La gran cantante repasará medio siglo de música y canciones sobre el escenario Astor Piazzolla, en el primero de sus conciertos de verano.
Festejará en Mar del Plata sus cincuenta años con la música, que no es otra cosa que “vida vivida”, dice Susana Rinaldi a LA CAPITAL, la cantante que se presentará este martes y miércoles a las 21 en el Teatro Auditorium. “Mar de mi vida” se llama este concierto que repetirá en febrero y en el que estará acompañada por músicos de Buenos Aires y otros de Mar del Plata, siempre bajo la dirección de Juan Carlos Cuacci.
Luis Reales (piano), Juan Pablo Emanuel Gez Carballo (concertino), Gustavo Vajsejtl, Matías Ortiz Jara, Rubén Montoya y Juan Manuel Ribas (violines), Lidia Navone y Milagros Cepeda Barzola (viola), María Ernestina Cepeda Barzola y Federico Dalmacio (cello), Pedro Carignan (contrabajo) y Leo Cubiella (bandoneón) secundarán a la artista que hizo de la música su marca personal.
Los shows de “La Tana”, que volverá en febrero, forman parte del programa “Arte Vuelve – Ciclo El Encuentro que esperamos” de la programación organizada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
Ríe cuando se le advierte que cincuenta años de música es mucho tiempo. Y repasa, a grandes rasgos, los hechos de su vida que le permitieron llegar adonde llegó. “Agradezco a la salud de mi mamá y de mi papá e inmediatamente el haber tenido una madre espléndida y maestros geniales y posibilidades que me dio la vida para hacer lo que yo quería, muchas cosas que se pusieron de acuerdo en la historia y uno queda totalmente satisfecha”.
Aunque se niega a decir cuál va a ser su repertorio de esta noche y mañana -“prefiero callarme porque por lo general hago otra cosa”, dice- la Tana Rinaldi sí reconoce que la música elegida “es una gran compañía que tengo desde mi juventud”.
“La música es algo que nos obliga a respetar nuestra memoria, antes de tenerla y de vanagloriarse por la memoria vitalicia que uno tiene. Al mismo tiempo es necesario saber de qué se trata y respetarla”, observó, consciente de que su música se entronca en la tradición de un pueblo. “La obra que uno toma para seguir adelante tiene que ver con el buen gusto de la sociedad que lo rodea a uno”, indica.
Ese rol poderoso de la música, que incluso llegó a ser tabla de salvación en tiempos de crisis, también se vincula con la identidad de su familia. “Somos vitáfilos”, dice de sus hijos, hermana, nietos, padres y abuelos. “La música siempre tuvo una prevalencia, la hemos hecho pública, hemos construido circunstancias musicales, no es algo que descubramos ahora y nos acompañará. Es un modo de ser dentro de la familia que ha constituido una perdurabilidad hasta el día de hoy”.