El grave accidente se registró en la ruta nacional 22, a la altura del kilómetro 1032, en la provincia de Río Negro. Los padres de los tres menores sobrevivieron y están internados.
Tres niños marplatenses murieron este lunes al chocar el automóvil en el que viajaban por el sur argentino junto a sus padres.
El grave accidente de tránsito se registró este lunes a la tarde pero la noticia recién se conoció en las últimas horas. Las víctimas fatales tenían 7, 9 y 13 años, y al momento del hecho se encontraban junto a sus progenitores, quienes sobrevivieron y fueron internados.
Según publicaron medios como el Diario de Río Negro y Neuquén Al Instante, el vehículo marca Citroën Air Cross de los marplatenses circulaba por el kilómetro 1032 de la ruta nacional 22, en el corredor que une Chimpay con Belisle, en dirección a Bariloche, donde iban a pasar las vacaciones de invierno. Por circunstancias que ahora son materia de investigación, el rodado colisionó con un camión marca Scania que iba desde Neuquén hacia Entre Ríos.
Como consecuencia del impacto, los menores murieron y sus padres sufrieron heridas de carácter leve, aunque se dispuso su traslado al Hospital Francisco López Lima de General Roca, donde quedaron internados. De acuerdo a los datos que pudo obtener LA CAPITAL, ambos se encuentran a salvo: al llegar, la mujer había sido derivada a una sala de terapia intensiva, pero este martes la trasladaron a una habitación común en la que estaba el hombre desde su arribo.
Por su parte, el camionero resultó ileso y fue sometido a pruebas de rutina. Las primeras reconstrucciones del siniestro indican que el conductor del automóvil habría perdido el control de su marcha luego de un despiste hacia la banquina, tras lo cual terminó impactando fuertemente desde un costado contra el vehículo de mayor tamaño.
Conforme trascendió, el hecho es investigado por titular de la Fiscalía Descentralizada de General Roca, Daniel Zornitta, y el personal del Destacamento Vial de Choele Choel. En ese marco, se dispuso la toma de muestras de sangre de los conductores y el secuestro de los vehículos para realizar los peritajes necesarios.