese momento comenzó el hostigamiento por parte de sus compañeros, pero no creyó que las autoridades se sumarían a esto incluso ofreciéndose a participar de la “cura” del chico.

Santiago continuó asistiendo con normalidad a pesar de esta situación, incluso sumó a su vestimenta una pulsera con los colores de la bandera del orgullo gay, dejando en claro su posición respecto al rechazo de la situación.

La acción, considerada como “provocación” por parte del colegio, generó molestias en las autoridades que le ordenaron que se la saque. Esto llevó a que todo el grupo de amigos de Santiago vistiera la misma pulsera apoyando a su amigo. Los directivos los sancionaron.

Los jóvenes narraron la situación a través de sus redes sociales, detallando el accionar de las autoridades. Tras la fuerte difusión de las publicación, la institución los “invitó” a no renovar la matrícula para el ciclo lectivo 2019, quedando así expulsados.

Desde Santa María aseguraron que no se trataría de discriminación, sino de “no cumplir con los canones religiosos de la institución”. Incluso algunos padres apoyaron esta decisión.

Martina Safar deseó que alguien hubiese escrito en la “pulcra y blanca pared de la calle Coronel Suarez la palabra HOMOFÓBICOS” así se ganaban “la imagen que se merecen”.

La carta completa de su hermana:

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