Llegan películas de Estados Unidos y Chile.
Competencia internacional
“How to Blow Up a Pipeline” (EE.UU.) a las 9 en el Teatro Auditorium.
Después de la muerte de su madre debido a una ola de calor, Xóchitl torna aún más extremo su activismo ambiental. En uno de sus actos más audaces, reúne a un grupo de jóvenes para irrumpir y destruir un oleoducto en Texas. Rebeldes y comprometidos, los integrantes de la banda tienen una certeza: deben hacer algo -aunque sea un gesto- para frenar la crisis climática en un mundo prendido fuego. Tras el éxito de “Cam” (2018), Daniel Goldhaber vuelve a confirmar su capacidad para alternar géneros, apropiarse de todos sus tropos clásicos y crear historias tan originales como despojadas. Así, el director estadounidense entrega una obra urgente pero que va a contramano de aquellas que siguen su misma línea: no tiene la intención de ser solemne o aleccionadora, sino explosiva y provocadora. Es que la virtud de esta ‘heist movie’ se basa en que -citando a uno de los protagonistas- no traspasa más de lo necesario.
Daniel Goldhaber nació en Estados Unidos. Es director, escritor y productor. Hijo de científicos especializados en el clima, empezó a hacer películas en la secundaria y trabajó como editor de documentales. Su primer largometraje, “Cam” (2018), fue seleccionado en diversos festivales internacionales y adquirido por Netflix, donde tuvo notable éxito.
Competencia latinoamericana
“Notas para una película” (Chile), a las 11.50 en el Paseo Aldrey (Sala 5).
A fines del siglo XIX, el ingeniero belga Gustave Verniory arriba al sur de Chile para hacerse cargo de la extensión de las vías del tren. Durante este proceso, debe lidiar con el conflicto entre el gobierno y el pueblo mapuche, dueño de las tierras por donde pasará el ferrocarril. Con la libertad formal que lo caracteriza, Agüero se apropia de las memorias de Verniory para explorar la relación del presente de Chile con su pasado. En su primer acercamiento a la ficción, el cineasta no prescinde de su costado documental y pone en tensión la idea de películas híbridas, etiqueta cada vez más frecuente en las discusiones sobre el cine contemporáneo y con la cual coquetea desde sus primeros cortometrajes: alguna vez declaró que la definición de los géneros empobrece la libertad de creación. El director encuentra en este vínculo, presente en el cine desde su invención, una fuente inagotable de historias.
Ignacio Agüero nació en Santiago en 1952. Es director, productor, guionista y académico. Sus documentales, entre los que se cuentan “Cien niños esperando un tren” (1988), “Aquí se construye” (2000) y “Nunca subí el Provincia” (2019, Mejor Largometraje de la Competencia Latinoamericana, 34º Festival) han sido proyectados en importantes festivales.