Dos personas que observaron cómo el imputado golpeó al herrero dijeron que, momentos antes, lo había obligado a descender de su camioneta mientras exhibía un arma blanca. Hoy seguirá la rueda de testimoniales en la segunda del jornada del juicio.
Testigos declararon ayer, en la primera jornada del juicio por la muerte de Ricardo “Tito” Arriagada (64), que el único imputado por el hecho tenía en su poder una navaja.
Se trata de dos personas que dijeron haber visto cómo Martín Mansilla golpeó al herrero y músico santaclarense, que después moriría en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). Según explicaron, previo a la agresión el acusado obligó al hombre a descender de su camioneta mientras le exhibía el arma blanca.
Es que, momentos antes, Arriagada había atropellado un perro, que salió ileso del accidente.
El Tribunal Oral Nº 2, integrado por Néstor Conti, Alexis Zimas y Roberto Falcone, escuchó a los testigos que iniciaron la lista de 23 declaraciones testimoniales. Hoy, continuará la rueda con la presentación de los familiares de la víctima.
En tanto, el fiscal Alejandro Pellegrinelli dejó en claro que mantendrá su postura de que se trató de un “homicidio simple” -figura que prevé una pena de 8 a 25 años de prisión- y no de un “homicidio preterintencional” como sostiene el defensor, César Sivo, amparado en la Cámara de Apelaciones.
Es que Mansilla llegó al debate oral en libertad por esa diferencia de carátulas. Si bien había sido detenido en un principio, luego fue excarcelado cuando la carátula del caso fue modificada por los camaristas.
El caso ocurrió en agosto de 2014, cuando Arriagada arrolló un perro mientras conducía su camioneta de trabajo por el cruce de Carlos Tejedor y Ferré. Pese a que descendió para comprobar lo sucedido y pidió disculpas, el herrero y músico fue increpado por Mansilla, que segundos después le propinó un golpe.
Si bien en un principio se dijo que el acusado se había dado a la fuga en una motocicleta, en el inicio del debate oral su abogado explicó que, en realidad, fue él quien asistió al herrero tras ver que había sufrido daños graves. Lo cierto es que Arriagada fue trasladado hasta el HIGA, donde constataron la severa lesión neurológica provocada por el traumatismo de cráneo que le ocasionó el ataque.
El atacante fue identificado en base a distintos testimonios, y se lo imputó, en principio, en una causa por “lesiones leves”. Sin embargo, con la muerte de Arriagada, la carátula del caso se modificó a “homicidio”, por lo que el sospechoso fue detenido y trasladado a la cárcel el lunes 1 de septiembre.
Poco después, la figura se modificó y en noviembre Mansilla recuperó la libertad. Para el fiscal Pellegrinelli, así como también para el juez de Garantías, Saúl Errandonea, el colectivero “sabía pegar”, ya que practicaba artes marciales, y la víctima era más débil que él, por ser mayor y presentar una contextura física pequeña. Por eso consideran que se trató de un homicidio y no de un hecho preterintencional.
La palabra de los médicos peritos, que se conocerá durante el juicio, será clave para saber cómo se produjo el ataque y si fue el golpe de puño o el choque contra el asfalto lo que causó la severa lesión que luego provocó el deceso de Arriagada.