Fue el resultado de una investigación iniciada en diciembre. Esta célula es una muestra de los métodos de venta de droga que se emplean en la zona urbana de la ciudad y que tiene como integrantes, en su mayoría, a personas trans.
Una célula de venta de cocaína liderada por una persona transexual y que operaba en distintos puntos de la ciudad fue desbaratada en las últimas horas al cabo de una serie de allanamientos que permitió su detención y las de otros cuatro integrantes que cumplían diferentes roles.
El operativo “Brisa Blanca”, nombre adoptado a partir del seudónimo de la cabecilla, derivó también en el secuestro de medio millar de dosis de cocaína y puso al descubierto solo una mínima parte del negocio del narcomenudeo urbano. Está distinción es relevante para ubicar el radio de acción de la célula de Brisa, que no tenía alcance en los barrios periféricos ni suburbios de la ciudad, sino más bien en el anillo más próximo al macrocentro.
Brisa, una mujer transexual con DNI argentino pero oriunda de Perú, fue acusada de vender cocaína desde un domicilio de Almirante Brown al 4600 y por reparto, mientras que otras dos mujeres trans, “Angie” y “Laly” resultaron ser sus “empleadas”, una de ellas desde una vivienda ubicada en la calle Alberti al 5300. Lo singular de este domicilio es que se encuentra a 80 metros de la comisaría cuarta.
Una cuarta mujer trans, “Canela”, fue detenida en una casa de departamentos de Dorrego al 500 donde se cree que funciona un centro de distribución de drogas.
Finalmente, también fueron apresados en un hotel del centro de la ciudad, “El enfermero” y su novia trans. El hombre, de 44 años y con trabajo en un nosocomio de la ciudad, tenía como principal ingreso en otra actividad: era el chofer de Brisa y otras travestis a las que llevaba al punto de encuentro previamente acordado con los compradores.
Una peluquería de Belgrano al 3800, donde trabajaba “Angie”, fue allanada, pero en principio los responsables de ese comercio no tienen ninguna vinculación. Eso sí, cuando se ausentaban, “Angie” citaba allí a algunos consumidores para hacer las transacciones.
La investigación estuvo a cargo de los fiscales Daniela Ledesma y Leandro Favaro, y contó con la labor de personal de Drogas Ilícitas de la policía Bonaerense, y tuvo como punto de partida una denuncia anónima en el mes de diciembre pasado.
Algunos indicios y escuchas telefónicas relacionarían a esta célula con el proveedor que en abril pasado fue detenido en una cochera del centro con 8 kilogramos de cocaína.
Toda la ciudad
Aunque está plenamente probado y es de conocimiento público que la venta de cocaína por parte de personas trans, en su mayoría de origen peruano, tiene su punto central en la zona Roja (Jara, Champagnat, Luro y Belgrano), esta célula mostró la característica de expandirse a demanda.
Los investigadores determinaron que una trans que se hacía llamar Brisa, de físico corpulento y cabello rubio, tenía un punto de venta en su vivienda de Brown al 4600. En ese domicilio no solo se veía ingresar y salir a personas con frecuencia, sino también se observó una maniobra reiterada: Brisa salía, caminaba algunas cuadras y se subía a un Chevrolet Corsa o a un Renault Sandero. Lo que pudo saberse con el correr de la pesquisa es que esos vehículos lo manejaba un individuo conocido como “El Enfermero”, quien llevaba a Brisa a entregar cocaína a los compradores con los que acordaba telefónicamente.
Las escuchas telefónicas revelan que Brisa abastecía de drogas a consumidores en la zona de Güemes, el centro, el macrocentro, el centro comercial de la calle San Juan y, en algún caso, en la periferia.
A fines de abril Brisa debió viajar a Lima por la muerte de su padre y dejó el “negocio” en manos de dos mujeres trans, “Laly” (o “Rocío”, según los clientes, y que vivía con Brisa) y “Angie”. Ambas se encargaron durante más de 2 meses de vender cocaína desde la casa de calle Brown, aunque “Angie” fue un poco más allá. Su ambición por crecer en el mundo del narcomenudeo la llevó a sostener su trabajo en una peluquería de Belgrano al 3800 (frente al colegio San Andrés) y citar allí a sus clientes. Incluso, cuando la dueña de la peluquería se fue de vacaciones, se verificó que “Angie” vendía cocaína de madrugada en el local.
Por otra parte, la investigación sumó elementos de importancia para establecer que un domicilio de Dorrego al 500 proveía la droga a esta célula. O que al menos allí debieron recurrir cuando, a fines de abril, se produjo la detención de un proveedor con 8 kilogramos de cocaína.
Los fiscales pidieron a la Justicia de Garantías allanamientos para la casa de Brisa, la de “Angie”, la peluquería, el hotel donde residía “El Enfermero” y la casa de departamentos de Dorrego al 500.
En la tarde del viernes un gran despliegue policial permitió dentener a las cuatro mujeres trans, a “El Enfermero” y, ocasionalmente, a su novia trans.
En la casa de Brisa se secuestró la mayor cantidad de envoltorios ya preparados para la venta, mientras que a solo 80 metros de la comisaría Cuarta, en la casa de “Angie” la policía a cargo de Diego Gancedo, titular de Drogas Ilícitas, secuestró casi 120 dosis de cocaína.
El resto de la droga secuestrada –poca cantidad- la tenía la novia de “El Enfermero”, mientras que en Dorrego al 500 no hubo otro resultado más que la aprehensión de “Canela”.