Integran el colectivo Epa. A las 16 en el Teatro Dúo.
“Hacen falta espacios que nos saquen de la productividad y de la efectividad”, indicó el artista de los títeres Ezequiel Kaufmann sobre el desarrollo de las propuestas de Epa (Espacio para el arte). Se trata de un colectivo de titiriteros y titiriteras que congrega a artistas de Mar del Plata y la zona y que acaba de inaugurar un ciclo de espectáculos domingueros.
Todos los domingos a las 16 en el Teatro Dúo (25 de Mayo 3349) subirán a escena diversas obras de teatro de títeres. La de este domingo será un clásico para las infancias locales: “Yo quiero la luna”, de Jorge Rivera Woollands.
Para Kaufmann, quien abrió el ciclo el domingo pasado con el espectáculo de su compañóa Eze.quien Títeres “Objetos en viaje”, el teatro de títeres “ayuda a empatizar, a socializar” con otras personas en un contexto en el que suele estar cerca la familia.
“Es diferente a mirar Youtube o jugar con el celular, la familia participa y los espectáculos son muy participativos”, contó sobre la dinámica de la disciplina desarrolada en vivo.
Además, resaltó la capacidad de los títeres de generar una ternura que no se ve en otra clase de propuestas. “Estamos acostumbrados a lenguajes de violencia o de discriminación, todo eso que vivimos en la sociedad, pero el espacio de los títeres se compone desde otro lugar, desde la compasión, el apoyo y el absurdo”, agregó a LA CAPITAL.
“Dejamos nuestras vidas afuera para sumergirnos en la trama de una historia”, resaltó sobre lo que exponen las obras del ciclo, que buscará seguir durante todo el año con compañías de Epa y, luego, con otras interesadas en realizar funciones.
Las próximas presentaciones serán el 21 de abril con la presencia de Pablo García y el 28 de este mes con Cristina García. Ambos artistas son los hijos de Pepe García, reconocido y querido titiritero de Mar del Plata cuyo fallecimiento disparó la necesidad de crear este colectivo de carácter cooperativo que reuniera a los artistas del género y, a su vez, los potenciara.
Epa también desarrolla un ciclo solidario en espacios comunitarios, hogares de infancias y comedores de esta ciudad.
Consultado sobre la magia de los títeres, Kaufmann entendió que el muñeco genera una distancia diferente con el público. “Hay un distanciamiento por parte de las infancias al ver al muñeco representado, llega a una sensibilidad diferente, habilita a poder identificarse de otra forma y termina siendo muy atrapante”.
Los artistas del colectivo trabajan con miradas contemporáneas y suelen invitar al público a conocer el lado de atrás del teatrino, espacio donde trabaja el artista. En estos espectáculos “no están ocultos los mecanismos” de funcionamiento de los muñecos, sino expuestos, a tono con una impronta más actual sobre el género.