En Mar del Plata, los choferes viven una situación "muy complicada" por el contexto económico. La gente recortó el uso del servicio, mes a mes aumenta el combustible y perdieron clientes por las plataformas digitales. Pese a todo, buscan adaptarse y por el momento decidieron no solicitar un incremento de tarifas.
Pocos viajes diarios, una competencia feroz impulsada por el uso creciente de plataformas digitales, menor rentabilidad, aumentos mensuales en el combustible y vecinos con el bolsillo ajustado. En medio de estas dificultades desarrollan hoy su trabajo los taxistas de Mar del Plata, afectados por la situación económica. Sin embargo, por el momento, las entidades del sector no están considerando solicitar un aumento en las tarifas.
Los choferes enfrentan un panorama “muy complicado” en medio del actual contexto económico. Así como las ventas cayeron en los locales comerciales, y los indicadores productivos arrojan resultados negativos, la situación impactó de lleno en la demanda de viajes: los conductores aseguran que los marplatenses recortaron salidas y, por ende, viajes en taxi y otros gastos no esenciales.
En definitiva, los taxistas sienten hace meses que pasan más tiempo detenidos en las paradas y menos con pasajeros a bordo. En consecuencia, su recaudación ha caído y algunos han tenido que buscar otra actividad laboral complementaria, trabajar más horas, o directamente apartarse del rubro, para seguir sosteniendo a sus familias.
Sin embargo, objetivamente la reducción en los viajes no solo obedece al escenario económico, marcado por el ajuste, sino que también se ve agravada por las plataformas digitales, cuyo uso ya se ha naturalizado en Mar del Plata en los últimos años.
Muchos vecinos optan hace tiempo por pedir un auto a través de las plataformas, en vez de tomar un taxi o un remís, algo que lógicamente ha afectado el trabajo y la rentabilidad de los choferes.
La competencia de plataformas como Didi, Cabify y Uber es una realidad que los taxistas deben enfrentar, a pesar de la existencia de la ordenanza 23.928, que prohíbe su actividad en Mar del Plata. Sin embargo, estas empresas continúan operando y ofreciendo tarifas con descuentos agresivos.
“La competencia es totalmente desleal. Ofrecen promociones que pueden llegar al 80% en sus primeros viajes, lo cual es insostenible”, señaló un taxista.
“Esta estrategia de ‘dumping’ (práctica comercial de vender a menor costo del valor del producto, para adueñarse del mercado) afecta no solo a los taxistas, sino que también puede perjudicar a los consumidores a largo plazo”, dijo y agregó: “La gente a veces prefiere optar por estas aplicaciones, pero se olvida de que pueden pagar mucho más por el mismo servicio en momentos de alta demanda”.
Cada vez con más certezas, los taxistas temen que esta competencia desleal pueda llevar a una reducción en la calidad del servicio de transporte en general. “El problema es que estas plataformas no asumen responsabilidades en caso de inconvenientes durante el traslado, dejando a los usuarios desprotegidos”, comentaron desde Servitaxi.
“Como sucede en otras ciudades, en muy corto tiempo estas plataformas demuestran que no son la panacea que viene a mejorar la calidad y eficiencia del servicio de transporte de personas. Además, traen la pérdida de puestos de trabajo, desaparición de empresas y una anarquía en la actividad del transporte”, agregaron.
Asimismo, otro factor que viene complicando la situación del sector es el aumento constante en los precios de los combustibles, especialmente del GNC, que sube mes a mes. “Cada vez que sube el GNC, se siente en nuestros bolsillos. Es nuestro principal insumo y afecta directamente nuestra rentabilidad”, explicó un taxista.
Desde el cambio de gobierno, al comienzo de cada mes entran en vigencia nuevos aumentos en todos los combustibles, lo que afecta a los automovilistas en general, y a los taxistas y remiseros en particular.
“Los continuos aumentos del GNC tiene una incidencia muy negativa. Esto complementa una situación muy compleja que vive el sector, porque la difícil situación económica que está atravesando la ciudad, tiene como lógica consecuencia que las personas se priven de gastos no esenciales, como puede ser el tomar un taxi, ir al cine o salir a cenar; todo se combina para tener una ciudad con un movimiento muy acotado y con poco circulante económico“, desarrolló Raúl Vicente, experimentado taxista y referente del sector la ciudad.
A pesar de esto, los representantes del sector han decidido, al menos por ahora, no solicitar un incremento en las tarifas por el momento. Entienden que, pedir un aumento en este escenario, sería perjudicial.
“Por ahora, las entidades representativas no piensan en reajuste de tarifas, ya que esto solo profundizaría la disminución de viajes diarios, pero sí están atentos a la evolución de los aumentos de insumos en general, para determinar el momento en que sea necesario actualizar los valores de la tarifa”, comentó Vicente.
La última suba tarifaria que convalidó el Concejo Deliberante fue del 43%, se aplicó en junio de este año y llevó la bandera a a $1.395 durante el día y $1.665 a la noche. El ajuste anterior había sido del 30% y se autorizó en enero.
A su vez, en simultáneo a este escenario, las empresas de taxis implementan sus propias aplicaciones, y cada vez en más unidades se incorpora el pago con medios electrónicos, en busca de adaptarse al tiempo actual, resistir y no perder más clientes.
Pese a todo, los taxistas siguen mostrando una actitud resiliente. “Sabemos que el servicio de taxi tiene un valor que no se mide solo en dinero, sino también en la confianza y seguridad que brindamos a los pasajeros”, destacan.
Hoy, al igual que otros sectores de Mar del Plata, los taxistas y remiseros mantienen su mirada puesta en la próxima temporada de verano.
Con expectativas inciertas, esperan que la llegada de turistas genere un movimiento “interesante” que ayude a compensar la caída de actividad que ha marcado el año 2024 hasta ahora. Su esperanza es que la temporada les brinde un respiro y una oportunidad para recuperar parte de lo perdido.