La marplatense Lanchitas Amarillas, Gambito de Papel y El Gran Cuaderno son tres de las revistas literarias que circulan se editan en Argentina -en el caso de Gambito de Papel es internacional- y que circulan con gran éxito por el mundillo literario. Sus proyecciones, su público, su estilo y todo lo que hay que saber para ir al encuentro tanto nuevos textos y escritores como también para disfrutar a los consagrados, pero todo con una premisa: el irreemplazable placer de dar vuelta las hojas.
Por Dante Galdona
Antonio Gramsci dijo: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Una frase que podría aplicarse al mundo virtual y al analógico cuando de literatura se trata. Claro que en este caso, estos tres monstruos que surgieron son adorables.
Lanchitas Amarillas, Gambito de Papel y El gran cuaderno son tres revistas literarias que rescatan lo mejor de las publicaciones clásicas y lo combinan con la impronta de lo nuevo, tanto del mundo digital como en cuanto al contenido creativo. Un repaso sobre las realidades de estas tres publicaciones imperdibles tanto para escritores, docentes de literatura como para lectores que buscan nuevas formas de descubrir a grandes escritores.
Gambito de Papel
Desde Gambito de Papel, Daniel Schechtel y Santiago Astrobbi Echavarri afirman que “el objetivo de la revista es aunar a un lectorado que podríamos llamar letrado (lectores cultivados que desean mantenerse informados sobre la literatura contemporánea) y a un lectorado más bien casual o curioso que podríamos llamar no letrado, de modo que el lector crítico acceda a material nuevo y el lector en sintonía con lo meramente contemporáneo pueda acceder a la tradición”.
La revista se distribuye en Argentina, México y Berlín. En Argentina, se encuentra disponible en librerías de La Plata, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Neuquén, entre otras; en México, en Ciudad de México, Morelia, Guadalajara, Guanajuato, León, Oaxaca, Querétaro, Pátzcuaro, Uruapan, Colima, entre otras; en Berlín, en el centro literario y cultural “El salón berlinés”. Además, se realizan envíos a todo el mundo por servicio de paquetería regular.
Para la publicación de textos, los responsables apuntan dos formas principales, y aquí es cuando el mundo nuevo se combina con el viejo. Una es la recepción por correo electrónico y redes sociales. La otra forma es la clásica: convocan directamente a escritores que a la revista le interesa publicar. Una tercera forma: ocasionalmente lanzan un concurso literario.
En cuanto al objetivo editorial, afirman que “es, sobre todo, publicar literatura inédita. Sin embargo, también incluimos obra ya publicada cuando creemos que es importante hacerlo por cuestiones de relevancia o de falta de circulación de la obra. En el caso de traducciones, incorporamos textos clásicos. En nuestra plataforma web, por otra parte, hacemos circular algunos inéditos, pero nos concentramos en destacar material ya editado”.
“Todos los ejemplares de la revista cuentan con secciones de poesía, narrativa breve (cuento, fragmento de novela), ensayo y traducciones. Además, hemos publicado obra de teatro, reseña, crónica, misceláneas de humor (horóscopo, definiciones irónicas al estilo el diccionario del diablo de Ambroise Beirce)”, dicen Santiago y Daniel.
LA CAPITAL les consultó sobre la forma en que se financian: “Desde la fundación en 2014 hasta hace poco, hemos contado con el apoyo económico de dos mecenas importantes (una empresa de transporte y una constructora), por lo que las impresiones solían estar cubiertas. Ahora buscamos nuevos patrocinadores, aunque los editores contamos con un trabajo que nos reditúa bien y destinamos gran parte de nuestras ganancias al proyecto, por lo que, en principio, no tenemos problemas de financiación. Lo difícil es que los lectores puedan disponer del dinero necesario para comprar la revista”.
La revista tiene una periodicidad semestral, salvo el último número, edición especial México, que salió de manera anual, y el próximo, edición especial dedicado a Argentina, que también será anual. Luego, la idea es volver a la periodicidad semestral. En el sitio web y las redes, en cambio, hay material disponible todo el año, y además ofrecen la suscripción gratuita a un newsletter mensual que ofrece novedades y una selección de textos.
En las redes sociales de Facebook e Instagram difunden el trabajo, futuras presentaciones y eventos literarios de interés. Además, comparten poemas y algunas novedades y convocatorias del mundo literario. Por otra parte, esporádicamente crean contenidos, como podcasts, audiotextos, conversatorios, que pueden hallarse en Instagram o en Spotify. Pero afirman: “Nuestra forma principal de difusión, sin embargo, creemos que es en persona mediante presentaciones y entregas”.
“Nuestra revista se considera parte del linaje de otras publicaciones periódicas como Sur, Hablar de poesía, Periódico de Poesía, Círculo de poesía y Códice. Además de la obviedad de creer que ofrecemos literatura de calidad estética que no le hace el juego a la sociología, a la moda, a la política, tenemos un criterio estético que podría resumirse en el cultivo prioritario de la imaginación por sobre otras facultades humanas, como el intelecto o el sentimentalismo.
La distribución intercontinental y en expansión y la itinerancia y el poliglotismo de los editores son, también, activos esenciales, sobre todo en el alcance de nuestro ojo y, por ende, en la exigencia de nuestra vara. Como complemento a las letras, las ilustraciones de la revista en papel son hechas a medida de cada texto por artistas contratados específicamente para cada caso. Desde el punto de vista de los colaboradores, ofrecemos un pago igualitario para todos ellos, tanto ilustradores como autores”, agregan.
Santiago y Daniel se entusiasman con su trabajo, a tal punto que, según cuentan, “en los últimos 3 años, nos hemos dedicado, por un lado, a investigar literatura contemporánea de gran calidad estética y de horizonte cosmopolita (poetas y narradores de Bélgica, Finlandia, el Reino Unido, la India, España, Corea del sur, Ecuador, pero también de la Provenza medieval, del anglosajón, del pueblo Maorí de Aotearoa, entre otros tiempos y espacios del globo); y por otro lado, a reforzar el puente entre las literaturas de México y Argentina.
Particularmente, la idea es llevar y traer autores desconocidos en el otro hemisferio, desconocidos no por su falta de calidad, sino por la ausencia de canales institucionales o mercantiles entre ambos países, en especial en lo que respecta a la literatura de vanguardia. Además, la sección de traducciones (en muchos casos, experimentales) nos ha permitido volver a dialogar con los clásicos, tarea fundamental en la formación de escritores y la cultivación de lectores.
Los ejemplares de Gambito de papel se pueden adquirir en los puntos de venta, cuya lista completa se encuentra en historias destacadas del perfil de Instagram o por medio de mensaje directo en cualquiera de sus redes sociales o al correo electrónico. La entrega se tramita de forma particular en cada caso. También cuentan con sistema de suscripción por correo electrónico.
Lanchitas Amarillas
Lanchitas Amarillas es una revista que intenta acercar al público en general el mundillo literario de la región que comprende General Pueyrredon y los tres partidos que lo circundan (General Alvarado, Mar Chiquita y Balcarce), así que como tal es para todo el mundo que se anime a adentrarse en sus páginas.
Juan Miguel Idiazábal le cuenta a LA CAPITAL que la distribución es pequeña: “O bien me piden la revista personalmente a mí, porque me conocen, y acordamos un punto de entrega”. Otras formas de adquirir la revista: en eventos literarios, en especial en La Prosa Mutante que ocurre en un hostel de la calle Olavarría 2747 los primeros y terceros viernes del mes; en ferias de editoriales y de libros independientes, como pueden ser FLIAs (Ferias del Libro Independientes y Autogestivas) Mar del Plata o la Feria Invierno, la EPAH!MDP u otra feria regional.
También hay varios puntos de venta en Mar del Plata como la librería El Gran Pez (Santiago del Estero 2052), librería y centro cultural Vitto (San Luis 2753), librería El Aleph Mar del Plata (Entre Ríos 1740) y el quiosco de diarios de Avenida Colón y San Juan.
¿Cómo es el proceso de selección de textos? “Es sencillo, por el momento se selecciona a dedo, como me gusta llamarlo a mí”, dice Juan Miguel. “La mayoría de la gente que ha participado en alguna de las secciones es o conocida mía del ambiente o me la recomendaron. Hay algunos casos de escritores fallecidos que han dejado una huella en las letras pueyrredonenses y regionales que creo que se merecen un espacio en la revista, entonces ahí es cuando algún mes selecciono alguien de la red de escritores y se publica a modo de homenaje. Por ejemplo, ya se hicieron homenajes a Agustín Vispo en el número 2 de junio 2022; a Juan Carlos García Reig en el número 15 de julio 2023; y en el actual número 20 de diciembre 2023 a Daniel Boggio.
No hay selección abierta porque si bien mi pareja, Ma. Belén Palma, me ayuda con las correcciones, después es un trabajo de una sola persona. Salvo algún mes que he pedido ayuda porque quería escribir un dossier sobre algún ciclo, asociación, grupo, festival o feria que no conocía por algún motivo y he pedido una mano a alguna persona del ambiente literario para esto, después es una tarea solitaria por el momento y por eso la selección la hago a dedo, porque no podría manejar el volumen de trabajo si me llovieran correos electrónicos y mensajes privados de gente que desea participar”. Sin embargo, en los partidos aledaños a General Pueyrredon se han abierto convocatorias de manera indiscriminada para llegar a más escritores y artistas.
Lanchitas Amarillas no tiene filtro a la hora de publicar autores éditos o inéditos: “Esto es indistinto pues suele existir un grupo de escritores muy buenos que por diferentes motivos no han publicado un volumen unificado de sus textos, pero si van a lecturas, ciclos, festivales, participan de asociaciones, y de diarios y revistas especializadas. Entonces por qué dejarlos afuera de Lanchitas Amarillas que intenta ser un espacio plural”.
Tampoco en cuanto a los géneros: “todos los géneros son bienvenidos, tenemos una sección de poesía, uno de narrativa (entendido en el sentido amplío, desde cuento, relato, ensayo y crónico hasta todo lo que se acomode) y una sección con una entrevista en donde la persona entrevistada envía material, que puede ser cualquier cosa que desee, para seguir conociéndole. Por ejemplo Rafaél Felipe Oteriño y Carlos Félix Pérez de Villarreal enviaron ensayos y Matías Moscardi la primera parte de su Guía Maravillosa de la Costa Atlántica.
También se publican dos dossiers y una reseña. Además de la sección de tapas que viene a ser una sección para fotografía, ilustración y pintura, pues sin estas ramas del arte no tendríamos tapas muchas veces”.
Las dificultades para editar “no tienen que ver con lo económico a la escala en que se edita Lanchitas Amarillas, o en la escala que suelo trabajar bajo su sello editor, Herensuge, pues las tiradas son cortas y se imprime a demanda, aunque esta parte no aplica para Lanchitas Amarillas pues conservo el concepto de que una revista una vez que se agotó su tirada hay que salir a buscarla en librerías y ferias de usados. La parte más difícil de un proyecto independiente es que el público adquiera el material.
Y para una revista como Lanchitas Amarillas lo más difícil es que les lectores se mantengan en el tiempo porque fluctúa mucho mes a mes, más allá de los Me Gusta de las redes que no suelen reflejarse en ventas, esto tal vez es un mal de época que no ayuda a la industria independiente porque se genera una expectativa que luego no se condice con la realidad, sin embargo, todavía no estoy listo para tirar la toalla con Lanchitas Amarillas y seguiremos navegando el océano literario. Lo más difícil en la zona es que no hay mucho apoyo.
En la mal llamada Feria del Libro sólo hay librerías, salvo una o dos editoriales muy grandes ¿cuándo fue la última vez que el público se encontró con editoriales pequeñas o medianas en estas Ferias en Mar del Plata a pesar de ser masivas? Ni hablar que el mundillo literario tiene que mendigar por un espacio para presentaciones o lecturas en la misma con meses de anticipación a ver si alguien se acuerda que existimos y nos avisan de la convocatoria a tiempo para organizarnos.
Mientras esto ocurra hace un par de años ya que me niego a hacerlo, la Feria debería ser un lugar de encuentro con la literatura, no un simple mercado. Nos debemos una ley de mecenazgo para General Pueyrredon, en mi opinión, bien amplia. A veces los porcentuales que piden algunas librerías para tener tu material en un anaquel olvidado o en depósito encarecen lo que se hace por demás, por eso hay que volver a conectarse con los editores y autores y comprar directo.
Un autor o editor independiente no puede competir con el último libro de Random House y menos si ambos salen lo mismo, el costo de uno se justifica de una manera muy distinta al de las publicaciones independientes. Hay que dejar de mirar y de esperar a que lleguen los autores, funciones, presentaciones y demás artistas de Ciudad de Buenos Aires, a todos nos gustan, pero después de enero o de la supuesta Feria del Libro MDQ, quienes quedamos en Mar del Plata tenemos que seguir trabajando para crear el ambiente local, pero sin ayuda de medios masivos o de entes menos burocratizados se hace imposible romper el cerco de silencio por fuera del mundo de las artes.
Idiazábal agrega que “por el momento las tapas impares son con fotografías y las impares con ilustraciones o cuadros. No es virtual, y aunque he tenido mis detractores en un año y medio sobre este punto, no lo será por el momento. Creo en el papel y que en la virtualidad se pierden las cosas, en especial luego del primer momento de euforia”.
Ya que no cuenta con suscripción, se recomienda estar atentos a los canales de comunicación (ver recuadro)
El Gran Cuaderno
LA CAPITAL habló con Natalia Rozenblum, Adriana Riva. Ana Navajas y Santiago Goria, los editores responsables de la publicación.
Es una revista que se consigue sobre todo por compra directa en la tienda online y también en algunas librerías.
El público al que apuntan desde El Gran Cuaderno es todo aquel que tenga inquietud y ganas de leer textos contemporáneos de autores latinoamericanos.
El objetivo de la revista es publicar a autores tanto desconocidos como consagrados de toda Latinoamérica, y no solo a escritores y poetas sino a otros artistas como fotógrafos, músicos, ilustradores, cineastas, en un cruce de su práctica con la literatura. “Nuestra gran ambición es que en el futuro El gran cuaderno arme un mapa gigante de la literatura contemporánea de Sudamérica. Los textos que publicamos son inéditos.
En este último número, el cuarto, tenemos ilustraciones de Isol, fotos de Alejandro Cartagena, y textos de autores que van desde Lina Meruane, Alan Pauls y Clara Obligado hasta un escritor aún no publicado, Fernando Silbergleit, que fue el ganador de la convocatoria que hicimos para celebrar el número aniversario. Recibimos cientos de textos. Hay muchas ganas de escribir y también de leer”, dicen los responsables de la revista.
En cuanto al contenido afirman: “Nuestro interés no está tan delimitado por el género, aunque no publicamos críticas sino textos de narrativa que pueden ser de ficción o no ficción, ensayos y también poesía”.
Los responsables de El gran cuaderno, una publicación cuatrimestral, son cuatro socios que “nos complementamos muy bien y tenemos muchísimas ganas y amor por la literatura: esas son las únicas estrategias que mantienen viva la revista. Desde que empezamos hasta ahora, el contexto no hizo sino empeorar, así que por el momento nos conformamos con pagarles a los autores y poder imprimir los próximos números sin perder plata.
Ojalá en un futuro nuestro país deje de vivir en constante estado de emergencia y podamos pagarles más a los autores, invertir más en la revista y en una de esas, quién sabe, quedarnos con un vuelto”, agregan. Tampoco hacen publicidad tradicional. La revista tiene una cuenta de Instagram y la única estrategia publicitaria es el boca a boca entre los lectores.
Se vende únicamente online y no cuentan con subsidios ni ningún tipo de financiamiento: todo lo que entra vuelve a la revista. Ni la calidad de impresión, ni del papel ni de nada de lo que hace a la revista valiosa como objeto es negociable para los creadores de El gran cuaderno.
En cuanto al diferencial que ofrecen con respecto a otras revistas u otras publicaciones, son claros: “Creemos que la curaduría de material inédito, la combinación de disciplinas de los autores que participan y la estética de la revista la hacen única. En este momento hay pocas publicaciones en papel, y creemos que ninguna es como El gran cuaderno. Es una revista con una propuesta de lectura que intenta contagiar curiosidad por la literatura y también es un objeto de colección”.
Para cerrar, agregan: “Vendemos las revistas únicamente online en elgrancuaderno.com.ar. En realidad teníamos la intención de hacer la suscripción, pero es muy difícil en un escenario económico como el argentino, en el que los precios cambian mes a mes. Por eso mismo hacemos campaña con la salida de cada número y rezamos para que tenga buena circulación. Esa es la única forma en la que se financia la revista: con el compromiso y el apoyo de nuestros lectores”.
Contacto
Lanchitas Amarillas
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Gambito de Papel
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El Gran Cuaderno
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