Policiales

Torres y Liva: resta un peritaje caligráfico para completar la prueba contra Arrativel

El incendio de la distribuidora se produjo el 15 de diciembre y Gustavo Arrativel es el único detenido. La causa se elevaría a juicio para resolver en ese ámbito la autoría y la probable inimputabilidad.

Las alteraciones de agenda y escasa disponibilidad de peritos a raíz de la pandemia de coronavirus retrasaron un peritaje importante en la causa que se le sigue a un hombre en situación de calle por el incendio de la distribuidora Torres y Liva en diciembre del año pasado.

Gustavo Arrativel (48) permanece detenido en el área de sanidad de la Unidad Penal N°44 de Batán mientras el fiscal Juan Pablo Lódola aguarda por la realización del último estudio que consolidaría la prueba: una comparación caligráfica con los apuntes que hallaron entre sus pertenencias al momento de su detención.

Por otra parte, el caso plantea una complejidad jurídica por la condición psiquiátrica de Arrativel, ya que los informes de los especialistas coinciden en que reúne las características que llevarían a un dictamen de inimputabilidad. Existe una línea continuada entre la incomprensión de la materialidad de los actos cometidos (la noche del 15 de diciembre) y el impedimento para entender el proceso judicial al que se lo somete tras su detención.

Es por eso que el fiscal Lódola, consciente de esta situación, hará valer la nueva doctrina del Código Procesal Penal que propone que sea un tribunal colegiado el que resuelva si es necesaria una medida coercitiva de seguridad o bien se los sobresea y sea la Justicia de Familia quien determine alguna medida de internación no coercitiva.

En términos menos técnicos, el fiscal elevará la causa a juicio con toda la prueba que sostiene la acusación (como en cualquier causa) y los jueces primero analizarán si Arrativel cometió los actos. Sería un contrasentido hablar de la “imposibilidad de comprender los actos cometidos” si no está resuelta antes la autoría y materialidad. Luego sí definir si es imputable o no.

Escepticismo 

Este caso estuvo rodeado siempre de un escepticismo propio de su naturaleza: un incendio catastrófico, un perjuicio económico millonario, destrucción de departamentos en tres edificios, intereses financieros y un responsable que no puede responder. En el imaginario colectivo la figura del “perejil” afloró desde el primer momento en que se supo que el acusado era un hombre en situación de calle y con evidentes problemas psiquiátricos.

Ello condujo al fiscal a reforzar todas las pruebas que respaldan la acusación y no dejar margen para las dudas. Arrativel fue detenido tres días después del incendio cuando el cuidador de una galería céntrica lo denunció por sorprenderlo en el acto de pretender prender fuego el medidor de electricidad de la empresa EDEA.

Primero intervino la fiscal Graciela Trill pero al mismo tiempo ya se sabía que el incendio en Torres y Liva se había iniciado intencionalmente en un medidor de EDEA. El fiscal Lódola analizó ese dato, lo unificó con todo lo que le habían secuestrado a Arrativel y estableció una posible conexión con el siniestro de la distribuidora de 20 de septiembre y Rivadavia.

Arrativel al momento de ser detenido cargaba con sus pertenencias: un carro con una valija y un par de bolsos. En su interior había gran cantidad de elementos iniciadores de fuego similares a los restos hallados en una de las cajas de electricidad intactas de Torres y Liva. Encendedores, cuerdas y velas, pero además también había escritos en los que podían distinguirse referencias concordantes.

Estos escritos son los que ahora hacen falta cotejar científicamente para atribuírselos, ya en grado de certeza, a Arrativel. La Asesoría Pericial informó que se trata de un peritaje únicamente presencial y que de momento están suspendidas. Ante esto el fiscal Lódola solicitó una prórroga para la elevación a juicio porque considera importante este peritaje, pero a la vez solicitará una variante excepcional: que Arrativel haga un cuerpo de escritura en el penal de Batán, filmado, enviado a su fiscalía por medios electrónicos, asegurada la cadena de custodia y luego puesto a disposición de los peritos.

La prueba

La fiscalía tiene indicios suficientemente fuertes y concatenados que concurren hacia la convicción de que Arrativel fue quien encendió el fuego en Torres y Liva.

En principio es relevante el compilado de videos en los que se ve a Arrativel transitar por las cercanías de Torres y Liva en el horario cercano al incendio. Y los dichos de una testigo (la Justicia la descubrió en un comentario realizado en la web de LA CAPITAL) que observó a una persona de características similares a Arrativel junto a las cajas de electricidad.

En el expediente está detallada la fijación manifiesta de Arrativel, en distintos momentos de su vida, contra bienes en la vía pública. De acuerdo a lo revelado por fuentes judiciales consultadas por LA CAPITAL hace 15 años atrás Arrativel terminó intervenido por la Justicia de Familia tras dañar sistemáticamente semáforos (incumplió la medida de internación tras el juicio de insania). Más cerca en el tiempo causó roturas en cajeros automáticos de bancos donde pretendía pernoctar y el año último prendió fuego en varios medidores eléctricos, episodios que, en algún caso, quedaron registrados en video de cámaras de seguridad.

Al parecer los ataques a las cajas de electricidad no obedecían a una motivación contra el lugar en sí sino contra la empresa EDEA. Esto estaría mencionado en esos borradores, croquis y escritos que deben ser cotejados caligráficamente en el próximo peritaje.

El fiscal Lódola espera por ese estudio (inicialmente estaba programado para fines de marzo) y también por una ampliación definitiva del perito Diego Otamendi sobre la condición psiquiátrica de Arrativel.

 

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